-es tan tierno.

La bella princesa acarició la mejilla de su primer sobrino, luego de saludar a sus padres y hermano pidió ver a su sobrino. El cual ya estaba durmiendo, pero eso no evitaba que el emperador cumpliera su deseo y deje ver a su hijo.

-hn, me da gusto que hayas vuelto Ali, estás realmente hermosa -susurro el emperador mirando cada parte del cuerpo de su amada.

La oji zafiro solo sonrio levemente al sentir su potente mirada, ella le estaba dando la espalda, la princesa había regresado al imperio gracias a las visiones que tuvo.

Debía de evitar lo que pasaría entre sus dos sobrinos.

-"athanasio, claude, debo de evitar esa catástrofe".

Beso la frente de su sobrino que se encogió pero luego sonrio entre sueños al oler un dulce aroma cerca suyo.

Eibom solo sonrio satisfecho, era como ver a una madre con su pequeño hijo.

Cómo seria ver a su amada Alisha con su hijo en su vientre?.

Sus padres habían decidido quedarse 1 semana para pasar tiempo con su hija, aunque luego de esos días decidieron irse del Palacio Real.

Alisha había estado residiendo en el palacio Emerald, en toda esa semana no vio a su sobrino y a la mujer que llevaba a su segundo sobrino en su vientre. Toda esa semana Eibom fue a verla, tomaron el té juntos, ella le contó todo lo que pasó mientras no estuvieron juntos igual que el rubio.

-mucho gusto athanasio, soy Alisha tu tía.

Se arrodilló ante el príncipe que se sonrojo ante la belleza de la mujer ante él.

El pequeño príncipe de 4 años, había escuchado sobre la llegada de su tía. Escucho que ella era sumamente importante para el imperio, él siempre fue adorado por sus abuelos, recibió el amor de su padre y abuelos, pero jamás recibió el amor de su madre. Jamás supo quién era, ahora que veía a Alisha...deseaba que ella fuera su madre.

-m-mucho gusto -susurro jugando con sus dedos, ella le sonrio enternecida y lo alzo sorprendiendo al menor.

-mande a hacer unos dulces que son del reino de las brujas, me gustaría que los pruebes -conto alegre, el menor apretó su ropa avergonzado y asintió.

Las sirvientas y la nana del primer príncipe sonrieron enternecidas ante la interacción de los dos rubios.

Lo más seguro es que el emperador estaría enormemente feliz al saber de la relación de su hijo y su hermana.

Toco con suavidad el vientre de la mujer castaña, la cual se sonrojo al ver la belleza de la princesa.

Alisha había pasado otra semana entera compartiendo sus tardes con su sobrino, el cual le tenía un enorme cariño, Eibom estaba enormemente satisfecho con la relación de su hermana y su hijo. Los 3 parecían una familia al estar juntos.

Ese día la princesa había decidido visitar el palacio rubi para conocer a la madre de su segundo sobrino.

-sera un niño fuerte y sano -le sonrio amable a la futura madre que le sonrio alegre.

-gracias por venir a visitarnos su alteza, es un honor tenerla aquí -bajo la cabeza en modo de reverencia mientras la rubia se sentaba a su lado.

-no debes de agradecer, tenemos la misma edad puedes tratarme con naturalidad.

-eso seria una falta de respeto su alteza -la miro preocupada haciéndola reír levemente.

-tu debes de ser la futura niñera de mi sobrino -miro la mujer peli marrón rojizo que hizo una reverencia ante ella.

-mucho gusto su alteza, soy la duquesa Loebein, es un honor ser la futura niñera del segundo príncipe.

Le princesa le sonrio amable e hizo una impredecible mueca de tristeza al ver al niño a su lado. El hijo de la duquesa, Felix Loebein de 5 años, la miraba con sus grandes ojos grises.

Ese pequeño sufriría mucho por la falta de atención de su madre, él la comprendería e ignoraria su necesidad de tenerla a su lado, pero cuando ella partiera de ese mundo allí se daría cuenta de cuánto la necesito.

-hola pequeño, cómo te llamas? -se arrodilló ante el pelirrojo que apretó el vestido de su madre avergonzado.

-f-felix, su alteza -susurro sonrojado, ella sonrio enternecida y acaricio su cabello.

