CAPITULO 40
Capitulo 40
Minutos antes.
Sasha:
Acomodo la solapa de mi chaqueta mientras avanzo seguido de Lev quien revisa el cargador largo de su Glock 9mmts. Es extraño que optará por una, usualmente le gustan los cuchillos igual que a mi, pero no pregunto. Hago un gesto con la mano indicándole a los hombres que me siguen que se desplacen rodeando el lugar. (Ese bastardo hoy no sale de aquí) Un francotirador está posicionado en la azotea al otro lado de la calle, y mientras camino observo el enorme cartel de neón frente a nosotros con la palabra "Apocalipsis", del cual la silueta de una caricatura de mujer parpadea generando un efecto de movimiento.
No hay nadie fuera en la fila de entrada, y mientras camino con la mirada fija en la puerta, ajusto la hebilla de mi Rolex. Cómo esperaba no hay cámaras de seguridad y solo un guardia vigila la entrada, el cual en cuanto nos nota asiente a modo de saludo.
—Lo estábamos esperando señor Ivanov. —Quita la correa metálica dándome acceso al interior del club.
Paso a su lado sin responder, mientras Lev pecha su hombro cuando le pasa por al lado manteniendo su clásica mirada frívola y controlada, como cada vez que tenemos trabajo.
—Ese hijo de perra sabía que veníamos. Debe estar observándonos justo ahora Sash. —murmura a mi lado.
—Lo se.—Respondo barriendo con la mirada el lugar—Pero eso no cambia nada, morirá de todos modos.
Bajamos los tres escalones que dan acceso al gran salón en dónde varias personas bailan y saltan al ritmo de alguna música moderna, las luces acompañan el sonido con cambios de colores y parpadeos que dificultan un poco el campo de visión. La gente no se mueve y me abro paso entre la multitud cuando observo en lo alto la enorme ventana de la sala Vip, las luces parpadeantes no me permiten ver mas que la silueta y parte de la vestimenta del hombre robusto, vestido de traje, que observa de pie en nuestra dirección, apoyado en un objeto que asumo es un especie de bastón, mientras desde detrás del vidrio bebe el contenido de un vaso que se lleva a los labios no sin antes alzarlo en nuestra dirección.
—¡Lev!—señalo con el mentón y mi acompañante sigue el recorrido de mis ojos, fijando la mirada que se lo oscurece cuando fija la vista en el hombre e intenta rebasarme.
—¡No lo mates!—Advierto tomando su brazo y me mira como si hubiese perdido la razón. Apartó mi mano y me sigue cuando continuo el camino.
—¡Mando a asesinar a Katrina!—Masculla entre dientes acercándose a mi lado, y que se refiera a mi hermana, usando su nombre delata lo molesto que está pese a su autocontrol y lo mucho que desea asesinar al bastardo.
—Y hasta donde el sabe, lo ha conseguido. —Aclaro y me mira— ¡Morirá! Pero debemos asegurarnos de que no tenga aliados. Si espero tantos años para venir a intentar jodernos, es posible que tenga ayuda externa o incluso interna.
—¿Un traidor?
—Quizás. —encojó un hombro y me volteo hacia el encarándolo cuando llegamos al pie de la escalera que da acceso a la sala Vip—Si hay un traidor también morirá, pero hay que estar seguros, cuando lo estemos...
—¡Los enviamos al infierno!
Asiento en señal de respuesta y ambos retomamos el camino.
La música va perdiendo potencia a medida que nos adentramos escaleras arriba hasta la gran sala que nos rodea con sus paredes rojo sangre. Nuestras pisadas se vuelven silenciosas al ser amortiguadas por la alfombra bajo nuestros pies y un segundo guardia es quien nos recibe y abre las dos puertas de vidrio ahumado frente a nosotros indicando con un movimiento del mentón que sigamos sin inmutarse por el arma que Lev no suelta pese a que nos sobrepasan en cantidad (o eso creen) y asumo que esa es la razón por la cual nadie ha intentado quitársela.
