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Capitulo XXI. El reencuentro

Sakura había despertado al menos en 3 ocasiones por las múltiples nauseas que padecía, Ino había escuchado a la princesa así que se dirigió a su habitación para revisarla.

-Tienes fiebre Sakura, deberíamos llamar a un médico – propuso Ino.

-No, estoy bien, no me siento tan mal – susurro la pelirosa.

-¿Cómo puedes decir eso? Mírate, estas temblando y has vomitado un par de veces.

-No, debe ser una infección sin importancia, con un té me sentiré mejor, te lo prometo – le suplicó la chica.

-Bien, iré a prepararte uno – se alejó Ino, dirigiéndose a la cocina.

Ino preparaba el té y buscaba medicamentos para la pelirosa, y cuando se dirigía a la habitación de la princesa, Fugaku la intercepto.

-Señorita Yamanaka, a donde se dirige a estas horas ¿se siente enferma? – preguntó curioso el rey Fugaku.

-Su excelencia – hizo una reverencia la rubia – es para la princesa, me temo que en particular esta noche no se ha sentido muy bien, se ha levantado al menos en 4 ocasiones a devolver y tiene un poco de fiebre, me ha pedido que le lleve un te de hierbas para relajarse un poco.

-Hmmm iré contigo a verla – comentó casi a modo de orden y ambos se dirigieron a la habitación de la princesa.

-Princesa – tocó suavemente la puerta – he traído lo que me ha encargado, el rey Fugaku me ha pedido que lo deje entrar, creo que esta preocupado por usted – comentó dulcemente la rubia.

-Pueden pasar Ino – se sentó sobre su cama la pelirosa.

-Luces mal Sakura – se aproximo Fugaku, observando atentamente las muecas que hacía la pelirosa.

-Debe ser solo una pequeña infección, no tiene porque molestarse – sonrió la chica.

Fugaku activó su sharingan y contemplo solo unos instantes a la princesa.

-Ino, déjanos solos, puedes retirarte, me gustaría hablar un momento con Sakura – ordenó Fugaku, logrando sorprender a ambas.

Ino hizo una reverencia y se retiro de la habitación, dejando a ambos solos, Sakura observó confusa a su suegro sin decir nada.

-Desde cuando no has reglado – pregunto abruptamente el azabache logrando causar un notable sonrojo en las mejillas de ella.

-No creo que...

-Desde cuando Sakura – exigió el azabache.

-Casi 9 semanas – comentó con voz quebrada la pelirosa, acompañando aquella respuesta con lágrimas en sus ojos.

-Perdóname, no quise ser brusco – se disculpo el moreno – porque no no lo habías hecho saber – pregunto curioso - ¿le has dicho a Sasuke? – se acercó a ella ofreciéndole el té que Ino le había preparado.

-No, no lo sabe nadie, bueno ahora usted, nunca he sido muy regular así que quería estar segura para poder decirle... quería que Sasuke fuera la primera persona en saberlo –se encogió de hombros.

-Disculpa por haber roto tu deseo, pero desde hace tiempo te había notado extraña y percibía en ti dos chacras totalmente distintos, tenía que comprobarlo antes de hacerme falsas ilusiones de ser abuelo – le sonrió a la chica, era la primera vez que Sakura veía sonreír a su suegro.

-No tiene porque disculparse, al contrario, discúlpeme a mi por no habérselo contado antes.

-Sabes Sakura, Sasuke tiene que saberlo lo antes posible – le retiro la taza de té que antes le había ofrecido.

-Pero tengo un poco de miedo a la reacción que tenga, no se si le agrade la idea de ser padre y menos en esta época de guerra – entristeció la princesa.

El azabache la contemplo unos minutos y suspiro.

-Sakura, se que Sasuke no es muy emotivo y quizá la culpa sea mía, pero... vamos un hijo siempre será una bendición en la época que sea – se sentó al lado de la pelirosa – aún recuerdo cuando Mikoto me sorprendió con la llegada de Itachi y después la de Sasuke, han sido de los días más emotivos de mi vida, sabes Sasuke también llegó en época de guerra, es curioso no.

-¿Por qué me cuenta esto Fugaku-sama? – pregunto curiosa la chica, observando como se dibujaba un hoyuelo en la mejilla de su suegro (cómo era posible que en un tipo tan serio como Fugaku tuviera hoyuelos).

-Bueno Sakura, eres la esposa de Sasuke, mi nuera, ahora somos familia, además de que dentro de poco me darás la fortuna de tener a mi primer nieto – colocó dos de sus dedos en la frente de la chica, logrando que ella sonriera.

A la mañana siguiente Fugaku y Sakura se alistaban muy temprano para ir al campamento en donde se encontraban las 6 naciones, no podía esperar ni un minuto más para ver a Sasuke y darle la noticia de que esperaba un hijo de él; Itachi que era el encargado de la seguridad de Sakura junto con el equipo Anbu estuvo en desacuerdo, pero después de que Fugaku insistiera tanto, termino por aceptar, siempre y cuando los acompañaran 6 miembros del escuadrón Anbu.

El viaje hasta el lugar en donde se encontraba el campamento estaba a 2 semanas a caballo, Sakura estaba demasiado ansiosa por verlo, había soñado tantas veces el estar a su lado.

Al llegar al campamento, todos se sorprendieron de ver a Fugaku y a 6 miembros del equipo Ambu.

-Tío – hizo una reverencia Sai – sucede algo malo – pregunto curioso.

-No Sai, solo he venido a ver a Sasuke para tratar asuntos personales – comentó Fugaku mientras observaba atento el ejercito que su hijo encabezaba, eran cientos de hombres fuertes, unos completos guerreros, quienes algunos estaban descansando, otros comían pescado que doraban en una fogata y el resto entrenaba con sus espadas.

-Su excelencia, siempre es un gusto saber de usted, pero no creo que a su hijo le agrade que haya traído con usted a la princesa, hemos estado en tiempo de escases y los hombres no dejan de ver a la princesa, aún y cuando ella se cubra con esa capa, su aroma a cerezos es en lo particular demasiado tentador para algunos – se ruborizo un poco – me temó que si alguien intenta acercarse a ella, Sasuke no dudara en matarlos y su energía nos será más útil en la batalla contra los akatzukis y no contra sus propios hombres.

-Oh Sugetzui ocúpate de lo tuyo, ve y busca a mi hijo, dile que tenemos asuntos que tratar – comentó Fugaku a modo de orden, haciendo que de inmediato Sugetzui fuera en busca de Sasuke.

-Debe ser algo delicado he tío, para que hayas traído a Sakura-chan hasta aquí – sonrió Sai mientras se acercaba a la pelirosa –Hola Sakura-chan, en verdad es un gusto poder verte de nuevo princesa – abrazó a la chica.

-¿Por qué abrazas a mi esposa Sai?- comentó Sasuke mientras se acercaba hacia donde estaba Fugaku y la princesa.

-Lo siento querido primo, solo era cortesía – sonrió Sai, mientras se alejaba sigilosamente de la chica.

Sakura se quitó el gorro de la capucha y observó después de tanto tiempo a Sasuke, quien lucía sereno y se acercaba hacía donde estaba ella.


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