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Era 2010, ya habían pasado siglos desde que vi por ultima vez a Carlisle, desde ese encuentro en en siglo 17 nos volvimos muy cercanos, mejores amigos para ser exactos, lo seguí hasta Italia ya que tenia mucho interés en conocerlo, durante ese tiempo descubrimos mi don junto a Eleazar.

Ambos conocían mi historia y me comentaron que fui convertido con nada más ni nada menos que por el primer vampiro de la humanidad y yo era la primera nómada de la humanidad, eso me sorprendió mucho, ya que había conocido más vampiros.

También las diferencias que su especie de vampiros entre ellos y yo, ellos en el día su piel brillaban como si tuvieran miles de millones de diamantes en su cuerpo, yo en cambio no brillaba y menos por la luz de la luna, ambos anotaban las diferencias y avances que teníamos. 

Según Eleazar, mi don era único, solo yo lo tengo y que era mejor que los Vulturi jamás se enteraran de el, me cazarían hasta tenerme en sus filas, ambos me enseñaron a usarlo, también me enseñaron más tácticas de peleas y de sobrevivencia, una de las diferencias de ellos y yo, es que puedo comer comida humana.

Todo lo demás éramos iguales, esos dos factores me hacían única y me sentía especial y orgullosa de mi misma. Ahora mismo estaba saliendo del agua salada del mar ya que me dirigía al sur hasta llegar a Alaska, donde vivía actualmente Eleazar con su aquelarre.

Me adentre al bosque con gran rapidez hasta que escuche como algo impacto con fuerza a un árbol. La curiosidad me decía que fuera al igual que mi instinto, así que me dirigí hasta llegar a cerca de un campo donde luchaban varios vampiros, neófitos contra.... ¿Carlisle? 

Me acerque lentamente brincando los arboles, pude mirar con mayor claridad lo que pasaba, en definitiva era Carlisle con otros vampiros, habían acabado con todo un batallón de neófitos, no me sorprendía era Carlisle Cullen, él podía con eso y más.

Mire como un neófito atacaba a uno de los lobos que ayudaron a Carlisle, use uno de mis dones para teletransportarme detrás del neófito y decapitarlo sin dudarlo, con mis dedos cree fuego y lo queme junto a la cabeza. Mire a Carlisle con una diminuta sonrisa.

- Cuanto tiempo sin verte joven Cullen.-le dije con diversión 

- Lo mismo digo señorita Nazari.-me dijo con su voz característicamente serena

Escuche como un joven se quejaba del dolor, mire hacia donde estaba el joven, me agache y lo examine rápidamente.

- Tiene fracturado la mitad del cuerpo Carlisle, necesitamos empezar acomodar sus huesos antes que sea tarde.-le dije rápido mientras miraba al joven moreno

- Sam, ella es de mi confianza, puede ayudarnos en lo que terminamos aquí.-le dijo a un joven mayor que el lesionado-. Iré lo más rápido que pueda

- Te llevaremos a casa de Jacob para que ayudes.-me dijo serio Sam acercándose al moreno

Me aparte para que pudieran agarrarlo entre ellos e irnos con rapidez. No espere a que Carlisle me dijera que fuera.

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Apenas llegamos a la casa del tal Jacob, lo acomodaron en su cama, inspeccione los huesos y empecé a rompérselo mientras los ponía en su lugar otra vez, ya iba por más de la mitad del cuerpo cuando llego Carlisle con su maletín, terminamos lo que faltaba y le inyecto morfina pero por su linaje la consumiría rápido.

- Gracias por ayudarme Mei.-me agradeció apenas terminamos de vendar al joven

- No es nada Carlisle, sabes que siempre te ayudaría.-me pare del suelo mientras guardaba las cosas

- Te perdiste de la diversión.-me dijo sonriendo

- Culpa del océano.-le dije sonriendo más ampliamente-. Es hora de irnos, no soporto el olor de los canutos

- Con el tiempo podrás.-me dijo poniendo su mano en mi hombro-. Vámonos.-me abrazo por los hombros

Carlisle me sacaba una cabeza de altura, a duras penas medio 1,63 cm, él mide 1,88. Parecía que él era el mayor cuando yo soy la mayor. Salimos de la casa encontrándonos con todos los demás canutos junto al padre del joven.

- Ya esta mejor, le di morfina pero su cuerpo la consumirá muy rápido.-le dijo Carlisle al señor-. Vendré más al rato a darme más

- Gracias doctor Cullen.-le agradeció para mirarme-. Y a ti igual

- No hay de que joven.-le di educadamente-. Soy Meira Nazari, soy originaria de Nazaret, Israel.-hice una pequeña reverencia

- Mucho gusto, Billy Black, padre de Jacob.-me respondió educadamente -. ¿Joven? Pero si soy mayor

- En realidad no, mi creador me convirtió aproximadamente en 1100 a.c.-hice una mueca-. No se cuantos años tengo actualmente, perdí la cuenta después del segundo milenio de vida.-solté su suspiro-. Solo recuerdo tener 18 años cuando lo hizo

- ¿Antes de Cristo?.-me miro sorprendió, asentí con una mueca-. Debes ser de las primeras

- Lo es... su creador fue el primer vampiro.-Carlisle me miro orgulloso-. Nos disculpan nos tenemos que ir.-miro a una joven castaña-. Pregunta por ti

La castaña asintió mientras nos íbamos, nos subimos al carro de Carlisle, el trayecto fue tranquilo y silencioso. Llegamos a una hermosa casa que era más ventanales que casa en realidad, solté una risa nasal por ese comentario en mi mente, bajamos del carro.

- Te presentaré a mi familia.-me dijo llegando a mi lado 

- Lograste lo que querías Carlisle.-le dije orgullosa-. Sabia que lo lograrías niño.-abrace su brazo derecho

Carlisle se rio un poco mientras caminábamos hasta llegar a la sala donde estaban toda su familia.

- Te presento a mi esposa Esme.-dijo señalando con el brazo a una joven castaña

Deje de abrazar su brazo para mirar con detalle a la joven, camine al rededor de ella mirando cada aspecto de ella, me puse a lado de él otra vez.

- Es muy hermosa niño.-lo mire seria-. No perdiste el tiempo.-alce una ceja

Carlisle se empezó a reír mientras negaba con la cabeza.

- Es un gusto conocerte.-me dijo Esme amablemente para después abrazarme 

Me quede tensa ante su acercamiento repentino, vio mi reacción y se aparto apenada.

- El gusto es mio jovencita, espero Carlisle sea todo un caballero todo estos siglos

- Siempre lo he sido y lo sigo siendo.-dijo con orgullo-. Ellos son Emmet y Rosalie, mis hijos adoptivos.-señalo con la mirada

Hice lo mismo con ellos como lo había hecho con Esme.

- Lindos.-dije aun mirándolos-. De verdad tienes hijos muy lindos joven Cullen

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