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CAPITULO 39

Capitulo 39


Sarah:

—Así que aquí es donde has estado estos últimos tres meses.

Papá recorre la habitación y pasa los dedos por los libros apilados en el librero junto a la ventana.

« Posiblemente creía que el "malvado Sasha Ivanov", me tenía cautiva en alguna especie de mazmorra infernal o quien sabe que cosa peor.»

—Si, está es... mi habitación.

Se voltea sobre el hombro dejando a medio camino la mano con la que pretendía toma uno de los libros.

—Tu habitación está en nuestra casa. Esto...—hace una pausa señalando con su dedo a nuestro alrededor, y paso saliva cuando se voltea buscando mis ojos—Aunque parezca una habitación como cualquier otra, no deja de ser una jaula tesorina. Una en la que has estado cautiva en contra de tu voluntad.

Deslizó la lengua entre mis labios cuando la garganta se me seca y por instinto entrelazó los dedos de mis manos para que no note como me tiemblan las manos. Puede que en parte tenga razón y que en un principio también creyera que esto era un prisión, pero estando en ella fue donde me sentí más libre que nunca. Se que le costará aceptarlo, se que no lo entenderá con facilidad pero papá me ama, el jamás me ha defraudado. La evidencia está frente a mi. Me ha buscado sin descanso todos estos meses y no sé dio por vencido hasta encontrarme.

—Papá... necesito que me escuches.

Estrecha la mirada y tomo asiento en la cama observando directamente los ojos de mi progenitor que se recuesta en el tablón del escritorio y asiente animándome para qué hable.

—Se que posiblemente no me creas, pero necesito que me escuches y que hagas lo imposible por entender. Se que crees que...—Las palabras se me cortan y dejo salir un pesado suspiro —Sasha no es el ser malvado que crees.

—¿No lo es?

La forma en la que me observa, entrecerrando los ojos con desconfianza, son un claro mensaje del sarcasmo escondido detrás de la pregunta.

—No. No lo es. De hecho el y yo...

—No, no, ¡no!—me interrumpe pasándose la palma de la mano por el rostro, luego junta el ceño sin apartar sus ojos de mi, como si supiera lo que estoy a punto de decir.

—¿Te has enamorado de el?

Por un momento vaciló sobre que responder, pero me armo de valor y enderezó la espalda antes de asentir tragando el nudo que se me forma en la garganta al percatarme de la forma en la que me mira. No está molesto, ni siquiera sorprendido, más bien parece preocupado e incluso compasivo. Cómo si sintiera pena por mi.

—Lo he hecho papá, lo amo. Y se que es difícil de entender después de lo que ha hecho, pero tiene buenas intenciones, el ha cuidado de mi y con el me siento...

—No cariño...—Acorta la distancia y se acuclilla frente a mi acariciando mi rostro—esto no es amor hija, el te ha manipulador te ha recluido aquí para confundirte, te aisló y se encargo de que no pensarás en nadie mas que en el. Eso es lo que hacen personas como el, te alejan de tus seres queridos para confundirte, para meterse en tu mente y poder aprovecharse de ti.

—No. ¡Papá escúchame! No es así, el no es así.

—Esta bien... está bien...—Responde acariciando mi cabeza.

Suspiro con alivio cuando me dedica una de sus cálidas sonrisas y por un momento casi no me creo lo fácil que ha sido; sabía que papá era accesible, pero en realidad no pensé que fuese ser tan sencillo y...

—Todo volverá a la normalidad una vez que te saque de aquí. En nueva York estarás a salvo de este demente y no dejaré que vuelva verte, ni siquiera mediante una maldita fotografía, hablaré con Ivanov y tendrá que asegurarme que su hijo no pondrá un puto pie en nueva York, aunque tenga que ponerle un puto rastreador en el culo.-Asegura- y si aún así lo hace, está vez acabaré con el.

Junto el ceño y enderezó la espalda apartando mi mano de la suya cuando me pongo de pie de un salto.

—¡No puedes hacer eso! No es lo que deseo, ya te lo dije.

—Sarah...

—¡No!—Enfurezco—Ya para de tratarme como una loca incapaz de tomar sus propias decisiones. ¡Ya basta de eso! No soy una idiota incapaz de pensar.

Papá se pone de pie observándome con el ceño fruncido, recorriéndome de la mirada desde los pies a la cabeza, mientras camino de un lado para el otro intentando calmarme.

—Yo... jamás te he visto como una loca. No es lo que pretendía.

Su voz me trae a la calma y cuando veo la mirada dolida con la que me mira negando con la cabeza, una parte de mi corazón se rompe. Papá siempre ha sido mi héroe, mi protector y la persona con quién más segura me he sentido, pero... ambos debemos admitir que el me cree débil. Siempre me ha protegido de todo y de todos, incluso de mi misma, y lo amo por eso, pero es hora de que me deje hacerlo por mi cuenta. Lo amo con el alma y siempre lo haré, pero tienen que entender que ya no soy una niñita, soy una mujer adulta y una Rinaldi más, al igual que cualquiera de mis hermanos.

