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Black


Lydia, Rose y la mamá de ambas hermanas se encontraban en la sala de un hospital, esperando su turno para pasar al consultorio médico.

Las sillas eran de metal, cuando uno se sentaba podía sentir lo frío del asiento, en el aquel lugar, había hileras de sillas, Rose estaba sentada escuchando música, extrañaba el celular que antes tenia, ese celular era el mas preciado regalo que tenia, suspiro y miro a su mamá, la cual estaba haciéndole señas que se quitara los audífonos, sin embargo ella no le hacia caso. Lydia se recargaba en el el hombro de su mamá, aún cuando ella también tenía celular no lo sacaba, sintió un dolor recorrerle la espalda, un dolor frío y estremecedor, y nadie se daba cuenta, pero Rose lo supo, pero no iba a hacer nada... No se puede usar magia para beneficio propio.  Y aunque no era para ella misma, aun así no podía usarla. Una joven enfermera de cabello negro, sus ojos de un color caramelo, vestía el uniforme de enfermera, con voz suave y a la es fuerte llamó a Lydia flores para que pasara al consultorio.

Lydia y Rose desde pequeñas asisten a la pediatra, pero Rose por dos años no ha ido a ninguna cita. Las hermanas y la mamá pasaron a aquel frío consultorio. Con educación saludaron a la pediatra, lydia se sentó en las silla al igual que su mamá, pero Rose prefirió estar parada con los audífonos puestos.

—¿Cuanto tiempo Rose? —. Le dijo amablemente la doctor pero Rose solo se limito a sonreír. —¿Como has estado?, ¿Te has enfermado?—. La doctora hacia esas preguntas a la vez que se ponía de pie.

—He estafo bien, sin embargo la que ni ha estado bien es mi pequeña lydia —. Dicho esto miro de forma neutra a su hermana. La mirada de Rose hacia lydia no demostraba algún sentimiento.

—¿Qué has sentido, lydia? —. Preguntó la doctora a la aludida, la cual no fue capaz de responder.

—Últimamente se queja de un dolor en la espalda —. Hablo la mamá de ambas jóvenes.

La doctora dio indicaciones que, se quitara la blusa quedandose con el sujetador y se tratara de agachar sin flexionar las rodillas, algo que si hizo la joven, la doctora pasado sus dedos tratando de sentir la columna, una pequeña desviación eso fue lo que ella sintió, le dijo a lydia que se pusiera su blusa mientras hablaba con su mama y hermana, la joven siguió las indicaciones.

—Debemos hacerle unos estudios de inmediato —. Hablo algo preocupada.

—¿Qué tiene?—. Pregunto con algo de angustia la madre de lydia.

—Hay que hacer un rayos X panorámico de la columna para descartar la posibilidad —. Trataba de que sonara lo menos preocupante.

—Esta bien doctora —.  Suspiro con preocupación la señor flores.

Rose solo escuchó en silencio, se preocupaba de lo que podía ser y unos rayos X lo antes posible era demasiado, no contaban con los recursos necesarios para hacerlos rápidamente. Lydia se dirigió con su mamá, la doctora le recetó unas vitaminas y medicamentos para el Dolor, y se despidieron.

Al salir del consultorio, una señora paso con en bebe en brazos con la doctora, la mamá de las hermanas les dijo que la esperaran allí ya que iba por los medicamentos, ellas obedecieron.

Una joven de cabello casi rubio y ojos color azules, solo observaba a lydia y Rose, pero no era capaz de hablarles, camino aún con algo de duda hacia ambas hermanas.

—Rosa, lydia...  ¿Como están? ¿Cuanto tiempo? —. Le dijo con algo de nervios, ambas la miraron, lydia le sonrió aunque realmente no quería hablar con ella.

—Oh~ Paulina—. Dijo Rose con una sonrisa y mirada de superioridad.

—Estamos bien ¿Y tu?—. Le respondió lydia.

—Bien—  sonrió.

