Capítulo 2: Akatsuki, empieza la acción
–Ha pasado un buen tiempo, muchachos. Vaya, vaya... –Dijo mirando a su alumna– Qué cuerpazo, ¿eh Minako?
–Como sea. –Dijo indiferente.
–Okari, kosou. –Minato siente que sus ojos se saldrían de sus órbitas en cualquier momento a causa del gran abrazo que le estaba brindando su tía prima. Debido a su enorme fuerza le era imposible respirar, cosa que al parecer a ella no le importaba en lo más mínimo.
–Suelta, idiota. –Dijo brusca, soltándose del abrazo. Tsunade vuelve a su asiento.
–Ojalá que su entrenamiento haya sido fructífero. –Dijo Tsunade, con una sonrisa en su rostro mientras descansaba la cabeza en sus manos.
–¿Tú crees que regresaríamos si no tuvieramos algún resultado? –Preguntó Jiraiya.
–Misión cumplida, baachan 'ttebayo. –Exclamó Naruto con su dedo alzado– ¡Con Mina-chan somos el dúo Jiraiya, los mejores que podrían haber en la aldea!
La Hokage se río entre dientes –Me alegra escuchar eso. Muéstrenme sus avances.
–¿Qué? ¿Justo ahora?
–Hay alguien que quiere enfrentaros. Le he dejado libre de misiones desde hace algunos días esperando a que esté libre para este momento. Vuestro oponente será... –No termino al escuchar dos golpes en la puerta.
¡Toc toc!
–¡Adelante! –Gritó desde el otro lado de la puerta.
El rubio se sorprendió al ver esas dos personas que se hicieron presentes en la oficina de Tsunade.
–¡Oh!
–Domo. –Saludó perezosamente a la persona cuando él y otra persona entraron.
–Oigan, Shikamaru, Temari-san. –Dijo, Sakura con entusiasmo– Miren lo que nos trajo el viento. –Dijo antes de señalar a sus ex-compañeros.
–¿Ellos son?... –Shikamaru parpadeó– ¡Oe! ¡Naruto, Minako, ¿sois ustedes?! –Su confusión se convirtió en felicidad.
–¿Quién más sino? –Dijo sarcástica Minato.
–¡Hola, Shikamaru! –Saludó a los dos con una sonrisa en su rostro.
Temari miró a Naruto y parpadeó como una lechuza –«¿Son los mismos niñitos?» –Pensó antes de que su mirada se suavizara cuando aterrizo en Minato– «Se ha vuelto más poderosa de la última vez que me enfrente contra Minako.»
–Vaya, vaya, volvieron, ¿eh? –Dijo Shikamaru mientras Naruto se acercaba a él.
–Sí. Regresamos hoy. –Respondió Naruto con una sonrisa brillante.
Shikamaru se río entre dientes –Mírate, ¿quién diría que eres el mismo tarado? Es decir... el mismo. ¡Estáis muy cambiados!
El rubio se río, dándole su característica sonrisa tonta.
–No, sigue siendo el mismo. –Sakura hizo una mueca con una expresión molesta.
–No lo creería.
–Ay, por favor, Sakura-chan... –Dijo Naruto con tristeza cuando aparecieron líneas de depresión sobre su cabeza.
Tsunade y Shizune se rieron.
Shikamaru miró a Minato y sonrío –Es genial tenerte de vuelta, Minako. –Dijo.
Minato le vio estoicamente y solo asintió con la cabeza, lo que desconocerto a todos en la sala por el cambio radical de la albina.
Naruto se recuperó de su depresión –Un segundo, ¿eso quiere decir que tú eres nuestro oponente, Shikamaru? –Cuestionó.
El Nara arqueó una ceja, confundido –¿Su oponente? –Repitió– ¿De qué estás hablando? Yo solo pasaba por aquí porque traje unos documentos.
–¿Eh? Pues si no eres tú, entonces... –Naruto entrecerró los ojos y miró el rostro de Temari– ¿Cómo te llamabas?
–¿No me recuerdas? –Preguntó enojada Temari.
–Naruto, –Llamó Tsunade, llamando su atención– no encontrarás a su oponente aquí. –Señaló la ventana a su derecha– ¡Está afuera! –La mirada de todos siguió su dedo.
