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Capitulo 38

Capitulo 38


Sarah:

Los brazos de papá me estrujan y pese a que me asfixia correspondo rodeando su cintura con mis brazos. Su calor me invade y suspiro sin poder contener el sollozo que se me escapa de los labios cuando siento el aroma de su perfume. Dios... no tenía idea de lo mucho que los extrañaba.

—Mi pequeña...

No me suelta ni yo me apartó, simplemente dejo que me estruje como quiere mientras acaricia y besa mi cabeza una y otra vez.

—También te eche mucho de menos papá.

Mis palabras hacen que me abrace con mas fuerza, reduciéndome al tamaño de una pulga, cuando me presiona contra su pecho, como si intentará protegerme del mundo, metiéndome dentro de su corazón.

—¿Te encuentras bien? ¿Te has hecho daño? —Se corta tomándome de los hombros para mirarme de pies a cabeza—Ese niño te ha...

—Tranquilo. Estoy bien. No es lo que piensas.

—Hablaremos de eso después. Ahora lo importante es que tú estés bien.

—Lo estoy. Lo prometo.

Arruga el ceño y tras observarme por unos instantes deja salir un pesado suspiro y vuelve a jalarme contra su pecho para abrazarme. Por el rabillo del ojo veo a Caín que también se acerca sonriendo de lado sin quitar sus ojos de nosotros.

—Nos has asustado enana.

Despeina mi cabello cuando papá me libera y con el dorso de mi mano me apartó las tontas lágrimas que me corren por las mejillas, antes de abrazar a mi hermano que abre los brazos para recibirme.

—Estoy bien. De verdad lo estoy. —Les aseguro mientras sobó mi nariz.

Papá se quita la chaqueta y la coloca sobre mis hombros envolviendo con ella por encima de la tela de la playera que llevo puesta. Aún estoy temblando de frío y las palmas de mis manos arden como el infierno, lo que hace que las extienda hacia adelante para examinar las heridas de quemaduras en ellas.

—El hielo te ha quemado... —Caín toma mi muñeca observando mi mano y la apartó para no preocuparlos más.

—No es nada. Estaré bien.

Alguien carraspea tras mi espalda y me giro para ver a Sasha que nos observa sosteniendo un pequeño kit de primeros auxilios en su mano.

—Déjame verte...

—Ni siquiera se te ocurra acercarte. ¡Todo esto es tu culpa! —Le acusa papá que se interpone pero lo rebasó colocándome en medio.

—No lo es, por favor cálmate.—Pido—El no me ha hecho, daño ni lo hará. —Le aclaro y por un momento siento que no me ha escuchado cuando no se mueve y observa a Sasha como si quisiera romperle el cuello.

—Papá... por favor.

Insisto hasta que aparta los ojos iracundos de Sasha y los posa en mi está vez. Caín no dice ni hace nada. En cambio apoya la mano en el hombro de papá que suspira y me palmea la cabeza como si fuese una niña pequeña antes de hacerse a un lado, dándole acceso a Sasha que no tarda en acercarse y tomar mis muñecas observando las palmas de mis manos.

Todos los demás se alejan aún sin quitarnos los ojos de encima a Sasha y a mi que tomo asiento en el sofá justo tras de mi, cuando el ruso hace un gesto con el mentón sin soltar mi muñeca. Luego se sienta a mi lado y fijo la mirada en sus manos que tiemblan mientras saca los antisépticos y algunas vendas del kit de emergencia. La camisa negra que lleva puesta está empapada, y rasgada en el hombro dejando ver la herida que tiene y desde su pecho en medio de los botones que le faltan a la tela, puedo ver la venda que cubre la otra herida de bala no cicatrizada. La tela amarilla también está manchada de sangre. El cabello empapado gotea sobre su cara y trato de apartarlo pero toma mi mano y niega sacudiendo la cabeza.

—Estoy bien. Solo... no te muevas o te harás daño.

No respondo y por un momento el lugar parece vacío, como si solo estuviésemos el y yo. El silencio inunda toda la habitación, y pese a que no me mira, siento la tensión y la preocupación en cada toque de sus dedos cuando limpia las quemaduras en mi piel. Lo que no logro descifrar, es si, su preocupación es por las quemaduras de mis manos o por otra cosa.

Suspiro e inclino la cabeza observando al hombre que con extrema delicadeza envuelve las vendas alrededor de la palmas quemadas de mis manos. Su ceño está fruncido observando las heridas ahora cubiertas por las gasas y busco sus ojos al percatarme de que no me sostiene la mirada. Es más ni siquiera hace contacto visual conmigo.

—Gracias por salvarme.—Susurro acariciando su mejilla con los nudillos que aún se sienten entumecidos por el frio.

