
Capítulo 10
-¿Nunca duermes? - la pregunta de Bucky no sorprendió a la morena. Ella tecleaba con prisa a la vez que trataba de desayunar. Era complicado teniendo en cuenta que una de sus manos estaba ocupada, pero teniendo en cuenta que James estaba en la zona y no quería activar los hologramas, era la mejor opción.
-Sí, las horas justas y necesarias- comentó levantando mínimamente los ojos para echar una mirada al recién levantado americano. - ya tengo todo planeado. - cuando Bucky se sentó junto a ella y asintió ella comprendió que debía seguir hablando- vamos a movernos a un sitio menos céntrico, he alquilado una casa preciosa. Después veremos a Gonzalo, ya me ha escrito y tiene todo listo. Yo prepararé la maleta y me iré a Suiza durante dos días. Al volver partiremos a Marruecos.
-¿Por qué tienes que ir sola? - fue la siguiente pregunta del hombre. Ella había removido cielo y tierra para que él estuviera allí. No entendía porque ahora viajaba sola.
-Porque voy a hablar con la parte más grande de HYDRA que queda, voy a alejarles de ti y si te ven...Sabrán quién eres- la respuesta fue escueta para lo que solía hablar la mujer, aunque fue suficiente para Bucky.
Cuando la puerta sonó, James fue el encargado de acercarse a escuchar quién era el responsable de aquello. Al ver que eran los guardaespaldas habituales dejó que Selene avanzase hacia la puerta. Ella no recogió nada de la habitación, por ende, él tampoco. Seguía sin llegar a darse cuenta del poder económico que tenía la mujer. Aunque la ropa y la actitud ya eran bastante pista.
Al igual que en el anterior viaje, nadie habló hasta llegar a la mansión perdida en la montaña. El hombre seguía estando un poco en shock por la cantidad de recursos de la mujer. Cuando le enseñó la mansión entendió que el trabajo de protegerla era aún más difícil de lo que parecía.
-Es un sitio...- buscó la palabra, aunque no acabo la frase. El timbre sonó y Selene respondió por él.
-Curioso. ¿Abrirías por mí, cariño? - gritó ella con intención de que la persona en la puerta escuchase su voz. Él rodó los ojos antes de hacer lo mandado. Gonzalo entró en la casa. Una carpeta parecida a la de la mujer, ella se levantó al momento cuando lo vio. Se acercó a él y le dio dos besos. Después fue hasta el sofá con Bucky. Hizo que él rodease su cintura aposta.
-Buenos días, preciosa - no parecía muy contento, aún así dejó la carpeta sobre la mesa. Como si fuese un acto reflejo ella hizo lo mismo. Intercambiaron las carpetas antes de mirar lo que había dentro. Una vez comprobó que todo lo necesario estaba allí se permitió escuchar hablar a su contacto- ¿Ya has pensado en mi oferta?
-Me temo que tuve una noche bastante ajetreada como para darle vueltas - James miró a la chica y sonrió de la manera en que había sonreído toda la vida cuando salía en las citas dobles con Steve. A pesar de que su cabeza fuese un lío, en aquellos momentos de relax, Selene hacía todo más fácil.
-Pues fíjate que te veo menos cariñosa con él que con el anterior - Selene nunca lo diría en alto delante de él, pero odiaba a la gente celosa y a la gente que intentaba manejarla a ella o sus relaciones. Gonzalo era ambas.
-Es más tímido. No le gusta que nos besemos en público, ¿acaso has venido a arruinar mi vida amorosa? - comentó con diversión Selene sabiendo que si el hombre salía de allí sin reírse y clamando que no parecían una pareja verdadera podían tener problemas. Él odiaba los mentirosos y les hacía la vida imposible. Con el poder que ostentaba, no les convenía.
Cuando fue a responder, el teléfono del magnate del mercado negro sonó. Se levantó y Selene soltó el aire que le quedaba. Bucky iba a odiar a la sirena de por vida, aunque eso no le importaba ahora mismo. Cuando se giró para mirarle a los ojos sonrió con calma y susurró.
-Te voy a besar y vas a seguirme el rollo hasta que vuelva, ¿sí? - no esperó una respuesta. Escuchó como la llamada del español llegaba a su fin y no había tiempo.
Besó a James con urgencia, casi con desesperación. A pesar de llevar años sin besar y estar desprevenido, él tardó poco en amoldarse a la mujer. La atrajo hacia sí y llevó sus manos a su cintura, aun cuando no podía llegar a sentir bien el contacto por culpa de los guantes. Ninguno de los dos se esperaba que sus cuerpos reaccionasen así. Unos intencionados carraspeos hicieron que ambos se separasen.