—Sasha Ivanov... y su sombra... —El hombre en el que fijo la mirada permanece de espaldas apoyado sobre su bastón observando hacia la pista de baile.—Creía que los muertos no revivían.
—Y yo que nuestros enemigos tendrían huevos y nos atacarían de frente. —Respondo y suelta a reír aún sin voltear.
—Ya me habían advertido de tu pequeño problema con el sarcasmo y la arrogancia. ¿Herencia del cobarde de tu papá o te lo enseño la zorra que se hace llamar tu madre?
Estrecho los ojos y aprieto los puños evitando caer en sus provocaciones, pero admito que se me está haciendo extremadamente difícil no arrancarle la puta lengua para ponérsela de corbata.
—Un don nato. —Respondo acercándome a la silla frente al escritorio, la cual apartó con total calma. Un sujeto alto con la cabeza tatuada, el cual asumo es otro de sus perros me observa mientras tomo el pañuelo del bolsillo de mi saco y limpio el asiento antes de sentarme cruzando una pierna encima de la otra.
—Claro... ponte cómodo Ivanov. —Señala con sarcasmo el perro al que ignoro, fijando la mirada en el hombre que aún no voltea.
No vine aquí a tratar con lame botas.
—Bien... buscabas nuestra atención Montalvo... ya la tienes. ¿Ahora que?—Indago encendiendo un cigarrillo que saco de la chaqueta—No armaste todo este alboroto para que venga a verte el culo, supongo.
—¡Cuida como le hablas al jefe ruso de mierda!—Sisea el moreno que se acerca pese a que sigo ignorándolo.
—Ni para que venga a escuchar a tus perros ladrar.—Agrego dándole una mirada condescendiente al imbécil que amartilla el arma.
Montalvo al fin se mueve y voltea lento hacia mi, sus ojos verdes como el olivo se fijan en los míos, es de piel bronceada, varias arrugas denotan que pasa los sesenta años y las canas que le cubren toda la cabeza enfatizan mi punto. El traje marrón que lleva se le ajusta demas en el área del abdomen y por la forma en la que aferra su mano al bastón en el cual se apoya, asumo que algo ve en mi que le hace apretar la maldita cosa con fuerza.
—Eres la viva imagen de ese hijo de perra. —Masculla recorriéndome con la mirada.
—Pero más guapo.—Respondo y siento a Lev reír tras mi espalda.
—Y definitivamente más hijo de puta.
Asiento dejando en claro que por mucho que lo intente no me ofende, porque no tiene poder sobre mi, ni me importa lo suficiente como para provocarme una reacción; si es eso lo que pretende, pierde su tiempo. He venido a matarlo, si. Pero no soy idiota, primero tengo que asegurarme de que no hay nadie allá afuera que vuelva a querer joder a los míos por una jodida venganza.
—En tu caso, eres justo lo que me imaginaba, solo un viejo resentido con complejo de Capone latino.—Sonrió señalando el bastón cuando da un paso adelante y lo veo cojear— oh... y aparentemente también discapacitado.
—¡Oye hijo de perra! Cuida la puta boca. —Ladra el sujeto junto al hombre el cual parece salido de una mala película de pandilleros de los años 80, de esas llenas de adictos a la metanfetamina. Esto último lo asumo por el como las manos le tiemblan, no deja de moverse de aquí para allá, ni de sobarse la nariz y sus ojos están tan sobresalidos que parecen dos bolas de billar a punto de brincar hacia mi. Lo ignoro pero el lame culo da un paso hacia adelante, empuña el arma y enarco una ceja cuando se acerca sin dejar de apuntarme, ignorando las palabras de su jefe que le pide que retroceda.
—¡Ya basta Cesar!—Insiste Montalvo —¡Contrólate que no quiero matarlo aún!
La orden es ignorada por completo, y el que se me escape un bostezo parece sacarlo de quicio ya que la mandíbula se le tensa y estrecha los ojos llevando el dedo al gatillo.
—Solo lo diré una vez—Advierte el hombre a mi lado-Baja. El. arma.