No responde, pero en cambio acaricia mi mejilla con sus dedos, y está vez foja su mirada en la mía, y sin quitar sus ojos de los míos suspira. El ambiente se vuelve pesado y extraño de pronto, está justo frente a mi pero lo siento lejano, incluso cuando Ambos nos sostenemos la mirada hasta que es el quien deja salir un bufido antes de que al fin me jale hacia el y me estreche entre sus brazos en un cálido abrazo apretado. Sus labios besan mi cabeza y luego recuesta su mentón sobre mi coronilla apretándome entre sus brazos llenándome de su calor.

—Ni siquiera recuerdo la última vez que estuve tan jodidamente asustado.—Susurra solo para nosotros —No vuelvas a hacer algo como eso. No vuelvas a asustarme así.

Mis labios forman una leve sonrisa ante el comentario pero en lugar de responder me limito a rodear su cintura con mis brazos acurrucándome en su pecho.

—No lo hare. Es solo que los escuché hablando y yo...

—¿Escuchaste? ¿Qué escuchaste?—Pregunta y toma mi mentón para que lo mire, y cuando desvió la mirada a mi padre y al Pakhan que nos observan desde la distancia Sasha sigue el recorrido de mis ojos antes de volver a mirarme enmarcando mi rostro con sus manos.

—Soy incapaz de hacerlo, o permitir que alguien haga algo que pueda causarte dolor Freya...

—Pero tu papá dijo que era el o tu y...

Sus labios acallan mis palabras, cuando deja un corto y suave beso sobre ellos, sin importar las miradas de las personas a nuestro alrededor. Su frente se pega a la mía y suspira con los ojos cerrados aún sosteniendo mi rostro.

—¡Nunca! Nunca podría hacerte algo así Sarah... nadie va a matar a tu papá, aunque a juzgar por la forma en la que me observa, no estoy seguro de que el piense lo mismo de mi.

Por el rabillo del ojo veo a papá que nos observa con los brazos cruzados sobre el pecho, mientras Caín le murmura algo logrando que le de una de esas clásicas miradas asesinas que le borran la sonrisa del rostro a mi hermano de inmediato. Y a juzgar por la tensión de las personas que nos rodean, presiento que tendré que apresurarme a tener una charla con papá y Caín. Ellos deben saber sobre mis sentimientos hacia Sasha y si me aman respetarán la decisión que he tomado.

—Solo dale tiempo. —Susurro— Créeme, el entenderá.

Sonrió cuando no me responde y está vez soy yo quien rodea los hombros de Sasha con los brazos y beso suavemente sus labios, dejando en claro mi punto.

***


Sasha:

Termino de ajustar las vendas en las manos de Sarah, que gracias al cielo no se han dañado de gravedad. Solo tiene algunas quemaduras en las palmas y entre los dedos, pero podría haber sido peor. Las lesiones por quemaduras con hielo pueden llegar a arder tanto como quemarse con el mismo fuego.

—¿Quién demonios habla?

La voz del Pakhan truena en la habitación, haciendo que me voltee, juntando el ceño mientras me pongo de pie al ver los músculos tensos de sus brazos y la forma en como presiona el teléfono en su oído.

—Si le pusiste una mano encima voy a...

Se calla de golpe enderezando la espalda y mamá se acerca de inmediato sacando su teléfono celular para marcar un numero mientras maldice cuando aparentemente no responden.

—¿Que pasa?—Le pregunto al hombre que aprieta los dientes escuchando algo al otro lado de la línea.

—¡Púdrete hijo de puta! ¡Mientes! ¡Ella está viva, está viva hijo de perra!—Grita con furia—¡Voy a casarte y juro que te quemaré vivo hijo de puta!

El Pakhan corta la llamada y empieza a teclear en su teléfono como un loco mientras camina de un lado para el otro bajo la atenta mirada de todos los presentes, en especial el padre de Sarah que junta el ceño observando como el hombre calmado y diplomático, como el lo llamo, manda el autocontrol y la diplomacia al diablo.

—¡Dime que demonios pasa!—Bramo al ver su angustia, pero no me responde.

—¡Dios jodido cielo! Lev, es Kat. Alguien fue por...—se corta y aparta el aparato para mirarlo antes de acercarlo a su oído otra vez—¿Hola? ¿Lev? ¡Maldición!

Guarda el aparato y saca el arma de detrás de la espalda, sus hombros suben y baja con extrema violencia mientras sus ojos brillan con furia cuando da un paso hacia la salida sin decir nada. También tomo mi arma listo para seguirlo pero el sonido de las ruedas de un vehículo que derrapan fuera, lo detiene y nos hace desviar la mirada a la puerta fijando la mirada en la persona que un instante despues aparece de la nada.

