[21]
Erik se estaba preparando para volver junto a Dani a las pruebas. Había tenido unos días libres para curarse, y ya estaba totalmente recuperado. Durante ese tiempo había podido aclarar un poco sus ideas. El accidente, la desaparición de la piedra azul... Todo había sucedido el mismo día, apenas a horas de diferencia. Sobre la piedra no sabía que pensar, ¿era mejor así? No sabía lo que era, después de todo. Aun así, algo le decía que era algo importante. Decidió dejarlo pasar, de todos modos, no podía hacer nada.
Se acercó a la ventana, también había cambiado mucho su relación con Dani. Esa competitividad que llegaba hasta el odio sin razón aparente. No sabía que pensar sobre eso; por un lado se alegraba, porque sentía que por fin se estaban conociendo, por otro, temía que todo eso acabara a la par que las pruebas. Pues solo era eso, un trato, un acuerdo.
Miró la hora, si quería llegar al encuentro debía darse prisa. Bajó las escaleras rápidamente y salió de casa con las energías renovadas.
—¿Qué te pasa? —le preguntó Paul.
Dani se había reunido con Paul donde les habían indicado. Habían estado hablando apenas unos minutos, y ya era la tercera vez que le preguntaba eso.
—Nada —repitió, mirándole directamente—. ¿Por qué no dejas de preguntar?
—No sé, te veo pensativo —dijo Paul aguantándole la mirada, intentando ver a traves de la barrera que su amigo se empeñaba en interponer entre todo el mundo.
Mentira no era, no podía dejar de darle vueltas a los últimos días. Estaba contento, pues él y su padre trataban de comprenderse el uno al otro de nuevo. Les iba a llevar un tiempo, pero, al final, estaban rotos por lo mismo. Tendrían que ayudarse entre ellos.
—No te preocupes —dijo quitándole importancio—. ¿Cómo vas con Serena?
Dani señaló con un movimiento de cabeza a la chica que hacía equipo con Paul. Sabía que se llevaban mal, pero no le había vuelto a preguntar desde que empezaron las pruebas.
Paul se encogió de hombros.
—No es que haya cambiado mucho de idea respecto a ella, pero, ¿sabes qué he descubierto?
Dani le incitó a hablar.
—Tiene sentimientos.
Ambos se echaron a reír, aunque no tenían muy claro si por eso o por intentar sacarse los nervios de encima. Dani sonrió, por aquellas pequeñas cosas es por las que era su amigo, eso por no decir mejor amigo. Paul era una persona espontánea que sabía sacarle la tristeza y las preocupaciones a los demás de encima. Era fácil sincerarse con él, por eso en poco tiempo crearon una amistad duradera. De todos modos, Paul se tomaba las cosas con calma, así que hasta que no estaba seguro de que una amistad tenía una estructura estable, no seguía construyéndola. Dani sabía que, aunquel lograse que él le contase de todo y se abriese, él también se guardaba cosas, por eso tenía como objetivo conseguir que le confiase sus miedos.
—¿Ves? De nuevo estás como en otro mundo —dijo Paul cruzándose de brazos y lanzándole una mirada acusadora.
No se había molestado de verdad, puesto que sonreía, al borde de la risa.
—Si ya lo sé —dijo Dani devolviéndole la sonrisa—. ¿No te pasa a veces que empiezas pensando en una cosa y te lias tanto que acabas en otras veinte?
Paul metió las manos en los bolsillos y parpadeó mucho, queriendo decir que no entendía nada.
—¿Sinceramente? —El rubio asintió, así que el chico siguió—. No, nunca.
—Eso es falta de imaginación —dijo Dani con una sonrisa ladeada.
—¿Y tú si tienes? —le reprochó Paul riéndose por la discusión que estaban teniendo.
Dani empezó a reír de nuevo, sabía que probablemente muchos les estuviesen mirando, puesto que todos estaban muy serios. Igualmente, le miró para contestar.
—¿Y tú qué sabes? No tienes ni idea de lo que pienso —dijo aún entre carcajadas.
—Nada bueno, seguro.
Llegado a ese momento, ya estaban casi llorando de risa, pero les venía bien. Así, por lo menos, se olvidaban un poco de lo que les tocaba hacer a continuación.
Dani distinguió a Erik entre la gente, y levantó la mano para que le viera.
—¿Por qué le llamas? —dijo Paul susurrando mientras que Erik se acercaba.
—¿Por qué no? —le respondió en el mismo tono—. ¿No le vas a dar otra oportunidad?
Dani sabía perfectamente que antes habían sido amigos, pero Paul no le explicaba qué había pasado. Quería saberlo, incluso, le preguntó a Erik en su momento, pero solo le contestó que le preguntara a su mejor amigo. Si no se lo decía Paul, tampoco se lo iba a contar él.
—No —dijo secamente como respuesta.
—¿Nunca me vas a decir qué pasó? —preguntó Dani en un último intento.
—Nunca —le respondió cruzándose de brazos—. Y no esperes que lo haga.
Dani se giró para mirarle a los ojos.
—¿Tan grave fue? —preguntó sin creer que aquel fuese el único tema del que su amigo no le había contado nada.
—Desde mi punto de vista, sí —dijo Paul—. A lo mejor otra persona no lo vería igual, pero...
Cuando Erik llegó a donde estaban ya habían dado la conversación por terminada, solo con una mirada por parte de Paul. Dani notó como este último se tensaba a su lado.
—Pensaba que no llegabas —le dijo Dani, intentando evitar un silencio de esos que se hacen eternos y matan cualquier buena energía.
—Me imagino, lo siento —dijo Erik forzando una risa al final.
Sus ojos viajaban inconscientemente hacia Paul, así que tenía que recordarse apartar la vista todo el rato.
Dani dio un paso atrás, pero ninguno de los dos pareció darse cuenta. Había sentido que estaba en medio de algo que no le correspondía. Desde esa posición podía verles midiéndose el uno al otro con los ojos. ¿Qué podría haber pasado entre aquellos dos para acabar así? De repente, pareció que se dieron cuenta de que se estaban manteniendo la mirada demasiado tiempo, pues ambos rompieron ese contacto a la vez. Paul se giró, y miró a Dani, que le suplicaba explicaciones sin hablar. Este solo negó.
—Paul... —dijo Erik, provocando que el aludido se volviese hacia él—. ¿Podemos hablar?
Paul sintió cómo esas palabras estaban empezando a remover todos los recuerdos dentro de él. Erik había sido su mejor amigo, quería arreglar las cosas con él, pero le había hecho mucho daño, y eso no se borra tan fácil. Era consciente de que Erik lo sabía, y que probablemente se sentía culpable. Había cambiado, o eso parecía, pero le era difícil olvidar su otra versión. ¿Se podía cambiar de personalidad en un día? ¿Podía Erik volver a ser la persona que le hirió? Por algún razón, no podía evitar diferenciar en el chico a dos personas. ¿Acaso era ambas?
Sentía la mirada de Dani encima, y se sentía culpable cada vez que le preguntaba sobre lo ocurrido. Él le contaba todo, ¿por qué no le salían las palabras cuando se lo quería decir? Era frustrante. A veces se planteaba si merecía la paciencia que Dani tenía con él.
Dejó a un lado sus pensamientos y se fijó en la persona que tenía enfrente. ¿Habría cambiado de verdad? Según le aseguraba Dani, sí, pero...
Aún recordaba el momento en el que su amistad acabó, habían pasado tres años, pero lo recordaba como si hubiese sucedido esa misma mañana. Las mentiras, la pelea, descubrir la verdad...
Cuando se dió cuenta de que estaba tardando en responder se obligó a abrir la boca para decir algo que ni él tenía claro. Justo entonces, todo el mundo guardó silencio, la prueba estaba a punto de comenzar.
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¡Hola! ¿Qué tal?
¿Qué os ha parecido el capítulo? Ha tardado en llegar, pero espero que haya merecido la pena =)
Os leo...
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