Naruto y Sakura se acercaron a la ventana mientras Minato se apoyaba contra la pared.
El rubio asomó la cabeza y miró a su alrededor hasta que vio a una persona familiar sentada junto a la ventana.
–Naruto, veo que has crecido mucho. –Señaló antes de saludar– Yo.
–Kakashi. –Murmuró en un susurro Minato.
–¡Kakashi-sensei! –Saludó Naruto– ¡Oiga, no ha cambiado nada, sensei 'ttebayo! –Saltó por la ventana y aterrizó sobre él– ¡Ah, cierto! –Metió la mano detrás de su bolsa y la rebuscó– Espere un segundo. Tengo un regalo para usted, Kakashi-sensei. Un regalito, dattebayo.
Tsunade camina hacia la ventana y se paró junto a Sakura –Como en los viejos tiempos. –Dijo.
–Sí. –Estuvo de acuerdo la Haruno.
–No puede ser. –Estalló Kakashi conmocionado– T-Tú... E-Esto es...
En manos de Naruto estaba la novela 'Haciéndolo' –La nueva edición de la serie "Haciéndolo en el Paraíso" después de tres años. –Dijo mientras Kakashi le quitaba el libro– A mí me aburre y Mina-chan le pareció patética, pero sé que a usted le gustan estas cosas, así que...
–Un asco de novela... –Murmuró Minato en voz baja, pero igual fue susceptible para que todos la oyeran.
Jiraiya escuchó esto y se burló, mirando hacia otro lado mientras sus brazos se cruzaban frente a su pecho –«¡Insolentes!» –Pensó– «Pero no puedes pedirle a unos niños que aprecien la buena literatura. La gente mataría por leerlo. Y más aún, porque no lo he publicado.»
–¡Tranquilízate! –Dijo Tsunade, dándose la vuelta para caminar hacia su escritorio– ¡No es momento de hacer tonterías, Kakashi!
El jounin, dándose cuenta de que lo habían regañado, cerró el libro vacilante y se puso de pie.
–¿Hmm? Entonces... –Dijo Naruto– ¿Usted es nuestro oponente?
–Mmm... –Dijo Kakashi– Pues, medio tienes razón. –Camina hacia la ventana y se paró frente a ellas– ¡Eh! Ha pasado mucho tiempo, ¿no es así, chicas, Haku? –Dijo mirando a Sakura, Minato y Haku– Has cambiado muchos Minako-hime, estas más hermosa. Toda una Senju... La vida imaginen del Nidaime-sama.
Minato al escuchar el comentario del Hatake, refurruñando e aparecieron líneas de depresión sobre su cabeza.
–Pero el carácter deprimente del Shodaime-sama. –Dijo, mientras Minato se reponía de ese duro golpe de parentesco.
–Sí, Kakashi-sensei. –Respondió ella mientras Naruto saltaba hacia adentro por la ventana.
–Pues, yo me enfrentare... –El jounin saltó al alféizar de la ventana– A Naruto, Minako-hime, Haku y Sakura. A ustedes cuatro.
Los dos fueron tomados por sorpresa mientras Minako le veía indiferente.
–¿A los cuatro a la vez, sensei? –Cuestionó el Uzumaki.
–Así es. Kakashi los pondrá a prueba. El cómo lo enfrenten determinará su estatus futuro. –Dijo Tsunade.
–¿Qué, su estatus futuro? –Dijo Shikamaru.
–Sakura, Haku, es ahora de que demuestren su entrenamiento conmigo... no fue en vano.
Sakura y Haku sevolvieron hacia Tsunade –¡Claro! –Dijeron formalmente, Haku nada más confiado que Sakura.
–A parte de entrenar con Tsunade y Maia en Pyros por petición mía, quisiera ver que tu entrenamiento no haya sido en vano. –Dijo Jiraiya mirando a Tsunade con rivalidad.
–Entonces, ¿comenzamos? –Preguntó Kakashi– Eso es lo quisiera decir. Bien, de acuerdo. Acaban de regresar Naruto, Hime-sama. Deben de venir cansados. Les daré otra oportunidad de descansar primero.
