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The Last

Hace mucho tiempo, cuando el concepto de Shinobi no existía. Cierta persona mordió la fruta prohibida y obtuvo el poder de Chakra, con el cual intento detener la Era de violencia. Sin embargo, con el paso del tiempo las personas se obsesionaron con el poder. Para mantener el orden en este mundo, ¿es necesario el poder o el amor?

La gran batalla que sucedió en el pasado, Hashirama contra Madara.

Este conflicto desencadenó en una larga guerra que continuó a lo largo de las generaciones venideras.

La lucha que continúa hasta la siguiente generación, la tragedia de Minato y Kushina vs Kyuubi y finalmente Naruto vs Sasuke.

~

Iruka está dando una lección a sus alumnos. Y ese día en particular, había algo que Iruka quería que sus alumnos escribieran en un papel.

–Si mañana fuera el último día de la Tierra, ¿con quien les gustaría estar? –Preguntó Iruka a sus alumnos.

–El mundo nunca llegará a su fin. –Naruto dijo con una sonrisa traviesa.

El rubio llevó ambos brazos detrás de su cabeza y quedó sonriendo. Entre ellos, Sakura bufó, para luego mirar en su dirección con una sonrisa. A Sasuke y Minato no les importaba lo que decían, ni lo que hacían. Deseaba que terminara la clase para ir a entrenar hasta que el cansancio pusiera fin a su día. Cuanto más pasara perfeccionando sus técnicas, mejor, antes que dirigirse a un departamento solitario.

–Por ejemplo... ...que el mundo fuera destruido.

–Si así fuera el fin del mundo. Desearía que caigan filetes de carne. –Dijo Chouji.

Los niños rieron, algunos por lo bajo, otros bien fuerte, como en el caso de su compañero de banco.

–Si el mundo llega a terminar estaré a tu lado, Sakura-chan.

–No te preocupes, pasaré mi último día con alguien que amo. –Dijo Sakura mientras se volteaba para ver a Sasuke con ojos soñadores.

–Escriban con quién quisieran pasar su último día en la Tierra. –Les dijo Iruka.

Esa explicación preocupó a Naruto y Minato. A diferencia de otros niños que tenían familias, o al menos seres queridos con quienes pasar el tiempo, ambos no tenían a nadie que le dificultara las cosas.

«Ah, no puede ser. No sé el nombre de tou-chan, el de kaa-chan tampoco... ...solo me queda el de Ane-ue.» –Y finalmente Naruto dobló el papel en blanco en su avión de juguete y lo voló por la ventana. Varios estudiantes, incluida Minato, vieron el avión volar justo en frente de ella antes de finalmente deslizarse por la ventana.

–Oye, Naruto. –Le grito Iruka.

La clase se centra ahora en Naruto.

–No lances tu papel. –Le aconsejó Iruka a Naruto.

–Pero no hay forma de que el mundo se acabe, dattebayo. –Dijo Naruto a la ligera.

Sasuke miró de forma desinteresada a Iruka quien se acercó hacia Naruto, y noto que Sakura rápidamente tapó su hoja para después mirar a Sasuke con una sonrisa nerviosa.

–Sólo dije "si fuese acabarse". –Dijo Iruka de nuevo.

–Pero no sucederá. –Dijo Naruto perezosamente.

Finalmente, sin entender mucho la situación, Minato escribió el nombre de la persona en un papel en su escritorio sin entender demasiado el caso. Pasó el tiempo y los niños de la clase de la Academia ya habían crecido.

[EN LA PANTALLA]

THE LAST: LA PELÍCULA

En uno de los pocos baños tradicionales que quedaban, la recepcionista hace a un lado la cortina de la puerta para que no golpeara al cliente contra la banderilla.

"Extrañaba venir a estos baños." –Dijo el cliente saliendo del lugar.

"Ojalá no se fuera tan pronto." –Dijo la mujer al viajero.

"Soy impaciente por naturaleza." –Dijo asintiendo el viajero, tomando de una de las esquinas de su sombrero, bajándolo levemente, el cual cubrió sus rasgos faciales.

"Viene una tormenta, cuídese." –Le advirtió la recepcionista– "Gracias por todo." –Hace una leve reverencia a modo de despedida al viajero e esperando nuevamente su visita.

En lo que el viajero caminaba colina abajo, de repente, unas nubes oscuras aparecieron a su alrededor. El viento soplaba contra las mejillas del shinobi, comenzando a cambiar su apariencia.

"Apurémonos." –Murmuró el viajero, levantó lentamente su sombrero y su cabeza, e observaba lo que dijo la recepcionista era cierto.

Vuelve a bajar la mirada y su sombrero, e apura el paso para evitar mojarse mucho en la tormenta.

Delante de él, había una figura que vestía un impermeable, que lo protegía de la lluvia.

"¿Eres Tadaichi-san, el ninja de Konoha?" –El viajero se detuvo cuando el extraño pregunto por él. La lluvia y el viento soplaban contra sus mejillas.

"Sí, soy de Konoha." –Respondió el nombrado Tadaichi– "Pero no soy un ninja, soy un humilde vendedor." –Dijo, mintiendo al extraño para luego seguir su marcha.

"Es inútil hacerse el tonto." –Dijo el encapuchado para luego girarse e ver a Tadaichi de espaldas– "Averiguamos que estuviste en ANBU." –Informó al hombre la información que recopiló sobre él.

El encapuchado levanta lentamente su cabeza, tirando el gorro de su impermeable a un lado. Ahora, su rostro estaba completamente expuesto.

"¡¿Un doujutsu?!"

Un primer relámpago lanzó un trueno rugiendo en el cielo.

Tan pronto como Tadaichi vio esos ojos carmesís, no fue capaz de escapar de su mirada, la fuerza escapó de su cuerpo y se vio obligado a caer al suelo.

Habiendo visto todo el espectáculo, su compañero de los ojos carmesíes se posó de lado de él.

"Bien hecho." –Halago la segunda silueta a su compañero. El ninja asintió en respuesta a sus palabras.

En medio de la lluvia, un profundo ojo carmesíes proyectaba una luz extraña. El clima se volvió cada vez más áspero, el viento alimentaba las nubes negras que ondulaban como dragones.

"Teñiremos todo de Sangre." –La segunda silueta asintió en respuesta a las palabras de su líder.

~

Las enormes puertas que conectan la aldea con el mundo exterior cierran la noche oscura. La suave luz de la luna que brillaba desde detrás de las nubes de luz, iluminaba los rostros tallados en piedra de los anteriores Hokages. A lo largo de las aldeas shinobi, la historia de la Tierra del Fuego y de Konohagakure no Sato, es particularmente antigua. Hace tiempo atrás, Pain de 'Akatsuki' había atacado la aldea, causando un daño devastador a Konoha, pero ahora era más prospera de lo que era incluso antes del ataque. Incluso la población, que había sufrido mucho por la Cuarta Gran Guerra Ninja, se estaba recuperando gradualmente. Esos tiempos difíciles fueron una parte esencial de lo que ahora hizo que el pueblo fuera tan exitoso.

Tres de los ex-alumnos del actual Hokage estaban en la oficina.

–¿Qué hacen aquí? –Preguntó el peligris luego de tener a tres de sus antiguos alumnos en su oficina.

La peliblanca y el chico parecían más bien serios con la situación, pero al parecer el rubio no tenía idea de nada o eso señalaba su sonrisa en sus labios.

–Mina-chan y Haku dijeron que venían a verte, así que vine con ellos. –Explicó, flexionando ambos brazos hacia detrás de su cabeza.

Una gota de sudor cayó por la nuca del Hokage tras aquella tonta explicación.

Kakashi suspiro, luego miró a la mencionada –¿Qué quieres, Hime, Haku?

Minato usa un traje enmallado de cuello alto, dejando los hombros descubiertos, y uno de los muslos al descubierto, como si fuera un tipo de calza, encima lleva un mini kimono negro con rojo de cuello v, atado con un obi color purpura oscuro, lleva un cordón atado en medio del abdomen, unos guantes negros sin dedos, dejando ver sus uñas, calzas negras hasta las rodillas, sandalias negras, lleva el vendaje corto y su porta armas.

Ella de inmediato volvió a poner una postura seria. El Hatake en un principio pensó que vendría a hablar de algún tema importante.

–No te hagas el idiota conmigo. –Dijo tajante la Hime– Han estado desapareciendo ninjas de Konoha. –Informó, atrayendo la mirada de curiosidad del jinchūriki del Kyubi mientras Haku asentía, estando de acuerdo con ella.

–¿Desapareciendo? –Preguntó Naruto con seriedad en su rostro.

Minato asintió.

–Conque también lo notaron. –Dijo en un suspiro el Hatake, dejando caer su espalda en el respaldo de la silla.

–¿Usted también, Hokage? –Haku lo miró atónito.

Kakashi asintió –Sí, pero aún lo estamos investigando.

–Hay un cliente regular de la floristería de Ino-san... –Se vio interrumpida Minato por el sonido de una explosión.

¡Poof! ¡Poof!

El sonido de la explosión se escuchó desde algún lugar a la distancia. Los tres rápidamente se acercaron a la ventana y la abren para ver de dónde había provenido.

–¿Viene de la puerta Aun? –Preguntó el Hokage al ver humo en esa zona.

Naruto abrió la ventana –Iré a echar un vistazo. ¡Dattebayo! –Les dijo saltando por ésta a un tejado de un edificio con la intensión de ir a esa dirección.

–Voy contigo. –Dijo hiñendo tras él.

–¡Oe! ¡Esperen! –Kakashi trató de detenerlos, pero ellos ya se habían alejado lo suficiente de la Torre Hokage– Cuento con ustedes.

~

Al llegar a aquella zona de la aldea, miraron desde arriba del tejado de una tienda la escena, había gente corriendo por doquier y no muy lejos de la entrada cinco tipos se acercaban cada vez más de una manera muy extraña.

–Es la guardia. –Mencionó la Momozono, mirando como los ninjas encargados de la puerta principal peleaban, o eso intentaban, con esas personas, pero de pronto uno de los cinco tipos que se acercaban, cortó el antebrazo de uno de los ninjas provocando que este retrocediera.

–Están a la defensiva. –Comentó el rubio al ver que atacaban a los ninjas– ¡Vamos a darle una mano! ¡Dattebayo! –Tanto él, la albina como Haku dieron un salto, cayendo de pie en el piso, pero justo cuando iban a ir a por los enemigos, una chica de larga cabellera del mismo color que el del rubio, algo más claro, apareció enfrente, evitándoles el paso.

–¡Matte! –Dijo mirando en dirección a esas personas.

–Ino. –Naruto, Haku y Minato vieron a Ino, al ser menciona por el rubio– Shikamaru, Chouji... –El equipo Ino-Shika-Cho apareció por completo.

–¿Qué pasa? –Cuestionó Minato al ver que todos estaban sin hacer anda, preocupándole de que estuviera pasando algo.

–No es posible... –La rubia se lleva las manos al pecho y luego señala con su dedo a una de las personas que atacaban– Tadaichi-san. ¿Él es Tadaichi-san? –Volvió a susurrar algo alterada.

–¿El que es cliente de su floristería? –Haku la miró preocupada.

Ino asintió.

Todos se sorprendieron ante esas palabras. La persona que Ino reconoció como Tadaichi, llevaba ropa de viaje, y no tenía expresión alguna en el rostro.

–¿Estás segura de eso, Ino? –Inquirió el Nara, acercándose más a ellas.

–Claro que no. –Respondió más confundida que antes, no aceptaba aún el hecho de que aquel cliente que siempre iba a su tienda, tan amable y familiar, estuviera atacándolos– Pero él jamás traicionaría a Konoha.

Todos fijaron su vista en ella, preocupados por su estado de ánimo.

Ino se llevó las manos al pecho –¿Por qué...?

–Un Genjutsu. –Exclamó Itachi, llegando a la escena junto a Ryûnosuke, Keiko y Takahiro.

–Puede que alguien lo esté controlando con un Genjutsu. –Comentó nuevamente Shikamaru sin dejar de ver como personas debieran de alguna manera siendo manipuladas.

–Es la única explicación que hay. –Comentó Ryûnosuke.

Minato quedó sorprendida ante esa observación y vio las caras del resto de ninjas que acompañaban a Tadaichi.

–Puede que esos sean los desaparecidos. –Dedujo Minato, pensando en la cantidad de ninjas que habían desaparecido las últimas semanas.

–¿Qué? –Preguntó incrédulo el Uzumaki.

–¿Son ninjas de Konoha? –Inquirió Chouji, mirando la escena con atención.

–Por eso están a la defensiva. –Concluyó Naruto mirando al equipo de barrera, no estaban luchando con la intención de hacerles daño, más bien, parecían retener a los aldeanos.

Uno de ellos, a quien identificaron como Tadaichi se acercó rápidamente a los ninjas que estaban a cargo de esa área, pero antes de que pudiera pisar un pie en la aldea, uno de los ninjas le lanzó un shuriken, clavándole éste en el pecho.

–No lo esquivó... –Dijo el rubio, asombrado por aquella falta de sensibilidad.

Tadaichi sujeto el arma y lo retiró hacia abajo, abriendo más la herida e provocando que se volviera más grande. Un poco de sangre cayó.

–¿No siente dolor? –Cuestionó Minato, tratando de analizar la situación. Algo raro estaba por suceder, lo sentía, pues no por nada aquel anciano había hecho eso y, además, no había hecho la menor demostración de dolor.

Todos pusieron atención cuando de la nada, de la herida comenzó a emanar una masa de color morada parpadeante que empezó a salir de la herida, la boca y las manos.

En ese momento Naruto supo que algo no iba bien, debía alejar a los ninjas de ahí.

–Rayos. –Actuó lo más rápido que pudo y comenzó a correr hacia ellos– ¡Kage Bunshin no Jutsu! –Crea dos clones de sombra e apareció al lado de ellos.

–¿Naruto? –Pregunta uno de los guardias al verlo.

–¡Vámonos! –Cada clon tomó a un ninja en el hombro y rápidamente salieron de ahí, alejándolos del señor que estaba expandiéndose. Se hizo una esfera redonda con un centro rojo que a los segundos explotó, creando una gran ráfaga de viento y destrucción en la puerta, también provocando unas heridas en las demás personas que atacaban.

–Son como bombas humanas. –Susurró el rubio.

–Tadaichi-san... –Ino observando sorprendida el lugar donde había explotado su cuerpo.

–Estoy bien. –Respondió Ino al gesto de Minato.

–Tratemos a los heridos. –Ryûnosuke vio que Minato no podía en esos momentos consolarla como le gustaría, pues habían personas que realmente si necesitaban ayuda y solo ellos estaban cerca para eso.

Ino asintió, yendo con él y Haku a sanar a los ninjas heridos. Pero la amenaza no se había ido.

Los otros desaparecidos comenzaron a actuar igual que el anciano antes de explotar.

Los sujetos explosivos comenzaron a avanzar hacia la entrada, ingresando entrar a Konoha.

–Atención. Están entrando. –Informó el Nara al ver que los otros cuatro ya habían cruzado la puerta.

–¿Ellos también? –Pregunto Chouji, al verles tan de cerca. Aunque algo les llamó la atención.

Apenas entraron, dos de ellos se detuvieron, los que habían recibidos unos cortes tras la primera explosión, de sus heridas comenzó a salir la misma masa morada y sus cuerpos se expandieron hasta formar esferas con el centro rojo, volviéndolos unas bombas aún más grandes que la primera.

–Es demasiado grande. ¡Dattebayo! –Comentó el Uzumaki.

Las esferas palpitaron, todos se pusieron en posiciones para atacar.

–Tck... Chouji, ¿puedes sacar las alas de la multiplicación? –Preguntó el Nara en dirección a su amigo.

–Entendido. –El Akimichi sacó una bolsa de papas que tenía guardadas, siempre traía una encima en caso de emergencia y ese caso era una de ellas. Abrió la bolsa y sin perder más tiempo se las comió de un solo golpe. Al terminarlas esta vez acumuló todo su chakra para realizar aquella técnica que había mencionado Nara con anterioridad.

La bomba explotó destruyendo la entrada.

Chouji con la ráfaga de aire que provocó para detener la explosión, pero no era suficiente.

–Ayudémoslo. ¡Vamos, Kurama!

–Azuriah. –Llamó la albina para que le ayudará.

Ambos Bijuus asintieron a su llamado y les prestaron su chakra.

Ambos jinchūrikis crearon el Rasengan y lo lanzaron, logrando evitar la explosión, la cual hubiera causado un gran desastre si no hubieran estado ahí.

Detuvieron la expansión de la explosión de la bomba, evitando daños en la aldea, a excepción de la entrada.

–Parece que nos la arreglamos. –Dijo cayendo al suelo.

–No esperaba menos. –Sonrío el Nara, dándole una palmada en la espalda del Akimichi.

–Aún no se ha acabado. ¡Dattebayo! –El rubio se acercó a la puerta, mirando hacía el fondo en donde comenzó a verse unas cuatro siluetas humanas acercarse.

–Siguen viniendo. –Informó Itachi.

Aquellas personas cada vez se acercaban más y comenzaban a creer que esto no terminaría nunca.

–¡Naruto! ¡Mina! –Los llamó el azabache Momozono acercándose a ellos– Puede que las heridas sean las que provoquen las explosiones. La transformación comienza cuando sale un chakra extraño de las heridas.

Todos lo miraron sorprendidos, dado que todo se podría complicar más si es así, sería difícil detenerlos sin tener que herirlos de alguna manera.

–Alguien debe estarlos controlarlo. –Comentó Keiko.

–Entonces, debemos ser cuidadosos. –Opinó Shikamaru.

–¡Naruto-kun!

En ese momento una nueva voz se escuchó, y al darse la vuelta vio la figura de una mujer que venía apresurada haciendo revolotear su largo cabello negro.

–Hinata. –Ve el Uzumaki a la recién llegada.

–¿Qué está pasando? –Preguntó la ahora esposa de Naruto, Hinata.

–Parece que todos están bajo un Genjutsu. –Explicó Naruto– El responsable debe estar cerca.

–Entiendo, lo buscaré. ¡Byakugan!

Hinata cargó el poder de su Byakugan. Los vasos sanguíneos alrededor de sus ojos subieron a la superficie de su cara y ella abrió los ojos.

Con el poder de sus ojos podía ver a través de todo, y rápidamente comenzó a investigar a los alrededores. En los bosques alrededor de los edificios, pero no encontró nada.

–No veo a nadie. –Expresó desconcertada la Hyūga.

–¿A nadie? –Murmuró Yamanaka.

«Ese chakra...» –Siente un chakra diferente e igual al de su ANBU amigo– «¡No puede ser!» –Exclamó mentalmente la Momozono menor ante ese hallazgo.

–Entonces, ¿cómo los maneja? –Habló Ino.

–En su interior fluye un chakra muy extraño. Puede que sea eso. –Exclamó la pelinegra.

–¿Basta con sacar ese chakra? –La Hyūga negó ante la pregunta del Uzumaki.

–El chakra circula como una parte del cuerpo. Puede que se haya integrado en él. –Dedujo Takahiro.

–Entonces, no podemos sacarlo tan fácilmente. Empecemos por detenerlos. –Respondió Shikamaru, seguro de que era la única opción.

–Pero, Shikamaru, será difícil sin herirlos.

Naruto levanto su cabeza y todas las miradas fueron hacia él.

–Tengo un excelente plan. ¡Dattebayo! –Exclamó el Uzumaki con una sonrisa pintada en su rostro.

~

–Bien, ahí vamos. –Naruto iba en la parte delantera del grupo. Se echó a correr. Mientras corría, envió a sus Kage Bunshin a la operación.

Naruto iba a la vanguardia, pateo el suelo y salió corriendo, activo su kagebunshin y con el verdadero en el medio avanzaron en forma de V. Los shinobi manipulados ahora podían ver a Naruto delante de ellos. Se miraron como enemigos. En ese momento, los clones de Naruto se dispersaron en cuatro direcciones diferentes.

Primero, detengo a las bombas con mis clones. –Empezó a explicar el Uzumaki su plan.

El enemigo no se vio afectado por la instigación de los clones. Los ninjas se dispersaron y comenzaron a perseguir a los clones de Naruto. Él estaba ampliando la distancia del enemigo.

Shikamaru estaba entre los ninjas enemigos. Si algo sucedía, probablemente no escaparía del daño. Mantuvo un ojo en el hombre que eligió, y con ambas manos, hizo sellos.

–¡Kagemane no Jutsu! –Extendió la sombra que estaba iluminada por la suave luz del Sol hacia su oponente.

–Luego, Shikamaru los retiene con su jutsu. –Continuó explicando el rubio.

–¡Hinata! –El jinchūriki del Kyūbi llama a la Hyūga.

–¡Voy! –Asintió.

Usando su Byakugan, buscó los puntos de presión del hombre. Apuntando a uno de ellos, usó su técnica Puño Suave. Ella extendió suavemente sus dedos índices. No había forma de que su objetivo fallara con esa técnica. Ella recordó los movimientos de Neji, quien había sido llamado el genio del clan Hyūga.

El dedo de Hinata se hundió en su cuerpo, y en un instante el hombre perdió toda su fuerza, dejándolo inconsciente, acabando pronto con ellos sin tener la necesidad de provocarles un daño el cual los llevaría de inmediato a la muerte.

–Y finalmente, Hinata los golpea y los inmoviliza de inmediato. –Finalizó de explicar su plan el rubio.

–No debería moverse por un día. –Dijo Hinata mientras se relajaba en los brazos de Naruto.

Usando este método, fue posible detener su movimiento de manera segura. Sin embargo, requería una alta concentración y sería una gran carga para Hinata.

–¿Estás bien, Hinata? –Pregunto preocupado el Uzumaki.

–Sí. –Dijo la peliazul enderezándose– Peleemos juntos.

Naruto al oírle, se sorprende de su fortaleza e asiente sonriéndole.

~

En un área apartada de un pequeño hospital trataron a los heridos y a los que estaban bajo el supuesto genjutsu. Minato se encargó de atender a todos, pero, aunque intentará tratar de sacar aquel chakra de sus cuerpos, sólo rechazaban los jutsus de ella.

–Nada. –Suspiró, fingiendo resignación, bajando su mirada, sintiéndose realmente mal por esas personas– El extraño chakra de sus cuerpos también rechaza mis habilidades...

–No te deprimas. –Le animó el Hatake, colocando una de sus manos en la cabeza de esta– Alguien está usando una técnica desconocida. Es obra de un usuario de Genjutsu con bastante talento. Itachi, ¿podrías ver sus recuerdos?

El Uchiha mayor asciende. Se acerca a la camilla y con dos de sus dedos, abrió uno de los ojos de aquella persona inconsciente y activó el sharingan con tal de meterse en sus recuerdos.

Una vez dentro de su conciencia, su campo de visión estaba en medio de la noche en un pueblo, luego la imagen cambió a uno completamente teñido de rojo. El océano rojo se extendió bajo sus pies y comenzó a ondularse como olas gigantes en respuesta al intruso.

Se vio sumergido en un mar rojo, nadó hasta la superficie donde a la cara le cayeron gotas rojas. Preguntándose si era sangre miró al cielo siendo sorprendido por unos extraños ojos que llevaban una línea horizontal en sus iris.

Cuando comenzó a sentirse extraño y más sofocado al estar bajo la mirada de esa persona, salió de la cabeza de aquel tipo, volviendo a la realidad, en la cual ha estado siendo observado por todos los ninjas de antes.

Su mente estaba bastante agotada, y se sentó en el suelo con ambas manos respirando pesadamente.

–¿Lograste ver algo? –Cuestionó el Hokage.

–Esto es obra claramente de una técnica ocular, aunque no sabría decirles cual. –Explicó.

–Aunque no es mucho. Puede ser como el comienzo para encontrar pistas. –Kakashi se quedó pensativo por un momento, tratando de hallar alguna solución– Tendremos que llamar a alguien con técnicas oculares excelentes.

Todos se le quedan mirando confundidos.

–¿Técnicas oculares? –Cuestionó Sai, provocando una expresión de sorpresa en la hanyou, haciendo que se volteara a ver al Hokoge, pensando en la posibilidad de que «esa» persona, sea la persona de la cual hablaba.

–Ese mismo. –Le afirmó Kakashi al verla, pensando en que ella había tenido en cuenta a la misma persona que él.

–¿Eh? –De pronto comenzó a sentir sus mejillas rojas tras ser descubierta de esa manera– ¡No he dicho nada! –Exclamó exaltada, negando rápidamente.

–¿Qué no dijiste? –Cuestionó curioso el rubio mirandola de reojo.

–¿Quién más?, baka. El baka ototo de Itachi-niichan. –Dijo secamente la albina para ocultar bien sus sentimientos.

–Con el Sharingan y el Rinnegan, tal vez pueda ver algo que nosotros no.

–¿Eh? Entonces...

Al Hatake se le hacía absurdo y algo tonto de todos que no se hubieran dado cuenta desde un principio. Volteó a ver a Naruto quien esperaba una respuesta.

–Sí, llamaremos a Sasuke.

Todos los presentes quedaron sorprendidos a lo dicho por el peligris.

–¿Puedes hacerlo? –Cuestionó, hablándole al pintor por encima de su hombro.

–Hai. –Afirmó, sacando su pergamino para comenzar con el mensaje.

–Sasuke va a volver... –Dice Naruto en voz baja, animado, pues hace ya un buen tiempo que no había visto a su viejo amigo y tenía curiosidad de saber cómo le había ido en su largo viaje.

En cambio, en Minato, tenía un lío de emociones. Estaba feliz, por un lado, lo volvería a ver después de todo. Pero, por otro lado, ella debía irse de la aldea para estar a tiempo en la Convergencia Armónica e destruir a Vaatu. Ella sabía desde un inicio cuál era su destino y para poder cumplirlo, debía irse para siempre y debe responderlo con su vida, igual como hicieron sus padres, hermanos e pueblo.

~

La línea que conectaba la tierra y los árboles eran de un verde intenso, y las raíces de árboles y enredaderas cubiertas de musgo, se enroscaron alrededor de gruesos camiones en círculos. El árbol a la luz del sol que crece hacia los cielos, probablemente tenía cientos de años y, sin embargo, sus puntas brotaban nuevas ramas.

Desde lo alto del gran árbol, una persona contemplaba el vasto paisaje que se extendía en todas las direcciones ante él. Desde atrás, un largo flequillo asomaba el Rinnegan de su ojo izquierdo. La mirada ordinaria del ojo derecho llevaba el Kekkei Genkai de su clan, el Sharingan.

Esta persona era Uchiha Sasuke.

Después de la Cuarta Gran Guerra Shinobi, Sasuke había regresado nuevamente a Konoha, pero después se fue poco a poco por segunda vez. Estaba viajando por el mundo.

Sasuke se encontraba sentado en las raíces debajo de un árbol, comiendo un onigiri que había comprado en los tantos restaurantes de uno de las aldeas que pasaba.

Un sonido le llamó la atención. De hecho, un maullido.

Delante de él se encontraba un gato de color negro. El gato al ver el almuerzo del Uchiha, le maulló para que le diese un poco.

El minino se acercó a él y éste le tiende la mitad de una bola arroz. El gato maulló de felicidad.

Sasuke miró al gato, estaba comiendo una bola de arroz que él le había dado.

En eso escucha otro ruido entre los arbustos y ve que salen dos pequeños gatos igual negros como el primero. El cual era una familia.

Estos maullaron para que les diese un poco a ellos también. Maullaron de felicidad e empezaron a comer.

Sasuke les lanza una porción de su onigiri desde la distancia donde se encontraban los dos mininos menores.

Cuando terminaron de comer, el gato mayor se estira antes de irse junto a sus dos crías. Dejando solo al Uchiha.

Sasuke sintió una presencia en la dirección del sudoeste. Si enfocaba sus ojos, podía ver que algo se acercaba. Era un pequeño pájaro que batía sus alas, pero el chakra que rodeaba a este pájaro no fluía a través de la sangre, sino a través de tinta y caracteres.

Sasuke rápidamente sacó un pergamino y lo abrió, permitiendo que el pequeño pájaro se explayara en el papel. Esta era una técnica ninja, Chōju-Giga, perteneciente a Sai, uno de los ninjas de Konoha. La figura del pájaro desapareció y fue reemplazada por una extensión de palabras de Konohagakure.

Era un mensaje del actual Hokage, Hatake Kakashi. El cual contaba lo sucedido en la aldea y que le pedía que volviera.

–¿Regresar a Konoha?

Si alguien hizo esto a mano, probablemente eran usuarios de Genjutsu. Esta situación era mejor para Sasuke, ya que él mismo tenía excelentes habilidades de Doujutsu. Si usaba su Sharingan, a menudo podía ver lo que otros shinobi no podían.

Usando sus ojos especiales, observó a sus alrededores una vez más. El humo se estaba elevando en las nubes blancas. Este humo no estaba presente antes, pero no significaba necesariamente que se estuviera quemando un fuego. Para decirlo con más precisión, este humo era más con vapor. Esa parte del bosque estaba cerca de Yugakure no Sato, cuyos baños de aguas termales solían producir vapor. Yugakure no Sato, estaba en la Tierra del Agua Caliente, cerca de la Tierra del Rayo y un barco que se va desde la Tierra del Agua.

~

Minato vio a tan solo unos metros de ella una silueta humanoide. Había una persona delante de ella en medio de la oscuridad.

La Hime no lograba ver su vestimenta, ni mucho menos su rostro, lo único que logró captar ver a la perfección fueron sus ojos que iluminaban la oscuridad por su particular color violeta.

La Hime nota que comenzó a dar pasos hacia ella, dejando ver principalmente su calzado ninja y poco a poco su vestimenta. Logrando verla claramente por la luz de la luna que caía justo sobre ella.

Sus ojos comenzaron a abrirse cada vez más y su mandíbula se descolocó al ver su cabello largo hasta los tobillos y acabado en rizos color azabache. Su vestimenta consiste en una blusa roja con cuello alto y detalle de escote de malla con pico en la parte baja de la blusa, un pantalón negro, guantes largos negros sin dedos, botas ninja, utiliza su Hitai-ate como un cinturón y su porta-armas.

Al verla en la apariencia de su Ane-ue, la sangre le hervía de coraje, enojo e enfadó y cambia rápidamente su expresión, volviendo a su estoica mirada de siempre.

–Vaya, imoto... –Dijo imitando la sonrisa de su Ane-ue.

–¡Déjalo! –Ordeno Minato que parara con esa farsa.

–Eres una niña tan problemática. –Dijo "dulcemente"– Cuando te enfadas, no hay nadie que te detenga. –Soltó calmada.

–¡He dicho que lo dejes! –Ordenó furiosa la albina, activando el Seishime y sus características Momozono.

Suelta una estridente carcajada dulce que fue tornándose macabra mientras deshacía el jutsu, revelando su verdadera personalidad. Su cabello es largo hasta por debajo de la cintura de color negro con reflejos morados. Lleva una larga capucha oscura de la organización del Shinigami con el símbolo del mismo y de Yamigakure, bajo su capa lleva una chaqueta negra con bordes grises y en la parte baja un pantalón guinda con una venda en la pierna izquierda. En su cuello lleva sólo un collar negro dejando de lado la cruz, en la palma de su mano izquierda tiene una pequeña marca con el Kanji de Oscuridad (冥).

La sangre de Minato hirvió por completo, su ira aumentó cuando por fin vio su rostro, cruzando miradas, pero la de ella era aun así mucho más sádica de lo que recordaba.

–Cuánto tiempo. –Saludo como si nada y fueran viejas amigas que no se habían visto desde hace años– ¿Qué tal estás? –Pregunto como si fueran viejas amigas que no se habían visto desde hace años– Es una pena que no tengas buen aspecto. –Dijo "preocupada" por la Hime, pero en realidad era todo lo contrario.

Minato temblaba de ira por su hipocresía e burla hacia ella.

En un ataque de rabia y locura, saca su espada y se lanza hacia ella segada de odio y rabia.

–¿Qué? –Pregunto con burla e ironía.

La de la capa Shinigami salto esquivando su ataque, quedando de espaldas de la hanyou.