-mucho gusto felix, por favor cuida mucho de mi sobrino, estoy segura que serán grandes amigos casi como hermanos -le sonrio alegre haciendo que el menor la mire curioso y luego asintiera feliz.

-felix cuidará mucho del príncipe! -prometio alegre, ella acaricio su mejilla y se paro.

-cuando desees puedes venir a tomar el té y charlar conmigo, vendré más de seguido para visitar a mi sobrino -aviso lo ultimo mirando a la madre de su sobrino.

Cuando la princesa volvió a su palacio se encontró con Eibom en la salida, ella le sonrio y él tomó su mano.

-pareces interesada en ese niño.

-claro que sí, será mi segundo sobrino, es una pena que no haya podido ver el crecimiento de Athanasio pero no me voy a perder por nada del mundo el crecimiento de mi segundo sobrino -sonrio feliz haciendo reír al emperador.

-parece que mi duda fue acertada, tendré un segundo hijo, eres una persona realmente bondadosa -acaricio su mejilla y beso su frente haciéndola cerrar sus ojos.

Ella fue abrazada por el mayor y al ocultar su rostro en su torso hizo una mueca de tristeza.

Parece que iba a tener que dejarse amar por su hermano para que el destino de muchos no sea desastroso.

.

.

.

-Eibom.

Susurro sonrojada mientras el nombrado la miraba con adoración.

Habían pasado los meses y ese amor entre los dos hermanos había dejado de ser fraternal, ella aceptada los sentimientos del emperador y éste día a día la conquistaba demostrándole su gran amor.

Hasta que llegó lo inevitable.

-ah!.

Se arqueo al sentir los besos del emperador por su vientre hasta llegar a su feminidad, sintió sus grandes manos acariciar su cuerpo con amor y lujuria. Sus ojos brillaban con fuerza, había anhelado ese momento por tanto tiempo.

-alisha.

Beso sus labios con suavidad mientras ella lo abrazo por el cuello, su miembro se adentró poco a poco en ella y robo su pureza. Esa pureza que solo sería de él.

Se unieron y ella lo hipnotizo con sus jadeos y gemidos. La vio retorcerse bajo su cuerpo, la escuchó gemir su nombre una y otra vez, pedir por más. Mirarlo con sus grandes ojos zafiro inundados de lujuria.

La hizo gozar de placer.

-Eibom ah! -marco sus uñas en sus hombros al sentirlo aumentar sus embestidas y tocar su punto dulce.

-ali -gruño mirándola a los ojos, el chapoteo de sus intimidades se escuchaba en la oscura habitación.

Unas embestidas más y los dos ahogaron sus gemidos en un fogoso beso, sus lenguas jugaron mientras sus cuerpo temblaron lentamente y se liberaron.

El emperador la llenó por completo sintiéndose totalmente apretado por la princesa, era una sensación enormemente placentera.

Esa noche se unieron una y otra vez sin importarles que alguien los descubriera.

.

.

.

-es hermoso.

Miro emocionada a su pequeño sobrino recién nacido en sus brazos.

Fue una sorpresa que al otro día de haberse entregado a Eibom, su segundo sobrino haya nacido.

La madre del pequeño estaba en la cama mirando con amor a su hijo, esperando paciente la llegada de su amado. La princesa fue la primera en ir directo a verla cuando se enteró que ya había dado a luz.

-Ali -el emperador entró a la habitación  mirando con una sonrisa a su hermana, la cual lo miro sonrojada al recordar la noche anterior.

-..Eibom -lo saludo un tanto avergonzada, el nombrado sonrio de lado satisfecho y luego miro aún más satisfecho al bebé en sus brazos.

Su idea de tener un hijo con su hermana se estaba afirmando aún más.

Se acercó a ellos y toco la mejilla del niño que bostezo abriendo sus ojos y dejando ver unos hermosos ojos zafiro.

-Claude de Alger obelia, segundo príncipe de obelia -anuncio haciendo sonreír alegre a la madre del segundo príncipe.

-su majestad...

-desde ahora los príncipes vivirán en el palacio Emerald con la princesa Alisha, ella se encargará de los príncipes -detuvo por completo la voz de la mujer que abrió sus ojos sorprendida y miro asustada a la princesa.

La cual apretó sus labios preocupada y miro a claude que jugaba con su cabello.