–¡No estoy cansado! ¡Estoy listo para comenzar justo ahora, ttebayo! –Dijo Naruto.
–No, tranquilizate. Los veré más tarde en los campos de entrenamiento. ¡Hasta entonces! –Kakashi los saludó con la mano y luego desapareció en una nube de humo antes de que alguien pudiera detenerlo.
–Qué cosa tan rara. –Dijo Shizune, mirando a Tsunade– Se veía muy apurado.
Tsunade se reclinó en su silla, cruzando los brazos –Si y creo tener idea de por qué... –Dijo.
–No podía esperar para leer ese libro. –Dijo Shikamaru.
Minato y Haku negaron con la cabeza con decepción.
–¡Ah! –Exclamó Naruto.
–¡Pues con razón! Ese brillo en el ojo... –Dijo Sakura.
–No me sorprende. –Dijo Minato antes de retirarse de la habitación.
Jiraiya asiente y sonríe, pensando para sí mismo –«Claro que quería leerlo. ¿Quién en su sano juicio no querría leer mi libro antes que cualquiera?»
~
Después de que Tsunade los despidió, Naruto caminó por las calles de Konoha con Sakura, Haku y Minato. Shikamaru y Temari los seguían.
–¡Ese Kakashi-sensei! –Murmuró Naruto mientras los tres caminaban por las calles.
En ese momento, caminaban en línea horizontal; Naruto y Sakura a la derecha, Haku y Minato a la izquierda.
–Lamento habérselo dado, ¿ese tonto libro es más importante para él que nuestro entrenamiento? –Se volvió hacia los otros tres mientras terminaba su declaración.
–Creo que debiste esperar hasta después del entrenamiento para entregarle ese libro. –Comento la albina secamente.
–Es de muy mal gusto. Al menos tendremos tiempo para planear una estrategia. –Dijo Sakura.
Naruto de repente se acercó a Temari y Shikamaru, que juntos detrás de ellos –¿Y ustedes están saliendo o qué? –Susurro, inclinándose hacia ellos.
–Claro que no, idiota. –Respondió Shikamaru con aburrimiento.
–¡Heh! Debes estar bromeando. Como si yo quisiera. –Dijo Temari, con seriedad entrelazada en su voz– Los exámenes chunin están por comenzar. He estado muy ocupada yendo de aquí para allá entre Suna y Konoha preparando todo. –Dijo.
–Sí, así es. Y yo soy su escolta. Es un fastidio, no sé cómo pasó... –Les dijo Shikamaru con un suspiro prolongado– Pero me pidieron que organizará todos los exámenes chuunin en ausencia de cierta hanyou. –Se refirió a Minato.
–Los exámenes chuunin, ¿eh? –Murmuró Naruto– Eso me trae recuerdos.
–Sí, bueno, hablando de eso... ¿Qué es lo que harás, Naruto? –Pregunto el Nara al Uzumaki.
El blondo lo miró, confundido –¿Eh? ¿Qué haré de qué? ¿De qué hablas?
–¿De qué va a hacer? De los exámenes chuunin. –Respondió Shikamaru en un tono más amable e alzando una ceja– Tú eres el único de nuestra generación que todavía no lo es. Todos son chuunin menos tú.
Dicho adolescente se quedó callado por un momento, dejando que la información se hundiera.
–¡¿EEEEEHHHH?! –Exclamó Naruto, haciendo que todo saltaran por la estridencia de su voz– ¡Sakura-chan, ¿t-tú también eres Chuunin?!
–Heh-heh... –Sakura se río, dándole un signo de paz– ¡Pues claro! –Dijo con orgullo, sacudiendo la cabeza.
–Yo ya era chuunin cuando él se fue. –Dijo Minato con indiferencia.
–Y no habéis oído toda la historia. Kankuro, Haku, Neji y Temari –Shikamaru señaló a Temari– han llegado aún más allá. Superaron las expectativas y los cuatro ya son Jounin. –Añadió.
–¡¿JOUNIN?! ¡No puede ser! –Gritó sorprendido Naruto.
–Veo que también lograron convertirse en Jounin, era obvio viendo sus habilidades. –Comento Minato.
