Eibom de Alger Obelia, emperador de obelia, alguien con un gran poder, inteligencia y destreza. Alguien con una gran belleza. Un hombre apuesto y seductor.

Fue el primogénito del antiguo emperador Atherius de Alger Obelia. Tuvo hermanos y hermanas menores, en total eran 7 hermanos de distintas madres, durante toda su infancia supo que una mujer del harem era la favorita de su padre.

La princesa del reino de las brujas, una santa, una bruja. Una hermosa mujer de largos cabello plateados con puntas rosas y unos hermosos ojos amatista. Era toda una belleza.

Ella quedó embarazada del octavo hijo del emperador, Eibom tenía curiosidad por saber cómo sería el hijo de la favorita de su padre. Esperaba un príncipe el cual competiría con él por el trono, típico de una historia cliché.

Pero se equivocó, la princesa tuvo una hija.

Tenia otra hermana, la princesa la nombró Alisha y su padre le dio el nombre Real. A ninguna de sus hijas le había dado el nombre Real, solo los príncipes lo portaban. El que la nueva princesa tenga el nombre Real quería decir que era la favorita de su padre.

Alisha de Alger Obelia pronto se convirtió en la favorita del heredero al trono.

Eibom la tuvo en sus brazos cuando tenía tan solo 8 años, la vio tan pequeña y delicada que juró protegerla, cuando asumiera al trono ella sería la única sobreviviente entre todos sus hermanos.

Desde niño su mentalidad era la de un adulto cruel y sin compasión. Tal como su padre.

La vio crecer poco a poco, ella era hermosa igual que su madre. Las dos eran las mujeres más hermosas de toda obelia, ninguna mujer se atrevía a mirarlas con maldad o serían enviadas a la horca.

Ellas vivían en el palacio Emerald, solo las princesas debían de vivir en él pero las únicas princesas que vivían en ese palacio eran la princesa del reino de las brujas y la princesa Alisha.

Las mujeres del harem envidiaban a la favorita del emperador, ellas junto a sus hijas e hijos vivían en el palacio rubi.

Los años pasaron y la princesa creció dotada de belleza, inteligencia y sabiduría. Su madre le enseñó todo tipo de cosas, le enseñó sus orígenes, le enseñó a usar sus poderes como bruja y maga, ella portaba magia Blanca como su padre pero también portaba magia negra como su madre que era mitad bruja mitad santa.

La princesa Alisha era el tesoro de obelia, portaba magia Blanca y negra y portaba el poder sagrado de su madre. Era alguien único.

Eibom la visitaba cada 2 días, le regalaba miles de cosas y tomaban el té juntos.

Atherius y Eibom citaban a las dos princesas al palacio Garnet para almorzar, tomar el té y algunas veces cenar.

Eibom estaba loco por su hermana menor, su amor poco a poco había dejado de ser fraternal. Pero nadie decía nada, el incesto estaba permitido en la realeza. Y tampoco iban a decir nada ya que él es el príncipe heredero.

Él cumplió 16 años y ella 8 años, ella recibió miles de regalos por parte de los nobles más importantes en ese baile donde festejaban su octavo cumpleaños.

Hasta que un sacerdote del templo sagrado hizo acto de presencia, saludó al emperador, saludó a la santa y se arrodilló ante la princesa ante el shock de todos.

Alguien del templo jamás se arrodillada ante nadie, solo ante sus divinidades. Ni siquiera se arrodillan ante la santa que era la enviada de los dioses.

-princesa Alisha, es un honor estar presente ante el Oráculo de Dios, la persona con mayor divinidad de todas, incluso mayor divinidad que la de un santo.

Ante tal revelación todos se quedaron en silencio y la princesa solo sostuvo la ropa de su hermano con temor. El cual salió de su sorpresa y acarico su cabello tratando de tranquilizarla.

Ella le había contado que algunas veces soñaba con cosas raras y que podía escuchar voces de algunas personas, incluso podia ver a animales o personas que ya habían muerto. Pero Eibom siempre pensó que era por su poder de bruja o por su poder sagrado.

Esa noche se anunció que la princesa Alisha era el oráculo de obelia, el primer oráculo del imperio.

Ahí estaba la demostración de que la princesa sí había sido bendecida por los dioses.

-no quiero irme hermano -miro con tristeza las lágrimas de su hermana menor.

Él la abrazó y acaricio su espalda escuchando sus sollozos.

Los sacerdotes del templo se habían ofrecido a ser los maestros de la princesa para que sepa controlar el poder que tenía, tal como le pasó a su madre que tuvo que irse al templo por unos años ahora le tocaba a ella.

Su madre tenía un gran conocimiento como santa y bruja pero su conocimiento no llegaba hasta el poder de un oráculo.

-Ali, solo será por un tiempo, yo tampoco quiero que te vayas pero es por tu bien, cuando menos te quieras dar cuenta estaremos juntos nuevamente.

Trato de consolarla, le sonrio con suavidad y limpio sus lágrimas, ella sollozo y asintió.

Ella no quería irse, se alejaría de sus padres, de su hermano, de las mujeres que la cuidaron desde bebé.

