Cuando no se siente lo correcto

Felix miró a la chica frente a él, después de todo, Diana D'Alessio era su novia. ¿Cómo había ocurrido? No tenía ni la más mínima idea pero si había sucedido, entonces tenía que disfrutarlo. No sabría si esa sería la única vez en donde pudiese estar con ella; no quería desertar en otra realidad, pero estaba seguro de que sería de esa forma.

La chica se cruzó de brazos y se acercó más a él, Felix sintió su pecho chocando con ella y fue cuando la miró a los ojos. ¿Estaría molesta por lo que había ocurrido? Había entendido que pelearon.

—No me gusta que estemos separados—dijo ella y lo rodeó con sus brazos—. Sé que como novia tuve que apoyarte a ti.

—Yo...—se vio interrumpido con un beso en la comisura de sus labios. Sus mejillas automáticamente se calentaron mostrándose más rojas de lo normal.

— ¿Tú? —lo miró divertida, Felix pudo notar lo que estaba haciendo.

Tomó a la chica de las mejillas y acercó su rostro para besarla, el primer beso se sintió como un cosquilleo recorriendo tu cuerpo, el segundo beso fue más corto, pero era igual que un pequeño salto al vacío. El tercero fue lento y fue suficiente para hacerle ver que le gustaba besar a Diana.

Pero algo simplemente no se llenaba del todo.

¿Qué era? No sabía, pero no le tomaría importancia a ello. Sólo debía concentrarse en Diana y en todo lo que ella era con él.

—Disculpa por no ponerme de tu lado ayer—dijo bajo, él se encogió de hombros, realmente no sabía si debía estar molesto o si ella había hecho lo correcto—. Pero Sean y tú estaban discutiendo por tonterías.

—No recuerdo por qué discutíamos—confesó, ella lo miró.

—No importa, ya quedó en el pasado—comentó y tomó la mano del chico—. ¿Cómo te sientes? ¿Comiste ya? —preguntó preocupada, Felix se sintió querido.

—Sí, bueno, estaba tomando una sopa que hizo Jensen.

—Mmm Jensen—dijo ella, Felix alzó una ceja.

— ¿Qué?

—Sabes lo que pienso de Jensen.

—No, no lo sé.

Diana refunfuñó y se cruzó de brazos. No era que le desagradara Jensen pero simplemente no era su persona favorita. Todos lo amaban porque era el capitán del equipo, pero simplemente había algo en él que ella no confiaba; quizás era el hecho que era abiertamente bisexual y se le notaba a leguas que estaba interesado en Felix.

Sin embargo, y al igual que toda historia de amor no correspondido, Felix no tenía ni la más pequeña idea, de los sentimientos del capitán del equipo.

—No es confiable.

—Es mi mejor amigo—dijo Felix—, no voy a rechazar algo que me hizo sólo porque piensas que no es confiable.

Diana lo miró sin saber qué responderle, era la primera vez que él le respondía de esa manera. Estaba acostumbrada a que Felix aceptara todo lo que ella dijera y se sentía extraño pero al mismo tiempo, sentía que Felix por primera vez, estaba mostrándole su opinión.

—Entiendo—dijo y luego forzó una sonrisa—. Vamos, debes terminar de comer—lo tomó y caminaron dentro de la casa del pelinegro.

Maia y Miles estaban sentados en el sillón frente al televisor, ambos miraban un nuevo capítulo de Amando a Kira Jones, Felix caminó hacia el comedor y encontró su sopa tapaba y a Jensen sentado en una de las sillas mirando concentrado su celular. Tosió falsamente para llamar su atención.

—Oh, ya regresaste—dijo él, Felix asintió—. Te tapé la sopa para que no se enfriara tan rápido—mencionó.

—Gracias Jens—le dijo y el pelinegro se encogió de hombros—. ¿Estabas hablando con alguien? Te veías muy sumergido en tu celular.

—No, yo estaba mirando fotos en Instagram—respondió—. Estaba stalkeando el perfil de T.J Priester—rió nervioso. Felix sonrió.

— ¿Muy guapo?

— ¿Lo preguntas? Es el más guapo de todos—rió siguiéndole el juego. Jensen observó al chico tomar la sopa—. ¿Se puso fría? —él negó.

—Está a temperatura ambiente—mencionó—. Está bien.

Diana entró al comedor y le dio una mirada seria a Jensen, éste la miró de la misma forma y alzó una ceja. Podía sentirse cierta tensión entre ambos chicos; ella no dejaba pasar nunca la sensación de Jensen enamorado de su novio. Sabía que Jensen no se lo diría pero más sabía que tampoco haría mucho por ocultarlo; le daba mucha atención a Felix y no le gustaba.

Felix notó las miradas de ambos y se sintió incómodo, no sabía que hacer o qué decir para bajar un poco la tensión. En su realidad Diana y Jensen se llevaban muy bien, no entendía qué sucedía en esa nueva realidad.

—Felix, ¿vienes a mi casa hoy? No estarán mis padres—dijo con toda la intención de que Jensen escuchara.

Felix miró a Jensen, su rostro se mostró serio y tomó los audífonos que tenía colgado en el cuello para colocárselos y así no escuchar nada de lo que Diana tenía qué decir. La chica sonrió y tomó el brazo de su novio esperando su respuesta; el castaño miró a ambos sin saber qué hacer, tenía la oportunidad que había deseado por muchos meses, pero simplemente se sentía diferente.