–¡¿Eh?! –Naruto se puso de pie, estupefacto por la información que le acababan de dar– ¿Y Gaara? ¡¿Qué hay de Gaara?!
–Pues en una reunión se decidió el nombramiento de Gaara, como Kazekage el día de los Exámenes Chūnin. –Dijo Temari, sonriendo con orgullo al pensar en su hermano.
Eso fue más que suficiente para hacer que Naruto se quedara en silencio.
~
Gaara se puso de pie con orgullo en su túnica de Kazekage mirando la aldea. A veces no podía creer que él fuera el encargado de protegerlo.
–Kazekage-sama, la reunión está por comenzar. –Uno de sus sirvientes le informó arrodillado.
El Kazekage tiene los ojos cerrados y las sombras lo rodean por la falta de sueño. Su cabello rojo ladrillo ondea con el viento, revelando el kanji de amor rojo en su frente.
–Estupendo.
~
–Ya veo. –Murmuró Naruto– Gaara fue nombrado Kazekage. –Miró al suelo, apretando los puños– ¡Eso es genial!
Shikamaru levantó la mirada sorprendido.
Una sonrisa apareció en el rostro de Naruto y miró hacia arriba –¡Yo tampoco me voy a quedar atrás, dattebayo!
Temari estaba desconcertado, pero Sakura sonrío en su dirección mientras el sol brillaba.
Naruto señaló el Monumento Hokage –¡Yo se que algún día seré Hokage! ¡Ya lo verás, Gaara!
–«Vaya. Creo que sí maduró un poco.»
Minato suaviso un poco su mirada ante la determinación de su ototo, para luego volver a poner su mirada estoica.
–Oh, por cierto, Mina-chan... –Naruto la miro, llamando la atención de los demas– ¿Qué Hitomiko-baachan no te iba a convertir en Hikage, una vez que volvieras a Taiyo? –Dijo confundido, asombraron a los demás.
–¿Y qué si me convierto en la Hikage o no? Eso no es de tu incumbencia. –Recalcó molesta Minato.
–¿En serio, en Hikage? –Pregunto Shikamaru.
–Felicidades, Minako, has llegado muy lejos como Gaara, tal vez ustedes dos se hagan compañía en las reuniones. –Dijo Temari.
–Os he dicho que no es de vuestra incumbencia. –Dijo gélida, para luego retirarse de ahí e dejando desconcertado a sus compañeros por su nueva actitud– «Cierto...» –Recuerda lo que le revelaron en Pyros y es por eso que empezó a cambiar de nuevo– «Este es mi deber como miko... Luchar por toda la eternidad.»
~
En lo alto de un edificio, Kakashi estaba absorto en su lectura, solo miró hacia arriba cuando una voz familiar entró por la puerta.
–¿Tú qué opinas? Nada mal, ¿eh? –Dijo de repente Jiraiya haciendo que Kakashi levantará la mirada de su nuevo libro– Si me lo preguntas, es el mejor libro que he escrito hasta ahora.
Los dos dan un paseo por Konoha y dos pájaros revolotean a su alrededor.
–Te los entrego. Pongo en tus manos a Minako y Naruto como te lo prometí. –Jiraiya dijo, caminando por la calle.
–Puedo ver que han crecido, ¿pero también han madurado?
Jiraiya lo miró fijamente –Heh... ¿Dices que no he hecho bien mi trabajo? –Pregunto, ofendido.
Cuando Kakashi no respondió, volvió a mirar hacia el camino.
–Adelante, subestimame. Lo lamentarás. –Lo reto.
–Vaya, suenas muy convencido. –Dijo sarcástico el Hatake.
–Aquellos que hemos estado observando están a punto de atacar. –Dijo de repente serio Jiraiya.
–Es malo, si me permiten opinar. –Solto de repente Ryuunosuke.
–Veo que sigues observándola como siempre, ¿no es así, Ryuunosuke? –Dijo Jiraiya al verle.
–El deber de sus protectores es vigilar y proteger al Guardián, en este caso a Mina. –Informó Ryuunosuke.
~
Un grupo de hombres se sentó alrededor de una gran mesa redonda en la sala del consejo en Suna. El Kazekage, Gaara, se sentó a la cabeza, su rostro sin emociones.