-Lo siento- James fue el que habló, pues Selene estaba ordenando su mente y manteniendo su sangre a raya. Sentía como sus mejillas comenzaban a rellenarse y aun con el maquillaje había veces que el azul seguía viéndose.
-No os preocupéis, me temo que debo irme. Además, os podéis divertir bien sin mí, por desgracia - se acercó para dejar un beso en el dorso de la mano de la mujer y le dio un apretón de manos al hombre. Después, se giró y comenzó a andar- siempre encantado de hacer negocios contigo.
Hasta que no hubo sonado el sonido de la puerta, ninguno se separó. En el momento en el que eso sonó fueron como el agua y el aceite. Principalmente porque Selene se levantó y se sentó en el sillón de enfrente.
-¿Tan malo ha sido? - comentó con gracia James, quien gracias a aquello había recordado diversas experiencias con distintas chicas a lo largo de los años 30, incluso alguna más hacia el presente. Hubo una vez, en Rusia, una pelirroja...
-No, solo que...No me esperaba que besases tan bien, la verdad - nunca le diría a Ophrant aquello, o por lo menos no de momento, pero le acababan de destronar como mejor besador. Y ese era un título que siempre le había gustado. La respuesta del hombre fue negarse con una sonrisa. Él se había sentido atraído por la belleza de la mujer anteriormente, pero aquel beso había hecho que estuviese aun más cegado por su sonrisa. No podía olvidarse de que era peligrosa y que no era de fiar. Pero es que ese doble juego hacía aquello mucho más interesante (en los momentos que estaba lúcido, por supuesto).
-¿Esa carpeta es para mí? - preguntó entonces el americano. Sabía que era suya, aunque ella no lo quisiese soltar. Selene alzó una ceja con la frialdad de un témpano de hielo. Después habló con una sonrisa torcida. Los segundos que James había tardado en contestar habían sido más que suficientes para que ella se recompusiese.
-Sí y me ha salido muy cara. Me debes mucho, James Buchanan Barnes - por supuesto, aquello que ella necesitaba era que él estuviera allí y la protegiese. Pero no podía dejar que creyese que con aquello bastaría. Si podía sacar más jugo de aquella situación lo haría sin pensarlo dos veces.
-Como no quieras otro beso no puedo ofrecerte mucho más - Selene rodó los ojos con gracia. No podía negar que leer el archivo parecía haber dado libertad al hombre y una capacidad para parecer aquel chico de Brooklyn increíble. Sin embargo, negó.
-De momento vas a conseguir averiguar quiénes son los que me persiguen. Luego veremos qué pasa -cuando se levantó estiró el brazo con la carpeta hacia él. Después lo apartó con diversión para que no lo cogiese- Y no te creas que los vas a tener tú, no puedo permitir que te escapes sin ayudarme. Nos vemos cuando vuelva de Suiza.
No le importó dejar atrás a un exsargento de la segunda guerra mundial que se mordía el labio y simplemente seguía la danza de sus caderas perdido. Hacía años que no podía hacer aquello, algo tan simple como mirar alguien sin necesidad de tener una misión en la cabeza. Por otro lado, le venía bien el descanso. Tardase lo que tardase Selene, le venía bien aprovechar la calma para ordenar sus pensamientos.
-Por cierto, luego vendrá Fran. - dentro de los favores que el hombre le estaba haciendo aquel año estaba ser la niñera de un asesino de HYDRA. Cosa que a Bucky, en realidad, le venía bien. Quería conseguir información sobre la mujer, sus negocios y sus enemigos. A pesar de que, al pensar en ella, lo único que apareciese en su cabeza fuese lo sentido durante el beso.
🌊 🌊 🌊
Cuando Ophrant entró en la casa, Bucky estaba empezando a impacientarse. Necesitaba avanzar en la investigación. Por mucho que supiesen dónde que tenían que ir, seguro que había una explicación que le ayudase a averiguar el trasfondo de todo aquello.
-Necesito preguntarte varias cosas - comentó el americano cuando ambos se hubieron sentado en el salón. El hombre había aparecido con una caja de pizza y un litro de cerveza. Él suspiró asintiendo a la vez que cogía un cacho de aquel manjar y un vaso de cerveza.
-Sorpréndeme - el tono de voz del tritón dejaba claro las ganas que tenía de hablar con el americano. Él se hizo el tonto y decidió ignorar aquel detalle.
-¿Qué enemigos puede tener Selena? - iba a llevar a cabo aquel trabajo pasase lo que pasase. La mujer le había conseguido toda la información sobre su pasado y papeles falsificados para viajar. Además de haber salvado a Steve, que era una vida que ella probablemente prefería apagada. Estaba seguro de que su amigo no estaría de acuerdo con las ilegalidades del negocio de la sirena.
