Capítulo 7
Habían pasado tres meses desde la charla de cuatro en aquel mugriento sofá.
El instituto fue como siempre, estresante, pero incluso ahora que nos han dado las vacaciones de Navidad no estoy descansando mucho.
Con el dinero que sacó Patrick vendiendo las reliquias de su familia me dio para comprar mis libros y además Queen y yo habíamos podido pagar las facturas, reponer alimentos y comprar una cuna para el futuro bebé. Todos estábamos bastante centrados es su embarazo, ya que estaba de 7 meses y en sólo 2 tendríamos un bebé. Como no teníamos dinero para ir a un hospital yo me pasaba casi todo el día en la biblioteca leyendo sobre partos para poder ayudarla a tener al pequeño en casa.
Mi aspecto debido a la falta de sueño y de recursos había empeorado mucho, tenía unas grandes ojeras, mi pelo estaba hecho un desastre todo el tiempo y tenía pequeñas heridas en la cara de rascarme por el estrés. Queen últimamente se dedicó a tejer con lana que nos dieron unas ancianas que se pensaron que pedíamos dinero la ropa para el bebé.
Ahora mismo Santana, Queen y yo estamos en el salón discutiendo ya que la primera nos ha traído un bate para defendernos de los violadores y a Queen la parecía innecesario. Yo solo me dedicaba a observarlas, cuando mi teléfono sonó :
*-¿Sí?
-Rachel - La voz de Patrick se escuchaba asustada y llorosa miéntras unos golpes sonaban de fondo - Mi padre se ha enterado de que soy gay y se ha puesto violento, me ha pegado y nadie ha hecho nada para evitarlo, solo se han quedado mirando. Ahora estoy encerrado en el baño, pero creo que va ha echar la puerta abajo -* En ese momento un gran estruendo se escuchó y la llamada cortó.
En cuanto se cortó me dirigí hacia las chicas que seguían metidas en su discusión.
-Santana, coge el coche de tus padres que nos vamos pitando a la casa de Patrick, Queen necesito que bajes la ventana y grites como si estuvieras de parto para que nos dejen ir más rápido...Y pasarme ese bate.
Ninguna preguntó nada y en escasos minutos estábamos allí.
-Soy la única de aquí que sabe como entrar, quedaos aquí en el coche y preparaos para salir corriendo.
Al entrar en la casa escuché gritos y me encontré a un Sirius Black de espaldas levantando a Patrick, y con toda la orden y compañía como espectadores.
Le pegué con el bate en las rodillas provocando que soltara a Patrick y callera al suelo. Acto seguido lo agarré del cuello de la camisa y lo acerqué a mi cara para dirigirme a él con un tono que hizo que se estremeciera:
-Como vuelvas a tocarle un puto pelo te juro perro carbón que te moleré el cuerpo a batazos - Sirius me miró con temor, para luego volver a su determinación y furia anterior.
-¿Y tú quién coño eres y qué mierdas haces en mi casa? - Iba a contestarle cuando una voz me interrumpió.
-¿Rachel? ¿Eres tú? ¿Qué te ha pasado en la cara? - Ni siquiera me giré a mirar a Harry. Me dirigí hacia un hombre delgado, con aspecto cansado y grandes cicatrices en el rostro.
-Tú, haz un hechizo o algo y trae las cosas de Patrick aquí - El hombre aún con una mirada de asombro se apresuró a hacer lo que dije.
Una vez sus cosas estuvieron en la entrada y me giré de nuevo hacia Sirius.
-Soy Rachel Potter, y estoy segura de que la idiota de tu madre estaría orgullosa de como tratas a tu hijo - Me miró sorprendido, no se si por mi apellido o por que supiera lo de su madre.
Sin darles tiempo a reaccionar me dirigí hacia Patrick, que tenía toda la cara y el cuerpo magullados. Me dolió mucho verle así, sin poder parar de llorar. Me acerqué a él y le pasé los brazos por debajo de los suyos para poder levantarlo mientras le susurraba que todo iba a salir bien, y que le quería.
Nos dirigimos hacia la puerta, pero antes de que salieramos me giré hacia ellos y les dije:
-Debería daros vergüenza, ver como estaban agrediendo a alguien por el simple echo de ser como es y no hacer nada para evitarlo. Si se supone que vosotros sois los buenos, los que tienen que defendernos a los muggles de Voldemort - Noté que mucha gente de la sala se estremeció al oír el nombre - Prefiero ir yo a la guerra sin magia que dejar mi vida y las de mis seres queridos en vuestras manos.
No esperé contestación y salí de la casa prácticamente arrastrando a Patrick, que aún sollozaba en mi hombro.
Queen salió del coche enseguida al vernos y Patrick tardó unos segundos en lanzarse a llorar en su confortable abrazo. Santana salió del coche también y se abrazó a mi brazo mientras que yo apoyé la cabeza en su hombro viendo el triste espectáculo el cual, sin ninguno de nosotros saberlo estaba siendo observado por la orden y dejó especialmente preocupado a un licantropo que recordaba su rota promesa de cuidar de su ahijada.
***
Una vez todos estuvimos en casa y Patrick se hubo relajado se dispuso a contarnos lo que había ocurrido:
-Ya sabéis que os dije que me gustaba uno de los Weasley.
Llevaba un par de meses intentando pasar más tiempo con él a solas, y lo conseguí, siempre me sentía muy cómodo y protegido a su lado - Santana bufó ante esto último, pero le dejó continuar - El caso es que hoy nos habíamos quedado solos en mi cuarto, él me estaba explicando el funcionamiento de algunos de sus caramelos y antes de que me diera cuenta nuestras manos se rozaron, yo me quedé mirándole y el me dedicó una sonrisa traviesa para entrelazar nuestras manos, soltó el caramelo para acariciar mi mejilla y decirme:
-¿Sabes? Nunca me había planteado si quiera la opción de que me gustaran los chicos, esto es gracias a ti - Yo no daba crédito a lo que el me decía, lleve mi otra mano a su mejilla y le dije:
-Me gustas mucho Fred Weasley - Entonces él me besó, no se cuanto tiempo estuvimos besandonos solo sé que Fred estaba sin camisa cuando mi padre entró y comenzó a gritarnos a ambos, me pegó el primer puñetazo, Fred quiso ir a defenderme, pero su hermano le inmobilizó, supongo que para que no acabara herido, y el resto ya lo sabéis.
Patrick se refugio en mi hombro cuando terminó su historia, yo le envolví en un abrazo.
-Creo que es muy tarde y todos estamos cansados, Patrick, puedes quedarte a vivir con nosotras si quieres - Queen acarició dulcemente su espalda - Mañana buscaremos la manera de comunicarnos con Fred y asegurarnos de que está bien, y recuerda, no necesitas a Sirius, somos tu familia ahora.
Después de decir eso Santana y ella se fueron cada una a una habitación.
-Rachel, no quiero dormir solo - Su voz sonaba débil.
-¿De verdad te pensabas que iba a dejarte dormir solo? Mañana te curaremos las heridas, pero ahora vamos a descansar.
Al llegar a mi cuarto nos tumbamos abrazados en la cama. Cuando estaba apunto de dormirme escuché :
-Gracias, por cuidar de mi, por ser mi amiga y por existir - Una pequeña lagrima se deslizó por mi mejilla ante esto.
-Gracias a ti por sentarte a mi lado aquel día en el aparcamiento. Y recuerda, pase lo que pase lo afrontamos juntos.
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