–Por los últimos años, nuestra aldea ha disfrutado de estabilidad y prosperidad, en gran medida por nuestros convenios con las aldeas ocultas de las tierras aliadas. Y para dar un ejemplo de esto, nuestros reclutas están mejor entrenados gracias a nuestros métodos. Métodos aprendidos de Konoha. –Dijo un ninja, poniéndose de pie para informar.
–Veremos qué tan buenos son. Los exámenes chunin ya están en la puerta.
Pero mientras todos los demás parecían relajados y contentos, un ninja se paró sombríamente.
–Correcto. Y es por eso que esos feos rumores nos conflictúan justo ahora.
Un hombre llamado Baki lo miró fijamente.
–¿Rumores, Yuura?
–Sí, señor. ¿Ha oído hablar de un grupo llamado "los Akatsuki"? –Los pálidos ojos de espuma de mar de Gaara se entrecerraron.
~
Kakashi, Ryuunosuke y Jiraiya se sientan en un café.
–Ya veo... Así que, finalmente... salieron de su cueva. –Le informó.
–No me sorprende, sabía que pasaría tarde o temprano... –Dijo Jiraiya.
Zabuza suspiró –«Los Akatsuki, ¿eh?» –Pensó.
~
–Los Akatsuki son una misteriosa organización conformada por una docena de shinobi. –Dijo Yuura– Todos sus miembros están enlistados en el Libro Bingo como los criminales más despidiados de clase S. De entre los que se han identificado... de Konohagakure no Sato, un hombre que aniquiló a todo su clan en una noche: Uchiha Itachi. Otro es uno de los siete espadachines ninja, conocido como el "Kirigakure no Kaijin": Hoshigaki Kisame. También está el asesino del último Kazekage-sama, que casi logra destruir Konoha, Orochimaru. Dicen que él también alguna vez fue un miembro.
El rostro de Gaara estaba frío y fijo en piedra.
~
En Konoha, solo queda un palo de dango en el plato.
–¿Y por qué crees que finalmente decidieron salir? ¿Qué buscan? –Preguntó Kakashi.
–Su objetivo final aún no está claro. Pero sí sé una cosa, quieren el espíritu del kitsune y okami que Naruto y Minako llevan en su interior. –Jiraiya sonríe sombríamente– Y es seguro... que lo que tienen en mente es algo perverso. Es por eso que he estado corriendo el rumor entre nuestros aliados. Algo se acerca, así que deben reforzar su seguridad y estar alerta.
Se come el dango final y arroja el palo sobre el plato ahora vacío.
~
–Ya veo... Ya había oído al respecto recientemente... Así que finalmente entrarán en acción...
Yuura se quedó en silencio antes de responder.
–Recibimos esta información de uno de los legendarios Sannin, Jiraiya-sama. Así que antes de convocarlos a esta reunión, me tomé la libertad de ordenar reforzar nuestra seguridad. Instalé cazadores especiales ANBU en puntos de perímetro. No importa que tan astutos sean, si pretenden tomarnos por sorpresa, se equivocan. Dicen que los Akatsuki visten capas negras con nubes rojas bordadas en ellas. Si nuestros vigías los identifican, tienen la orden de atacar inmediatamente.
Un ninja se puso de pie –Señores... se levanta la sección.
Todos salen excepto Gaara, que se sienta en su silla y reflexiona.
Yuura y el ninja que había despedido a todos caminaban por el pasillo.
–Bien hecho, Yuura. Estamos impresionados por tu presteza y prudencia.
–Bueno, he estado sentado en la silla del Consejo por cuatro años. Y he aprendido que debo estar listo para tomar decisiones solo. Mientras... velo por los intereses... de la aldea. –Los ojos de Yuura se agrandaron y el sudor goteaba por su rostro.
Dentro de su cabeza, un sello brillante se rompe de repente. Él jadea y se agarra la cabeza.
–¿Qué te pasa?
–Nada, no es nada. Solo estoy cansado, eso es todo.
–Cuídate. A veces trabajas demasiado.
–Gracias por preocuparte.
Se alejó, con nuevos pensamientos zumbando en su cabeza como moscas.
–«Ya veo. Así que es eso.»
