Selene miró una vez más su cuarto antes de tomar el uniforme que había robado durante su entrenamiento. No esperaba que Dheera apareciera en aquel momento. Su doncella principal. Al momento de ir a decir algo la princesa nadó hasta ella y tapó su boca.

—Dheera, me quieren casar— no tenía tiempo. Llevaba años preparando aquello y no podía dejar que todo se fastidiase en aquel momento — no quiero. Quiero poder elegir a quién amo.

La mirada de la sirena mostraba todo lo que bullía en su interior. El agobio y la pena eran demasiado notables en sus ojos. No era justo que por ser mujer tuviese que casarse con alguien a quien no quería. Sus abuelos le habían contado historias de tierras en las que la libertad era parte del día a día. Por mucho que fuese traición a la corona su doncella asintió consiguiendo que ella separase la mano de su boca.

—Está bien, pero debe darse prisa — respondió sin esperar antes de ayudar a la princesa a vestirse — si alguien me ve será traición a la corona. — ambas sabían que significaba aquello: la muerte. Selene no se podía permitir aquello, se negaba a dejar que la que la había acompañado desde su infancia muriese por su culpa.

—Ven conmigo. Ophrant también vendrá— comentó con rapidez la muchacha. A pesar de no querer llevar un gran grupo de gente entendía que si podía salvar a aquella sirena lo haría.

—Está bien — tardó poco en coger varias joyas de las que había en la habitación para meterlas en un joyero de coral. Que ella pasease con aquel joyero de grandes dimensiones no era extraño por lo que nadie dudaría — ¿Cuál es el plan?

—Subiremos a la superficie a través del camino de Aqeli. A partir de allí iremos haciendo paso por distintos pueblos retirados hasta llegar a la costa. Nuestro destino es Wakanda, un país africano — todo estaba estudiado al milímetro. Aquel país tenía una importancia geográfica para la Atlántida muy importante. Nunca habían sido aliados, pero conocían la existencia del otro. Por ende, sabían quién era y si conseguía llegar a la reina la ayudarían a sobrevivir.

La otra opción era que la devolviesen a la Atlántida. Entonces, utilizaría sus poderes. El canto de sirena que había desarrollado gracias a su posición en la escala social era clave para su plan. 

De allí, huiría al siguiente punto que fuese lo suficientemente lejano. Había dos opciones para conseguir sobrevivir sin que los espías de su familia llegasen a ella: pasar completamente desapercibida o ser extremadamente famosa de tal manera que necesitase seguridad a su alrededor siempre.