CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 8
Sasha:
Me aparto el brazo de la cara y junto el ceño cuando intento moverme, pero algo me sujeta desde la cintura. Bajo la mirada y parpadeo viendo a Sarah, dormida a mi lado, con su mano cruzada por encima de mi abdomen y su rostro recostado de lado bajo mi brazo. Se ve pacifica, y extremadamente cómoda dormida en mis brazos.
Ni siquiera se en que momento nos quedamos dormidos, solo se que no se molesto ni puso resistencia cuando la acompañe a su habitación y la acomode en la cama para calentarla. Pensé en quedarme con ella un rato al verla tan vulnerable, pero al final parece que acabamos quedándonos dormidos.
Aparto un mechón se su cabello, para observar su rostro angelical. Una sonrisa tira de mis labios, cuando repaso la palabra en mi mente. Ángel y diabla. Eso es lo que es ella. La calma y la tormenta en un mismo cuerpo. Se que no puede verlo, no como yo lo veo, pero ella es perfecta tal y como es. Se que sea lo que sea que le pase la hace sufrir, y es por eso que tengo que descubrir que es lo que le pasa, no porque quiera cambiarla, todo lo contrario. Ella debe comprender que ser diferente no la hace defectuosa, muy por el contrario, la hace única.
Sarah se remueve ladeando un poco el rosto y suspira cuando con el pulgar, acaricio sus labios. Labios que me arrastran a la locura solo de pensar todo lo que quiero hacer con ellos. Relamo los míos, con la imagen mental de su boca sobre la mía, la imagen no ha salido de mi mente desde la primera vez que la vi y he de admitir que ha sido toda una odisea contenerme cuando intento besarme. La única razón por la cual no lo hice fue porque aunque no tengo ni jodida idea de que es lo que le pasa, se que la mujer que entro a mi dormitorio e intento asesinarme por segunda vez... no era la misma chica que duerme ahora a mi lado y mover mis fichas con ella en ese momento solo hubiese sido aprovecharme de su estado. Y puedo ser muchas cosas en esta maldita vida, asesino, sádico, loco, o como quieran llamarme, pero abusador no es una de ellas.
—¡Dios! —Jadea la mujer que se aparta de mi lado de un salto, haciéndome sonreír cuando se lleva la mano al pecho.
—Me han llamado demonio, diablo, sádico... entre otros, pero es la primera vez que alguien me dice Dios. —Digo acomodando mis brazos tras mi nuca, observando divertido a la chica que se ha puesto de pie y me mira como si acabase que salirme otra cabeza.
—¿Que hice?—Dice recorriendo con la mirada alarmada la habitación y luego volteándose hacia mi; Sus ojos me recorren y alza ambas cejas antes de voltear cubriendo su rostro con las manos.
La reacción me hace bajar la mirada a mi pecho desnudo y sonrió cuando entiendo el porqué sus nervios.
—No es lo que piensas Freya—Le aclaro antes de que se haga ideas equivocadas—Solo intentaste matarme no abusar de mi, tranquila.
Se voltea de golpe y me mira con expresión molesta pero a la vez confundida. Pasa saliva y sus entrecejo se junta mientras me observa sentarme en la cama. Su expresión horrorizada lo dice todo y agradezco no haberme quitado los pantalones, o creo que le hubiese dado un jodido infarto.
« Como dije... Sarah Rinaldi no deja de sorprenderme. »
—¿Intente...
—No te preocupes. Fue divertido en realidad.—Hablo mientras me pongo los zapatos y ella me observa mordiéndose las uñas.
—Yo... no puedo recordarlo.
La forma en la que Susurra y se lleva las manos a la cabeza, me hacen girar el rostro hacia ella y enarcando una ceja la recorro con la mirada. De verdad se ve confundida y asustada.
Me mira de pronto y sigo el trayecto de su mirada cuando sus ojos me recorren como un escáner, pero no de la forma en la que me gustaría, sus ojos me miran analíticos, como si buscará algo. Pasa saliva y bajo la mirada en donde sus ojos se detienen. Me miró la mano y luego a ella que no quita los ojos del reciente corte sobre mis nudillos.
—Yo... —Se corta llevando una mano a su rostro y me pongo de pie.
—No fuiste tu Sarah.—Miento, sin saber porque diablos lo hago.
—Se que fui yo. —Bufa peinando su cabello con las manos, y no se que me confunde mas, si su reacción o el hecho de que se sienta culpable por atacar a quien la ha secuestrado—No trates de ocultármelo, porque se que fui yo quien lo hizo. Se muy bien de lo que soy capaz cuando...