Tal vez era mejor así, así los dos hermanos vivirían juntos y tendrían otro tipo de relación entre ellos.

-seras un pequeño fuerte y poderoso! -lo elevó Atherius a claude que rió divertido por la atención de su abuelo.

La santa y la princesa rieron al ver a los dos rubios, todos estaban en el jardín del palacio Emerald.

-tía, mira -athanasio la mostro su dibujo a Alisha que le sonrio y acaricio su cabello.

-es hermoso Atthy -el menor sonrio alegre y volvió a dibujar al lado de su amada tía.

La santa miro a su hija y luego suspiro con tristeza.

-...así que debes de seguir mi mismo camino -las dos princesas miraron al ex emperador y al segundo príncipe que reian alegres.

-...debo de hacerlo o el destino de esos dos niños será una catástrofe y eso involucrará a todo el imperio -confeso susurrando mirando de reojo a su sobrino mayor que ignoraba todo lo que estaba pasando.

La oji amatista apretó sus labios triste y acaricio la mejilla de su hija.

-no importa qué pase, siempre estaré a tu lado y no me pondré en contra de lo que decidas -alisha la miro con los ojos cristalizados y se dejo abrazar.

Su madre acaricio su cabello y beso su cabeza.

-...sé el costo de todo esto y no puedo decir que te comprendo porque no podré hacerlo pero has sido bendecida con 2 hijos, pequeña -susurro sintiendo el cuerpo tenso de su hija.

La princesa solo guardo silencio y se dejo mimar por su madre.

.

.

.

Tapo a su pequeño sobrino mayor que abrazaba una almohada con fuerza y a veces murmuraba algunas cosas.

Ella rió por lo bajo y luego se acercó a la cuna de claude, había veces que ella dormía con sus sobrinos así que llevaba la cuna de claude a su cuarto.

-qué haces despierto pequeño?, es hora de dormir -susurro alzando a su sobrino que balbuceo feliz.

Ella se sentó en un sillón individual y miro al bebé jugar con su largo cabello, por unos segundos dejo ver su tristeza.

El bebé metió el cabello de la rubia a su boca y movió sus pies alegre, hasta que sintió unas gotas caer en su mejilla y miro curioso a su tía.

Sus bellos ojos zafiro brillaban de tristeza y sus lágrimas caían lentamente, su dolor era silencioso y solitario.

Estiro sus brazos hacia su rostro y ella cerró sus ojos pegando su frente con la de él haciéndolo cerrar sus ojos.

-asi que a esto se refería madre.

Se exaltó cuando escuchó la voz de Eibom, el cual la miraba desde la puerta con preocupación y tristeza. La santa le había dicho al emperador que esa noche fuera a ver a Alisha, que ella lo iba a necesitar más que nunca.

La princesa apretó sus labios y bajo su mirada tratando de ocultar sus ojos, el rubio se deshizo de su saco y lo dejó al borde la cama. Se arrodilló ante ella y levantó su mentón con su mano.

-ali, puedes confiar en mi, dime qué te sucede? -suplico con tristeza.

Ella dudó en decirle pero luego lo miro con tristeza y sonrio con dolor.

-...vine para evitar un destino desastroso para estos dos pequeños y para todo el imperio, pero.... el costo de cambiar el destino es caro...yo -mordio su labio inferior al sentir que iba a llorar de nuevo, ahogo su sollozo mirando a claude que seguía balbuceando al ver su tristeza -...yo...no puedo tener hijos.

Sus lágrimas volvieron a caer y abrazó el pequeño cuerpo de su sobrino mientras sollozaba. El silencio reinó en la habitación y el emperador la miro en shock pero luego la miro con tristeza y la abrazo.

Acaricio su cabello escuchándola llorar, ahora dónde estaba esa bendición que decían todos?, dónde se demostraba que Alisha fue realmente bendecida por los dioses?.

Ella debía de vivir por y para otros, no podía cumplir sus sueños o hacer lo que deseaba, incluso debía de sacrificarse a sí misma para el beneficio de otros.

Athanasio abrió sus ojos y escuchó con preocupación el sollozo de su tía, él había escuchado todo lo que dijo su tía y jamás iba a olvidar esa noche.

Esa noche que se prometió proteger eternamente la bella sonrisa de Alisha.

Esa noche que se prometió cumplir el deseo de su tía de ser madre.

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