Capítulo 2 - El día después.
Año 2017
Presente
Buenos aires, Argentina.
El día después.
– Al final lograste lo que querías – dijo María a Elisabeth. Ambas estaban en la camioneta de ella, observando el velorio del periodista que se llevó acabo en el cementerio de los arcos.
– Sabes muy bien que preferiría estar ahí, con la familia. – le contestó Elisabeth sin despegar su mirada de la familia del periodista, los dos niños que deducía que eran sus hijos, abrazaban con fuerza a su madre que estaba de rodillas frente a la tumba de su esposo.
Una lagrima se le escapó a Elisabeth, esa escena le destrozo el corazón. Nada de esto hubiera sucedido si, simplemente no se postulaban. Ya la habían amenazado, pero esto, esto es llevarlo a otro nivel. Por un momento vino a su mente una imagen de su madre, su sobrino. Los dos seres que más amaba en este mundo. Debía protegerlos, no iba a permitir que esto volviera a ocurrir.
– Veo tu mirada y puedo deducir que piensas que es tu culpa, quiero que sepas que no es así. Esto que ocurrió fue por meternos en la política a romper cada uno de los esquemas. Es triste y horrible, claro que sí. Pero para eso, debemos estar preparadas. A partir del 10 de diciembre nosotras vamos a gobernar, haremos que estos paguen por lo que hicieron. – dijo María. Elisabeth despego su mirada de la familia, se limpió las lagrimas que mojaban sus mejillas.
– Muy bien, creo que es hora de irnos. Pronto volveremos a darle las buenas noticias a pablo. – Encendió el auto y arrancó rumbo a la guarida.
10 de diciembre 2017.
– Hoy es el gran día, el día tan esperado por todos. Hoy asume como presidente Elisabeth Figueroa y como vicepresidente María Inés Románico. – dijo el periodista Lucsen del canal 14 – La cadena presidencial comenzará a las 15 horas de la tarde. Este nuevo partido político, una "nueva derecha" como se hacen llamar. Será la primera, luego de muchos años ser gobernados por la izquierda.
– Así es, hoy es un día que pasara a la historia más allá de ser una mujer. Lo que marca como importante es el hecho de que este partido político vino de abajo, creo un núcleo casi indestructible. Todos los de su equipo siguen un mismo ideal, manejarse cara a cara, nada de hablarse por teléfono. Por eso los hemos visto reunidos en la sede, donde charlan lo que será a partir de hoy en adelante. Además de que ellos no hablan con la presa si no es estrictamente necesario. – contestó la periodista Juárez.
– Como dijo Juárez la nueva presidente tiene a varios gobernadores que ganaron en las elecciones. Por ejemplo, el nuevo gobernador de Buenos Aires es uno de su equipo, como muy bien muchos lo conocen el señor Nahuel Montenegro, un hombre de pocas palabras. También está el gobernador de Salta Gustavo Sien que también pertenece a su equipo...
– Noticia de último momento, la presidente electa Elisabeth Figueroa está ahora mismo saliendo de su casa junto a la vicepresidente electa Románico. Por lo que nos llegó de su círculo más cercano, estas mujeres decidieron ir un poco más temprano para terminar de coordinar cómo será su entrada a la casa rosada. – dijo interrumpiendo el periodista Lucsen.
Hoy era el gran día. La ceremonia se llevaría a cabo en unas horas, las dos mujeres terminaron de arreglarse y salieron del departamento de Elisabeth. Las cámaras desde el momento que estaban en el estacionamiento empezaron a captarlas, los flashes, era algo que jamás terminaría de acostumbrarse Elisabeth.
– Que tan manipulado por tu esposa tienes que estar, para renunciar un día antes de la ceremonia del traspaso para que no se crucen ustedes – comentó María ya en la camioneta.
– Yo no se si ese hombre alguna vez fue presidente de verdad, siempre creí que era solo la cara. A lo lejos se la puede ver a la esposa – dijo Elisabeth, ambas soltaron una carcajada. – En fin, ¿Los de seguridad nos están escoltando?
– ¿Lo preguntas por ese auto verde oscuro que nos sigue? – preguntó María. Su mirada viajaba del frente al retrovisor, viendo a dicho auto acercarse aún más.
– ¡Ay barba! – exclamó Elisabeth – tu sigue mirando al frente, yo controlare si es verdad que nos siguen.
– Bien, en estos momentos agradezco tener esta camioneta blindada.
– Fue una buena compra compañera – dijo Elisabeth, su mirada seguirá clavada en ese auto que efectivamente las estaba siguiendo. – ¿Debemos llamar la atención y decirles a los de seguridad que tenemos un 33-12?
– ¿¡Estas loca!? – grito María observándola por al menos unos segundos, luego siguió con su mirada al frente, debía mantener la calma. Si no quería chocar – Si hacemos eso, estaremos declarando nuestra sentencia y yo aun no puse como heredera de todo lo que tengo a mi ahijada.
– ¿Heredera de qué? Si solo tienes esta camioneta, aún vives con tus padres – interrumpió Elisabeth para poder burlarse de ella.
– No es un buen momento para que salgas con tus comentarios. ¿la camioneta sigue atrás nuestro?
– Si, al parecer tienes razón. Nos están siguiendo.
– De acuerdo, tratare de perderlos, – María comenzó a meterse entre los distintos autos, pasando de carril en carril – ¿Nos siguen?
– Sí. – dijo Elisabeth. El auto verde oscuro seguía cada uno de los movimientos que María hacía – Son profesionales por la forma de no perdernos, asique puede ser cualquiera de nuestros futuros enemigos.
– Mierda...llama a Emmanuel y dile que nos espere justo en la entrada, no quiero a ningún guardia ahí. Solo va a estar él y quiero a Matías en el techo sin llamar la atención. – dijo María mientras aceleraba aún más. Elisabeth llamó a Emmanuel, le dio las instrucciones de que debía hacer.
Los minutos seguían pasando y el tráfico aún seguían atrapadas en la General Paz. El auto verde oscuro ahora estaba a dos autos de distancia, cada vez se acercaba un poco más. Los nervios de Elisabeth por esta situación se hicieron presentes, un rugido fuerte de su estómago se escuchó en toda la camioneta. María volteo unos segundos para mirarla incrédula. Volvió su mirada a la autopista y soltó una carcajada.
– No es gracioso – la miro seriamente. María seguía riéndose – ya cálmate, recuerda que aún nos sigue el auto.
– Cierto, – dijo María ya calmada de tanto reírse – estamos a 30 minutos de llegar, pero este maldito trafico nos atrasa. No puedo colarme en otros carriles, si esto se llega a poner mas serio...vamos a tener que activar el plan Eli, – Elisabeth la miro sorprendida, sabía que ese plan se trataba de ella. – si no te lo dije es por tu bien, por eso lleva tu inicial. La camioneta está equipada con muchos armamentos y yo no podré cubrirte todo el tiempo. Emanuel no está aquí. Así que, hay un arma escondida en el asiento de atrás
– ¿Qué diablos María? ¿Tienes un arma? – pregunto interrumpiendo Elisabeth. Cada minuto estaba más desconcertada en quien era su amiga. – ¿Quién eres? ¿Mi amiga o mi maldito guardaespaldas? ¿Siempre supiste que este momento llegaría?
– Juro que contestare cada una de tus preguntas Elisabeth, pero ahora no. Lo único que puedo decirte ahora es que yo no tenía planeado nada de esto, eres mi amiga, mi compañera y eso jamás, – Dirigió su mirada a ella. – jamás cambiará.
– Esta noche te atormentare a preguntas maldita. – dijo Elisabeth sonriendo, – Bueno, como tu tienes tus secretos. Yo tengo los míos, – se pasó al asiento de atrás, buscó el arma debajo del asiento. La tomo y revisó si tenía armas. – esto no tiene balas. Tanto drama para decirme que tienes una pistola sin balas.
– Quieres dejar de exagerar, aquí en la guantera hay balas. Ven y busca, yo estoy demasiado ocupada aquí buscando alguna vía de escape. – María movía su cabeza de un lado al otro, tratando de buscar un atajo. Elisabeth sin responderle volvió al asiento de copiloto y busco las balas, encontró una caja negra algo pequeña pero que al abrirla tenía bastante balas dentro. Cargo el arma y la miró por unos segundos antes de poder hablar, el auto verde oscuro se encontraba ahora atrás de ellas. Por lo que vieron eran cuatro hombres de los cuales tres tenían armas.
– Mierda, son cuatro hombres. – dijo Elisabeth, María la miró y ambas sin decir una sola palabra, se comunicaron. Se conocían tan bien que ya sabían lo que estaba por suceder.
María dirigió su mirada al carril donde pudo ver un atajo y en ese micro segundo piso con fuerza el acelerador. De un momento a otro, ya estaban afuera de la autopista General Paz. Elisabeth miro para atrás y pudo ver como el auto quedo atravesado en el carril provocando que miles de automóviles empiecen a tocar bocina.
Ya un poco más relajadas, siguieron hasta llegar a la casa rosada. Estaban a unos metros, Elisabeth pudo ver a Emmanuel solo con las rejas abiertas así pudieran entrar. Cuando sucedió lo impensado...
– Noticia de último momento, la presidente electa junto con la vicepresidente electa sufrieron un atentado cuando estaban a metros de llegar a la casa rosada. Algunos de nuestros colegas y nuestro notero junto con el camarógrafo sufrieron leves heridas. – dijo el periodista Lucsen mirando fijamente a la cámara, mientras a un costado pasaban la grabación del momento exacto en el cual la camioneta se prende fuego, como la gente corría asustada de un lado al otro.
– Por el momento no se sabe absolutamente nada de la salud de la presidente y la vicepresidente electas. Lo único que pudimos saber es que fueron llevadas al hospital Argerich. Aún no dieron su parte médico, estaremos informando ante cualquier aviso...
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Joder, que estas mujeres no tienen un día de descanso. Siempre hay una tragedia. ¿Cuándo acabara? Nadie lo sabe (quizás yo si, pero no diré nada).
En fin, muy pronto se viene una masiva actualización.
Sean felices siempre❤
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