—Estaba bien hasta que nos topamos con tu desagradable presencia —. Se burlo Rose, aun sin quitarse los audífonos.

—¡Rose!—. Exclamo lydia halando levemente la manga de su hermana.

—¿Qué pasa?—Dijo mirando a su hermana, para después mirar a paulina. — Es que mira que en tu cabeza no graba que me llamo Rose no Rosa—. Dijo de manera fría.

—Cierto ¿Rose sigues siendo tan lista? —. Trato de sacar plática, lydia y mantuvo detrás de su hermana.

—¡Claro! Hasta estudie 2 años por el extranjero —. Le presumió Rose, la joven se sintió menos. —Y tu eres tan tonta, si no me equivoco has reprobado 3 materias —. Se burlo, lydia miro con desaprobación a su hermana, pero este no le importaba.

—Veo que aun te molesta eso, pero vamos íbamos en la primaria eramos unas niñas—. Justifico. Pero ella fingió no escuchar.

—¿Donde esta la inteligencia que te guardabas?—. Le preguntó de manera fría y sarcástica.

—Rose tranquila —. Le dijo su hermana. Paulina se sentía humillada ante el trato de aquella niña que antes llegó a considerar su mejor amiga. Nadie de los que pasaban allí se daban cuenta de aquella fría discusión. —Vamos, vamos con mamá —. Sugirió lydia. Halo a su hermana, y se despidió amablemente de paulina, más Rose no se despidió.

Lydia no conocía esa parte de su hermana, caminaron hasta llegar con su mamá, cuando hubo recibido el medicamento se fueron a la casa y allí comenzó las Dudas.
Al llegar a la casa la mamá se sentó en la silla del comedor y miro a ambas niñas .

—¿De donde sacaremos el dinero? —. Nadie le supo responder. —Rose quitate esos audífonos—. La mencionada suspiro y se quito los audífonos.

—Yo consigo el dinero ¿De Acuerdo?—. Hablo Rose de forma tranquila.

—¿Y como lo vas a conseguir? —  pregunto molesta la mamá. Lydia solo miro a su hermana.

Rose empezó a marcar un número y coloco su celular en alta voz para que escucharan. Una voz masculina se escuchó al otro lado de la linea.

—Cedrick necesito dinero —. Dijo Rose al momento de haber escuchado la voz del joven.

«¿Para?» Le Pregunto de manera fría.

—¡Oye!—. Exclamo. Su hermana y su mamá solo observaban la cara de molestia de Rose. —¡Prometiste que me obedecerías! —. Se quejo.

«Vale, te lo llevare mañana, ¿Para cuando lo necesita la reina?» Dijo en tono molesto.

—Para mañana—. Le respondió molesta, sólo escucho un OK y la llamada se corto.

Rose estaba molesta, él nunca la trataba así, lo peor es que su hermana y su madre habían escuchado, sin darse cuenta, pequeñas lágrimas deslizaron sin que ella lo notara.

—Rose...—.Susurro lydia acercándose a la mencionada, la mamá miro preocupada a si hija.

Rose al darse cuenta de las lágrimas se lanzó a correr subiendo las escaleras para dirigirse a su cuarto, su hermana la siguió con preocupación, Rose era fuerte, nunca demostraba sus emociones pero en aquel momento esa mascara había caído. Cuando llego se aventó a su cama cayendo boca abajo, agarró su almohada para taparse la cara y que su hermana no la viera así.

—Rose. No llores por un tipo así —. Le dijo lydia.

—Él nunca ha sido así conmigo, el es tan bueno... No entiendo porque me trato así —. Le respondió entre sollozo, dejo aun lado la almohada, miro preocupada su hermana y la abrazo.

—¿Cómo lo conociste? —. Preguntó lydia, pues si bien rose decía que era bueno, la forma de conocer si es verdad es sabiendo como lo conoció.

—Lo conocí una semana después de haber llegado a estados unidos.

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