Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 18. Pellas

Natalia

Todo es tan raro.

Estar sin David es tan sumamente raro que siento un vacío enorme en el pecho. Es un niño atrapado en el cuerpo de un adolescente y echo de menos el simple hecho de que me cabree, que me chinche, que juegue conmigo a pelearse, que no pare de hacerme cosquillas... Soy una idiota por echarle de menos, ¿pero cómo no voy a hacerlo después de tantos años junto a él?

—Y luego venía por aquí y... ¿Nat me estás escuchando? —oigo a Jorge pronunciar mi nombre, su voz es la que consigue sacarme de mi pequeño trance.

—¿Qué? ¿Decías algo? —pregunto confusa.

Estaba tan sumida en mis pensamientos y con la mirada fija en mis pies que ni le estaba escuchando. Levanto la mirada y la fijo en la suya.

—Te estaba contando el nuevo encontronazo con Ángela, ¿es que no me has estado escuchando? —pregunta.

Jorge mira al techo y da un largo suspiro.

Seguramente este cansado de mis idas y venidas. Llevo un par de días ausentes, días en los que ni yo misma me reconozco.

—No, lo siento... —me disculpo.

Avergonzada miro hacia otro lado que no sea hacia él.

—No pasa nada.

Por unos segundos nos quedamos en total silencio. Los silencios que se hacen presentes entre él y yo no se me hacen para nada incómodos. Jorge es un chico que sabe dejarte el espacio mecesario para pensar, y eso es una de las cosas que me gusta de él.

Giro la mirada hacia donde normalmente en los descansos entre clase y clase el grupo de David se reune. Elena está entre los brazos de Yoel, al fin son novios oficialmente. Me apiado de Yoel por lo que le va a tocar aguantar estando con ella, sobre todo me apiado de él por la obsesión que tiene ella con la moda. A veces incluso llega a deprimirse por la ropa. Julio y Luis fuman a escondidas para que los profesores no les vean y evitar así la expulsión del centro, y David se encuentra charlando animadamente con Vir, con la que menos esperaba que volviese a hacerlo. Siento una punzada de dolor en mi pecho. No puedo volver a verles juntos, no ahora.

—Jorge el timbre esta apunto de sonar ¿nos vamos?

Él asiente con la cabeza y me sigue.

En cuestión de segundos el mencionado timbre suena y todos los alumnos nos dirigimos a nuestras correspondientes aulas. Quedan tres horas de clase, tres horas infernales, tres horas para volver a casa y aún no le he dejado las cosas claras a David. Soy muy cabezota cuando me lo propongo y este asunto no ha quedado zanjado. Necesito saber el por qué de su comportamiento y el por qué supuestamente se encuentra confundido desde que aquella noche nos besamos. Prometimos que nada cambiaría en nuestra relación, pero estaba claro que esa promesa ya estaba rota nada más prometerla, porque al menos yo sabía o presentía que nada volvería a ser lo mismo.

—Jorge, ¿me esperas un momento? —le detengo tirando de su camiseta.

Me mira con el ceño fruncido, completamente confundido pero sé lo que hago.

He visto a David sólo, al fondo del pasillo apoyado contra su taquilla. Pienso que debo aprovechar al máximo cada una de las oportunidades que se me presenten para aclarar nuestras cosas. Esta oportunidad es ideal para hablar con él, quiero que las cosas vuelvan a ser como lo eran antes. Sufriría en silencio pero supongo que al menos le tendría a mi lado, porque mi mayor miedo es perderle y siento que poco a poco nos estamos distanciando.

Camino con paso decidido hacia él, tratando de mantener la compostura en todo momento. Sólo son diez taquillas las que nos separan el uno del otro, ni una más ni una menos. Puedo hacerlo, sé que puedo hacerlo. Estoy segura de que hablaré con él, que volveremos a reconciliarnos y por lo tanto seguiríamos como antes. Olvidaremos todo lo sucedido anteriormente pero volveremos a tenernos el uno al otro.