-La verdad, más de los que me gustaría admitir - la respuesta del de pelo cobrizo no llamó mucho la atención del moreno. De normal no hubiese respondido nada a aquel hombre. Pero, tras pasar el día anterior con su cita y darse cuenta de que aquel hombre protegía a Selene, se sentía extrañamente generoso - solo llevas dos días en su vida y ya te habrás dado cuenta de que es especial. Se codea con gente muy peligrosa sin necesidad de derramar una gota de sangre. ¿No te has preguntado por qué? - Bucky unió cabos rápidamente, solo con poder obligar a alguien a quedarse quieto era suficiente para que cualquiera temiese.
-Es extremadamente peligrosa por sus poderes - Ophrant negó con una sonrisa. Supuso que la mente del hombre lo miraba todo desde su punto de vista. No desde el punto de vista de la gente que no conocía la forma acuática de su mejor amiga.
-No, no lo saben. Es aún más peligrosa por tener información - Bucky cogió un cacho de pizza interesado en escuchar lo que el hombre tuviese que decir - hay veces que una grabación de 10 segundos es más peligrosa que una AK-47 - su paso por el mundo dejaba claro que el poder de la AK-47 bien utilizado podía con todo aquello. Aunque claro, para eso tenía que llegarse al objetivo de las amenazas.
-Tiene información de alguien que no está muy contento por ello, ¿no? - Ophrant meditó la respuesta varios segundos. No quería hacer ningún comentario sarcástico que tensase más la situación. Bucky no se olvidaba de la amenaza del tritón y el tritón no estaba dispuesto a dejar su confianza en un desconocido con problemas psicológicos por culpa de HYDRA.
-Siempre la tiene. El problema es averiguar quiénes son los atacantes - eso dejaba claro que esa situación había pasado más veces. Sin embargo, el americano no llegó a comprender cual era la razón de que él estuviese allí si ese era el caso - Nunca ha sido como esta vez. Es amenazada constantemente mediante mensajes y llamadas. Da igual las veces que se cambie de número. Siempre vuelven.
-Eso quiere decir que quieren jugar con ella - respondió con simpleza el moreno tratando de rebuscar en su memoria la información correspondiente a aquella táctica - una vez, no sé hace cuanto, una viuda de la habitación roja me dijo que eso era simple diversión para desquiciar a la presa. O una manera de llamar su atención para que se moviese.
-¿Qué insinúas? - Ophrant era el que había perdido el hilo en aquel momento. No entendía nada de lo que había dicho el americano. Se veía que sus mundos siempre habían sido demasiado distintos. En ese momento, empezó a temer que Selene estuviera mucho más cerca del mundo del soldado de invierno que del suyo propio.
Siempre había sabido que la princesa había pasado de velar la ley y ser el poder en la Atlántida a ser su enemiga. Era obvio que andaba en una cuerda floja de malversaciones, sobornos y demás delitos junto a una moral un tanto pintoresca. Sin embargo, en aquel momento, mirando al americano junto a él, se dio cuenta de que se había alejado demasiado de la persona que había sido. No en cuanto a personalidad, sino en actitud. Hubo una época en la que ella hacía cosas sin necesidad de tener nada a cambio. Un momento en el que él no era un peón más de su ajedrez.
Daba por hecho que cuando el tiempo pasaba la gente tomaba elecciones y esas elecciones les marcaban como personas. Reflejaban lo que creían y lo que no. Lo que buscaban y lo que no. Había momentos en los que aquellas elecciones alejaban a gente. Echaba de menos a Dheera. Porque aquellas decisiones habían hecho que les diese la espalda. Hubo una época en que le echó la culpa de todo ello. Ahora, con perspectiva, se dio cuenta de que quienes jugaron con las cartas del destino fueron él y Selene. Se habían creído intocables e inseparables. Pero su realidad era muy distinta. Sus caminos se habían separado hasta ser contrarios. Por un momento, se parecían a líneas paralelas condenadas a verse y saber de su existencia sin poder llegar a tocarse.
-Puede que no sea un ataque, puede que fuese para llamar su atención.
Cuando Bucky hubo dictado su sentencia Ophrant estaba mucho más lejos de Madrid de lo que aparentaba. Su mente comenzaba a plantearse sus decisiones y elecciones. Nunca dejaría a Selene, pero no podía obviar que no era la Idea de bien. Tenía que aprender a decirle que no.
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Bueno, bueno, aquí estamos un día más.
¿Qué os parece la actitud de Ophrant? ¿y la de Selene? ¿Creéis que Bucky aguantará todo eso o intentará huir en cuánto tenga los papeles?
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