—¿Cuando que? —Inquiero dando un paso hacia ella, pero retrocede tan pronto nota que me acerco. Tuerzo los labios en una mueca y suspiro resignado cuando no responde, mientras me encojo de hombros.
—No es la primera vez que alguien lo intenta, al menos tu has llegado más lejos de lo que otros pudieron. —Rio mirando mis nudillos.
—¿Te causa gracia? Eres un demente peor de lo que pensaba. —Se molesta y enarco una ceja observándola.
Veo que la niña tiene carácter, aunque no lo demuestra a menudo. Supongo que el apellido si pesa después de todo.
—¿Me dirás que demonios es lo que pasa o tendré que averiguarlo por mi cuenta?—Pregunto alzando el mentón y me mira irascible.
—¡No es de tu incumbencia!—Responde tajante.
—A decir verdad lo es. Como tu misma dijiste, tu me hiciste esto.—Le enseño mi mano.
No quiero usar una artimaña tan vil y baja como la culpa y la manipulación con ella, pero no me deja alternativa. Algo le ocurre y sufre por ello, lo cual me disgusta. Por lo tanto, haré lo que sea para descubrir que le ocurre.
—Intentaste matarme dos veces Sarah... ¡dos! Nadie ha llegado tan lejos... Asi que ahora quiero una explicación. Quiero que me digas porque haces estas cosas—Vuelvo a alzar mi mano frente a su cara y pasa saliva—¿Cómo es posible que hagas algo así y luego no recuerdes?
Sus ojos se vuelven rojos y quisiera abofetearme a mi mismo al verla al filo de las lágrimas, pero ni asi me detengo; Necesito la verdad y voy a obtenerla como sea.
—Sabes... cuando te vi hace seis años atrás en ese jardín... no pude pensar en anda mas que en lo hermosa que eras, en que debías ser mia. Vi algo en tus ojos que nunca antes habia visto. —Acorto la distancia y alza el mentón—Lo que vi... fue magnífico, luz y oscuridad en un mismo ser. Calma y tempestad... Entonces lo supe, tenias que ser mia.
Sus ojos se mantienen fijos en los míos hasta que siguen el recorrido de mis dedos cuando meto un mechón de su cabello tras su oreja.
—Intente hacer todo de la forma correcta, pedí tu mano, pese a que no soy un caballero.—Confieso y me mira juntando el ceño, por lo cual asiento—Lo hice. Te pedí en matrimonio, mi padre el Pakhan, hizo los arreglos y pidió tu mano en mi nombre, pero tu padre se negó. Al parecer nadie es tan bueno como para pretender una de las mujeres Rinaldi.—Ladeo la cabeza jugando con un mechón de su cabello.
—Eso no es asi... no es eso. —Musita bajando la mirada.
—¿No? Entonces dime... ¿porque estamos aquí?
—Estamos aquí porque tu me raptaste.—Dice y está vez me mira directo a los ojos.
—Si... lo hice—Sonrió orgulloso—Porque nadie me dice que no Sarah.
—Mi padre lo hizo.—Me desafía pasando saliva.
—Si... ¿y como le resultó eso? Estas en mis manos, no en las suyas. —Aclaro—Hubiese sido todo muy distinto de haberme aceptado.
—No es tan simple...—Murmura sacudiendo la cabeza.
—Para mi si lo es.
—¡No! No lo es. Tu no sabes nada.—Me empuja del pecho y rio cuando intenta alejarse pero le sujeto el brazo y la jalo hacia mi otra vez.
—Ilumíname entonces.—Ordeno inclinándome sobre sus labios.
—¡Porque soy una demente!—Me grita —No finjas que no lo ha notado.
—¿Demente?—Repito acariciando su barbilla con mis dedos—No... a mi no me pareces una demente.
—¡Porque estas igual o peor que yo!—Brama —¡Pero lo soy! Soy una desequilibrada mental y papá siempre ha temido que se aprovecharán de mi por eso. Esa es la razón. No soy una dulce e inocente princesa de la mafia, soy una maldita loca, que pierde los estribos y lastima a las personas, incluso a las personas que ama. Y estoy tan jodida que luego de hacerlo ni siquiera puedo recordarlo. -Se altera mientras tiembla dando un paso atrás y abrazándose a si misma.
—No estas loca Sarah...
—Eso fue lo que dijo el psiquiatra, el lo llamo "Trastorno de identidad disociativa". Pero da igual el como lo llamen, sigo siendo una amenaza. El nombre que le pongan no cambia el hecho de que soy peligrosa para quien esté cerca de mi, incluso lo soy para mi misma.