—Lo siento papá, pero es lo que siento. Es lo que me hacen sentir.—Musito bajando la mirada a mis manos un instante antes de volver a sus ojos—Se que siempre me has protegido, se que me amas y que no tienes malas intenciones, pero debes dejarme tomar mis propias decisiones. He crecido, mírame. —señalo—No soy diferente a mis hermanos, merezco tomar mis propias decisiones.

—No quiero decidir por ti cariño, pero esto es diferente, el te ha raptado. Nos ha engañado a todos, es un experto manipulando.

—¡Lo se! Se que planeo el secuestro.—Admito—pero también se que es la única persona que logra hacerme sentir normal. Desde la primera vez que lo ví, años antes de que pasará todo esto, algo en el me atrajo de inmediato.—Confieso—Y tal vez esa fue la razón por la que cuando empezaron a llegar las cartas, en cada cumpleaños, supe que era el, sin que si siquiera me lo dijera. Y también por eso opte por callar. En el fondo sabia que si se los decía, decedirian por mi y no permitirían que siguiera enviándolas. Con el me siento en control. No me ve como una desequilibrada mental, me trata como su igual, y no me teme ni me trata con cautela temiendo que estalle en cualquier momento, con Sasha me siento... libre.

El hombre frente a mi pasa saliva alzando el mentón y suspiro antes de continuar.

—Sabes... el día en que perdí el control y te apuñale...

—¡Para! —Pide—Por favor cariño, para...

—¡No! Ya no mas. Tienes que saber. Necesito que sepas que ese día, mi vida cambio, por días no lograba conciliar el sueño, lloraba cada maldito día maldiciéndome por no ser normal, por ser una carga para todos. Por no ser normal. Yo nunca me he podido perdonar por lo que te hice y...

—Tesorina... yo ya lo he olvidado.

—¡Pero yo no!—Mi voz libera un sonido ahogado mientras lucho por contener el llanto.—Yo no me he perdonado, te amo y aprecio que hayas intentado protegerme, pero la realidad es que hay circunstancias en la vida, en las que solo uno mismo puede salvarse.

—No deberías tener que salvarte de nada si no hubieses heredado los genes de un demente como yo. Tu no eres el problema hija—Se exalta pasándose las manos por el rostro-Eres mi hija, mi niña, mi deber es protegerte. Tu no eres responsa de nada yo soy el único responsable de que seas...

—¡Diferente!—Repito las palabras que me dijo Sasha—No está mal ser diferente papá, es como somos y ya. Tu no eres responsable de nada, no se podía evitar. Las cosas son lo que son, y quién nos acepte bien y quién no... pues es su problema. Mamá te amo tal y como eres, aún lo hace. Y Sasha... el me acepta tal y como soy. No tengo que fingir, no tengo que controlarme, no tengo que reprimirme —sonrío —con el me siento yo misma, como si...

—Como si hubieses encontrado al fin la paz. —Finaliza por mi cuando se acerca y asiento mirado sus ojos iguales a los míos.

—El significada para mí, lo que mamá para ti. La luz al final de ese túnel de tinieblas en nuestras mentes.

Arruga el ceño sin quitar sus ojos de los míos, al tiempo que alza mi mentón con sus nudillos. No podría describir la mirada en sus ojos, la forma en la que me ve con nostalgia, amor y melancolía. Poco a poco una leve sonrisa se forma en la comisura de sus labios, que se inclinan a un lado en una breve sonrisa de lado.

—Has crecido...—susurra acariciando mi rostro—mi pequeña ha madurado, y ya no es una niña.

—Siempre seré tu niña papá. —Respondo observando como sus ojos se empañan.

—¿Lo amas de verdad?

—Con todo mi corazón.

—¿Y el...

—Lo hace. También me ama —Asiento.

Exhala y deja caer sus hombros con pesadez, luego besa mi cabeza, y pega su frente a la mía, antes de suspirar y abrazarme con fuerza, en un abrazo apretado.

—Si a pesar de todo, te hace tan feliz, supongo que no puedo matarlo entonces. —Murmura entre dientes sobre mi cabeza y acomodo mi rostro en su pecho.

—De hecho, apreciaría el que siguiera respirando. —Respondo y siento como su pecho se sacude cuando se ríe.

—Definitivamente eres mi hija.

—Y nunca hubiese deseado que fuese de otra forma. Tengo al mejor papá de todos.

—¡Dios! Tienes que probar estás galletas—Aparece Salvatore, que no deja de tragar sin masticar una enorme galleta de chispas.

—Esta mujer cocina genial, saben exactamente como las de mamá. —Señala también mi hermano antes de darle otra mordida a su galleta.

—¿De dónde sacaste eso?—Señalo y se encoge de hombros.

