Una vez el viaje había dado comienzo, los días pasaban como estrellas fugaces, nada parecía permanecer mucho tiempo pero al mismo tiempo, se podían comparar a los terremotos, que al igual de las estrellas, su duración en algunos casos era bien corta, pero el efecto de fatiga, miedo y, demás sentimientos negativos, hacía que el tiempo se detuviese e incrementara la emoción, volviéndola permanente en la cabeza. Aunque parecía que el efecto de esto, lo vivían más de cerca Lúthien y Frodo, Frodo claramente por el peso del anillo, las incomodidades del camino y el no saber que le depararía el futuro, algo que tenía en común con ella.
Lúthien, a la luz de la mañana, parecía llevar todo ligero, las cargas de la noche y las pesadillas parecían meros recuerdos en su memoria, de un tiempo pasado y lejano, al igual que las brasas de lo que una vez fue madera, nada duraba y, al mismo tiempo, la oscuridad del crepúsculo cubría su cuerpo de sombras y miedos, sobre el futuro de aquella compañía, sobre el futuro se la Tierra Media.
Mas ninguna noche había sido tan poderoso el influjo como aquella. Gandalf montaba guardia, mientras fumaba su pipa y observaba fijamente las llamas de la pequeña hoguera, estaba presente, mas al mismo tiempo, no lo estaba, de haber sido así, hubiera notado con antelación que figuras negras se deslizaban al rededor de Lúthien, bailando una danza tétrica, llena de terror.
Lúthien susurraba en sueños, su voz casi inaudible, pero gracias a ella, el mago pudo despertar de su adormecimiento y, no le gustó lo que vio.
Rápidamente puso luz en aquella zona, una luz blanca, cegadora, y amenazó a las criaturas advirtiendolas de que él podía verlas, lo cual, les desagradó a tal grado que marcharon a gran velocidad.
Las sombras, son simples representaciones de los miedos del subconsciente, que toman forma para arrastrarnos, pero, sí las ves y tienes constancia de su existencia, huyen despavoridas, pues el factor sorpresa ya no está de su parte.

Sabía que Lúthien temía ciertas cosas, pero, aunque no hubiera puesto la mano en el fuego por ello, juraría que no sabía que podía materializarlas de una manera tan presente, aquello, era peor de lo que imaginaba.

Observó el rostro de la joven, que ahora en paz descansaba, y se sentó cercano a ella, colocándole la mano en la frente, transmitiendo energía y borrando aquellas pesadillas.

“Cuanto más grande es la luz, más grande es la sombra” se dijo internamente, algo que ya había comentado con Galadriel tiempo atrás, pero tan pronto era difícil de asimilar, y más en aquel momento, Lúthien no tenía grandes conocimientos sobre ella misma, sí, se conocía mucho más de lo que podría llegar mucha gente a hacer en una vida, puede, que hasta les tomaría varías, pero no era suficiente.

O tal vez sí.

Con aquellos pensamientos en la mente pasó toda la guardia, aunque ahora, con los sentidos más puestos en cualquier movimiento, en cualquier ser.

Y así, hasta que Gimli le suplantó en la guardia, mas permaneció despierto, contemplando el cielo estrellado y buscando preguntas.

El alba llegó, tiñendo todo a su llegada, de colores vivos y alegres, la compañía marchó.

El tiempo aclamaba a su favor, se respiraba calma, los pájaros acompañaban con su melodía el camino  y las preocupaciones volvían a parecer cosas del pasado, por eso descansaban tranquilamente, por eso se permitían disfrutar.

Hasta que Lúthien pudo escuchar a medias la conversación que tenían los demás.

“ ... Es un girón de nube”

“Se mueve veloz y contra el viento”

Hacía como mil años que no escribía, pido perdón, recién me vino la inspiración y escribí esto.

¡Gracias por leer!