–¿Sigues furiosa y molesta por lo que pasó hace 14 años atrás? –Pregunto de nuevo con una mano en la cadera.

Minato se voltea y levanta para atacarla nuevamente, haciéndole oídos sordos a todo lo que le decía.

–Ha pasado un tiempo desde que vi esa expresión. –Dijo mientras esquivaba un ataque– Es raro. Al principio sólo estaba interesada porque ellos te amaban. –Dijo mientras esquivaba golpe tras golpe de la katana de Minato.

La intrusa se agacha para luego tomar impuesto e retroceder unos metros hacia atrás de la albina.

La albina no retrocedía, corre hacia ella e empezó a darle cortadas al aire, con el objetivo de poder hacerle una herida, pero no podía, la pelinegra era muy ágil a la hora de esquivar.

–No espero que lo entiendas. –Comentó la traidora– En el tiempo que fui shinobi de Taiyō, los días que he pasado con vosotros cuatro fueron los más felices. –Recuerda la espalda de sus tres viejos amigos y de la pequeña Hime junto con ella– Atesoro los recuerdos de ese tiempo... –Dijo como nostálgica, recordando el pasado– En el pasado y ahora. –Dijo con una sonrisa burlona pintada en sus labios.

En ese momento, saca un alambre cubierto de chakra e detiene la katana de la albina, quedando unos milímetros cerca de su rostro.

–¡¿Entonces por qué nos traicionaste?! –Gritó furiosa.

–Las cosas han cambiado. –Fue todo lo que dijo– Y tú mejor que nadie lo sabe. La Convergencia Armónica se acerca y con tu muerte, Vaatu será liberado.

–Eso si me dejo atrapar. –Dijo poniendo presión en el mango de la katana para romper el alambre de chakra e luego la arroja al suelo haciendo que la pelinegra quitará el alambre de chakra y se aleja de ella para no salir herida por el filo de su katana.

Al alejarse, lo único que había quedado en su lugar eran un cráter de escombros por la presión que ingirió la albina en la katana.

–¡Increíble, Minato! –Dijo viéndole con una mirada de emoción e excitación en su rostro mientras sus ojos violetas brillaban de un color exótico, después de hace años de haberse liderado de los sellos de su clan– Estoy temblando. –Dijo exitada de la emoción– Pero esto es todo por hoy. –Dijo ahora en un tono aburrido– Sólo vine a traerte un presente... Y eran las bombas humanas. –Al decir eso, sus ojos se activan por sí solos– Estos ojos son molestos...

Al alzar la mirada, Minato se sorprende de ver esos extraños ojos con una línea horizontal en sus iris. Los cuales había descrito el Uchiha mayor.

–Tu expresión me dice que ya te dieron el informe de estos ojos. Bueno, no me importa, total, tú a penas si puedes con la etapa 1 del Seishime. –Se burló de su situación– No lo olvides, la Convergencia Armónica se llevará a cabo y tú liberarás a Vaatu.

–¡Espera, Aisha! –La llamo para que se detuviera y ésta lo hizo.

La nombrada se detiene y se gira, mirándola por encima del hombro.

–No tienes por qué sentirte sola. –Se viro, viéndola de frente– Las cosas simplemente acaban de empezar. Lamento eterno y placer abrumador. Solo acaba de empezar. –Dijo desapareciendo del lugar.

–¡AISHA! –Gritó a todo pulmón, molesta consigo misma por no haber acabado con ella.

Cae de rodillas al suelo, temblando de coraje e rabia. Alza la mirada al cielo con lágrimas de dolor brillaron en sus pestañas, sabiendo lo que tenía que hacer.

~

Al llegar a su apartamento, saca la llave, la inserta en el cerrojo y quita el seguro, para luego abrir la puerta, saca la llave e entra a su hogar compartido, quedando en la recepción del piso.

Se quita el calzado para luego subir al tatami e entrar al oscuro interior del apartamento. Ya que el apartamento se encontraba en completas a oscuras, deduciendo que Naruto no había llegado aún e estaba sola.

Mejor para ella. Así nadie la detendría de lo que estaba a punto de hacer.

Con la mirada gacha, caminó por el largo pasillo hasta llegar hasta su cuarto, toma el pomo de la puerta, la gira, abre la puerta haciendo que suelte un clic e ingresa a la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Las paredes de la habitación estaban pintadas de un color blanco suave, una cama King-size con cobertores morados claros colocada en medio de la espaciosa habitación, digna de ser llamada una suite presidencial en cualquier hotel de primera clase, una revisa con libros de todo tipo catalogados cada uno, un espejo de cuerpo completo a un lado, la comoda bien arreglada, de la cual se encontraban varios cuadros de ella en diferentes etapas de su vida, familia, amigos e equipo, un armario que tenía dos puertas, y un escritorio ordenado.

La primera foto era de la Familia Real del Sol, constada de cuatro integrantes y su amigo de la infancia, una pareja adulta, tres jóvenes mayores y una joven menor. Su madre, Momozono Moka tenía el cabello liso y largo hasta los hombros, con flequillo muy recto por encima de los ojos, ojos rosa, vestía un kimono azul celeste con flores multicolores, maquillada levemente, calcetines blancos cortos, sandalias de faja. Su padre, Senju Yuichi tenía el cabello gris, ojos azules, una franja magenta en cada mejilla y una en el mentón, viste un chaleco didáctico, una camisa de manga larga, pantalones azul oscuro, botas en lugar de sandalias shinobis, lleva encima de su ropa un abrigo sin mangas azul en el cual del alrededor del cuello lleva una especie de bufanda peluda de color blanco. El kanji "三代目番影" (Sandaime Hikage) está escrito verticalmente en la parte de lado del pecho, su sensei, Momozono Shiori tenía el cabello largo hasta la cintura y acabado en rizos de azabache y ojos violetas, viste un mono corto azul marino con el símbolo de su aldea, una camiseta lavanda transparente debajo, guantes cortos, medias altas negras que le llegan hasta el muslo y sus sandalias shinobis negras, su protector e amigo, Momozono Ryuunosuke tiene el cabello negro, ojos celeste y viste un traje parecido al de los ANBU solo que las partes blancas eran rojas y su máscara era negros y con decoraciones en dorado, su hermano adoptivo, Uchiha Kaname tenía el cabello azabache y ojos ónix, viste una chaqueta plana de Taiyō sobre un haori verde y una camisa de rejilla, una muñequera verde oscuro en su muñeca izquierda y su bolsa de kunai en su pierna derecha, un pantalón largo azul con sandalias shinobi azul oscuro y su Hitai-ate color marrón y por último ella, Momozono Senju Minato tenía el cabello largo llegándole hasta la parte posterior de la cintura plateado, llevaba una pequeña corona dorada en la cabeza, vestía un haori rojo claro y dorado con una faja negra, una camisa blanca de manga larga hinchada con muñequeras rosas debajo y una falda roja con sandalias rojas de tacón bajo.

Todos sonriendo felices para posar en la foto.

La segunda foto era del equipo 7.

En el retrato se veía a cinco integrantes. Cada uno posaba diferente ante la cámara.

El de la izquierda, era Uchiha Sasuke, de ojos y cabello negro oscuro a la altura de la barbilla. Su cabello es puntiagudo en la espalda, con un flequillo que se enmarcó alrededor de sus mejillas, lleva una remera azul marina de manga corta con cuello alto con el símbolo del clan Uchiha en la espalda, calentadores blancos en ambos brazos, un pantalón corto blanco, su Hitai-ate azul atado en su frente y sandalias shinobis azules, posando con una mirada seria que se rehusaba a ver a la cámara, a la derecha Uzumaki Naruto, de cabello rubio puntiagudo y ojos azules, lleva una chaqueta naranja con azul de cuello blanco, un remolino blanco con una borla en el lado izquierdo y con el símbolo del clan Uzumaki en la espalda, un pantalón naranja, sandalias azules y su Hitai-ate azul atado en su frente posando con una cara de molestia por compartir espacio con el Uchiha, en el medio de los dos, Haruno Sakura, ojos verdes y cabello rosa llegándole hasta la cintura, lleva un vestido qipao rojo de mangas cortas, con aberturas a los lados acompañadas de una cremallera con el símbolo del clan Haruno en la espalda, un pantalón corto ajustado verde oscuro, sandalias azules y usa su Hitai-ate como una diadema posando sonriente ante la cámara, detrás de los tres, Momozono Senju Minato, de cabello plateado llegándole hasta la espalda baja y ojos rosa black baccara, lleva un traje de mallas negras transparentes que cubren sus pechos y parte baja, lleva una mini camisa blanca mostrando el abdomen, de manga corta con cuello corto en v con el símbolo del clan Senju en su espalda, una minifalda short con cola larga en la parte de atrás de color negro, su Hitai-ate atada en su cuello, mini brazaletes de mallas negras transparentes en ambas muñecas y sandalias negras, posando ladeando con la cabeza hacia un costado izquierdo con una sonrisa plasmada en su rostro e alzando ambas manos en un signo de paz y detrás de los cuatro, Hatake Kakashi, de cabello gris puntiagudo a menudo orientado hacia el lado izquierdo y ojos grises oscuros con una cicatriz vertical en el ojo izquierdo e usa una máscara, cubierto media cara; lleva una chaqueta didáctica, un pantalón azul oscuro, una camisa de manga larga, sandalias azules, guantes sin dedos con placas de metal en el revés y se lo ve con un collar de cadena debajo, lleva su Hitai-ate de forma horizontal, cubriendo su Sharingan cuando no lo estaba usando, tiene posada ambas manos en las cabezas de los niños varones tratando de que se amigaran.

En el tercer retrato se encontraba enmarcado una foto de tres integrantes. Dos azabaches y una joven albina de 7 años.

Los tres sonriendo felices ante la cámara.

El de la izquierda, era Uchiha Shisui, de ojos y cabello negro oscuro. Su cabello es corto, descuidado, tiene una nariz relativamente ancha y pestañas bien definidas, que estaban vueltas hacia arriba en cada extremo, lleva una remera negra de manga corta con cuello alto con el símbolo del clan Uchiha junto con un tantō atado al lado derecho de la parte posterior de su hombro, un pantalón negro. También llevaba lo que parecía ser un arnés para su tantō que le cruzaba el pecho y se abrochaba sobre ambos hombros, su Hitai-ate azul atado en su frente y sandalias shinobis azules, posando con una sonrisa forzada a la cámara, ya que se sentía algo incómodo al estar apoyado en la niña, a la derecha, era Uchiha Itachi, de ojos oscuros y grises, cabello negro que colgaba cerca de las mejillas para enmarcar el rostro y una larga cola de caballo en la parte posterior de su cabello, lleva una franela negra con el símbolo del clan Uchiha en la espalda, un pantalón negro con una bolsa de armas atada y sandalias shinobi negras, posando con una sonrisa, puso una mano en el hombro de la niña e apoya su mejilla contra su cabeza, en el medio de los dos, Momozono Senju Minato, cabello blanco corto arriba del cuello, con un fleco cubriendo su frente, dos franjas magenta en cada mejilla y ojos rosa black baccara, lleva un kimono blanco, lleva un obi-age (un trozo de tela alargado que se utiliza enroscado en la cintura) color rojo y obi color azul teniendo una gran sonrisa posada en su rostro.

En el cuarto se encontraba enmarcada en una foto de cuarto integrantes. Un niño de una capa de color rojo granate de forro beige con capucha y no porta su banda tradicional de Konoha, aunque sí su collar de tres círculos de metal, tampoco porta la camiseta azul que llevaba por dentro, aunque sigue llevando el pantalón, las sandalias y las medias tradicionales de Akatsuki, viste uno vestido similar a una bata de manga larga que se mantiene unido por un cinturón, debajo lleva un traje de malla para proteger su cuerpo, sandalias ninja con correas,

En el quinto retrato se encontraba enmarcada una foto de dos integrantes. Una niña de 2 años de cabello oscuro siendo cargada por su madre, ambas sonriendo en la foto.

La madre joven de nombre Minato de tan solo 18 años, tiene el pelo corto hasta un poco más abajo de la nuca con dos mechones largos sobre ambos hombros, lleva un vestido morado sin mangas con un escote más profundo con aberturas laterales y un escote de rejilla. Los acentos del vestido son contornos negros, y sandalias negras; usa un manto color beige y una faja en la cintura, carga entre sus brazos a su hija de 2 años, la niña tiene el cabello corto hasta el cuello de color oscuro, ojos rojizos, tez clara tostada, lleva un vestido lila estilo chinos/japoneses con un estampado de pluma y sandalias shinobi.

Minato vio por última vez los cuadros antes de darles la vuelta, abrirlos e sacarlos del marco para luego guardarlos bien para que no se arrugaran. Luego se levantó, fue a sacar dos maletas de viaje, los pone encima de su cama, se encamino hacia el armario y lo abrió para sacar su ropa y la de su hija.

Diferentes vestuarios desde Genin, el chaleco chunnin, kimonos hasta Anbu e de espionaje con el logo Momozono-Senju o solo el Senju en la espalda de la tela, pañales, ropas, y pijamas de bebé desde la más cálida hasta la más abrigada, mamelucos, sus juguetes, mantas, biberones, cuidado e higiene de su niña, tipos de máscaras e todo tipo de armas shinobis desde las más inofensivas hasta las más peligrosas, tres katanas de diferentes tamaños y su fiel confiable Murasame.

Agarra las perchas que sostenían sus ropas y la de su niña, las quita, las dobla bien, se camina a su cama y las guarda en su maleta y así sucesivamente con las demás prendas junto a sus sandalias shinobis, dejando el clóset vacío para luego cerrarlo.

Minato camina por un costado de la habitación, se acunilla debajo de un mueble pequeño, lo abre, toma su bolsa de armas junto al dinero de su herencia, se endereza, camina de vuelta a la cama y las guarda en la maleta para luego cerrarla e ponérsela al hombro.

Minato toma el picaporte de la puerta, la abre, apaga la luz que tenía prendida y sale del cuarto, cerrando la puerta tras de sí, sin mirar atrás. Camina por el oscuro pasillo para llegar al lobby del apartamento.

Minato baja del tatami, se sienta, se pone las sandalias, se endereza y camina hacia el pomo de la puerta, haciendo presión.

Minato tragó su culpa. Sasuke estaba en alguna parte en una misión, pero no tardaba en volver a la aldea al ser llamado por Kakashi.

Y con todo el dolor del mundo, gira la perilla haciendo que suene la puerta al abrirse hacia el exterior del apartamento, saca la llave y sale, cerrando la puerta tras su espalda.

Pone la llave en el cerrojo y pone el seguro, para cerrar la puerta, saca la llave, la deja entre las maceteras de las plantas y se va, para nunca volver.

Primero se dirige a la guardería, hace un kagebushin para que cuide los equipajes y entra para ir a la dirección de la guardería.

La encargada al ver a Minato le sonrío –¿Viene por la pequeña Mikoto? –Pregunto amablemente.

–Así es. Vine para llevármela. –Dijo igual de amable.

La mujer asintió, se levantó de su asiento y guio a Minato por la guardería hasta el área que se encontraban los niños recién nacidos a más.

Al entrar, Minato ve a su hija jugando con otros niños siendo supervisados por las cuidadoras o cuidadores. Dependiendo de la persona que le tocaba tomar turno.

–Espere aquí, Sra. Momozono.

–Bien. –Le dijo y la espero mientras la directora fue a su personal para decirle que ya vinieron por la pequeña.

La persona asiente, toma las cosas de la niña y las guarda en la pañalera para luego tomarla e ponérsela en el hombro, se agacha para tomar a la infanta de cabello oscuro, la alza para luego dirigirse hacia su madre e dársela.

Minato extiende sus brazos hacia a su hija –Ven aquí, cariño. –La llama hija y ella se inclinó hacia ella para que la tomara en brazos– ¿Cómo estuvo tu día, Mikoto? ¿Fuiste niña buena? –Besa la frente de su pequeña mientras tomaba la pañalera.

–No se preocupe, Sra. Mikoto-chan se portó muy bien. –Dijo la niñera.

–Entiendo. Despídete, cariño. –Le dijo, alzando su mano para despedirse de las dos mujeres. Ambas imitan el gesto y se despiden de la madre e hija.

Una vez que salen, Minato cubrió a su hija con la capa de su madre, el kagebunshin al verlas salir, retoman su camino y se dirigen al hospital. Al entrar, fueron al área donde dejaron al hombre inconsciente.

Lo ve aun inconsciente en su camilla, le entrega a Mikoto a la bunshin para que pueda realizar la liberación y se dirige a él, quedando delante. Alza su mano y la pone sobre su frente, e alza la otra mano cerrada con dedos alzado a la altura de los labios.

Activa su dojutsu, cierra los ojos, centrándose e buscando en su mente el vínculo unido con Aisha.

Cuando lo halla, abre los ojos –¡Kai! Dijo, liberándolo de su control.

Al haber terminado con su cometido, toma a su hija de los brazos de la kagebunshin, esta le entrega los equipajes, la original las toma y desaparece en una nube de humo.

Luego se va del área, camina por el pasillo del hospital, abre la puerta de emergencia, sale y se va sin que nadie las viera entrar o salir del hospital. Luego camina por las desiertas calles de Konoha para dirigirse a la puerta trasera.

Cuando visualiza a lo lejos el portón, ve a Ryūnosuke esperándolas pacientemente parado delante de la puerta.

Al verle, Minato respiró hondo para no quebrarse y le ve estoicamente.

–Nadie te obliga a ir. –Hablo indiferente.

–Lo sé, pero quiero hacerlo. –Dijo de igual forma que la hanyou– Y más si piensas llevar a Mikoto contigo. –Se acercó a ella, destapo a la shihayou de 2 año mientras la bebé reía.

Minato al oírle decidido, sonrío de lado –Eres un bakarou, y más yo al permitirte ir conmigo. A parte, nadie sabe aún de la existencia de mi hija, salvo mi Chichi-ue revivido que me ayudó en el parto y más cuando luchamos juntos en la Cuarta Guerra. –Fue todo lo que dijo antes de continuar con su andar y siendo seguida por detrás un sonriente Ryûnosuke que le dejó ir con ella.

Pasan el portón y salen de la aldea para luego desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, dejando una mota de polvo detrás de ellos.

~

Minato y Ryuunosuke eligieron una ruta terrestre para ir a Taiyō no Kuni y comenzaron a caminar a través del bosque. Ambos y la bebé llevaban capas encapuchadas encima de sus ropas.

Avanzaron silenciosamente sin descanso hasta que el atardecer se cernía con lentitud, como renuente a abandonar el cielo, los colores rojizos, naranjas y amarillos se alzaban imponentes, dejando una visión maravillosa.

Minato escuchó una suave melodía en ese lugar, en ese justo momento, que, junto a la suave brisa, hacia danzar las ramas de los arboles, acariciaba el césped y movía las nubes. La luna se alza perfecta sobre el creciente crepúsculo; donde se hallaba el satélite, estaba de un azul oscuro que se iba degradando cada vez más abajo dejando predominar los característicos tonos rojizos que aparecían cuando se ocultaba el sol.

Mientras recorrían el bosque boscoso, trataron de pensar cómo salir rápidamente del bosque para continuar su viaje. Todavía estaban en Hi no Kuni, básicamente en el noroeste. Cuando el día cambiara, ellos querían estar en el país vecino, Kusa no Kuni y Ame no Kuni, al siguiente día en Kaze no Kuni, seguido por su destino final, Taiyō no Kuni.

Dos días habían pasado desde que se fueron de Konoha, estaban descansando en una pequeña posada.

Tres grandes mapas estaban esparcidos por el piso, así como varios libros abiertos sobre la historia del país.

–Como podrás ver... He estado recopilando información durante los últimos años desde tu llegada y de lo que pasó con Taiyō no Kuni. Los pocos sobrevivientes del clan se encuentran escondidos en un escondite que nos contó hace tiempo Kazehaya-dono.

–Necesitaremos armas y entrenar. –Comento Minato– Raizel es una persona muy peligrosa y necesitaremos entrenar muy fuerte por si nos enfrentamos alguno de sus hombres en nuestro camino. No me sorprendería que hubiera empezado a moverse ahora que no tengo el collarín, necesito llegar a Taiyo, hacer el ritual y despertar a Fáfnir-sama. Mi corazón debe estar listo, pero aún no soy lo suficientemente fuerte. –Susurró con algo de tristeza.

–Las tasas de delincuencia son bastante altas. Han comenzado a formarse en las partes más pobres de Taiyogakure. –Dijo Ryuunosuke mientras que Minato sintió a su hija removerse en sus brazos, intentando buscar el pecho que le proveía de alimento y Minato, con sus instintos a flor de piel parecía comprender cada cosa que su bebé le pedía.

Con ayuda de Ryuunosuke, levantó su camisa y sostén, y acercó a Mikoto hacia el pecho. En el momento en que su boca llegó a su pezón, los instintos del bebé se hicieron cargo y sorbío de ellos la leche, alimentaba pasivamente en los brazos de Minato.

–¿Segura que podrás con ambas cosas? Solo Itachi, Keiko-san, Takahiro, el Hikage-sama, Yukiji-sama y yo sabemos la existencia de tu hija con el Uchiha. –Recalcó.

–Descuida. –Calmo la angustia de Ryuunosuke– Si la llevo, es porque estará más segura conmigo, que con Itachi-niichan o en Konoha. Aparte, aún no se lo digo a Sasuke... Tengo miedo de su reacción. –Dijo triste.

–Sí así como te ama hasta tal grado de dejarte embarazada, debe amarte igual o más con su hija. Él podrá ser muchas cosas, pero no un cobarde. Te gritará y se enojará, sí; pero no las dejará a su suerte. –Ánimo Ryuunosuke.

–Arigato. –Le agradece. Cuando siente que Mikoto había quitado su boca de su pezón, le limpia la leche que se había escurrido, luego se lo cubre, acomodando sus ropas para luego sacarle el aire a Mikoto y arrullarla para que duerma.

«¡Mamá!» –Pensó, lentamente derivándose al sueño.

Hizo todo eso bajo la mirada de su amigo. Ryuunosuke solo la veía en silencio, recordándola a ella de bebé siendo amada, cuidada, alimentada y querida por su madre, la reina cónyuge. Al verla, creyó haber estado viendo a Moka y una bebé Minato en ellas dos.

Al ver que ya se durmió Mikoto, Minato volvió su mirada al Momozono –Volviendo a nuestra estrategia de batalla... En primer lugar, las delincuencias deben ser desintegradas tanto como sea posible, están poniendo en riesgo a otros con sus actividades criminales. Entre otras cosas, supongo que la situación monetaria no es tan buena, ¿eh? Si no hay otra forma, los shinobis deben ser enviados a recoger las recompensas.

–Es un buen curso de acción. –Ryuunosuke aceptó– Pero recuerda que no todos te aceptaban por ser una Hanyou.

Minato suspiró pesadamente ante ello –Lo sé. Pero aunque me sigan odiando, no puedo dejar a Taiyōgakure solo ahora. La aldea está en ruinas, aunque no me acepten a mí, Misaki-chan o mi hija, haré algo para ayudar a la aldea.

Continuaron hablando hasta que acercó la puesta del Sol, y Ryuunosuke estaba buscando un lugar para establecer un campamento para pasar la noche mientras que Minato llevaba el equipaje y cubría bien a su hija, ya que tenían que mantenerse alejados de las áreas pobladas para evitar llamar la atención.

Pronto, Ryuunosuke encontró un lugar adecuado para acampar en la cima de una loma. Minato puso a Mikoto encima de sus equipajes como una cuna improvisada y fue a ayudarlo a montar el campamento. Dejó los suministros junto a la fogata que Ryuunosuke estaba preparando y sacó mantas para los tres e encendió la fogata.

~

En la profundidad del otoño a la noche, una fría luna llena congelaba la profundidad del bosque. Se podía apreciar un palacio edificado al mejor y puro estilo griego, estructura circular central y a ambos lados dos estructuras cuadrangulares que se forman en un solo edificio, toda la misma estaba rodeada por altas columnas caladas.

Un hombre alto y musculoso de unos treinta y tanto, en el cual se podía ver sus arrugas y ojos azules oscuros. Tiene un largo cabello negro, que se extiende ligeramente más allá de sus hombros y generalmente está atado en una cola de caballo lateral con un emprendedor dorado, barba y bigote. Su flequillo está dividido en el centro y algunos mechones son más largas y onduladas que el corte normal. Usa una armadura negra debajo de una capa roja, se hallaba sentado en el Trono Imperial.

–Con que la hanyou de Moka está viniendo. –Exclamó burlonamente.

–Así es, Raizel-sama. –Dijo arrodillado en el piso, haciendo una pequeña reverencia– Fuentes confiables afirman a ver visto a una chica de cabello blanco junto a un viajero en el bosque. –El hombre le entregó un sobre a su jefe.

–Efectivamente, es la hija de Moka. –Dijo desinteresadamente el hombre lanzado las fotos a un lado.

El sol comenzó a brillar a su espalda.

–Quiero ver hasta donde es capaz de llegar esa niña. –Sonrío con maldad.

~

Los orbes rosa black baccaras de Minato se abrieron parpadeando a la mañana siguiente al sentir que una pequeña cabeza se frotaba contra su pecho.

Mira a su niña, jugando con su pecho, para después de apoyarse e levantarse de la cama improvisada con una mano mientras que con la otra cargaba a su hija, se enderezó con su hija en brazos. La amamanto mientras miró a su alrededor. Ryūnosuke no estaba por ningún lado. Ella asumió que Ryūnosuke se había ido a buscar suministros.

Después de amamantar a Mikoto, se levanta con ayuda, toma la pañalera, saca un cambio de pañal, un cambio de ropa e útiles de higiene.

Minato llega a un lago, deja en el suelo la pañalera y encima pone la ropa de ambas. Con una mano libera su katon para nivelar la temperatura del agua.

Minato se sienta en el pasto del suelo, sienta a Mikoto sobre sus piernas y la desviste, le quita el pañal sucio, luego se quita la ropa ella, sin soltar o aflojar el agarre de su niña.

Minato se levanta de la pasto, camina hacia el lago con su hija en brazos y entran. Y al instante que Mikoto siente el agua en su cuerpo, llora.

–Tranquila, amor, mami está aquí. –La arroyo, pegándola a su pecho haciendo que se tranquilice y lo logra al sentir su calor– Sabes... A tu padre y al igual que tú, les gustan mis pechos. Y no lo digo en el sentido que te amamanto o tenga mis encuentros con tu padre, sino porque les transmito paz y calidez... O eso dice tu padre, después de que lo hacemos. -Relato mientras Mikoto jugaba e jalaba con sus dedos regordetes sus mechones sueltos blancos.

–¡Ay! Duele. –Se quejó con un puchero haciendo reír a la niña por sus gestos– Mikoto... Si tienes miedo de que te suelte o si sientes que te dejo caer, aférrate muy fuerte a mi cabello. –Dijo, como si captará esa invitación y lo hizo.

Mikoto alza sus manos y toma unos mechones de su cabellera blanca mientras que Minato bañaba a Mikoto. Tomó el jabón, se los pasa por el cuerpo, enjabonándolas a ambas en el proceso.

Minato sumergió la taza de agua para enjuagar y limpiar todo rastro de jabón en ella. Luego tomó el shampoo, abre la tapa del envase con los dientes, lo abre, pone una generosa cantidad en la palma de su mano y se remueve por el pelo, limpiando todas las impurezas e suciedad que haya tenido.

Minato toma nuevamente la taza, la sumerge en el agua y se la pasa por el cabello para limpiar todo rastro de shampoo en ella. Fue cuidadosa y lo hizo poco a poco, procurando que el shampoo no entrara en sus ojos. Minato la sostiene mientras toma la botella de shampoo, se pone como pudo una posición del líquido por su cabeza.

Pone la botella en el suelo, se lleva la mano al cabello y se lo lava como pudo hasta que siente las pequeñas manos de su niña en su cabello, ayudándola como pudo en extender el líquido del producto por su cabello.

–Ten cuidado, pequeña hime. No me importa que me lo jales, sino que se te caiga la espuma del shampoo a los ojos. –Le advirtió con voz maternal.

Después de terminar, alza a su hija para que ella se sumergiera lo mejor que pudiera para limpiarse todo rastro de shampoo en ella. Fue cuidadosa de no preocupar a su hija y se sale rápidamente para seguir con el mismo procedimiento con el acondicionador.

Cuando termina, Minato sale del lago, apoyándose por el borde para no lastimarse ella o Mikoto. Primero toma su bata de baño y se la pone, luego toma una toalla de color rosa y se la enrolla a su cuerpo.

Se agacha, toma la pañalera, la ropa de ambas, la pone en sobre una manta y empieza a vestirla. Saca su talco, un pañal nuevo, pomada, perfume y peine. Le quita la toalla y la seca mientras las gotas de agua de su cabello caen, mojando su bata. Le pone el talco, su pomada y le pone el pañal nuevo, luego le pone su vestido morado, calcetines, la perfumea, le seca el pelo y la empieza a peinar.

Una vez acabado con Mikoto, la deja en la manta, guarda sus cosas en la pañalera, se quita la bata e empieza a secarse con una toalla y vestirse.

–Ya volví. –Vino una voz cercana. Se giró cuando vio a Ryūnosuke con un montón de leña fresca y carne cruda en sus manos mientras que Minato terminaba de peinarse y desenredar los nudos de su cabello.

–Okari. –Saludo Minato.

–Veo que ya la amantaste, bañaste y cambiaste el pañal. –Notó al ver a la niña comida y cambiada, al igual que a Minato.

–¿Despertaste antes que yo? –Preguntó Minato, alzando entre sus brazos a Mikoto.

–Sí, salí al amanecer. No quise despertarte por la pequeña Hime. A parte, en el momento que decidiste llevar a tu hija contigo supe cuan dolorosa carga cargas sobre tus hombros y la determinación que tienes con acabar con Vaatu que incluso podría quitarte la vida en el progreso. –Explicó sus intenciones.

–Entiendo. –Asintió por sus buenas intenciones– Pero debes saber una cosa, Ryuu... No soy una mujer débil. Si hago este viaje no es porque mi deber me obliga, sino por voluntad propia. –Dijo en voz serena y madura.

Ryuunosuke parpadeó repentinamente e inmediatamente se puso en alerta sorprendiendo a Minato.

–Ryuu... ¿Qué pasa?

Ryuunosuke miró hacia el bosque cercano –Poneos detrás de mí. Ahora. –Dijo en voz autoritaria.

Minato no tuvo que pensarlo dos veces. Se puso detrás de él, abrazando a Mikoto protectoramente contra su pecho. Algunos estallaron en mil pedazos por un papel bomba, haciendo que se cubrieran de la explosión mientras sus cabellos volaban en medio de la nube de humo, alertando a la bebé. Ocho ninjas saltan frente a ellos. Llevaban máscaras ANBU, vestían chalecos negros de manga corta que no pasaban por los hombros, abrigos marrones sin mangas y pantalones negros.

–Dánosla a la chica de los poderes mágicos y te dejaremos vivir. Opondré y te mataremos. –Respondió uno de ellos.

–Esta es mi respuesta. –Ryuunosuke saco la espada de su vaina y se lanzó directamente hacia el primer shinobi antes de aterrizar sus dos pies en el cuerpo colapsando no solo para sacar la espada del cuerpo, sino para usarla como un medio para ganar impulso para una voltereta.

Tan pronto como aterrizó, movió su espada katana a su mano derecha para que estuviera paralela a su brazo derecho. Usó la nueva posición de la hoja para cortar al ANBU junto a él en el pecho. La katana se volvió a sujetar con regularidad antes de que Ryuunosuke le diera el golpe mortal en el cuello al hombre. Luego bloqueó una daga de un ataque realizado por otro shinobi. Usó el impulso del golpe para desviar el ataque hacia abajo exponiendo el hombro y la espalda del ANBU.

Para entonces, los otros cinco shinobis habían ganado algo de distancia sabiendo que una pelea cuerpo a cuerpo con un ANBU experimentado era un suicidio. Uno de ellos brilló a través de señales con las manos, pero tan pronto como abrió la boca para hablar, una hoja de katana se disparó en su boca a través de su cráneo.

–No tengo tiempo para perderlo con los perros de Raizel. –Ryuunosuke le dijo.

Cortó su espada de la cabeza del hombre y lanzó su brazo hacia el ANBU restante como si arrojara algo. Mientras lo hacía, cuatro cadenas brotaron de sus mangas. Las cadenas eran tan rápidas y estaban tan cerca de sus objetivos que la evasión no era una opción. Fueron envueltos en las cadenas e inmediatamente fueron llevados al rango de combate cuerpo a cuerpo del viejo maestro samurái. Siguió el sonido de varios cortes rápidos. Un segundo después, Ryuunosuke estaba a unos metros de sus posibles oponentes, las cadenas regresaron a sus mangas y su espada casi completamente envainada. Terminó envainado su espada con un clic agudo y de repente los cuatro ANBU estallaron en sangre cuando varias marcas de corte nunca antes vistas aparecieron sobre ellos. Cayeron muertos al suelo.

Ryuunosuke se volvió hacia Minato y Mikoto –Está bien, Mina, hime. Están muertos.

–Debemos irnos. –Dijo indiferente al ver la carnicería.

Ryuunosuke asintió. Tomaron sus cosas y se fueron.

~

Minato con Mikoto y Ryūnosuke caminan hasta llegar a su destino. Estaban cubiertos con una capa para que nadie los identificará rápidamente. Caminaron penosamente por el césped verde ahora seco y muerto que estaba cubierto por la nieve. Se acercaban al palacio del Daimyo de Taiyo no Kuni.

Continuaron caminando y no pasó mucho tiempo antes de que un muro de piedra apareciera entre la neblina nevada. Era un muro alto medio destruido, mucho más alto que el bosque circundante, con murallas de madera destruidas que tenían un diseño ornamentado. Se podían ver antorchas rotas por la mitad y tiradas al suelo.

El lugar era diferente a como lo recordaba. Un lugar lleno de vida, luz y esplendor a uno lúgubre, sin vida y muerto en vida se podía apreciar ahora.

La aldea se encontraba envuelto en hielo y telarañas, sin ningún alma recorriendo las desoladas y desiertas calles de Taiyo, cada casa estaba destruida, la gente había sido asesinada con crueldad, mientras que el resto se encontraba oculta.

Minato se aleja de Ryūnosuke, sostiene mejor a Mikoto, toma impulso y salta para quedar parada en la muralla medio destruida con sus orbes rosa merodeando por su aldea natal.

–No ha cambiado nada. –Murmuró al recordar como era antes de ser destruida.

En eso sintió el repentino corte del viento pasa rozando su cabeza e escucha un árbol detrás de ellos partido por la mitad. Escuchando como la parte arrancada caía al suelo. Con sus ojos abiertos por el repentino movimiento, giraron apenas la cabeza, viendo a su atacante. Un monstruo negro de más cinco metros que la miraba con sus seis ojos rojos inyectados en sangre, unas garras enormes y afiladas y una sonrisa de terroríficos colmillos irreales.

El ser, que parecía estar observándolos, levantó de nuevo su garra y la atacó sin vacilar. Por otro lado, Minato gritó y se apartó a tiempo, cayendo estrepitosamente al suelo haciendo que Mikoto se asuste y lloré, levantando inmediatamente la cabeza para mirar aterrorizada y paralizada al monstruo que tenía delante, no por ella sino por su hija.

«Estas deben ser las criaturas que toman forma cuando les roban el alma a los humanos y que Vaatu controla...» –Sus ojos desconmensuradamente abiertos no se fijaban en nada más que ese monstruo sacado de película, que ahora se erguía sobre sus dos patas traseras, haciéndole ver más tétrico de lo que era.

El ser emitió un gruñido y volvió a arremeter contra Minato, que solo pudo observar en cámara lenta como se acercaba con sus garras extendidas y todas las intenciones de acabar con ella.

Relajó su cuerpo, escuchando lejanamente el sonido de aquella cosa acercándose a ella, pero importando le ya poco y esperando el golpe que daría fin a su vida. Pero, inmersa en su oscuridad, llegó un rayo de luz donde su mostraba a un azabache de ojos negros mirándola con esa característica sonrisa ladina, haciéndola volver a la realidad.

El brutal golpe del monstruo desató una cortina de humo muy extensa. Este gruñó y miró hacia adelante, donde una figura salía de la humareda de polvo y tierra, estrellándose de nuevo contra el suelo al haber conseguido evitar el golpe letal por muy poco, o casi, usando su cuerpo como escudo para que su hija no se golpeara mientras seguía tratando de tranquilizarla.

La ojirosa se levantó con un poco de dificultad, tambaleándose ante el corte recibido en su pierna izquierda. Con un ojo cerrado por el dolor, varias magulladuras en su cuerpo y una herida en la pierna, eso no evitó que enviase una mirada de desafío a la criatura, que igual se la quedó mirando.

La criatura se agazapó y corrió contra la hanyou y shihanyo, y corrió rápidamente hacia ellas, pero interfiere Ryūnosuke, que las salva a tiempo. Ninguno estaba dispuesto a retroceder y terminaron encontrándose frente a frente.

El gigante lanzó de nuevo sus garras, Ryūnosuke se agachó y echó a un lado, para luego sujetarse de su enorme brazo e impulsarse, pasando por encima de su hombro y aterrizando a varios metros tras él, para seguidamente sacar unos kunais con papeles bomba y lanzarlos contra la criatura. Tras la explosión, se vio que había salido ileso y salía de la nube de humo corriendo en cuatro patas hacia él rugiendo con las mandíbulas abiertas. El pelinegro pudo saltar a tiempo en el que la criatura se estrelló contra el suelo. Se apoyó con sus pies sobre su cabeza y se impulsó hacia atrás antes de que el ser le tratarse de arañar para sacárselo de encima. Aterrizó seguro y nada más tocar el suelo, corrió en dirección contraria a la criatura, siendo seguido de inmediato por esta.

Miró hacia atrás, comprobando que eso ya no la seguía por fin, haciéndolo sonreír. Pero, de pronto, una nueva sombra apareció como un rayo desde el suelo, partiendo la rama en la que iba a apoyarse, haciéndolo perder el equilibrio y cayo fuertemente de espaldas al suelo, sacándole un gemido ahogado de dolor.

–¡Ryuu! –Exclamó preocupada Minato.

Ryūnosuke consiguió darse la vuelta y levantar la cabeza, para ver cómo de nuevo aparecía la criatura corriendo hacia él, con las mandíbulas abiertas. Cerró los ojos y se encogió por inercia, recibiendo un brutal choque contra su cuerpo que lo mandó a volar, para luego sentir como caía por un pequeño acantilado donde rodó y se chocó con varias rocas antes de detenerse por fin a varios metros de la ladera. Su cuerpo se quedó boca abajo, inmóvil durante varios minutos. No había una parte de su cuerpo que no doliera, y, encima, la herida en su pierna había empeorado, sumando la que ahora tenía en la cabeza y los brazos por la reciente caída con las rocas. De su boca salían gemidos apenas audibles. Ni siquiera la voz le salía. Sintió como algo muy pesado aterrizaba a pocos metros de él, por lo que, de alguna forma, logró apoyarse tras varios intentos sobres sus manos y rodillas, para luego levantar la cabeza y ver a la criatura sobre ellos.

Ambos se dedicaron únicamente a observarlo, sintiendo la sangre fresca bajar por medio del rostro de Ryuunosuke. El ser se acercó lentamente, abriendo sus fauces cada vez más.

Cuatro figuras aparecieron en el acto e hace una posición de manos Rata Ave

¡Kage Fūin no Jutsu! –Crean la técnica de Sombra Estrangulante la cual toma desde cualquier punto a su enemigo. Luego, coloca un Pergamino para que la sombra lo lleve hasta él y lo sellan.

Uno de ellos apareció frente al dúo y la bebé –¿Quiénes sois? ¿Y qué intenciones tenéis al venir a este lugar?

–Vosotros sois... –Dijo Ryuunosuke con la boca abierta después de verlos en mucho tiempo.

–¿Quién eres, extraño? Es obvio que eres un Momozono, pero ¿cómo te llamas?

–Mi nombre es Momozono Ryūnosuke, uno de los 10 protectores de la Guardiana del Velo.

Siguió esto con una leve reverencia pero el 'daño' ya estaba hecho. Los guardias samuráis obviamente estaban sorprendidos.

–¿Ryuunosuke-san? ¿Realmente eres tú? Pero nos dijeron que probablemente ya había fallecido.

–Error. Bajar vuestras armas. Ella es nuestra Guardián y su hija, Momozono Minato y Mikoto-hime.

–Bienvenida, pequeña... O debería decir Guardián. 2da protectora, Momozono Bloom, a sus servicios. -Se inclinó una chica de cabello corto vestida negro y rojo con una katana en la cintura.

–Lamentamos nuestro comportamiento cuando era niña, Guardián. Me presento. 3ra protectora, Momozono Roxy. Será un honor pelear a su lado. –Se inclinó una chica de cabello largo lacio vestida de negro con verde.

–Estábamos ansiosos que llegará este día, hanyou-hime. 4to protector, Momozono Sky. –Se inclinó un chico de cabello revoltoso vestido de negro y rojo vino.

–Esperamos que su viaje no hayan tenido más complicaciones de las que ya tuvieron. 7mo protector, Momozono Riven. –Se inclinó un chico de cabello puntiagudo vestido de negro y morado oscuro.

~

Ryuunosuke, Minato, Mikoto y sus protectores habían entrado al palacio. Riven los estaba guiando por los pasillos hacia la sala de audiencias de la anciana daimyo. Los dos extranjeros se habían quitado sus capas.

El palacio en sí parecía adecuado para la señora feudal que residía dentro de sus muros. Los pasillos eran de madera fina con alfombras regias diseñadas con los colores del oro, negro y gris, así como tapices de viejos daimyos, antiguos guerreros y hermosas damas que decoraban las paredes con su grandeza.

Ante ellos yacía una gran puerta doble de madera decorada a cada lado con el kanji de "luz" en plata. El oro delineaba las puertas con un diseño ornamentado que se sumaba a la grandeza de la entrada. A ambos lados de la puerta había un guardia con armadura completa y una katana sujeta a la cadera. Los guardias asintieron con la cabeza a Ryuunosuke como si estuvieran hablando en silencio, y procedieron a abrir las puertas para permitir que el grupo entrara.

Ante ellos había una habitación estrecha con la alfombra dividiéndola verticalmente por la mitad. En el otro extremo de donde estaba el grupo había un conjunto de cuatro escalones que conducían hacia una pequeña plataforma. Sobre la plataforma se encontraba la anciana que la cuidó y dejo que se hiciera amiga de su nieto. La anciana vestía una túnica real de plata y oro y con un sombrero en forma de abanico con una barra de hierro en tres puntas. Mantuvo una postura de autoridad.

–Minato, Ryuunosuke. Bienvenidos de vuelta a casa. Espero que su viaje haya sido fructífero. –La Daimyo saludó con calma y amabilidad a sus invitados.

Ryuunosuke se inclinó ante la Daimyo –Quisiera decir lo mismo Daimyo-sama, pero no puedo. Por favor hablemos del tema de los Youmas que convierte a la gente y que controla Vaatu.

–Tan precavido como siempre. Es por eso que eres el líder de los 10 protectores del Guardián. –La mujer se levantó de su asiento– Después de que nos enteramos de la sublevación de Raizel, comenzamos a buscar a Minato y a sus hermanos, días después nos enteramos que Kaname-oujisama la había llevado a Konoha mientras nosotros luchamos para escapar, escondernos y recuperar nuestras fuerzas.

–Después de que destruyera Taiyōgakure, no lo podíamos creer. Nuestros ancestros vieron crecer a Raizel y Moka, y cuando lo vimos ahí asesinando a sangre fría a inocentes junto con Aisha, solo pudimos sentir impotencia al aceptar la realidad. –Habló Kazehaya.

Sky y Riven apretaron los puños fuertemente mientras recordaban su pasado mientras Bloom y Roxy solo apartaban la mirada dolidas.

Minato miraba y escuchaba todo con atención recopilando toda la información posible, ella no conocía que lo orillo a atacar a Taiyo a detalle.

–Para proteger a los herederos, acordamos ocultar la verdad hasta que tuvieran una edad conveniente y puedan comprender el peligro que representa todo esto. –Habló una mujer mayor de nombre Kaede Momozono.

La puerta se abrió de repente.

–Te vimos nacer, Hime-sama. O debería decir reina de la hija que lleva en brazos. –Una mujer de aproximados 40 años de edad se acercó a Minato y Mikoto, caminando sin ningún apuro o sorpresa– Momozono Senju Minato, la princesa de la esperanza, heredera del clan Bendito por los tres dioses e madre de una pequeña Shihanyo. –La mujer se acercó a ambas a paso elegante.

La abrazó.

Minato se quedó helada en su lugar, ella no conocía a esas personas y atemorizada de que sabían de la existencia de su niña, pero ellos parecían saber hasta lo que desayunaba todas las mañanas, sin embargo sentía el aroma familiar de la mujer.

La mujer de cortos cabellos rojos la soltó suavemente.

–Permíteme presentarme pequeña. Mi nombre es Asahi Uzumaki, fui una gran amiga de tus padres, él día que naciste fue un caos total, todos esperaban que fueras varón. –Reveló la mujer riendo- Tal vez no me recuerdes porque eras muy pequeña la ultima vez que te vi tenías unos dos años. –Dijo con ternura.

–Minato-sama. –Habló Bloom, captando la atención de los presentes- La gente que ves aquí y los fundadores son antiguos miembros de la Compañía de la Luz.

Minato los miro ligeramente sorprendida, esas personas conocieron a sus padres y fueron aliados. Sonrío, sintiéndose un poco más aliviada.

–La compañía de la Luz... –Comenzó la mujer- Era una organización benéfica, lo único que buscábamos era la paz en el mundo ninja, destruir la maldad, y pronto usarás la capa que te identifica como la líder de la Compañía. –Reveló– Tu abuelo materno tenía un sueño, acabar con la miseria que dejó la guerra y ayudar en la protección de las aldeas, así nació la Compañía de la Luz, poco a poco ampliábamos nuestros horizontes, tiempo después nacieron tu madre. Al verla, Raizel quedo perdidamente enamorado de ella, pero Moka jamás le correspondió a ese enfermizo amor.

–Haha-ue... Raizel guarda rencor hacia eso, por eso acabó con los altos mandos y tomó el poder sobre la gente. –Afirmó Minato.

Los ancianos asintieron.

–Los Momozono son un clan muy poderoso, y desconocido al mismo tiempo, lo cual les da algo de ventaja al momento de guardar muy bien sus secretos. –Dijo el anciano consejero– Su chakra de luz es único, la incontable cantidad de leyendas sobre su origen, y el increíble poder que guarda sus almas. -Sonrío- Se dice que fueron benditos por el eclipse Solar al ser su poder de luz tan difícil de descifrar, eres la heredera, la única que puede derrotar a Vaatu y purificar su alma.

Minato asintió con determinación al conocer un poco más de la verdadera historia de su familia.

–Lastimosamente las cosas cambiaron cuando Raizel tomó el control, ahora ustedes, la nueva generación son los únicos que pueden detener el viento antes de que se convierta en un verdadero huracán. –Dijo la anciana mirando a la siguiente generación directamente.

–Entiendo. Volveré a portar el emblema Momozono en alto y dirigiré a la victoria a Taiyōgakure, liberándolo de la corrupción de Raizel. -Dijo decidida Minato.

–Tal y como debe de esperarse de la futura reina. Pero antes debes demostrar vuestra lealtad. –Hitomiko les extendió una Hitai-ate a cada uno.

–Usaré la de Ani-ue. Así me sentiré más en casa y con su presencia. –Dijo rechazando la Hitai-ate, mostrando la de Kaname, que esta colgada en su cadera.

–Como gustes. ¿Y tú, Ryuunosuke? –Espero su respuesta.