—Ese hijo de perra es un maldito, pero su mamá es agradable. ¿Sabías que conoce al tío Matt?

—¿Y tú cuándo llegaste? —Me volteo hacia Salvatore que hace un gesto despreocupado con la mano y enarco una ceja viendo como se llena la boca con las galletas que sostiene en ambas manos.

Papá se toma el puente de la nariz y por mi parte desplazo la mirada entra los dos hombres que ahora parecen dos niños muertos de hambre, peleado por una gallina que Caín le quita de la mano a mi primo.

—¡Salvatore! ¿Dónde demonios te habías metido? —indaga papá logrando que mi primo está vez preste atención cuando Caín le da un golpe en la parte trasera de la cabeza.

—Oh... si... eso. Acabo de llegar, hace rato hablé con mamá y le dije que habíamos encontrado a Sarah y que pronto estaría nuevamente en casa, así que me pidió que le llevará algunas cosas.

—Mientras nosotros casi asesinamos a Ivanov, tu... ¿fuiste de compras?—Lo acusa papá, pero Salva ignora el tono de voz molesto, en cambio asiente sin dejar de masticar lo que tiene en la boca.

—De hecho, creo que ya es hora de que nos larguemos, por el movimiento de hombres que hay abajo, asumo que algo ha pasado, el Pakhan parece que tiene trabajo.

Papá junta el ceño y se voltea acercándose a la ventana, lo sigo y miro en la misma dirección que el, el corazón se me acelera cuando veo las camionetas a las cuales varios hombres armados se suben.

—Sasha...

Mi voz es casi un hilo cuando soy un paso atrás y papá me mira. Ha pasado un largo rato desde que se marcho con su amigo. Dijo que tenía trabajo y...

—¡Sarah espera!

La voz de papá tras mi espalda se pierde cuando salgo corriendo de la habitación en busca del papá o la mamá de Sasha, pero no encuentro a nadie. Recorro los pasillos y bajo las escaleras a toda prisa hasta que me detengo frente a la gran puerta de madera del despacho, ni siquiera me molestó en golpear, simplemente empujó la puerta con el peso de mi cuerpo y cuando esta cede me paralizó observando a la mujer que llora sentada en el sofá, mientras el padre de Sasha saca un montón de armas de una caja y se las ajusta en el cinturón.

—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Sasha?

El Pakhan voltea hacia mi y sus ojos azules que me recuerdan a los de su hijo se posan en mi rostro. Con la manga de la chaqueta de papá me quito las lágrimas calientes de la cara y vuelvo a mirar a la mamá de Sasha.

—Por favor...

—No lo sabemos con exactitud pequeña, pero uno de nuestros hombres nos acaba de decir que en el lugar al que fue Sasha y Lev, ha habido una explosión y... no podemos contactarnos con los muchachos. Micky va por ellos.

Mi corazón da un brinco y por un momento la bilis del estómago me sube por la garganta, la habitación se mueve y el piso bajo mis pies se sacude, obligándome a dar un paso atrás, hasta que alguien me sostiene de los brazos cuando mi espalda golpea contra algo firme.

—Voy contigo.

La voz del hombre tras mi espalda me hace girar el rostro sobre mi hombro para mirar a papá que baja la mirada hacia mi un momento, antes de volverla hacia el Pakhan.

—Rinaldi, si esto es una especie de trampa para liquidar a mi muchacho...

—No lo es.

—¿No? No soy idiota ¿Ahora te importa mi hijo?

—De hecho me importa un carajo y desearía poder cortarle el cuello como a un jodido animal y sentarme a ver cómo se desangra, pero a ella si le importa—papá apoya la palma de su manos sobre mi cabeza mientras me apartó más lágrimas de los ojos—Y nunca me ha gustado verla llorar.

El Pakhan nos observa un instante al igual que la mamá de Sasha que ahoga un sollozo, el padre de Sasha asiente y volteo sobre mi hombro para observar nuevamente al hombre tras de mi. Sus ojos iguales a los míos me observan con tanto amor que no hay palabras para describirlo. Mi hermano y Salvatore aparecen uno a cada lado de papá y está vez no hay rastro de burla o de bromas en ellos. En cambio sus miradas parecen sombrías y sus posturas denotan que como siempre, están con papá en esto.

✨ Estamos a dos capítulos del final 🥹🥹

✨Mi Sebas al fin comprendió a Sarah... 🥹

✨ Los Rinaldi en una casi guerra con los Ivanov y Salvatore de compras para su mamá. 🤣🤣

✨ Las dos familias unidas para apoyar a sus retoños. 🥹 En fin... Mi Sebas es de otro nivel. 😍 Todo por su niña.
SI ENCUENTRAN MUCHOS ERRORES PERDONEN NIÑAS ES QUE SI NO NO LLEGABA CON LA HORA ASI QUE SOLO LO RELEI UNA VEZ 😬 MAÑANA LO CORRIJO.

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