-hija, estarás bien, puedes confiar en él, fue mi maestro y es una gran persona -la santa acaricio el cabello de su pequeña que tenía la miraba gacha tratando de no llorar, su madre la miro con tristeza y la abrazo -mamá se conectara contigo todas las noches, es una promesa, tienes que ser fuerte.

La pequeña rubia asintió y le devolvió el abrazo a su madre.

El emperador y el príncipe heredero miraron a las princesas con tristeza, ellas eran lo más importante para los dos.

-princesa -el rubio mayor alzo a su hija que lo miro con sus ojitos tristes, el rubio beso su frente y pego su mejilla con la de ella -estaras bien, eres la hija de las dos personas más poderosas del imperio, eres única, eres valiente e inteligente -la halago su padre mirándola con una sonrisa.

La menor sonrio sonrojada y abrazo a su padre. Mientras su madre acariciaba su espalda con una sonrisa amorosa.

Eibom sonrio alegre ante la imagen de su padre, su madrastra y su hermana menor.

La santa podría no amar a su padre pero lo toleraba por su hija, por su tesoro.

La princesa Alisha partió del Palacio Real siendo despedida por toda la ciudad imperial. Por semanas oraron a sus divinidades por la seguridad de la princesa, enviaron regalos a la santa para acompañarla en su sufrimiento.

El imperio entero amaba a la santa y al oráculo, gracias a ellas eran un imperio bendecido que no pasaba hambre, gracias a su bendición el imperio no pasó por ninguna guerra.

Parece que gracias a la presencia de las princesas el emperador Atherius empezó a gobernar con igualdad y bondad, la pobreza había acabado. Muy pronto gracias a Alisha, Eibom empezó a darle importancia a su pueblo y sus deseos de tiranía se esfumaron.

Aunque eso no significaba que los dos rubios hayan dejado de lado su personalidad retorcida y sádica.

Habían pasado 8 años desde que Alisha se fue al templo sagrado, todo el imperio tenía noticias de que su amada princesa era poderosa, sabia e inteligente. Ayudaba a miles de personas, gracias a su poder miles de batallas, muertes y enfermedades se evitaron.

La santa se conectaba todas las noches con su hija, para luego contarle al emperador y al príncipe sobre la princesa.

Eibom fue nombrado emperador ese día, su padre había decidido retirarse y vivir tranquilo en una de las ciudades conquistadas con su amada santa. La cual había dejado de lado su odio y se enamoró del ex emperador.

En la noche, todos estaban festejando alegres por el nombramiento del nuevo emperador.

El cual a sus 24 años ya tenía 1 hijo, su primogénito Athanasio de 4 años. Una de sus concubinas había tenido a su primer hijo, ella pensaba que sería nombrada su esposa o reina pero Eibom jamás la volvió a llamar luego de haber tenido a su hijo, él se había llevado a su hijo al palacio garnet dejando a su madre en el palacio rubi.

No iba a permitir que uno de sus hijos esté cerca de una mujer avariciosa como ella. En esas semanas se habían enterado que una sirvienta estaba esperando su segundo hijo.

-luces feliz, madre -el nuevo emperador miro curioso a la santa que estaba sonriendo emocionada, su padre se encogió de hombros al no tener idea de lo que le pasaba a su esposa.

Por más años que hayan pasado el ex emperador y la santa lucian tan jóvenes como hace 8 años.  Todo era gracias a sus poderes.

El emperador estaba sentado en el trono y sus padras estaban a su lado, de pronto las trompetas empezaron a sonar dando el aviso que alguien importante había llegado.

-su alteza, la Princesa Alisha de Alger obelia!, el oráculo de obelia!.

La sorpresa reino en el gran salón y las puertas fueron abiertas dejando ver a una hermosa joven de largo cabello rubio con puntas rosadas, unos grandes ojos zafiro. Tras suyo estaban unas sirvientas junto al sacerdote que fue maestro de la santa.

Un bello vestido blanco ceñido al cuerpo, marcando sus caderas y sus senos, era hermosa.

Parecía una diosa.

-gloria y bendiciones al sol de obelia -su voz incluso era la de una diosa.

Tan suave, elegante y serena. Desprendía tanta tranquilidad y dulzura que todos quedaron encantados.

Eibom reaccionó y se bajó de su trono yendo rápido hacia donde estaba su hermana menor. Al llegar a donde estaba ella, la miro con amor y toco sus mejillas.

-ali -susurro con sus ojos brillantes de alegría, ella le sonrio con suavidad y poso sus manos en las de él.

-me da gusto volver a verte, hermano -el emperador no se hizo esperar y la abrazo lleno de felicidad.

Todos los presentes sonrieron ante el gran amor que profesaba el nuevo emperador.

-gloria y bendiciones al sol de obelia!, gloria y bendiciones al oráculo de obelia!.

El ex emperador y la santa miraron a sus hijos con suavidad aunque la santa hizo una mueca de preocupación al ver a Eibom.

Ellos dos ya no eran unos niños y Eibom demostraba un gran amor por Alisha, un amor que estaba lejos de ser fraternal.

La santa esperaba que su amada hija no deba de seguir sus pasos, esperaba que su hija no fuera aprisionada por alguien de la realeza y deba de quedarse en silencio para evitar una catástrofe.

Aunque algo dentro suyo le decía que su mayor temor se iba a cumplir.

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