–La acepto. –Dijo tomando la hitai-ate y se la puso en la frente– Tomaré mi puesto como líder de los 10 protectores e puesto en ANBU. En cuanto a Mina-hime, déjala entrar a ANBU, Uchiha Itachi la ha estado entrenando y ya esta lista. Sería un buen comienzo para que confiaran en ella y más ahora que será Yondaime.

–Me parece justo. –Dijo justa– A parte, quiero que sean instructores. No quiero que los instruyan, sino que les pasen sus conocimientos de lo que vieron ustedes dos fuera.

Ambos asintieron.

–Y Minato-chan, ¿cuál es su nombre?

-–Momozono Mikoto, Shihanyo del clan mío y del clan Uchiha, su padre es Uchiha Sasuke. –Reveló esa información.

–Descuida, no diremos nada. Ahora ve, Misaki esta ansiosa de verte... Digo de verlas a las dos. –Se corrigió haciendo que suspire Minato al sentir que será un largo día.

~

Minato frunció el ceño ante la madera gastada de las puertas y paredes que apenas se levantaban y que se derrumbaban. Los guardias los dejaron entrar con un gesto, los ojos pegados a la joven que estaba junto a su hija e protectores. Esas miradas continuaron por todo el pueblo, es decir, de las personas que podía identificar fácilmente como shinobi. A los civiles, sin embargo, no les importaba mucho su presencia y continuaron con sus asuntos.

Minato no estaba contenta con la naturaleza del público en general. Claro, se veían felices, pero los edificios y demás necesitaban una renovación. Si iba a ser Hikage, lo haría bien y haría de las personas su máxima prioridad cuando pudiera comenzar a hacer cambios y dar órdenes.

Solo un poco frente a ellos, vieron a un niño pequeño caminar hacia ellos y chocar contra el costado de Minako e inmediatamente lo agarró del brazo, viendo que en su mano llevaba la billetera que el chico trató de robarle.

Minato le vio sin emitir sonido alguno. Ella soltó su mano del niño, entregándole la billetera en sus manos y recibió una mirada confusa del niño.

El chico miró la billetera con incredulidad antes de levantar la mirada hacia ella.

–Al igual que tú, se lo que significa morir de hambre o no tener que darle de comer a mi familia... El entrenamiento que recibes de la Academia es pobre. –Minato suspiró– No te dejes atrapar la próxima vez, ¿de acuerdo?

Ella le dedicó una sonrisa amable antes de indicarle a Sky que la siguiera hacia la torre Kage. El niño se quedó en medio de la calle, parpadeando rápidamente ante la extraña que le mostró más amabilidad que nunca antes.

–¿Por qué le dejaste quedarse con la billetera, Neo Queen Selene? –Preguntó Sky intrigado por la respuesta de Minato.

Minato guardó silencio por unos momentos –En la primera misión de escolta de mi equipo, nos enviaron a un pueblo en Nami no Kuni. El lugar era estremedamente pobre. Los niños sin hogar se alineaban en las calles, la gente estaba desesperada por un trabajo, las tiendas de comestibles apenas tenían nada que vender y muchos habían recurrido a mendigar y robar. Aunque Taiyo sea una paleta helada desierta, no quiere decir que deba caer aún... –Negó con la cabeza– De todos modos, mi punto es que él lo necesitaba si lo estaba robando, ¿verdad? Más de lo que yo lo haría, de todos modos.

Las comisuras de los labios de Sky se volvieron hacia abajo –Ayudar a un solo chico no cambió nada.

–Debe haber cambiado algo para él. Por ahora, ¿no es eso suficiente?

Por una vez en su vida, no sabía qué decir. Mantuvo la boca cerrada y mantuvo una expresión neutra el resto del camino. En la torre, subieron los escalones de piedra, acercándose a la puerta que conducía a la oficina de Kage. La habitación estaba vacía con una mesa polvorienta y una estantería vacía siendo las únicas cosas que ocupaban el espacio.

–Todo sigue igual a como lo recuerdo. –Soltó al recordar la brillante habitación que ahora es lúgubre y vacía.

–¿Le trae nostalgia, Hikage-sama? –Pregunto Bloom.

–Todo lo contrario. –Dijo seca y fría.

–Lo primero será limpiar y ordenar la habitación antes de instalarse. Con una mano debe costarle mucho, usted encargase de las tareas que requieran con una sola mano y a nosotros la de las dos manos. –Repartió las tareas e analizó la situación de Minato.

–Bien. –Estuvo de acuerdo Minato.

–¿Podrás hacerlo? Si siente que es demasiado, puede dejarnoslo a nosotros. No digo que sea inútil, solo pienso en ambas. –Explicó Riven.

–Agradezco su preocupación pero quiero hacerlo. –Agradecio por sus atenciones– Después podemos ir a comer a casa. Os invitaría, pero regale mi billetera.

Todos rieron por eso último, luego toman los utensilios de limpieza e empezaron a limpiar la oficina que ocuparía a partir de ahora Minato.

~

Por los ataques repentinos ocurridos, la aldea de Konoha estaba alterada ya que los objetivos del enemigo no eran claros, y encima de eso todavia había la posibilidad de que prevenir incidentes parecidos a la seguridad de la aldea se reforzo.

–Esto se convirtió en algo molesto, no solamente en Konoha, pero que haya pasado también en Kiri y Kumo... –Dijo Shikamaru que estaba sentado en la silla de repuesto.

La noche en la que aparecieron shinobis controlados por genjutsu en Konoha, Kiri y Kumo también pelearon de la misma forma.

Al parecer los que aparecieron en las 2 aldeas eran una mezcla de shinobis de Kiri y Kumo, y muchos de ellos explotaron.

–Pero gracias a que enviamos la informacion inmediatamente a las 2 aldeas, se pudo evitar mayores daños.

Eran las ventajas de enviar informacion por e-mail aunque no son pocos los shinobis que se resisten a la digitalizacion, la informacion que se tomaba días en llegar ahora lo hace en un instante.

–Se decía que los shinobis que eran controlados eran los que estaban desaparecidos... Aunque todavía no se puede decir eso con seguridad, al parecer Kumo y Kiri enviarán nuevos documentos, así que la investigación en Konoha debería avanzar.

Ya se había confirmado que Tadaichi era de la aldea, pero no se sabía nada sobre las otras 2 aldeas todavía.

–Todavía no los liberaron del genjutsu, ¿no? –Dijo Chouji mientras comía una banana considerando.

El peligro de que los ninjas controlados por genjutsu exploten, estos fueron aislados en un establecimiento un poco alejado de konoha el tratamiento medico en la que Sakura jugaba un rol central, estaba avanzando pero, tenían dificultades para tratar con el extraño chakra que se revolvía dentro de sus cuerpos y solo por si acaso los ninjas del clan Nara y Hyūga estaban ahí, Shikamaru también estaba hasta hace un momento llevando a cabo esa misión.

–Aunque Sakura dijo que estaba apunto de encontrar una pista...

Después de que la enfermera llamara y les explicará lo que le dijo el hombre a los chicos, fueron a la habitación del paciente.

Itachi posa su mirada sobre él, activando su Sharingan y se adentra dentro de su conciencia.

Una vez que abrió una abertura en el interior, esta vez vio un gran cerebro consagrado, y al inspeccionar su alrededor, el mar rojo que lo habría tragado, no estaba esta vez y sin bajar la guardia, extendio su mano dentro del cerebro.

La escena que empezó a ver era la noche, y este hombre que estaba parado en una pared de rocas a la que las olas golpeaban volvió a estar precavido pero el mar no tenía ningún cambio y delante de la joven una hombre delgado estaba parado.

–Jefe. –Llamo la joven al hombre, pero él hombre no giraba hacia este lado.

–Desde que destruí la Compañía de la Luz ha pasado mucho tiempo. –El hombre hablo como si estubiera hablando para sí mismo.

–Aisha deshizo el sello y ahora los Youmas están causando alboroto.

–Su rencor parece estar dirigido a esa niña.

–Al final nosotros no podemos caminar el camino del bien.

Se escuchaba el sonido del ir y venir de las olas, la frustracion se mostraba en su cara.

–Rápidamente quiero despedirme de este mundo, pero si tengo que morir que sea después de vengarme de los shinobis. –Los puños del hombre le temblaban.

Venganza hacia los shinobis.

Esas eran palabras que un Kiri-nin o Kumo-nin no hablarían.

Asi que era correcto hablar de este hombre como uno de los culpables del incidente ocurrido.

–¿Podrías morir por nuestro plan?

El hombre asintió su cabeza a las palabras del Jefe –Por supuesto. ¡Al final, me iré tirando fuegos artificiales para el nombramiento de Minako!

Al escuchar esas palabras, el jefe giro hacia acá.

–Y con ello, el final de Selene.

Ese hombre era la mente maestra, Itachi estaba convencido de eso, se restrego los ojos para poder ver su cara.

–¡*****!

De repente el mar azul que se extiende cambio de color, y no solo era el mar, el cielo, los arboles todo empezo a cambiar a color rojo.

–¡RAYOS! –Itachi se apresuro y salio de la conciencia del hombre.

–Itachi-san, ¿daijōbu?

Itachi retiro la mirada de la frente del hombre, Sakura y Hinata corrieron hacia donde Itachi, que se había retirado como si fuera a escapar.

–Otra vez era la trampa del Genjutsu, si quiero leer más información será muy dificil sin gastar más tiempo y esfuerzo. ¡Pero esta vez pude conseguir información!

–¿Es cierto? ¿Ya sabes quién es el enemigo?

–Desconozco su nombre, pero descubrí que buscan venganza contra los shinobis. –Dijo Itachi mientras controlaba su respiracion.

–¿Venganza contra los shinobis?

–Sí...

Por eso habían atacado la aldea...

–Y además su jefe esta de su lado, al parecer anteriormente estaba en una organizacion que destruyo llamada Compañía de la Luz.

–La Compañía de la Luz... Sí investigamos más, podremos saber qué es.

–¿Y Mako-chan y Ryuunosuke-san? ¿Dónde están? –Pregunto dejando a todos desconcertados por ese giro.

–Nadie la ha visto. A ella o Ryuunosuke. –Dijo Sakura.

–Maldición. ¡Hay que encontrarlos! ¡¡De prisa!!

~

Kakashi estaba un poco complacido cuando le informaron que Minato y Ryuunosuke no se presentaron a trabajar. Al segundo día, estaba empezando a preocuparse por su ausencia. Tomar un día libre era una cosa, pero ¿dos días? Algo no estaba bien. A última hora de la mañana, envió a Shizune a ver cómo estaban.

–¿Aún no encuentran a ese par? –Preguntó Shikamaru, al entrar a la torre para encontrarse con los demás y ver si alguien había tenido suerte y los había encontrado.

–No, aún no.

Kakashi no quería sacar conclusiones precipitadas, pero no podía evitar que los peores escenarios pasarán por su cabeza.

Shizune irrumpió en la oficina media hora más tarde, con el rostro cubierto de pánico y una Hitai-ate negra en sus manos.

–¡Minako-hime y Ryuunosuke-san se han ido! ¡Sus apartamentos están limpio, sus ropas no están en su lugar respectivo y todas sus fotos no están en sus marcos!

Fue el comienzo de una pesadilla.

–Par de inconscientes problemáticos. –Murmuró Shikamaru.

~

Todos se encontraban en la oficina de Kakashi, Sasuke busco con la mirada a su peliblanca, pero para su sorpresa, aún no estaba ahí, supuso que no tardaba en llegar.

–Como sabrán no diría esto, sino fuera de suma importancia... Minako-hime y Ryuunosuke desertaron de la aldea. –Soltó el peligris. Todos en la habitación no pudieron evitar sorprenderse.

–¿Esto es una broma, no es verdad? –Dijo el rubio– ¿Por qué no nos dijo nada?

–No es una broma. –Dijo con expresión triste.

Sin decir nada, Sasuke abandonó la habitación rápidamente. Se escucho por toda la habitación la puerta siendo azotada, cuando todos observaron el origen del ruido, había sido el Uchiha menor que había salido como si se lo estuviera llevando el diablo, su amigo rubio no pudo evitar expresar una cara triste, sabía que se avecinaba días oscuros para su amigo. La ojiperla con la mirada apenada tomo la mano del rubio y ambos apretaron fuertemente.

~

Sasuke corría y brincaba velozmente rumbo a la habitación de la peliblanca. Su cuerpo estaba siendo cubierto por la lluvia que caía del cielo, no obstante, no le importo, su ritmo cardíaco estaba muy acelerado y hacía mucho tiempo que no sentía la ansiedad que ahorita lo atormentaba.

«Esto tiene que ser una broma, ella nunca me dijo que se iría. ¡No me dejaría! ¡Maldición, Mako!» –El Uchiha llego al edificio y salto hasta el balcón de la habitación del apartamento que habitaba con Naruto, entro por las puertas de cristal, busco a Minato por toda la habitación. Pero las pertenencias de la Momozono no se encontraban en el lugar, la desesperación comenzó a inundarlo, un hueco se ubicó en su pecho. Siguió observando el lugar hasta encontrar algo que le ayudará o lo llevará al paradero de uno de los dos Momozono, pero nada. No había nada.

El Uchiha retrocedió hasta chocar contra una de las paredes de la pieza, se recargo en la pared y comenzó a deslizar su cuerpo por la pared hasta quedarse sentado en el suelo, su mirada perdió toda luz que había tenido antes, enseguida comenzo a mostrar una expresión de dolor.

«¿Dónde te metiste? Grandiosa idiota.» Sasuke bajo la cara y los mechones mojados cubrieron su rostro.

~

Estaba en negación. Pero, de nuevo, ¿quién no lo fue? Nadie sabía cómo reaccionar ante la noticia y trató de pensar en todas las excusas que pudo. Tenía que ser algo. Cualquier cosa menos eso.

Naruto insistió en que Minato y Ryuunosuke tenían algún tipo de asunto personal que atender y que volverían tarde o temprano. Pero a medida que pasaban los días, lenta y dolorosamente, esa sonrisa en su rostro finalmente cayó en una línea sombría de comprensión. Y si Naruto caía en ese sentimiento, todos sabían que tenía que ser verdad. Que ellos se habían ido. Que se fueron sin decir una palabra.

En ese lazo de tiempo, Naruto había intentado hablar con Sasuke durante días, pero este realmente no parecía escucharlo o simplemente se retiraba y lo dejaba hablando solo. En cuestión al resto de los jóvenes apenas comenzaban a acostumbrarse a la ausencia de Minato.

–¿Qué demonios le pasa a Sasuke-kun? –Hablo Sakura cansada de la actitud tan distante de Sasuke.

–Esta teniendo días malos. –Excuso su rubio amigo.

–Esta así desde que Nieves se fue. –Dijo Sai.

–¿Nieves? –Pregunto sin entender Keiko.

–Así le llama Sai a Ane-ue. –Aclaro Naruto.

–Sigo sin entender por qué Minako-san y Ryuunosuke-kun se fueron sin decir nada. –Dijo Lee.

–Un buen motivo deben de tener para haberse ido de la aldea. –Justifico el Kazekage, después de haber sido notificado por su novia. Aunque le costará admitirlo, al igual que a todos el tema de la ida de Minato le afecto más que nadie, ya que ella al igual que el rubio son sus dos mejores amigos.

–Más les valga que tengan una buena explicación, de lo contrario serán catalogados como Nukenin. –Dijo el Nara, retirándose.

Kakashi se había quedado en silencio en el momento en que lo escuchó. Su mente genial recorrió los diversos escenarios que posiblemente podrían explicar la repentina desaparición de Minato y Ryuunosuke, pero era demasiado para un shinobi experimentado ser optimista sobre ese tipo de cosas. De alguna manera, sus pies no lo llevaron al mismo destino de siempre. No estaba en la piedra conmemorativa, sino en el frente del apartamento de Minato que compartía con Naruto. Se quedó allí durante mucho tiempo, la conciencia se filtró por sus venas. Ellos se habían ido y él decepcionó a un estudiante por segunda vez.

Pero no importa cuánto les duela o cuántas lágrimas derramen, no se van a rendir. Iban a buscarlos y convencerlos de que volvieran a casa, a pesar de lo que el consejo había dicho sobre ellos.