Mientras más me acerco más nervios siento en mi interior. Lo definiría como una descarga eléctrica que va perdiendo potencia, pero que aún quedan restos de ella. Es adrenalina lo que siento, y cuando estoy a punto de llegar a su lado aparece Vir de la nada plantándole un beso en los labios.

Paro en seco mis movimientos. El mundo gira en torno a ellos dos. No escucho nada, sólo murmullos detrás de mí y no puedo apartar la vista que mantengo posada en ellos dos. Veo la mirada de David fija en mí mientras le besa. Siento como se está burlando de mí, y un nudo se va haciendo presente en mi garganta. Me siento traicionada y humillada. Se acabó. Todo ha terminado aquí. La presión en mi pecho aumenta, el dolor es tan intenso que no lo soporto más, el nudo instalado en mi garganta cada vez se estruja más y el escozor en mis ojos es cada vez más notable. No puedo permitirme llorar ni una vez más por él. No se lo merece, no me lo merezco.

—¡Nat! —chilla Vir al separarse de David y verme—. ¿No te has enterado?

Niego con la cabeza y mi mirada va directa hacia sus manos entrelazadas.

—¿De qué me tendría que enterar? —pregunto.

Hago el intento para que la voz no me tiemble, y creo que lo consigo pero es eso, sólo lo creo. Cruzo los brazos sobre mi pecho y miro a David con desprecio.

—David y yo hemos vuelto.

Aprieto los puños con fuerza a mis costados y les sonrío a los dos de manera forzada. David no se la merece y ella no se merece lo que le hace David. Él no dice nada, sigue estático en el mismo lugar sin mediar palabra. Niego con la cabeza un par de veces a la vez que le miro y giro sobre mis talones procurando no volverme a girar, porque si lo hago sé que no me voy a poder resistir. Si me giro su bonito rostro irá acompañado por un par de guantadas, las cuales les dejarán el rostro marcado de rojo, quedando finalmente como toda una hermosa obra de arte.

—Nat yo... —le escucho murmurar.

No me detengo, ya he escuchado demasiadas mentiras, le he perdonado mil y una de las tantas cosas que ha hecho mal.

No sé cómo me siento ahora mismo, es diferente a las veces anteriores. Es como si todo se hubiese acumulado de tal manera que he explotado. Siento rabia, ira, desprecio y sobre todo decepción. No pensé que nada de esto volviese a pasar, que volvería con Vir cuando me dijo que yo iba a ser la única chica en su vida. Aunque es de lógica, David nunca ha sido fiel con nadie, a él le gusta llevárselo todo por delante. Nunca ha sido capaz de guardar sus asuntos en los pantalones, ni de pensar por una vez en su vida con la cabeza en lugar de con lo que le cuelga entre las piernas.

No sé ni cuándo, ni cómo, ni dónde pero he sujetado a Jorge de la camiseta con mi puño cerrado sobre ella, haciendo así una arruga de esta por completo.

—Nos vamos, tú y yo nos vamos —le digo con voz ronca tratando de no dejar escapar ni una lágrimas de las que amenazan por salir.

—Nat no podemos, tenemos clase de Biología —se excusa—. Es tu asignatura favorita —me dice tratando de convencerme.

Me da igual la clase que toque ahora mismo, yo sólo quiero salir de aquí.

Sin hacer caso a sus palabras entro a clase, sujeto ambas mochilas, y salgo disparada hacia Jorge, quien me espera fuera anonadado por la situación.

—Nat yo nunca he hecho pellas —dice tratando de volver a convencerme para quedarnos.

No puedo quedarme. Tengo que salir y gritarle al mundo entero cuanto le odio.

Así que mi respuesta es lanzarle su mochila al pecho y tirar de él arrastrándolo hacia la salida.

—Créeme, yo tampoco pero por una vez en la vida creo que será divertido.



David puto.

¿Alguien se apunta conmigo a pegarle?

Jajaja

No olvidéis votar y comentar mucho, mucho. Me hace mucha ilusión ver vuestros comentarios.

Un beso

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro