Cap. 8 - No hay nada mas lindo que la familia
Año 2013
No hay nada mas lindo que la familia unida
Pasado
Buenos Aires, Argentina
Martin
No hay nada más lindo que la familia unida....
¿Qué hice para despertarme de esta forma? Como odio esa canción, que desesperación.
Enojado me levante de la cama para abrir la puerta, bajar las escaleras e ir hasta donde está el parlante y bajarle el volumen. El ruido de la cafetera me hizo girarme pude observar a mi madre sirviendo dos tazas de café. Su característico pelo rojo anaranjado era lo que más llamaba la atención.
- ¿Por qué eres tan amargado? - pregunta con una taza de café en la mano que me ofreció, la tomé y le di un sorbo antes de contestarle.
- Esa canción es horrible y despertar así no es divertido - observe como giraba los ojos fastidiada. - además son las malditas 7 am, si tuviéramos vecinos estarían llamando a la policía por la música.
- Eres un amargado definitivamente, de seguro lo sacaste de la familia de tu padre
- Ajam, por cierto ¿Dónde está?
- Trabajando algo que tu no haces - esta vez yo gire los ojos. - por cierto, te recuerdo que no puedes llamarlo ni acercarte a nosotros cuando estes por ahí afuera
- No hace falta que me lo repitas, ya se que no soy su hijo favorito - camine hasta la mesada y dejar la taza de café ahí.
- Eres nuestro único hijo no seas idiota - se acerco a mi para abrazarme - debemos cuidarte, no queremos que nadie te lastime
- Lo entiendo solo que es frustrante toda esta situación, desde los 10 años ustedes dejaron de estar aquí en esta casa, solo vienen cada tanto...
- Es peligroso y lo sabes, jamás te meteríamos en nuestro trabajo - dijo interrumpiéndome, otra vez volveríamos a tener esta conversación, mil veces les reclame y mil veces me dejaron de lado. - además todo esto lo hacemos por...
Antes de que pudiera seguir hablando, su teléfono sonó, me miro apenada y se fue a atender la llamada. Solté un suspiro frustrado, toda esta situación es demasiado para mí.
Observe como iba caminado de un lado al otro en busca de unos papeles, deje de mirarla, ya no íbamos a hablar por un tiempo y lo sabía. Camine en dirección a mi habitación para darme una ducha y relajarme.
Solo una ducha me relajaría, siempre es lo mismo. Ellos decidieron esta vida y yo fui arrastrado a ella como consecuencia, yo no quería esto. Yo quería una familia, una que los sábados o domingos se juntaran a comer todos, que si hubiera algún problema pudiera acudir a ellos. Pero no, nada de eso fue así, hoy en día soy un huérfano. No tengo padres, los perdí a los 10 años.
Luego de una ducha rápida, me cambie y salí de la habitación, baje las escaleras y ya no había nadie, otra vez se fue. Solo vino a molestarme e irse de nuevo.
- Hoy, un día como hoy, nos reunimos en la casa rosada para presenciar el traspaso de mandato de Marina Sciolander a Daniel Sciolander la pareja que ya lleva mas de 8 años en el mandato...
Apague la televisión del coraje, solo por eso había venido hoy a la mañana, a buscar los malditos papeles, no quería verme a mí, una vez más la decepción llega a mí. Solté un suspiro y caminé hacia mi habitación había muchas cosas que hacer, me senté en mi computadora y comencé con el trabajo de chequear que todas las transacciones de dinero vayan a un destino correcto.
Desde que mis padres descubrieron mi talento de hacker hicieron que todas las operaciones las comandara yo, tengo todo encriptado, las cuentas van desde Suecia hasta Estados Unidos.
Me tienen trabajando para ellos desde que tengo 13 años, una vez que asumieron el cargo de ser presidente las sumas empezaron a crecer, por eso también me tienen oculto en esta casa, si puedo salir, pero no lo hago por miedo.
Muchos no me conocen, pero los que saben de mi existencia se que no dirán nada, aunque todo puede pasar, cualquiera podría acceder a esa información de quienes son mis padres, pero a estas alturas lo que hice fue cambiar el nombre y redactar mi acta de disfunción, si, me di por muerto para que no me buscaran.
Asique ya no era Daniel Sciolander junior, ahora soy Martin Osvaldo Méndez, tome el nombre y apellido de mis abuelos.
El sonido de mi celular me trajo de nuevo a la realidad, mire de reojo y era mi madre, no se qué querrá, pero debía esperar, ella sabía mejor que nadie que cuando estoy trabajando no iba a atender. Seguía sonando el celular y ya me desesperé, lo tomé y conteste
- Estoy ocupado, ¿Qué quieres?
- A tu mama le hablas bien, - me contesto enojada, gire mis ojos. - hay un problema
- ¿Qué ocurre?
- Necesito que agarres tus cosas y quemes la casa
- Dime que pasa
- No puedo decirte por teléfono - solto un suspiro, al parecer es algo serio - solo haz lo que te digo por favor, es por tu bien.
- Bueno, pero ¿Por qué quemar la casa? Eres exagerada
- Siempre preguntas todo - giré mis ojos mientras la escuchaba, me dispuse a activar la autoeliminación de mi computadora - solo haz lo que te digo, cuando estes en el auto avísame y te mandare la ubicación a donde tienes que ir. - corto la llamada.