~

El Uchiha menor se encontraba sentado sobre su cama con su espalda recargada en la pared, sus brazos sobre sus rodillas flexionadas y con la cabeza baja viendo a la nada. La ida de Minato lo había desestabilizado totalmente, no sabía cómo controlar lo que sentía, la pequeña luz que observo en el lugar en que se encontraba se había ido junto con ella.

«Maldición, Mako... ¿Por qué?» –No podía evitar pensar.

Itachi se dirigía al cuarto de su hermano. Cuando llego, abrió la puerta forzándola, observo el lugar y el cuarto estaba hecho un desastre, las luces se encontraban apagas había cosas tiradas, rotas y quemadas. Dio un largo suspiro de frustración cuando no lo encontró.

«Sasuke, ¿dónde te metiste?» Pensó el Uchiha mayor. De pronto una idea paso por su mente. Salió de la habitación y se digirió al bosque.

Camino unos minutos y como pensó se encontró al Uchiha menor, el cual se encontraba sentado con su espalda recargada en un árbol. Se acerco a él con cuidado y se sentó a su lado, cuando este percibió la presencia de su hermano mayor volteo para observarlo y para la gran sorpresa de Itachi el rostro de su amado hermano estaba pálido, ojeroso y sus ojos completamente sin vida.

–Te ves horrible. –Soltó, cuando lo vio.

–Lárgate Itachi. –Dijo, desviando su rostro.

–Tal vez eso funcione con Naruto-kun y Sakura-san, pero no conmigo. –Hizo una breve pausa sin saber cómo iniciar la conversación– Me enteré que se fue de la aldea. Mako-chan y Ryuunosuke-san.

–¿Y?

–Sasuke, deja de hacerte el fuerte. Ambos sabemos que estas mal por eso. Ella también esta sufriendo. Desde que nació hasta hoy ha estado sufriendo. ¿Sabías que ya tiene 18 años? ¿Sabías que su cumpleaños fue el día del comienzo? Ella no sé fue porque sí, sino se fue a cumplir su destino. –Explicó Itachi.

–¿Destino? –Preguntó Sasuke confundido.

–Su aniki, Kaname me lo contó. Mako-chan... "El día de su nacimiento sería el día de su muerte", después de saber que nació con un poderoso poder dentro de su cuerpo. –Relato.

–¿Eso explica por qué estuvo encerrada? –Preguntó.

–En parte. Pero no solo eso. Sé decía que no sobreviviera, pero después de que Moka-san le pidiera a Azuriah y Fáfnir que la salvarán a cambio de que ella salvará el mundo de la destrucción de Vaatu, evitando los 10.000 años de oscuridad. Eso es todo lo que sé por parte de Kaname. Pero el resto de la historia se encuentra en Taiyōgakure. Si quieres saber la verdad de Mako-chan, debes ir a Taiyo.

–Si ir a Taiyo significa saber la verdad de esa idiota, iré a buscarla. –Dijo firme.

–¿Qué harás una vez que lo sepas todo? Mako-chan es la reencarnación de Selene, por lo tanto hará cualquier tontería para proteger al mundo y a las reencarnaciones de Indra y Ashura.

–Nosotros ya no somos Selene, Indra y Ashura. Por lo tanto, no dejaré morir a esa idiota.

–Iré contigo.

–¿Y Takahiro? ¿Estará bien que se quede con su madre?

–No te preocupes por él. Takahiro sabe cuidarse perfectamente solo. A parte no esta solo, Keiko y los demás están con él.

–Ya veo.

«Mako-chan... Tú y Sasuke deben hablar y más cuando hay una bebé de por medio.» Pensó aun preocupado por su peliblanca hermanita.

~

Minato se sentó en el espacioso piso de madera de la Gran Sala de Shingetsu, frente a ella esta sentado el Sumo Sacerdote. Y en medio de ellos, esta una caja rectangular que en su interior se encontraba un traje de miko.

–Este es el vestido de la miko Guardián, ha estado en el clan durante generaciones. Con esto tiene el poder de la miko. Le dará la habilidades necesarias para revivir a Fáfnir-sama. –Explicó el Sumo Sacerdote mientras la preparaba espiritualmente.

~

Minato se quitó su traje shinobi, alcanza su traje de miko y se lo pone. Al terminar de atarse el nudo, se ve en un espejo de cuerpo completo. Ve su reflejo visitiendo una chaqueta blanca con sode-kukuri (cordones) a través de las mangas y hombros abiertos, lleva una chihaya sobre su atuendo de miko. Su atuendo contiene un collar de cuentas y cordones cuerdas llamadas muna-himo, que fueron atadas a cada solapa y atadas al frente para mantener la prenda cerrada. El kosode es muy parecido a un Kendo moderno o Naginata Keikogi, con la manga ajustada un poco como una camisa holgada moderna y extendiéndose un poco más allá de la muñeca. Las aberturas en el costado de su hakama y las aberturas en las mangas y los hombros de su hitoe (chaqueta) mostrando el kosode blanco que luce, un nagabakama rojo brillante (un hakama muy largo), que incluía una pequeña tabla en la parte inferior de la espalda, luce un obi rojo, sobre todas sus otras prendas, no llevaba zapatos e estaba descalza.

–Estamos listos, Señora. –Dijo uno de sus sirvientes haciendo la puerta corrediza se abrió admitiendo a la joven de cabello plateado vestida con el chihaya.

–Bien.

~

–Primero debemos romper el sello de los 6 shinkens con su poder. –Entonó el Sumo Sacerdote ante el vasto espacio interior en el fondo de la tierra hecha de cemento. Ahí abajo no llegaba la luz natural pero el lugar estaba tan iluminado como si en verdad le llegara todo gracias a una gran esfera de luz dorada que estaba ubicada a la mitad de un gran pilar de hielo el cual era rodeado por seis columnas delgadas cada una de un color distintivo: rojo, blanco, verde, azul, negro y morado. Cada una portando una espada de aspecto antiquísimo.

Otros se hubieran impresionado profundamente pero Minato observó la gran estructura con indiferencia.

–Con el varón de Susanou no Mikoto. En el país de Izumo, donde caen los rayos del Sol. –Empezó a recitar Minato– Las ocho cabezas del dragón en la tierra, disminuyeron la hoja de la espada de Totsuka. Como Takemi Katana no Kami. Iwatsu no O no Kami. Kanayama Hiko no Kami. Kanayama Hime no Kami. Ocho millones de poderosos dioses.

El ritual estaba por completarse pues sólo faltan muy pocas líneas del conjuro pero algo salió mal y las sies columnas shinken dispararon su rayo de luz al momento en que la columna roja se partía en dos junto con su respectiva espada. El rayo de luz erró el tiro y la empuñadura de la antigua espada partida en dos voló hacia una esquina del sitio pero la hoja afilada voló directamente hacia donde se encontraba Minato.

Minato trató de replegarse pero la punta de la espada estaba por alcanzarla.

–¡No! –Advirtió el Sumo Sacerdote.

Un par de gotas de sangre se podía apreciar en el lugar. La punta de la espada alcanzó a Ryuunosuke en el brazo izquierdo, recibiendo el ataque e protegiendo a Minato con su cuerpo.

–¡Ryuu! –Exclamó alarmada Minato por lo sucedido.

~

El atardecer se podía apreciar en el cielo mientras en el interior de las tiendas de acampar, Minato curaba e atendía la herida en el hombro de Ryuunosuke.

–Gomenasai, por mi culpa... –Se disculpó, terminando de vendar la herida.

–No digas eso, Mina. Nadie dijo que fue tu culpa. –Dijo para consolarla y hacerle saber que no era su culpa, pero aun así agachó la mirada, sintiéndose culpable por lo sucedido– La herida no es tan grave. No es profunda, es un corte limpio así que se curara. Por eso...

–Pero es mi culpa. –Dijo aun culpable.

–No, te equivocas Mina. –Le corrigió– Esto es algo que decidí hacer. Nadie me obliga, esta es mi voluntad. Servirte, cuidarte, protegerte, velar tu seguridad. Eso es lo que significa ser un protector del Guardián. Dar su vida para que esté este a salvo.

–Eso no es lo que quiero. No quiero que lo veais como un deber o una obligación. No quiero ser vuestra Señora, sino su amiga.

–Lo sabemos baka. Ya no te aflijas tanto por eso y ve a cuidar a tu hija. Nosotros y la aldea estamos bien.

–...Bien. –Dijo no muy segura, pero igual lo haría.

~

La noche acaba de pasar. Pero especialmente para Minato, que había llega a su carpa para alimentar y cuidar a Mikoto.

Minato se sento en el futon de su tienda, donde Mikoto se despertaba después de haber dormido gran parte de la tarde. La habitación no era muy chica ni muy grande, pero tenía lo indispensable para ser habitada en lo que reparaban las casas, edificios, tiendas, apartamentos, etc de Taiyo.

Minato nunca fue quisquillosa con los lujos y siempre fue práctica con lo que le ofrecían. Cuando le dieron su carpa, sus protectores se disculparon por el lugar, pero ella los tranquiloso diciendo que no importaba, ya que a ella nunca le gustaron los lujos y estaba bien con lo que le ofrecían por mientras reconstruían la aldea.

Minato fue donde su hija, le preparo su biberon, la alzó y se lo dio para alimentar a su hija.

Mientras la alimentaba, viro la mirada y vio el borde de la mesa, donde yacía unas bolas de lana azul marina que había comprado junto con el armamento, la despensa de la aldea y ropa abrigada tanto para ella como para Mikoto, ya que se finalizaba el otoño e se acercaba el invierno.

Cuando termino de alimentar a Mikoto, la lleva al hombro y le saca el aire para que no se ahogara con la fórmula. Después de eso, tomo la lana y las cosas del bordado con la otra, ya que la derecha estaba ocupa cargando a su hija. Se encamina de vuelta al futon, toma asiento, sienta a Mikoto a un lado de ella en el futon e empieza a tejer, tejiendo con mucho cuidado, puntada tras puntada para hacer una bufanda. Hasta altas horas de la noche, solo acompañada por la luz de la lámpara y su hija, Minato estuvo ocupada trabajando en la cálida tela.

–Es para tu padre. –Dijo a su hija, quien observaba jugando con una de las bolas de lana– El tuyo ya lo hice. Es también una bufanda de color morada. –Le dijo a su niña.

Pronto será invierno y va a nevar, por lo que una bufanda es definitivamente un gran regalo.

~

Por la mañana Minato caminaba con su hija por la aldea para observar el proceso de la aldea para prestar y servir sus servicios para ayudar, pero todos le decían que no hacía falta, ya que ella estaba haciendo más por la aldea y era haber vuelto sana y salva, y más con Ryuunosuke y su heredara.

Entran a la tienda, saludan al vendedor, van a la sección de lana y compra la lana que le hace falta para completar la bufanda.

Toma la lana de color azul marino, va a la caja, se la da al vendedor, este la pasa por la caja, saca el dinero y se lo da, comprando la lana.

–Arigatou Gozaimasu. –Dijo el vendedor después de que Minato terminará de comprar más lana después de haber agotado la anterior.

Minato viste una blusa manga larga de color beige, unos pantalones negros ajustados debajo de una chaqueta blanca larga con cuello y con adornos suaves, botones grises con dientes y una abertura en el lado izquierdo de la chaqueta. También hay una capa a juego, guantes negros y botas blancas. Además, usa un sombrero cosaco blanco corto. Mikoto viste un vestido chino morado, medias blancas, la bufanda morada que le hizo Minato, zapatos shinobi y una chaqueta gruesa de algodón.

Una chica de cabello negro se acercó a ellas y las llamó por sus nombres.

–Minato-sama, Mikoto-san. –Escucharon la voz de Roxy acercándose, que pasaba por allí, se le acercaron.

Roxy viste un vestido de manga larga de color blanco con una línea vertical color verde claro, medias de rejillas, sandalias de color verde oscuro, un abrigo blanco e bufanda verde claro sobre esta ropa.

–Oh, Ro-chan. –Saludó la hanyou sin emociones en concreto.

–¿Tejes algo? –Dijo Roxy inclinándose levemente cuando vio las herramientas de tejer en las manos de Minato– Qué sorpresa.

–Estoy haciendo una bufada. –Murmuró Minato agachando levemente su mirada.

–¿Mmm? –Roxy la miró con una sonrisa de complicidad, se había dado cuenta, la ojirosa sintió una flecha a su orgullo.

–¿Q-Qué sucede? –Minato dijo nerviosamente.

–Esfuérzate, ¿de acuerdo? –Roxy sonrío, dejando caer pesadamente sus manos en los hombros de la peliblanca e asustando a Mikoto.

–Oh, gomen. –Se disculpó con Mikoto.

–¿Eh? –Minato dijo sorprendida.

–Es un regalo para él, ¿verdad? –Asumió su nueva amiga.

Minato, al darse cuenta de lo que Roxy quería decir, inclinó la cabeza hacia abajo y asintió lentamente.

~

Después de eso, Minato, Mikoto y Roxy fueron a comer a una cafetería, donde Roxy pidió un dulce caliente, Minato pidió un pastel de frutos rojos y una papilla de manzana para Mikoto.

–No le conozco mucho, pero se dice que ha estado ayudando a otros en su viaje. –Dijo Roxy mientras bebía un poco de té.

–¿En serio? Me alegro por él. –Respondió Minato, algo decaída.

–Incluso ha recibido propuestas de casamiento de varias chicas de otras aldeas para restaurar su clan. –Explicó nuevamente Roxy.

–Eh... –Dijo Minato.

–No solo digas "Eh". –Dijo Roxy– Apresurate y termina esa bufanda. –Apoyo completamente a Minato.

–E-Está bien. –Dijo Minato en voz baja.

Roxy suspiró –Vamos... Cambia esa actitud. Confía más en ti. –Dijo animando a Minato.

–S-Sí... –Respondió Minato.

~

Esa noche Minato estaba en su casa, siguió con su trabajo, había hecho buen avance tejiendo la bufanda azul marina mientras qur Mikoto dormía en la cama teniendo dos almohadas a cada lado para que no se cayera de la cama y golpeará contra el piso. Los regalos que había recibido esa tarde todavía estaban cuidadosamente apiladas.

–Termine. –Minato dijo felizmente cuando su bufanda de punto estuvo completamente terminada. Minato la recogió y la envolvió para dárselo a Sasuke cuando lo viera.

~

–¿La tierra se está muriendo? –El Raikage gritó, sentado en una enorme mesa redonda de una sala de conferencias.

Los líderes de las aldeas shinobi de las Seis Grandes Naciones, cinco de los seis Kages, fueron convocados en un edificio para una reunión citada por Hatake Kakashi. Aparte de Kakashi y el Raikage A, alrededor de la mesa estaba el Tsuchikage de Iwagakure no Sato, Oonoki; la única mujer, la Mizukage de Kirigakure no Sato, Mei; y el Kazekage de Sunagakure no Sato, el joven líder, Gaara - todos eran shinobis competentes.

–Al parecer toda fauna y flora de la Tierra se esta secando. –Kakashi les dijo con calma.

–¿Por eso se esta contaminando la Tierra?

Kakashi había traído a una científica desde su aldea. Ella llevaba una bata de marca y unos lentes de una chica científica.

–Lo explicaré. –Dijo la científica– La Tierra esta compuesta de átomos, moléculas que existen para dar vida a todo ser vivo. Así como el chakra. Cuando alcanza cierta distancia. Ocasionando que todo ser vivo muera asfixia por el veneno tóxico que esta suelto en la atmósfera. Creo que una parte de la Tierra ya ha comenzado a desaparecer.

–¿Y qué pasará? –El Tsuchikage preguntó.

–La Tierra se desintegrará. Volviéndose un mundo de tinieblas y oscuridad. Si no se hace algo pronto, la humanidad... –Dijo, pero no terminó de explicar sus palabras, pero fue interrumpido por el Raikage.

–Perecerá. –Dijo.

–¿Es un fenómeno natural? ¿O es un ataque hecho por humanos? –Preguntó la Mizukage.

–Esa es buena pregunta. –Dijo Kakashi.

~

En un puesto de Ramen, Ryuunosuke, Zoe, Roxy, Riven y Bloom estaban comiendo y charlando sin preocuparse por nada.

–Que mejor que comer algo caliente en esta temporada del año. –Dijo Riven.

