El resto del verano pasó más o menos igual, Harry seguía sin hablarme y estaba de muy mal humor, casi ni contestaba a las cartas de sus amigos, lo que era extraño porque siempre fue lo que más ilusión le hacía. Recuerdo que siempre leía sus cartas a escondidas para hacerme una idea de como era aquel maravilloso lugar, así fue como supe de Hermione Granger, Neville Longbottom o Draco Malfoy al cual Harry mencionaba mucho en sus cartas ; a Ron lo conocí con 12 años cuando el y los gemelos vinieron a buscar a Harry y los vi por última vez al principio del cuarto año de Harry, cuando vinieron a buscarle.

Dado que Harry no me habla no he podido contarle mi secreto, y me aterra la idea de que se marche y me deje aquí sola con los Dursley de nuevo.

                               ***
Ahora mismo estoy con Patrick y Santana en el parque de cerca de casa, Patrick nos está contando que su padre a vuelto a casa por orden de Dumbledore, y que lo ignora bastante, también nos ha dicho que la casa está llena de gente ahora y que hay un pelirrojo que le llama bastante la atención... En esas estábamos cuando veo a Harry dirigirse hacia el parque y sentarse en un columpio mirando a la nada, siento pena por el y decido acercarme a lo que Patrick y Santana me siguen

-Hola Harry, ¿Quieres estar con nosotros?, no es bueno quedarse solo

-Marchate, no me interesa. - Dijo con un tono de desprecio.

-¡A ella no la hablas así, me da igual quien eres, como si eres la puta reina de Inglaterra! - Santana se puso delante de mi con aire protector, si bien me podía defender sola frente a Harry siempre me sentí incapaz.

-Me importa una mierda, solo marchaos y dejadme en paz- Respondió con aire agresivo, pero sin levantarse de el columpio

-Vámonos chicos, da igual- Con una mueca de tristeza tomé a mis amigos por los brazos y me los llevé a la otra punta del parque.

-Tu hermano es un idiota, no se como lo aguantas-Santana estaba bastante enfadada, ella no toleraba que alguien nos tratara mal desde que vió mis heridas, era muy sobreprotectora.

-Cambiemos de tema. Me da miedo que mi padre se entere de lo mío, apenas me habla ahora, imagínate si se entera-Patrick cambió de tema al ver mi incomodidad

-Si de verdad te quiere no le importará si te gustan los chicos, las chicas o las cabras-Respondí, y con ese tema seguimos un tiempo, hasta que llegaron Dudley y sus amigos de nuevo, esta vez sin Tyler, y comenzaron a molestar a un niño pequeño que estaba jugando. Me molesté mucho, ese niño me recordó a mi hace unos años, sola e indefensa, por lo que me levanté dispuesta ha defender al niño, hasta que alguien me agarró del brazo.

-Rachel no-Santana me miró desafiante, pero Patrick se puso de pie a mi lado.

-Rachel sí-Después de decir eso me dirigí junto a Patrick hacia Dudley y me puse frente al niño.

-¿No tienes otra cosa que hacer que molestar niños? ¿Por qué no te metes con gente de tu tamaño?

Mientras yo me enfrentaba a Dudley y sus amigos Patrick se giró hacia el niño, comenzó a tranquilizarle, y le animó a volver con su madre.

-¿Que pasa Potter? ¿Eres su hermana? ¿Tu hermano no te hace caso y necesitas otro? Aunque no me extraña.
¡Potter chico! ¿Quién es Cedric, tu novia? -Harry, que hasta ahora se había mantenido al margen levantó la mirada furioso

-Te escucho todas las noches Potter: Cedric esto, Cedrc lo otro; ¿Por qué no llamas a tu mamá? ¿Está muerta? ¿Está muerta, Potter?

No aguanté más y le dí un puñetazo, lo que provocó que sus amigos se dirigieron a mí, pero en ese momento, el cielo se oscureció y comencé a sentirme muy triste, no sabía lo que ocurría, hasta que Harry se levantó y chilló:

-¡DEMENTORES! Todos, corred.

No sabía que demonios era un de mentor, pero la sensación era tan devastadora que decidí hacerle caso y dirigirme corriendo junto a Harry y a Dudley hacia nuestra casa, cuando íbamos por debajo de un puente Dudley se paró de repente.

-¡Dudley! - Le grité, pero parecía no reaccionar.

-¡Atrás!- Dijo Harry poniéndose delante de mi, sacó su varita y conjuró:

-¡Expecto Patronus! - Un ciervo azul salió de su varita y comenzó a atacar a algo invisible alrededor de Dudley. Cuando el ciervo desapareció, Dudley calló de bruces al suelo y no parecía que fuera a levantarse, por lo que Harry y yo lo cogimos entre los dos y a rastras lo llevamos a Privet Drive.

Nada más cruzar la puerta un Vernon furioso nos recibió y al ver a su hijo comenzó a chillar todavía más, que si su hijo se iba a quedar mongolico, que si Harry lo había hecho intencionadamente...
Aguante todos los gritos sin mirarle a los ojos, pero todo paró cuando una lechuza llegó con una carta que voló y comenzó a hablar.

-Señor Harry Potter, usted convocó un hechizo Patronus a las 19:15 de este día, como sabrá los magos menores de 17 no pueden usar la magia fuera de Howarts, por lo que en nombre del ministerio de magia queda expulsado de el colegio.

Toda la sala entró en un silencio helado, yo no daba crédito a lo que acababa de oír, ni Harry tampoco.
La risa y las burlas de Vernon interrumpieron el silencio, y después de burlarse un tiempo de él se fue junto a Petunia y Dudley al hospital.

Harry y yo nos quedamos en silencio ninguno sabía que decir, hasta que una nueva carta parlante entró.