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La presidenta y la odiosa con temas pendientes

Gente, esta es la primera vez que escribo un fic de esta serie, así que no sé qué tan bien habrá salido; y si bien me encanta el ShizNat, en esta ocasión quise enfocarme en otra cosa, aunque las menciones al ShizNat están presentes.


No podía entenderlo. Ella se mataba estudiando hasta altas horas de la madrugada, se comportaba en clases y procuraba tomar apuntes siempre hasta de los detalles más nimios, y aun así esa idiota con acento de Kioto y amante del té sacaba mejores notas que ella. Si algo molestaba a Haruka Suzushiro era que su eterna rival Shizuru Fujino la superara casi sin esfuerzo, aunque lamentablemente para ella, dicha tónica llevaba dándose desde hacía tiempo, siendo el mejor ejemplo cuando compitieron por la presidencia del consejo estudiantil de la Academia Fuuka, con una aplastante victoria para Shizuru por 817 votos contra 12.

Coincidir en la misma universidad y que la peliocre siguiera siendo mejor que ella hacía que su sangre hirviera como el agua en una olla a presión. Solo verla caminar por los pasillos con un séquito de admiradoras que se desvivía y suspiraba por ella le resultaba molesto. Sin embargo, a pesar de lo desagradable que le resultaba, había ciertas cosas que consideraba que no debía haberle dicho, sobre todo porque después de lo acontecido en la batalla de las HiMEs, detalles importantes de su vida cambiaron de forma radical.

Resultaba que durante su tiempo en Fuuka, Haruka fue testigo de cómo su rival Shizuru besaba a Natsuki Kuga, una chica problemática de primero de preparatoria de la que la ojirrubí estaba muy enamorada. El problema era que Natsuki se encontraba dormida y Shizuru se estaba aprovechando de su indefensión, aparte de ser un beso entre dos mujeres. La reacción de Haruka en su momento fue de escándalo; llamó pervertida a su rival y la trató de forma bastante despectiva. Entre eso y el rechazo inicial de Natsuki, se desató la locura de Shizuru, quien reveló sus poderes como HiME y empezó a eliminar a todos aquellos que consideraba una amenaza para la chica que le gustaba; Haruka fue una de las víctimas, involuntaria pero víctima al fin, desapareciendo de la existencia.

En cuanto las cosas se solucionaron y todos los desaparecidos regresaron con quienes los querían, se dio pie a un nuevo comienzo. Shizuru logró finalmente ganarse el corazón de Natsuki y ambas empezaron a salir, mientras que Haruka recibió una inesperada confesión de su mejor amiga Yukino. Aquello significó un remezón en su vida y en su manera de pensar; ofenderse por Shizuru era una cosa, pero ofenderse por Yukino era algo muy distinto; ella siempre fue esa amiga tímida pero leal que la acompañaba incondicionalmente y corregía sus palabras cuando las decía mal. Jamás mostró un comportamiento pervertido ni nada por el estilo, por lo que criticar a Shizuru por ser lesbiana e ignorar a Yukino por lo mismo sería una muestra enorme de hipocresía.

Quizás en el fondo, Haruka tenía cierto temor de sentir lo mismo por Yukino y salirse de la norma.

Decidida a liberarse de los malos pensamientos, y aunque verla le provocaba acidez estomacal, la rubia se acercó cierto día a Shizuru y le dijo:

―Oye, bubuzuke, espérame frente al casino del campus después de clases. Hay algo de lo que quiero hablar contigo.

Fue un mensaje breve y conciso, tras el cual se marchó de inmediato. En cuanto a la peliocre, no sabía qué quería su antigua compañera en Fuuka, pero como no tenía motivos para sospechar de ella, decidió acudir a la cita.

Pasaron las horas, y eventualmente llegó el momento de que se reunieran. Haruka se sentó en un banco a esperar a Shizuru, quien se tardó diez minutos en llegar.

―¡Te tardaste mucho, bubuzuke! ―exclamó furiosa.

―Tuve que atender unos asuntos pendientes primero ―dijo la ojirrubí sin perder la calma, cosa que irritó aún más a Haruka.

Shizuru se sentó en el banco a cierta distancia de la rubia. La tensión era palpable.

―Entonces, ¿para qué me citaste aquí, Suzushiro-san?

Tras un breve carraspeo, Haruka decidió hablar:

―Primero lo primero, creo que eres una persona odiosa, desagradable, despreocupada y fastidiosa. No obstante eso..., hay algo por lo que te debo una disculpa.

―¿Una disculpa?

Tragándose su orgullo, la rubia prosiguió.

―Me refiero a cuando te llamé una pervertida por... por... por... por tus preferencias personales. No estuvo bien que besaras a Kuga a la fuerza, pero decirte que eras una desviada por eso creo que estuvo de más.

―¿Esto tiene algo que ver con lo ocurrido con Kikukawa-san?

―¡¿Qué?! ¡¿Cómo supiste lo de Yukino?!

La única respuesta de Shizuru fue una sonrisa, tranquila en apariencia, pero perfectamente capaz de provocar escalofríos.

―... No importa. Lo que quería decir es que... es que... no eres una pervertida. Solo te gustan las mujeres. Sé que lograste arreglar las cosas con Kuga y que ahora están saliendo; no me meteré con eso. Enterarme de que Yukino era similar a ti en ese sentido me hizo darme cuenta de que no hay nada malo con el tema; la perversión y la homosexualidad no van de la mano.

―Hablando de Kikukawa-san, ¿ya le diste una respuesta?

―... Lo de Yukino y yo es un asunto privado.

Shizuru emitió una risita.

―Te deseo muy buena suerte con eso.

―En serio que eres molesta ―dijo Haruka entre dientes.

El silencio posterior no se sintió incómodo. No podía decirse que fuera agradable, pero sí mucho menos tenso.

―Suzushiro-san..., te perdono por lo que dijiste. Yo hice cosas peores en su momento. Lastimé a muchas personas por satisfacer mis deseos, incluyéndote a ti y a Kikukawa-san... Fui perdonada por eso; sería incorrecto de mi parte no hacerlo por ese malentendido entre nosotras.

Ambas pudieron liberarse un poco de la presión.

―Bien..., creo que eso es todo... ¡Eso sí, no creas que por hacer esto tú y yo seremos amigas! ¡Eso jamás! ¡¿Escuchaste, bubuzuke?!

―Lo tengo muy claro ―respondió la peliocre, muy calmada.

No hubo más palabras entre ambas; Haruka se levantó y dejó el lugar. Sobre qué le diría a Yukino, eso lo vería tras revisar en su corazón.

Con respecto a Shizuru, su celular comenzó a sonar. Al revisarlo, se dio cuenta de que era su amada Natsuki quien la llamaba.

«De seguro quiere pasar a buscarme», pensó mientras un brillo iluminaba sus ojos.

(...)

Dos semanas después

―¡De nuevo me venció! ¡Esto ya es demasiado! ¡Exijo que revisen de nuevo los exámenes!

Haruka podía tolerar el lesbianismo de Shizuru, pero que tuviera notas más altas que las suyas no lo aceptaría jamás.


Dado el conflicto entre Haruka y Shizuru, dudo que puedan tener una conversación larga; por eso este es un fic breve. Si fueran sus contrapartes de Otome, sería distinto (aunque en esa versión no existían grandes conflictos entre ellas).

Por último, aunque no suelo dedicar fics, haré una excepción esta vez. Esto va para Lilith Ayase, quien es fan de la serie y una de mis seguidoras más fieles en Facebook.

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