—¡Mírame bien!—Acorto la distancia y tomo su mentón, buscando sus ojos—No eres ninguna jodida amenaza y nada está mal contigo. Dime como te hago entender eso.
No me responde pero el que empiece a llorar otra vez y que no pare de hacerlo me disgusta. Nunca he sido bueno con ese tipo de cosas. Cuando lo hace alguien me importa un carajo, no me importa que lloren o que supliquen. Pero ella... no me gusta, me incomoda y me molesta. Quiero que deje de hacerlo pero no tengo ni la mas puta idea de como.
—Dime como ayudarte. ¿Qué necesitas? —Respondo pasando frustrado una mano por mi cabello y retrocediendo un paso.
—¿Necesitas un medico? Lo Traigo. ¿Necesitas un medicamento? Lo conseguiré. ¿Necesitas asesinar a alguien para calmar tu ansiedad? Te daré un arma y una jodida víctima. Pide lo que sea y te lo daré, solo... ya no llores por favor—Me vuelvo hacia ella sujetando su nuca y pegando mi frente a la suya.
Las palabras salen sin darme cuenta de mi boca, y ella se tensa por completo, entonces enderezó la espalda al percatarme de ello. Sarah me mira con sus peculiares y hechizantes ojos desiguales y luego deja salir un suspiro.
—Quiero regresar a mi casa.—Me suelta agachando la mirada nuevamente.
—Lo que sea menos eso. —Digo acariciando su mejilla—Lo siento Freya, pero no puedo dejarte ir. La suerte no te favoreció cuando el destino te puso en mi camino. Porque si crees que tu eres maldad... no tienes idea de a quien tienes enfrente, ni de a donde estoy dispuesto a llegar para mantenerte a mi lado.
Pasa saliva y deja salir una pesada exhalación, Parece dudar hasta que se aparta el cabello del rostro, al igual que los restos de lagrimas y suspira enfocando sus ojos en mi otra vez.
—Necesito mi medicina. Casi no me hace efecto ya, pero al menos servirá para calmarme un poco y tambien a controlar mi ansiedad. Y sobre todo me ayudaran a dormir. —Explica y asiento extendiéndole mi celular.
—Escribe el nombre y la traeré. Pero deja de llorar.
Su mirada enrojecida por las lágrimas se fija en la mia y aparto una última lagrima solitaria que cae por su mejilla. Sus ojos se cierran un instante cuando mis dedos tocan su piel y su aliento cálido roza mis dedos cuando suspira y vuelve a abrir los ojos, fijando su atención en lo que teclea en el aparato que luego me extiende.
Ni siquiera leo lo que escribo, solo deslizo el teléfono en el bolsillo de mi chaqueta y mantengo mis ojos en la chica que al fin ha dejado de llorar.
—Sarah Rinaldi...—Susurro su nombre y sostiene mi mirada —Desde el primer día en que te vi, supe que serias mi perdición. —Hablo sin dejar de acariciar con mis nudillos su barbilla.
No se mueve ni se aparta cuando me inclino hacia adelante y respiro su mismo aliento, casi rozando sus labios con los míos, mi corazón golpea dentro de mi pecho, como nunca antes lo ha hecho y sonrió deslizando la yema de mis dedos por su hombro. Cierro los ojos y suspiro antes de dejar un beso sobre su frente y luego me aparto.
—Iré personalmente por lo que necesitas. Se una buena niña y no asesines a nadie hasta que regrese.—Pido tomando mi arma de la mesa de noche.
Una sonrisa tímida amenaza con formarse en sus labios mientras aparta un mechón de su cabello tras su oreja, y me da una mirada rápida antes de carraspear y señalar el librero.
—¿Puedo tomar un libro?—Pregunta con su voz suave y dulce.
—Todo lo que hay en esta casa te pertenece Sarah—Sonrió y por el color rojizo que aparece en sus mejillas, se que comprendió a la perfección lo que acabo de decir—Puedes tomar los libros que desees, si necesitas alguno en específico no dudes en pedirlo.
Asiente y le devuelvo el gesto antes de recorrerla con la mirada y voltear hacia la salida.
💫Llego por quien lloraban bellas... aquí capitulo 8 de La Posesion Del Ruso. Nuestro Sasha ya sabe que es lo que le pasa a nuestra Sarah...
💫Sasha ofreciéndole todo para que ella ya no llore... (Bueno, casi todo).
💫¿La tensión cuando se enfrentaron...¡¡¡ Ayyy!!! Como el le dio a entender que estaba orgulloso de raptarla y ganarle a su padre 🤤
Las leo bellas... 👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro