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Capítulo 12 El Libro


Vi que debatía algo en mente, no sabía que responder, parece que la pregunta lo había dejado en el aire y sin palabras. De pronto todo se empezó a tornar blanco y a desaparecer, estaba regresando a casa de nuevo, quería quedarme, deseaba saber que respondería Daniel ante el hada pero el libro no me dejaría quedarme.

Salí disparada del libro y me tropecé con el estante que había en el sótano, mi madre me estaba llamando y por su tono de voz estaba molesta. Tomé el libro y empecé a recordar todo lo que había visto y podido hacer, al parecer yo si podía intervenir en la historia pero debía ser muy cuidadosa al hacerlo, ya que no podía transformar un libro completo por un simple error, aunque si lo hacía no creía que podía afectar en mi vida o la de mi familia.

-¡Eliana!- la voz de mi madre furiosa tratando abrir la puerta me sacó de mis pensamientos

Guardé el libro y me dirigí a la puerta, no sabía cuánto tiempo me había ido pero al parecer fue por mucho o solo algunos minutos pero eso lo averiguaría justo en ese momento

-Eliana, te estoy llamando desde hace 5 minutos y tú no respondes ¿qué estabas haciendo?- dijo furiosa

-Lo siento me quedé dormida ¿Cuánto tiempo me dormí?- dije fingiendo bostezar y acabarme de despertar

-Si contamos desde que entraste, solo fueron 10 minutos. Aun así, mi madre te estaba llamando, dice que quiere verte mañana para que la vallas a visitar- me sorprendió lo que dijo, lo primero este capítulo si era largo y el segundo mi abuela quiere verme, esas si eran dos buenas razones para sorprenderme

-Está bien ¿Qué hay de comer?- dije con fastidio

-Eso no es todo. Milexy llamó, dijo que un tal Max en verdad necesita hablar contigo pero que debes dejarlo hablar y escucharlo. Eso no lo entendí, supongo que tú sí. Por cierto hay cereal de avenas para cenar- dijo mi madre un poco seria

-Aish ¿Por qué Max no entiende que no deseo hablar con él?- dije hastiada

-No lo sé pero sonaba importante. Y la cena ya está servida- dijo mi madre restándole importancia

-Ya voy a comer- dije para irme a cenar

Al día siguiente en la secundaria, yo llevaba mi libro en la mochila, ya se me estaba haciendo costumbre. Milexy me hablaba sobre algo que no le estaba prestando atención, mi cabeza solo estaba en aquel mundo de fantasía y en lo cerca que estuve de morir por la práctica del profesor de ciencias, las clases pasaban lentamente, y yo estaba impaciente para irme con el libro al baño y saber qué fue lo que Daniel respondió

-Eliana tu mesa... guao- dijo Milexy mientras me sacaba de mis pensamientos señalándome la mesa para que la viera

Se había tornado completamente rosa desde arriba hacia abajo, me di de cuenta que mis manos estaban directamente en ella. Tenía que pensar rápidamente en una excusa para esta anomalía

-Creo que presioné el botón de cambio de color en la mesa- dije tocándola por debajo ¿Qué rayos estaba diciendo? ¿Quién me iba a creer que la mesa tenía un botón para eso?

-¿Tiene un botón para cambiar el color? ¿Por qué no estaba enterada? ¿Dónde está? La cambiaré a turquesa, este color blanco es muy aburrido- dijo Milexy tocando la mesa por debajo y agachando la cabeza para buscar el supuesto botón

-Eliana ¿Tu mesa es rosa?- escuché la voz de Max al otro lado.

Rayos ¿alguien más que no se sepa los colores? ¿Ahora como lo revierto? No he visto a Elena hacerlo, tal vez no se revierte

-Profesora. La fenómeno pintó su mesa de color rosa ¿eso está permitido?- dijo Keila levantando la mano y llamando a la profesora de inglés

Rápidamente me sorprendí quedándome paralizada mirando a la profesora mientras esta me fulminaba con la mirada, estaba perdida, ahora si me saldría castigo por pintar una mesa en plena clase

-La mesa de Eliana está normal- dijo Max, por lo que miré la mesa y si estaba normal, así que respiré en forma de alivio

-Keila, si sigues interrumpiendo mi clase por locuras como estas tendrás problemas, y no me importa si tu padre viene a reclamarme ¿entendiste?- dijo la profesora un poco molesta, por lo que me sorprendí y respiré profundamente, fue un alivio que la profesora no me viera, pero si lo había hecho Max y Milexy

-Dime ¿dónde está ese botón? por favor- me dijo en forma de ruego Milexy

-Es mi secreto, tendrás que buscarlo tú y cuando lo encuentres me avisas- dije con una sonrisa juguetona

Cuando salí de clases para el almuerzo, me fui directo al baño sin prestarle atención a Milexy quien me llamaba, no deseaba hablar con nadie porque conociéndola me iba a insistir para que le dijera lo del botón que no existe en la mesa

-Eliana detente allí- escuché la voz del profesor de ciencias quien me detuvo ¿Por qué la vida es tan injusta?