~
En lo profundo del desierto, tres figuras sombrías estaban de pie en el viento arenoso. Los tres llevaban sombreros que cubrían sus ojos y largas capas de color negro con nubes rojas. Todo lo que se podía ver adelante era la arena amarillenta que cubría kilómetros de tierra.
–El que está en este lugar será el primero, por lo visto. El que enviamos a eliminar a Orochimaru tendrá que esperar. En cualquier caso, nos traicionó y a comenzado a actuar, hm. –Deidara resopló cuando la campana de su sombrero sonó levemente cuando el viento la agitó.
–Supongo que ya es inútil. Ni yo sé lo que pasa una vez aplicado ese jutsu. ¿Estás seguro de lo que hay en ese morral bastara? Nuestro enemigo posee al Jinchūriki. –Sasori dijo refiriéndose a la arcilla dentro de la bolsa.
–Cada uno de mis jutsu es una obra de arte. Pero para estar seguros, traje conmigo mi maestra obra, hmm. No podemos arriesgarnos cuando nuestro oponente es el Ichibi. –Deidara explicó mientras abría la cremallera de una bolsa de arcilla y mete la mano.
~
Gaara se sienta en su oficina, y casi como si los escuchara, mira por la ventana con el rabillo del ojo y hace una pausa para escribir.
~
Naruto, Minato, Haku y Sakura esperan en la puerta del 3 campo de entrenamiento. Sakura y Haku están apoyados pacíficamente contra él, Minato esta sentada en el suelo, arrodillada, como si fuese una ceremonia de té y Naruto camina enojado de un lado a otro, extremadamente molesto de la donde
–Es el colmo. –Exclamó Naruto, molesto– ¿Kakashi-sensei nos va a dejar esperando para siempre, dattebayo?
–Pues, él siempre ha sido así. –Dijo Sakura.
Minato suspiró –Así que su puntualidad sigue siendo mala.
Naruto se sentó en el suelo con las piernas cruzadas –¡Agh! –Suspiró– Sí, pero pensé... ...que tal vez ya habría madurado, dattebayo.
De repente, hubo un puf sobre ellos. El humo desapareció para revelar a un sonriente Kakashi.
–¡Lamento hacerlos hecho esperar! –Saludó– Es que una viejita se atravesó en el camino...
–¡Ay, por favor! –Gritaron Haku, Naruto y Sakura mientras que Minato lo miraba con una mirada sin emociones.
Kakashi siguió sonriendo con su ojo visible. Después de que Kakashi saltó, los cuatro caminaron hacia los cuatro troncos en el medio del campo de entrenamiento.
–Vaya, este lugar... me trae varios recuerdos. –Dijo Naruto, mirando a su alrededor. Miró los cuatro póster que estaban frente a él, recordando su primer entrenamiento.
–¡Ah! Es cierto. Aquí fue el lugar de su primera lección de entrenamiento, ¿verdad? –Recordó el Jounin.
Sakura miró hacia abajo con tristeza –Equipo 7... –Murmuró.
Naruto tenía la misma expresión –Un equipo de cinco... –Murmuró.
–Así es. En aquel entonces... estaba Sasuke con nosotros, ¿no? –Recordó Kakashi.
La boca de Minato se enderezó en una línea apretada ante la última declaración, y apretó los puños, sus uñas se clavaron en las palmas de sus manos, apretarlas más fuerte.
Minato miró a sus compañeros de equipo mientras sentía un tirón en su corazón, pero fingió que no lo sentía.
Minato los ve en el suelo, deprimidos y tristes.
Naruto estaba a cuatro patas mientras Sakura abrazaba sus rodillas cerca de ella.
–Patético. –Dijo sin emoción alguna la albina, ocasionando que los otros la vieran totalmente cambiada de mentalidad.
–«Creo que el nombre de Sasuke significa mucho para estos dos...» –Pensó Kakashi. Luego miró a la chica imperturbable– «Bueno, al menos ella es buena de diferente.»
De repente, algo hizo un ruido familiar los saca de su ensimismamiento y ambos miran sorprendidos. Kakashi sostenía las mismas tres, ahora cuatro, campanas que tenía al principio.
