-Me llamo Queen, Queen Malfoy - No me lo podía creer, era el apellido de Draco, el chico de las cartas de mi hermano. La miré unos segundos en silencio para luego reírme fuertemente.

-¿Qué, qué tiene tanta gracia? - Tenía una pequeña sonrisa en su amable rostro, que daba a entender que aunque no comprendiera la situación, Le parecía divertida.

-Ahora lo entenderás - Cuando pude acabar de reír la miré y me dispuse a presentarme - Me llamo Rachel Potter.

Después de eso se formó un silencio sepulcral que rompimos nosotras volviendonos a reír.
Una vez nos tranquilizamos su expresión volvió a transmitir esa paz a la que me estaba acostumbrando.

-Pero hay una cosa que no entiendo, mi hermano pequeño siempre me hablaba de Harry, tanto que hasta llegué a pensar que le gustaba, pero nunca mencionó a su hermana - Comprendía su duda, porque yo tenía la misma sobre ella, así que decidí contestar :

-Soy una squib, por lo que nunca he ido a Howarts, y por la manera de ignorarme de mi hermano cuando volvía no me extraña que no hable de mi - Estaba un poco incomoda al iniciar la conversación, pero su rostro comprensivo daba a entender que ella no juzgaba - ¿Y tú? No quiero sonar maleducada, pero por lo que leí en las cartas de mi hermano Draco tampoco mencionó nunca a una hermana.

Queen puso una mueca un poco triste al responder a eso.

-Al igual que tú soy una squib, pero al ser 3 años mayor que Draco ellos pudieron esconderme y fingir que sólo tenían un hijo, pero un día yo me escapé de casa, no aguantaba más allí, mi única compañía era mi hermano cuando volvía de Howarts y Dobby nuestro elfo, pero se fue de casa cuando tenía 15. Decidí salir fuera, solo por un rato, y fue un gran error. Conocí a una chica y al contarle mi historia me dijo que me enseñaría a vivir, me llevaron a una fiesta y me emborracharon, no se como llegué a mi casa, no recuerdo nada, solo sé que volví a mi casa con un embarazo.
Cuando mi padre se enteró fue demasiado para él y decidió echarme de casa. Draco me ayudo a pagar a escondidas el primer mes aquí, pero el dinero ya se había acabado, hasta que llegaste tú.

Me miró con una mueca de tristeza, y en ese momento no aguanté más y la conté todo por lo que había pasado para llegar hasta aquí.
Nos pasamos hablando un rato más, descubrí que estaba embarazada de 4 meses y que no podía encontrar trabajo porque no tenía estudios.
Estaba tan cansada que me dormí unos momentos después.
             
                               ***

Me desperté gracias a él sonido de un drogadicto chocando cacerolas en la acera de enfrente. La espalda me dolía a horrores, pero por lo menos había dormido en una cama, era más de lo que esperaba conseguir esa noche.
Encendí el móvil y me encontré con 8 llamadas perdidas de Patrick, me extrañó un montón y comencé a escuchar los mensajes:

*Hola Rach, soy Patrick, tu hermano acaba de llegar a mi casa quejándose de que ha tenido una pelea fuerte contigo. ¿Estás bien?. Por favor, contestame, estoy preocupado, un beso*

Decidí devolverle la llamada cuando escuché ruidos en la cocina. Recordé que no estaba sola, así que decidí bajar a hablar con Queen sobre cómo íbamos a vivir ahora.
Le dejé un mensaje a Patrick diciéndole que estaba bien, que podíamos quedar esta tarde y le contaría todo, a él y a Santana, a la cual le puse un mensaje parecido.

Al salir de mi habitación, vestida con la ropa de ayer, puesto que ni me había molestado en sacar mis cosas me encontré con el mismo pasillo del día anterior. Bajé las escaleras y entré por la puerta de la derecha.
Me encontré con una cocina con aspecto de ser muy vieja, y una despensa repleta de alimentos que Queen se encontraba contando. Cuando se dio cuenta de mi presencia se giró hacia mi y me dijo :

-Cuando Frank salió corriendo de aquí se dejó toda esta comida, así que no tendremos que preocuparnos por ella hasta final de mes, al igual que de las facturas - Sonreí al darme cuenta de que me dejaría quedarme más tiempo.

-Muchas gracias por todo Queen.
A propósito he quedado con unos amigos para decirles que me he fugado de casa y todo el rollo... ¿Te importaría que quedáramos aquí?.

Queen me dedico una sonrisa llena de paz, cosa que la caracterizaba.

-Por supuesto, la única compañía que tenía aquí era Frank, así que tus amigos y tú seréis una gran mejora, le he escrito a Draco y me ha contado que como el señor tenebroso ha vuelto ya no podrá venir a visitarme ni escribirme tan a menudo, así que será como tener hermanos pequeños otra vez.

-Vale, pero recuerda, no te esfuerces ni te estréses, creo que lo de ayer ya fue más que suficiente para el pequeño.

                             ***

Patrick y Santana estaban sentados junto a Queen y a mi en el viejo sillón de el salón, que resultó ser la otra  enorme sala de la planta baja.
Acababa de contarles todo lo sucedido el día anterior, con ayuda de Queen en su parte.

-Entonces... ¿Vas a vivir aquí ahora? - Patrick estaba algo confuso, no creo que se esperara eso. Tardó menos de un segundo en negar con la cabeza y apoyar esta en mi hombro rodeandome con sus brazos - Yo te apoyo, ya sabes, Potter y Black juntos en las buenas, las malas y las peores.

Le sonreí y le devolví un abrazo, Patrick era sin duda la persona más importante de mi vida.

-Estoy claramente enfadada por que no me llamaste anoche para contarme esto, pero también te apoyo, y esta chica me parece buena persona así que, de acuerdo - Al terminar la frase Santana miró a Queen fijamente, tanto que cuando terminó la frase la costó dejar de mirarla, lo que produjo un intercambio de miradas que provocó que Patrick y yo las observaramos, ya sin abrazar pues el estaba recostado en mi regazo, con una ceja alzada y una sonrisa picara a ambas.
Santana cortó el cruce de miradas nerviosa y me volvió a mirar para decirme:

-El instituto comenzará de nuevo en unas semanas. ¿Cómo vas a hacer para conseguir los libros? - La miré sorprendida, ya que no me había acordado de eso.

-Petunia me dio un billete de 50 antes de irme, pero no creo que me de para comprármelos todos - Estaba preocupada, ya que no tendría edad para trabajar hasta los 16 y Queen no podía ayudarme.

-No te preocupes, yo puedo vender un par de reliquias familiares, total, mi padre y sus amigos los magos están tirándolo todo - Patrick se incorporó con una sonrisa poniendo una mano en mi hombro.

-De acuerdo, pero te pienso devolver el dinero en cuanto pueda.

-No tienes por qué, pero ya que te pones quiero unos pantalones de cuero negros y el libro feminista que vimos la semana pasada en la librería - Todos nos reímos fuertemente, la verdad, adoraba a mis amigos.