-¿Qué quiere? Tengo algo importante que hacer- dije impaciente

-Como tornar tu mochila de rosa mientras la tocas- dijo levantando una ceja, miré mi mochila y si estaba rosa, así que me relajé y tuve que ser paciente para que mi mochila regresara a su color negro

-Dígame que desea- dije tratando de respirar

-Irás conmigo de nuevo con tu abuela, tienes que controlar esto-

-¿Qué? ¿Cómo estuviste a punto de matarme ayer te sientes experto? Porque yo también puedo jugar Leander- dije un poco molesta mientras creaba una bola de fuego en mi mano derecha

-No deberías hablarle así a tus profesores. A las 5:00pm afuera en el estacionamiento, no llegues tarde- me dijo dándome órdenes y provocando que apague la bola de fuego de mi mano

-Aish, no quiero ir con él a ninguna parte, no después de lo de ayer- me dije a mi misma para luego continuar hacia el baño

Cuando llegué me encerré de nuevo, abrí el libro y antes de pronunciar alguna palabra abrieron la puerta de una patada, lo cerré rápidamente, era Keila y su grupo de porristas. Estaba en problemas.

-Así que ¿lees un libro antiguo? Fenómeno- dijo para que una de ellas me lo arrebatara de las manos, no me esperaba eso

-¡Devuélveme el libro!- dije furiosa y tratando de controlarme por dentro

-Ya no está- dijo una de ellas para empezar a pasárselos entre ellas mientras yo trataba de recuperarlo.

No podía usar mis poderes o no me salvaría de la expulsión, esto era terrible, quería mi libro de vuelta, si ellas descubrían la manera de entrar en ese mundo de seguro lo destruirían por odiarme. Todas se burlaban de mí por mis intentos fallidos de recuperación

-¡Ya dámelo!- dije tratando de recuperarlo mientras Keila era la última en obtenerlo

-La Princesa de Blanco. Que divertida, te gustan los libros de princesa- dijo con ironía al leer el titulo

-Devuélvelo Keila- dije seria mientras trataba de arrebatárselo y sus amigas me detenían por los brazos hasta tumbarme al suelo.

Odiaba que fueran más fuertes que yo, pues el deporte o la gimnasia no era lo mío a diferencia de ellas que lo hacían todo el tiempo, esto era horrible y si usaba mis poderes ellas le llegarían al director para informarle la misma situación que las otras colocándome en una posición bastante sospechosa

-Capítulo I Nacimiento de una Princesa no Conocida...- empezó a leer mientras yo le gritaba que me lo devolviera pero lo que me sorprendía es que no pasaba nada, ella no se iba

-¡Ya devuélvemelo!- dije furiosa mientras mis poderes se empezaba hacer presente, me empecé a colocar caliente y las otras me soltaron rápidamente, pero una de ellas me golpeó en el estómago con una patada derrumbándome al suelo y sacándome todo el aire para que todas se rieran, mi vista estaba al suelo mientras aprovechaban a patearme por donde se les ocurriera ¿Acaso eran una pandilla de ladrones pero en versión femenina? Bueno eso parecían en ese momento. De pronto quedaron en silencio, parecían nerviosas.

-Largo- escuché la voz de un chico en el baño de mujeres mientras todas se iban

Mi estómago me dolía demasiado al igual que mi cuerpo, las patadas fueron demasiado fuertes. El chico me tomó por los hombros para tratar de levantarme, levanté mi mirada la cual estaba muy borrosa y observé el rostro de Max, seguramente era mi mala visión y la falta de aire que tenía en ese momento que me hacía ver visiones. El chico me cargó en sus brazos como a un bebé y me llevó a otro lugar, cerré mis ojos para calmarme y tratar de recuperar el aire con tranquilidad

De pronto sentí que me colocaron en un lugar blando y largo, abrí mis ojos y me encontraba en una especie de sala de estar en un sofá cama, mi libro estaba en una mesa justo al frente. Levanté mi mirada y vi al chico quien me observaba muy de cerca, detallando mi rostro o eso parecía

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