–Haku, creo que Tsunade-sama pudo haber olvidado decirte esto, pero esto es opcional para ti. Ya estás casi en mi nivel y ella no necesita actualizar tu estatus. Puedes participar aunque si quieres.
–Ya que estoy aquí, también puedo. –Haku dijo– Puede que no haya estado aquí para su primera prueba, pero me gustaría hacer esto como miembro del Equipo 7.
–Muy bien... –Dijo Kakashi después de una breve pausa– Demuéstrenme qué tan lejos pueden llegar. Después de todo, no han perdido la esperanza con Sasuke, ¿verdad?
Naruto y Sakura se pusieron de pie.
–¡Claro que no! –Sakura negó con la cabeza ante la pregunta de Kakashi.
–¿Por qué cree que he estado entrenando todo este tiempo? –Dijo.
–Mientras siga respirando, nunca perderé la esperanza. –Dijo Haku.
–Nunca le doy la espalda a un camarada. –Dijo Minato con determinación.
Kakashi sonrío con los ojos cerrados y asintió –Las reglas son las mismas que el primer día. –Dijo– No me importa cómo lo hagan, solo quítenme los cascabeles. –Colgó las campanas en su cintura como lo hizo– Y recuerden...
–"Si no estamos preparados..." –Comenzó Minato a repetir lo que había dicho hace tantos años.
–"...para matarlo..." –Continuó Naruto.
–...no seremos capaces de quitárselos". –Finalizó Sakura.
–Exacto. –Dijo Kakashi dejando escapar una pequeña risa– No tengan piedad si quieren quitarme los cascabeles. Tienen hasta mañana al amanecer.
Minato se aseguró de que su Hitai-ate estuviera alrededor de su hombro y luego asintió, lista para comenzar.
–Bien, ¿comenzamos ya? –Kakashi cerró su libro y los enfrentó a todos directamente.
Naruto se río entre dientes –¿Va a estar leyendo ese estúpido libro todo el tiempo, Kakashi-sensei? –Se burló mientras apretaba su Hitai-ate.
–¿O ya terminaste de leerlo? –Preguntó Sakura mientras se ponía los guantes.
–Apuesto que ya había terminado de leerlo. –Haku se encogió de hombros.
–Lo dudo mucho. –Minato se recogió el cabello y se lo ato en una coleta alta mientras sus ojos brillaban.
–No, no creo... pero me reservaré el placer para después... –Dijo mientras guardaba el libro en su bolsa– Además, tengo el presentimiento... de que tendré que cuidarme la espalda. Este será un juego nuevo. –Su mano viajó a su Hitai-ate y la levantó, descubriendo su ojo izquierdo– Esta vez... será en serio.
~
Los guardias protegen las paredes arenosas de una ciudad en una escalera hecha de arena, con guardias de pie y vigilando a los intrusos. Uno ve dos sombras en la distancia.
–¿Y eso? Capas negras con nubes rojas. Son ellos... Deben serlo. ¡Yuura-taicho, debe dar la señal! –Dijo con un rostro aterrorizado.
Yuura aparece detrás de él, sorprendiendo al ninja.
–¡Yuura-taicho! –Lo llamo– Son los hombres que esperaba. Están aquí.
–Tranquilízate. –Le dijo al hombre– Tú no te preocupes... No tomará mucho.
Los dos se acercan a la ciudad y, de repente, Yuura está frente a ellos, cubierto de sangre, con guardias muertos esparcidos dentro de la aldea.
–Buen trabajo, Yuura. ¿Te acuerdas de mí, supongo? –La voz ronca de Sasori habló.
–¡Claro, Sasori-sama! –Se inclinó con una mano sobre su corazón.
~
Haku, Minato, Naruto y Sakura se pararon frente a Kakashi, esperando que alguien diera el primer paso. Jiraiya observa desde los árboles con una sonrisa, y debajo de él están Tsunade, Ryuunosuke y Shizune.
Kakashi solo tiene su ojo Sharingan abierto, y el viento sopla hojas sobre ellos. Los pájaros salen volando de los árboles y las campanas que colgaban de la cintura de Kakashi tintinearon.
–¡¿Qué esperamos?! –Dijo Naruto, lanzándose hacia el frente.
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