Avanza con pisadas firmes, y cuando atraviesa el umbral de la entrada principal, todos, incluso Rinaldi, clavan la mirada en el, observando lo que trae en la mano.

Sin poder evitarlo sonrío y sacudo la cabeza, viendo lo que lanza en los pies del hombre que arruga las cejas mirando lo que rueda por el piso y rebota en sus zapatos.

—Lo lamento, la señal es un asco por la tormenta de nieve—explica—Pero la amenaza ha sido neutralizada Pakhan.-Señala Lev en tono de voz casual, mientras todos los presentes mantienen la mirada en la cabeza del sujeto la cual aún tiene los ojos abiertos y que acaba de lanzar a los pies del Pakhan.. Lev deja salir el humo del habano, antes de llevárselo nuevamente a la boca con las manos aún manchadas de sangre, sosteniéndole la mirada a mi padre que suspira con alivio.

—Ella...

—Esta bien. Ni siquiera lo noto. Está con la señora Anika ahora y Demian del castillo.—Explica en nuestra lengua natal, dándole una mirada fugaz a Caín y Sebastián Rinaldi, que a juzgar por su expresión no entienden nada.

—Padre.—Caín le enseña algo en el celular a su padre que arruga el entrecejo.

—¿El bastardo dijo algo?—papá patea la cabeza en el suelo y Lev asiente.

—Me dio un apellido—señala— El sujeto que está detrás del atentado a la señora Kiara, a Sasha y a Kat... se hace llamar Krill, pero dudo que ese sea su nombre real y es dueño de un club latino aquí en Moscú, pero su apellido es Montalvo.

Papá levanta la mirada y aprieta los dientes haciendo puños las manos, apretando aún la pistola, mientras que mamá se pone pálida y se deja caer sobre una silla junto a la pared.

—El... ¿papá de Will?—Murmura mamá que no deja de negar con la cabeza.

«¿Will? ¿Montalvo? ¿Quiénes diablos son esa gente?»

—Montalvo es el padre de una rata que golpeó a tu madre. —Explica papá al notar mi expresión confundida mientras desplazo la mirada a mamá que sujeta su cabeza con ambas manos sin dejar de negar repetidas veces.

—¿Y no lo mataste?

—¡Claro que lo mate! Pero...

—Dejaste vivir a su padre... —Arrugo las cejas y bufa antes de mirarme y asentir una sola vez.

—Debi hacerlo. De haberlo hecho nada de esto habría pasado. Pero voy a matarlo, está vez no tendré piedad.

—¡No! Yo voy a matarlo. —Le aclaro—esa mierda me disparó, y mando a alguien a asesinar a mi hermana, quiero su sangre en mis manos.

Las miradas no tardan en posarse sobre mi y por el rabillo del ojo veo al padre de Sarah que enarca una ceja y me observa de pies a cabeza, pese a que no dice nada.

—Sasha... no conoces al imbécil. Nunca le has visto la cara y...

—Me da igual.

Papá suspira y alza ambas manos en rendición al percatarse que no voy a desistir, luego suspira y asiente.

—Bien. Es tuyo, tráeme su maldita cabeza. —señala el piso y asiento.

—Esta bien.—Dice Sarah que se acerca hacia mi, cuando me giro para verla—Ve... yo tengo que hablar con ellos.—Señala con el mentón a los hombres que platican en privado, ajenos a nosotros.

Tomo su rostro entre mis manos y pego mi frente a la suya tomando una gran bocanada de aire. La idea de que desee irse con ellos me retuerce el pecho, pero a la vez luego de verlos y de verla a ella con ellos... creo que no sería capaz de forzarla a quedarse conmigo, si desea marcharse... no me opondré, incluso si tengo que ir con ella, porque dejarla... eso ya no es una opción. No cuando se ha convertido en el motor que hace funcionar mí oscuro corazón.

✨Mis niñas... Se acerca el final... Estamos a unos pocos capitulos 🫣

✨ ¿Será que Sarah se va o se queda? ¿Que hablarán con su papá?

✨Sasha diciendo que pese a que sería capaz de dejarla ir, el lo haría con ella, porque ella es su razón de vivir 😍

✨¿Se esperaban quien era el que estaba detrás del atentado a los Ivanov?

✨Lev siempre tan...🫦. ¿Todas nos dimos cuenta que a Lev no le agrada Caín verdad?🤣 ¿A porque será? 😅

Mis niñas no olviden seguirme en Instagram: themorganking para los adelantos, en breve cuando acabemos con esta historia empezamos con "El corazón del mafioso." 🥹 La historia de Lev y Kat.

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