La nieve ha comenzado a caer, la temperatura del aire es tan fría que comer ramen es una opción muy adecuada.

–Si tu lo dices. –Dijo Roxy.

–Ne, chicos, ¿no creen que nuestra princesa se este demorando en darle esa bufanda al Uchiha menor? –Preguntó Bloom.

-Bueno, se esta tomando su tiempo... –Respondió Riven mientras sostenía sus palillos– Itadakimasu. –Dijo, empezando a comer.

En lo que comían, Minato llegó allí con una dormida Mikoto en sus brazos.

–¡Oh, Selene! –Bloom gritó– Si no has comido, acompáñanos. –Invita a su amiga Minato.

–Mikoto esta dormida y con este clima se resfriara. Ve a casa para que no coja un resfriado. –Recomendo Ryūnosuke al ver a la bebé dormida.

–Sí. Gomen, será para otra. –Se disculpó antes de irse y se fue.

Esa noche no fue la misma noche que las noches anteriores. Minato había regresado a casa y fue a la mansión, que era tipo oriental de dos pisos hecha en su mayor parte por madera, el jardín delantero era muy bello con varios arboles de cerezo de buen tamaño, había un camino hecho de piedra que llevaba directamente a la entrada de la mansión, en la casa había varias habitaciones y también había un ōnsen, esa era la razón por la que el recinto Momozono se ubicaba fuera de la aldea, pero también contaba con varios baños tipo occidental, la cocina era grande con un pequeño comedor para no utilizar el comedor principal amenos que fuese necesario, y había un dojo principalmente para practicar katas con la espada y movimientos de taijutsu.

Después de explorar y maravillarse de la gran casa que le heredaron sus padres, Minato se dispuso a tomar asiento junto a su hija en el jardín trasero, el cual no era tan grande como el delantero pero aun así tenía un buen tamaño y al parecer se usaba como un pequeño huerto en que se habían cultivado algunos vegetales.

En esa noche, un grupo de shinobi envuelto en vendas como el anterior que atacó a la gente Momozono hace tiempo atrás voló sobre el cielo de Taiyo usando cometas ninja.

Luego aterrizaron, corriendo hacia la residencia del clan Momozono. Registraron apresuradamente varias habitaciones, hasta que finalmente encontraron lo que estaban buscando. A Minato.

–El hecho que estés aquí, significa que Raizel ya empezó a moverse.

–Así es, princesa Seishime. –Dijo un hombre de repente emergió de las sombras.

–Raizel... –Minato se sorprendió cuando pudo verlo claramente bajo la luz de las luces del jardín.

–Cuánto tiempo sin vernos, Moka. –Dijo Raizel, el hombre que era el cerebro detrás de la misteriosa pandilla de shinobi.

–¿A qué has venido? No es muy típico de ti hacer acto de presencia aun. –Dijo seria e precavida.

–Me honra saber que no has cambiado nada. Pero tienes razón al estar alertad. He venido por ti. –Dijo Raizel.

–¿Venido por mí? –Preguntó Minato confundida.

Minato se dispuso a levantarse para ponerse en posición de batalla, cuando unos brazos la rodearon inmovilizándola, a lo que soltó un chillido sorprendida. Mikoto empezó a llorar al ver la situación.

–¡Selene-sama! –Sky encontró a Minato justo antes de que el hombre se la llevará.

–¿Nani? Déjame ir. –Gritó Minato mientras un misterioso shinobi la sofocaba detrás de ella.

Raizel emite una bola de luz verde claro brillante haciendo que Minato se desmaye en los brazos del shinobi que la apresaba.

–Oye, ¿qué le haces a Selene-sama? –Efectivamente el Momozono había oído el escándalo y a Minato y Mikoto, al ver la escena ahora corría hacia el lugar.

Sky le quito a Mikoto de los brazos de Raizel e trató de atacarlo pero de repente desapareció. Y poco después de su desaparición como si nada, el shinobi comenzó a correr, saltando en los techos semiconstruidos de Taiyo, e aparecieron decenas de shinobis. Todos atacaron a Sky, él los pateó, golpeó, paró y atacó a más y más shinobi, pero afortunadamente Sky fue lo suficientemente fuerte como para derribarlos a todos.

–¡Sky! ¡Kōton: Ame no Hoshi! –Gritó Roxy lanzando filosas, rápidas y letales shurikens hechas y bañadas en chakra de luz que salieron disparadas en dirección a los Yaminin.

¡Rai Ninken! –Ryuunosuke aparece en escena, usa su Raikiri y expulsa una gran cantidad de chakra hacia los shinobis, dándole la forma de un enorme perro eléctrico muy rápido que busca a su objetivo para paralizarla, para dañarlos gravemente. El perro permanece conectado a su mano mediante un rayo, lo que le permite controlar la dirección y la intensidad del jutsu durante el ataque. Además puede hacer que el perro ladre y gruña.

–¡Roxy-san! ¡Ryuunosuke-taishou! –Exclamó al verles– Chicos, se llevo...

–Lo sabemos. Vete, nosotros los detendremos. –Dijo Ryuunosuke.

–¡Rápido!

–De acuerdo. –Sky puso en resguardo a Mikoto y se fue corriendo tras el captor de Minako con una buena cantidad de shinobis tras él– ¡Selene-sama! –Grita, persiguiéndolos por los tejados de Taiyo, saltando sobre los edificios que acababan de ser terminados.

Uno por uno, los shinobi misteriosos aparecieron y bloquearon su camino shinobis, pero Sky se deshizo de ellos de un golpe y continuar persiguiendo a uno de los hombres de Raizel que llevaba a Minato; mientras abajo la gente gritaba asustada cada vez que un cuerpo caía al suelo.

–¡Tienen a Neo Queen Selene! –Grito un Jounin mientras los demás tambien iban a ayudar a Sky.

Varios disparos explosivos fueron disparados por el misterioso shinobi que ahora perseguía a Sky, pero Sky pudo esquivarlos a todos. Sky siguió corriendo. Pero entonces, un golpe logró golpearlo. Sky rebotó, y cuando despertó había docenas de misteriosos shinobi en el aire listos para dispararle.

Sky no pudo esquivar, pero la explosión no fue suficiente para herir a Sky.

Sky saltó de la nube de humo.

¡Kōton: Sen Kōsei no Yari!

Sky dispara desde sus manos una gran cantidad de ráfagas de luz inicialmente en forma de látigos que a medida alcanzan a los shinobis, tomando la forma de gigantescas lanzas atravesando los cuerpos de los shinobis.

–¿Tú, por qué? –Sky llegó frente del secuestrador– ¡Suelta a Selene-sama!

Sky atacó pero nuevamente la persona logró esquivarlo.

–¡Matte! –Gritó Sky.

Desde el aire, otro disparo tras disparo hacia Sky. Parecían interminables, esos misteriosos shinobi.

Minato empezó a despertar pero no pudo escapar porque sintió que había perdido sus fuerzas.

Sky arrojó una segunda lanza estelar directamente al secuestrador. El ataque de Sky golpeó la parte superior del edificio donde la persona estaba parada, haciendo que su equilibrio fallará y Minato cayó.

Minato cayó pesadamente en un techo empinado y rodo duramente hasta caer de la torre, pero la bufanda se trabo en un clavo de hierro salido de la estructura. Sin embargo, la bufanda no duró mucho. Se agarro fuertemente intentando como pudo del otro extremo tratar de recuperar el control de su cuerpo.

–Selene-sama, ¿daijobu? –Dijo Sky gritando un poco para asegurarse de que Minato esté bien.

–Hu-uh. –Respondió Minato informando que actualmente se encuentra bien– ¡Mi hija! ¡¿Dónde está Mikoto?! –Preguntó alarmada de no ver a Mikoto.

–Tranquila, esta en tu casa. Creo que está en los brazos de su tía.

–Ya veo, gracias Sky-kun.

Sky comenzó a lanzarse hacia el secuestrador, que todavía estaba de pie en la parte superior del edificio. El hombre preparó varias esferas amarillas para disparar mientras Sky estaba listo con una lanza estelar en la palma.

El hombre comenzó a disparar, uno a uno lanzó bobinas de energía amarilla pero Sky pudo esquivarlas todas. Hasta que finalmente Sky llegó a esa persona.

¡Kōton: Sen Kōsei no Yari! –Gritó Sky.

¡Bang!

La lanza estelar impacto con la bola de energía del enemigo, creando una explosión bastante poderosa.

Minato uso sus fuerzas restantes para escalar hasta el clavo agarrándose fuerte de la bufanda.

–Mi cuerpo se adormece... Mi fuerza... –Dijo Minato.

El clavo se soltó haciendo que la bufanda se soltará. Minato cayo rodando en el aire y golpeándose con la torre hasta llegar a una pequeña base en la que reboto por la caída y siguió volando por los aires, una ola de dolor se apodero de su espalda pero aún no podía hacer nada su cuerpo, estaba débil, al ver que no se detenía no pudo evitar gritar casi en desesperación.

Antes de golpear el suelo, Sky aceleró rápidamente y la salvó.

–¡Selene-sama! –Sky la atrapo estilo nupcial y la deposito en el techo de la torre vecina.

–Tu bufanda está arruinada. –Dijo Sky cuando vio que la bufanda en la mano de Minato estaba rota.

–Sí... –Dijo Minato con tristeza.

Minato se lamentó por su bufanda, que se había roto en pedazos.

–¿De dónde salieron esos shinobis? ¿Son los hombros de Raizel? –Preguntó Sky.

–No lo sé. –Respondió Minato, esa noche la había agotado.

En la oscuridad apareció de repente Raizel enfrente de Sky, quien protegió a Minato.

–Excelente deducción, 4to protector, Momozono Sky.

El pelinegro se coloco desafiante y la peliblanca solo atino a mirarlo con seriedad.

–Infeliz...

Raizel ni se inmuto y los ojos cerrados pronuncio aun con tranquilamente.

–El día final se acerca. Pero antes de eso...

–Bastardo. –Sky se apresuró a entrar y le lanzó un puñetazo, pero Raizel se desvaneció en el aire y esquivó el puñetazo. Reapareció flotando con la Luna detrás de él en el cielo.

–Antes de ese día vendré por ti. Moka. –Terminó dirigiéndose a Minato para desaparecer difuminadamente hacia el centro hasta ser un punto brillante sobre el cielo.

–Maldita sea. ¿Qué es eso? –Sky miró a su alrededor en busca de Raizel, pero se detuvo cuando vio algo brillante en el cielo.

El objeto se acercó más y más hasta que pudo identificarse como un meteorito que sobrevoló por encima de ellos, pasó rápidamente por delante de Taiyo.

¡Boomb!

El choque sacudió a toda la aldea y una luz cegadora envolvió el bosque fuera de los muros de Taiyo.

Sky no hacía más que mirar con sorpresa y Minato se levanto para seguir la trayectoria con la mirada.

~

Tal como se explicó durante la reunión de los seis kage, la Tierra se estaba muriendo y desintegrándose lentamente.

–La Tierra... Pronto será destruido. –Dijo Raizel desde la oscuridad.

~

No tenían absolutamente ninguna pista.

La forma en que desapareció fue como si nunca hubiera existido. Su apartamento estaba vacío y desprovisto de cualquier olor o residuo de chakra. Kiba, Hinata y Itachi habían sido descartados para encontrarla. La última persona que los habían visto dentro de la aldea fue el incidente de las Bombas Humanas. Lo único que sabían era que un día estaban aquí y al otro se habían ido. Minato no había sido su yo normal el último día que alguien la había visto, pero aparte de eso, no había nada. Y Tsunade estaba empezando a frustrarse.

–¡Maldita sea! ¿Dónde demonios podrían estar? ¡Ha pasado más de un mes!

Extrañaba a Minato y Ryuunosuke. Todos lo hicieron. Simplemente no era propio de ellos irse así de la nada. Todo lo que quería hacer era llevar a su aprendiz a casa, gritarle por hacer que todos se preocuparan tanto y regañarla por hacer algo. Y cuanto antes regresaran a Konoha, más indulgente sería el consejo con su castigo.

–Tsunade-sama, Kakashi-sama, tal vez deberían pedirle respuesta a uno de los sapos del monte Myokobu. –Sugirió Shizune– Tal vez uno de ellos sepa dónde están Minako-sama y Ryuunosuke-kun.

–Vale la pena intentarlo. –La ex-Hokage suspiró– Kakashi, llama a Naruto e dile que invoque a uno de los sapos para saber el paradero.

Kakashi hace lo que dijo y llama a Naruto, le dice lo que tiene que hacer y asiente a su pedido.

Naruto se mordió el pulgar y formó una serie de sellos manuales –¡Kuchiyose no Jutsu!

Uno de los sapos llamado Gamaden apareció en medio del escritorio de Kakashi.

–Saludos, humanos, niño Naruto. –Saludó suavemente– Me sorprende que seas tú quien me llame, naturalmente quien lo hace es la niña Minako.

–Buenas tardes, Gamaden-san. –Dijo Tsunade– No sé si lo sabes, pero Minako y Ryuunosuke han desaparecido y no tenemos ni idea de dónde podrían estar. ¿Sabes algo al respecto?

–Ah, eso. Os diré. Fue a cumplir con su deber como la Guardián. En estos momentos esta haciendo el ritual para despertar al primer dragón, Fáfnir y luchar a su lado para derrotar a Vaatu.

La temperatura de la habitación bajó varios grados. Tsunade estaba en silencio, los ojos ensombrecidos y las manos apretadas con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos. Estaba tan absorta en su negativa a aceptar lo que le dijeron que no notó que la puerta estaba abierta.

–Iré a buscarla a Taiyo. –Una voz fría y tranquila sonó desde el otro lado de la puerta. La puerta se abrió y los ojos de Naruto se agrandaron.

–¡Sasuke!

Seguido detrás de él, le siguen Sakura y los demás. Sasuke cerró la puerta detrás de él y se volvió para asentir a Naruto.

–Me alegra que hallas vuelto a hacer él mismo. –Dijo Sakura feliz.

–Nii-san me ayudo. –Sasuke dijo, dando otro asentimiento.

–Ya era hora. Mira lo que puede llegar hacer una mujer para doblegar al famoso Uchiha Sasuke. –Dijo burlón Sai.

Kakashi tosió en su mano para aliviar la tensión.

–Muy bien ustedes cuatro, volvamos al asunto que nos ocupa.

Los cuatro miembros restantes del Equipo 7 volvieron a mirar a Kakashi y asintieron.

–Su misión es encontrar a nuestros dos idiotas amigos Momozono que han desertado de la aldea. Aún no haremos pública su deserteción hasta no saber sus razones. Trabajarán en un equipo de 7 liderados por Shikamaru. –Les dijo Kakashi a los presentes– Shikamaru, tu mano.

–¿Eh? ¿Para qué? ​​–Preguntó Shikamaru, sacando la mano.

La científica hizo una señal con la mano y apareció un reloj en la palma de Shikamaru. Parecía como si estuviera hecho de luz como una proyección.

–¿Qué es esto? –Preguntó Shikamaru con sorpresa.

–Un reloj secreto que sólo los seis Kage poseen. –Respondió Kakashi mientras mostraba su palma, que también contenía el reloj.

–¿Qué clase de reloj es? –Preguntó Naruto mientras lo miraba.

–Marca la cuenta regresiva hasta la destrucción de la Tierra, sino le entregamos a la heredará del clan Momozono-Senju. –Dijo Kakashi.

–¿Eh?

Hinata, Naruto, Haku y Sakura jadearon pero Sasuke, Shikamaru, Itachi y Sai permanecieron imperturbables.

–No lo entiendo. ¿Por qué necesitamos esto para encontrar a esos dos? –Preguntó Shikamaru mientras se sostenía la barbilla tratando de pensar en la relación del reloj y los dos Momozono.

–La razón de por qué se fueron Minako-sama y Ryuunosuke-san, es porque van tras ella. Y Ryuunosuke-san al ser su protector, se fue con ella. –Dijo Kakashi, explicando la relación del reloj con los dos Momozono.

–¿En qué se basa? –Preguntó Shikamaru de nuevo.

–Es sólo un presentimiento... –Respondió Kakashi.

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