—No...—Niega sacudiendo la cabeza como demente—yo creo que mejor voy a volverle los sesos. Si... seré una leyenda por matar a un Ivanov y en su propia ciudad-Se ríe claramente alucinando.
Suspiro y cuando vuelve a abrir la boca para hablar el sonido del disparo lo petrifica en su sitio. Montalvo no me aparta la mirada en ningún momento pero el silencio inunda el lugar a excepción del sonido del cuerpo que cae desplomado sobre la alfombra cuando Lev le atraviesa el cráneo con la bala que le mete en medio de las cejas al imbécil que no se callaba.
—¡Te advertí que la bajarás!
—¡Carajo! ¿sabes lo difícil que es conseguir gente de confianza en Rusia? —Señala y enarco una ceja mirando el cuerpo del que no le deja de brotar sangre de la cabeza.
-No lo se dímelo tu... al parecer has hecho amigos en mi ciudad, pero no lo olvides... aquí somos la ley y el Pakhan no es tan indulgente con quienes nos traicionan.-Sonrío.
—Nada que el dinero no pueda solucionar.—Me desafía alzando el mentón. Y para ser un solo hombre luce demasiado confiado frente a mi, lo cual no me agrada, haciendo que estreche los ojos cuando lo observo.
—No hay dinero que compre la lealtad de nuestros hombres.
—Nunca he dicho que fueran sus hombres, pero admito que el dinero que obtuve años atrás trabajando como espía para la Yakuza me ha ayudado a la hora de hacerme de algunos amigos.
—Así que si eras tú el traidor después de todo. —Señalo, recordando las palabras del tío Demian cuando el Pakhan lo llamo para informarle de este bastardo.
"Nunca supimos quién era el sapo en nuestras filas, pero temiendo en cuenta que a Montalvo se lo había tragado la tierra luego de vaciar sus cuentas, podría jurar que ese gonorrea hijo de puta era el sapo."
—¿Traidor yo?—Se ofende golpeando el bastón en el suelo—Del castillo nos hizo menos desde siempre, primero sus padres, y luego el junto con la perra que le costo la vida a mi hijo.
—Llama perra a mi madre una vez más y te prometo que voy a arrancarte la lengua con las manos. —gruño enderezando la espalda.
—Tu madre no es más que la cómplice del asesinato de mi hijo, pero ahora le toca vivir en carne propia lo que se siente que te maten a tu sangre y no puedas hacer nada para impedirlo.—Gruñe—De hecho enviare flores a la tumba de tu hermanita. Apuesto que unos lindos claveles se verán muy bien sobre su lapida.
Lev se acerca cuando alzo el mentón pero de golpe se detiene, ambos compartimos una mirada y guarda silencio dando un paso atrás aún con la mandíbula tensa y los nudillos blancos afirmando su agarre en la culata del arma.
—Yo no haría eso.—Señala Montalvo alzando en su mano un pequeño control remoto, el cual me hace juntar el ceño—No te levantes o volaras en pedazos y aún tengo mucho por decirte y tú papá tampoco ha llegado pedazo de mierda pequeña.
—Hijo de puta...—Lev gruñe y se inclina para observar bajo mi silla.—No te muevas Sash... estás sentado sobre una maldita bomba.
Desplazo la mirada hacia Montalvo que ensancha la sonrisa, jugando con el artefacto en su mano.
—Si muero, explotas en pedazos. —Señala—El dispositivo está conectado con sensor, si te levantas o quito el dedo del interruptor... ¡boom!
—¿Por qué no me extraña? Un hombre que ha actuado desde las sombras, atacando mujeres y a niñas inocentes, no podría ser otra cosa que no sea un maldito cobarde. No tienes los huevos para matarme como se debe ni para enfrentarte a mi padre y recurres tácticas idiotas y pasadas de moda, para retenerme y dilatar tu propia muerte. Porque puede que si... puede que me muera aquí, pero tú destino no será diferente al mío o al de tu jodido hijo.