Me levante de mi silla y abrí las puertas de mi armario para sacar mi mochila ya preparada, guarde un poco de ropa, colgué mi mochila en mi hombro y busque la nafta para comenzar a tirarlo por toda la casa. Mientras caminaba vi en el mueble pude ver mi foto favorita, bueno, la única foto familiar que tenemos los tres.
Eran mis padres justo antes de querer postularse como políticos, sus sonrisas eran tan verdaderas podía ver el brillo de sus ojos mirándome a mi que sonreía con 7 años, me faltaba un diente, pero eso no me importaba. Saque la foto del cuadro para guardarla en mi bolsillo y seguir tirando nafta por toda la casa.
Una vez en la entrada de cual fue mi casa por tantos años la observe una ultima vez, iba extrañar mi hogar. Saque de mi bolsillo el encendedor y lo tire por la puerta. Caminé hasta mi camioneta y le escribí a mi mamá, me mando la ubicación y maneje hasta allí. No volví a mirar atrás, no quería ver como mi hogar se derrumbaba en llamas. Toda mi vida quedo allí.
Mire por el retrovisor y pude observar cómo ardía en llamas completamente, mire de nuevo al frente y pude observar al camión de bomberos acercarse cada vez más, hasta pasar por mi costado y seguir directo a mi antigua casa.
2 años después
Casa Rosada, Bs As
- ¿Quién eres? - pregunta la secretaria de mi padre, yo solo gire mis ojos un poco frustrado, otra vez tendría que mentir.
- No soy nadie, vengo a ver al presidente. Puedes verlo en tu computadora - dije seriamente, observé como ella voltea su mirada a la computadora y me fui caminando hasta llegar a su oficina, podía escuchar a la secretaria gritar que me detuviera. Abrí la puerta y sentí el tirón de mi ropa, tome la mano que me estaba agarrando y gire a la persona por mi espalda dejándola en el suelo.
- Podrías no atacar a mi secretaria - levante mi mirada hacia arriba y lo vi, mi padre mirándome con los lentes abajo y en sus manos tenía el periódico.
- Ella me agarro primero - dije soltándola, ella no dijo nada solo me miro furiosa mientras se acomodaba su ropa.
- Puedes retirarte Sofia - ella no dijo nada, solo volvió a mirarme enojada y se retiro de la oficina. - ahora sí, siéntate que hay cosas que debemos hablar
- Estuve dos años metido en el ejercito por que a tu esposa se le antojo que yo cambiara mi vida completamente...
- Sigue siendo tu madre, cuidado con lo que dices - dijo interrumpiéndome mientras me sentaba en el sofá. - necesitabas prepararte para todo lo que se viene
- ¿Prepararme para qué?
- Para que te infiltres en un nuevo partido político, al parecer quieren sacarnos del medio y debemos prepararnos
- Estuvieron en el gobierno desde hace mas de 15 años, tienen demasiado poder sobre ustedes, sigo manejando sus cuentas no puedes engañarme - no podía creer que solo por un "nuevo partido" habían hecho que mi vida cambie completamente. Es que no me lo creía.
- No subestimes a la gente jamás, creí que eso ya lo sabias, hace dos años que empezaron a surgir y cada día tienen mas fuerza. Haremos lo posible para seguir nosotros, pero si llega a dar que ellas asuman...
- Espera, dijiste ¿Ellas? Todo esto por una mujer que se postula para presidente - dije interrumpiendo a mi padre, que increíble que una mujer ponga en jaque a mis padres.
- Son dos mujeres, la candidata será Elisabeth Figueroa - me paso una carpeta con varias fotos - ella es Elisabeth y la otra chica es María son dos amigas - en la foto podía apreciarlas eran parecidas, pero una tenía el pelo más oscuro, podía deducir que era Elisabeth por el color de sus ojos eran marrones oscuros, en cambio María tenia el pelo castaño y sus ojos eran marrones claros. En la foto se estaban abrazando con una gran sonrisa. Pase a otra foto era un grupo de cuatro personas - el es Emmanuel el que maneja toda la seguridad de Elisabeth, tienes que contactarlo y decirle que quieres trabajar para ellos. Solo muy pocos fueron convocados, tu serás uno de ellos, moví mis contactos para que obtuvieras una entrevista con ellos. La chica de al lado es Angel, no se tiene mucha información de ella, al parecer no tiene familia, es como un fantasma para los datos que tenemos.
- Bueno, pero dudo mucho que me gané su confianza, ellos ya se deben conocer - dije algo frustrado, iba a ser casi imposible ganarme la confianza de ellos.
- Ya son como una familia, lo sé, pero es nuestra carta, serás un caballito de troya, solo nos pasaras información una vez al día. Para saber si sigues vivo y alguna que otra información que te enteres.
- Okey, ¿Algo más?
- Ten mucho cuidado hijo - lo observe y su mirada solo reflejaba tristeza por primera vez, mi padre me muestra que tiene emociones. - sé que será complicado, pero lo lograras. Eres fuerte. Confió en ti.
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