—¡Cierra la boca mocoso! No tienes idea de nada, no sabes lo que es que le arranquen la vida a tu sangre y solo poder ver.—Lloriquea—Y todo porque el maldito del Pakhan no le gusta la competencia. Ese hijo de perra sabía que Will pediría la mano de la hermana de Del castillo y así lograría escalar en la pirámide, el sería un día el jefe del cartel y la Bratva debería respetarnos al igual que los italianos y los Irlandeses. Estaríamos en igualdad de condiciones y tendrías que respetarnos y aceptar que no éramos escoria, que teníamos potencial para más.
Sacudo la cabeza juntando el ceño sin apartar la mirada del viejo frustrado frente a mi. Si su plan era que su hijo se casará con mamá para posicionarse en la organización, estudio muy mal las posibilidades. Las reglas son claras, por muy marido que pudiese ser en el caso de que papá no hubiese interferido, solo los herederos desangre alcanzan el poder. Su hijo nunca sería jefe.
—¿Duele verdad?—Sonrío alzando el menton—Duele que un mocoso, como tú me llamas, tenga mas huevos que tu, que eres quien dice tener el control de la situación. Pero te entiendo, tu odio—Señalo—es justificado, pero admite que te odias más a ti por dejarlo morir y no hacer nada al respecto. Tu tuviste que esperar años para idear este patético plan de venganza, mientras que a nosotros no nos tiembla el culo a la hora de derramar sangre para proteger a los nuestros. Y eso... eso nos hace muy superiores a ti.
—¿Superiores? ¡Tu maldito padre es un hijo de puta y un asesino! —brama como si con eso cambiase lo inevitable o lograse ofenderme.
—¡Lo es!—asiento sin dejar de sonreír —Pero al menos, el si ha podido mantener a sus hijos con vida.
La rabia que reflejan sus ojos le contrae el rostro, que se desencaja con la furia que desprende cuando me mira, hasta que poco a poco suaviza la mirada y suelta una carcajadas antes de sonreír como un demente.
—Ohhh si... eres bueno... admito que casi me engañas. Pero no eres tan bueno—señala hacia la pantalla led que cuelga de la pared, en la cual veo la furgoneta negra de la que varios de mis hombres se cubren intentando enterarse por la entrada trasera. —Ya basta de palabrería, mejor te enseño que tan en serio hablo.
Lev a mi lado se endereza y lo miro, la impotencia brilla en sus ojos pero asintiendo para que se tranquilice, aprieta su arma, pero luego mira el interruptor en la mano del bastardo y apretando los dientes se mantiene en su sitio. «Si reacciona y le dispara al bastardo moriremos los tres.»
El infeliz frente a mi alza el segundo detonador en su mano y aprieto los dientes contenido la ira al percatarme de lo que hará, y no puedo evitarlo.
—¡Boom! —Canturrea antes de presionar el boton en su mano.
El estruendo de la explosión resuena en mis oídos y hace temblar las ventanas, fijo la mirada en la pantalla que muestra el vehículo donde mis hombres se cubrían esperando para entrar, hasta que estalla en pedazos y todo la zona se funde en una nube de humo negro y llamas que consumen la furgoneta.
—Si... asumo que esa fue la misma expresión que tenía yo cuando fui obligado a ver cómo asesinaban a mi hijo... no puedo esperar a ver la expresión de tu padre cuando me vea arrebatarle al suyo.
—¡Hijo de puta cobarde! —Le ladro observando como se ríe, mientras afirmo ambas manos en los posa brazos y Lev apoya su mano en mi hombro para que no me mueva. Lo observo por encima del hombro y suspiro intentando calmarme cuando la respiración se me entrecorta producto de la rabia que me corroe por el cuerpo. Si me muevo no solo moriré yo, haré que Lev muera conmigo. ¡Mierda!
✨Llegué niñas, ya se... Ya se... Estoy algo lenta con los últimos capitulos. Téngame paciencia que también arranque la universidad y no quiero escribir algo que después no nos guste 😭
✨¿Amamos a Sasha y su sarcasmo si o no?
✨ No olviden seguirme en Instagram: themorganking23
✨¿Están listas para empezar con la historia de Lev y Kat???
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