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capítulo 36

Capítulo 36


Sasha:

—No voy a volver a preguntar. ¿Dónde… está?—sisea el hombre que no me quita sus ojos desiguales de encima, mientras sostiene con firmeza la pistola que apunta a mi pecho.

—Sasha…—advierte el Pakhan dando un paso hacia mi cuando alzó el mentón, sosteniendo la mirada de Rinaldi, que ahora mueve una de sus armas apuntando a la cabeza de mi padre.

—Ella está a salvo. —digo cuando lleva el dedo al gatillo y señaló el arma que sostiene apuntando al Pakhan.—Te recomiendo que bajes eso, el no tiene nada que ver en esto.

—A salvo…—repite haciendo caso omiso a mis palabras cuando da un paso al frente—eso no responde a mi pregunta.

—Pues es la respuesta que te estoy dando.

Papá se acerca sin dejar de apuntar entre Rinaldi y su hijo que mantienen sus armas apuntando hacia nosotros.

—Todo tiene una explicación Rinaldi. Deja que la niña te lo explique.

Observo de soslayo al hombre a mi lado que se mantiene firme sosteniendo la pistola, y que atrae la atención de la parca que desplaza la mirada hacia el.

—¿Explicación? ¿Crees que vine hasta aquí en busca de una explicación? ¡Me importan una mierda las jodidas explicaciones! ¡Quiero ver a mi hija! ¡Ahora! Y por el bien de este pequeño hijo de perra espero que ella esté intacta.

La orden es clara y no deja lugar a dudas. Mi mente analiza la situación a la velocidad de la luz y basándome en el giro de los acontecimientos, las opciones no son muchas. Y a decir verdad no quiero interponerme en que vea a Sarah, pero el que ella no haya bajado con este alboroto me hace dudar de que este aquí. Se que le gusta pasear por el jardín en las noches, y el hecho de que Goliath tampoco aparezca refuerzan mi teoría, pero con la intensa nevada que está cayendo fuera descartó la posibilidad. Sería una imprudencia salir en medio de una tormenta de nieve.

—¡Estoy harto!—brama Caín adelantándose a su padre mientras camina apuntándome—Voy a matarlo.
Sonrió sin apartarle la mirada desafiante, viendo como su padre se interpone echándolo hacia atrás con el brazo que le atraviesa en el pecho.

—¿Crees que estamos jugando?—sisea—¡Se me está acabando la paciencia!

—Qué curioso porque ya somos dos.—respondo y veo como el hombre a mi lado bufa como si le molestará que le responda a Rinaldi.

—¿Te parece divertido todo esto no es así?—Masculla entre dientes el padre de Sarah y fijo la mirada en como su mano empieza a apretar con fuerza la culata del arma que apunta a mi cara—¿Sabes que fue lo que hice con el último imbécil que se atrevió a tocar a un miembro de mi familia?

—Déjame adivinar… ¿Le perdonaste la vida y lo enviaste a casa con una advertencia?

Estrecha los ojos y lento da un paso hacia mi con una sonrisa lobuna tirando de sus labios, mientras deja atrás a su copia que bufa como toro embravecido aniquilándome con la mirada, en tanto su padre me asecha como un depredador a una presa, intentando intimidarme.

« Y ese es su error, porque yo no soy una presa, soy otro depredador más y ni el ni nadie me pondrán a temblar jamás.»

—¿Por qué presiento que no me respetas niño?—inclina la cabeza entre cerrando los ojos, y desvió la mirada al arma en una de sus manos cuando la baja y da otro paso hacia mi. Pero lo ignoro mientras lo observo cerrar y abrir el puño cuando su mano empieza a temblar.

—¿Enserio?—finjo asombro y está vez enfoco en sus ojos—¿Qué fue lo que me delató? ¿Mi evidente sarcasmo o la sonrisa en mi rostro?

La sonrisa desquiciada no se borra de sus labios mientras me recorre con la mirada de pies a cabeza, luego lleva la mano al bolsillo y el Pakhan a mi lado alza el mentón ajustando el agarre del arma como si estuviese listo para disparar.

—Te lo advierto Rinaldi… si intentas algo contra mi hijo voy a volarte la tapa de los sesos.

La advertencia del Pakhan logra que desvíe la mirada hacia el, al igual que el italiano que alza el mentón.

—Estabas al tanto de esto ¿no es así?—Lo señala con el cañón del arma—Rodo eso de apoyar la búsqueda de Sarah, enviar a tu hombre de confianza a llevarme al otro extremo de la ciudad… todo fue una maldita artimaña para alejarme de aquí.

—¡No es lo que crees! Sasha no ha lastimado a la chica.

—Lo creeré cuando lo vea. Y si le ha tocado un solo cabello…—Fija sus ojos en los míos—Voy a cortarte cada una de las extremidades y luego voy a matarte lentamente.

—¡Ya!—La voz femenina que proviene del umbral de la puerta del despacho nos hace voltear el rostro hacia la mujer que nos mira con expresión preocupada a todos.

—Señora, no intervenga por favor…

—Mucho cuidado con lo que va a salir de esa boca o será lo último que digas.—Advierto cuando veo al hermano de Sarah que fija la mirada en mi madre.

—¿Que? ¿Me estás amenazando pedazo de…

Las palabras quedan a medias con el estruendoso y feroz gruñido del animal que reconozco al instante y que me paraliza cuando enfoco la mirada en Goliath que aparece en la entrada principal. Está mojado y se ve nervioso mientras gira sobre sus patas llorando como un cachorro; mi ceño se junta y por reflejo observo hacia las escaleras antes de mirar nuevamente al tigre que lloriquea exaltado. Mis cejas se disparan al cielo y la temperatura de la habitación baja de golpe, helandome hasta los huesos.

—¡Mierda! Sarah…

Su nombre se escapa de mis labios llamando la atención de todos los presentes cuando salgo disparado en dirección a la salida, Goliath corre frente a mi y lo sigo sin molestarme en mirar atrás cuando veo al animal que corre desesperado con dirección al lago.

—¡No! ¡No! ¡No! ¡Mierda!

El frío azota mi cara a medida que avanzo en medio del bosque, la nieve se me pega al rostro y los músculos se me tensan a medida que avanzo desesperado por alcanzar al animal que se detiene frente al lago congelado. Camina de un lado al otro gruñendo y cuando me detengo frente a la capa de hielo congelado, fijo la mirada bajo mis pies. Recorro el lugar con la mirada buscándola, pero no logro ver nada más que nieve y hielo.

Vuelvo a ver al animal que se ve demasiado exaltado y aprieto los dientes desplazando la mirada a mi alrededor. Goliath no reaccionaria de esa forma si no fuese porque algo a ocurrido con Sarah. De pronto el animal gruñe y volteo sobre el hombro para ver a Rinaldi junto con el Pakhan que se acercan al igual que el hermano de Sarah que corren en mi dirección, desesperado vuelvo a recorrer con la mirada a mi alrededor y está vez mi atención se centra en el hueco en medio del lago donde el hielo parece haberse partido a la mitad.

—¡Sarah! —La llamo a medida que me desplazo lento por encima del hielo que cruje bajo mis pies, el tigre también intenta acercarse pero alzó la palma de la mano para que retroceda cuando el hielo empieza a crujir bajo mis pies.

—¡nazad! «atrás »

Le ordenó al animal ignorando las pisadas y las voces a mi espalda al igual que los gritos del Pakhan que me ordena que vuelva. Vuelvo a mirar en dirección al pozo a pasos de mi y el alma me vuelve al cuerpo cuando logro ver a la chica que se mantiene sujeta a un enorme trozo de hielo. El pánico brilla en sus ojos mientras se aferra con ambas manos intentando no hundirse en el agua congelada que le cubre desde encima de la cintura hacia abajo.

—¡Sarah!—La llamo y sus ojos se fijan en mi, su barbilla tiembla y alzo las manos indicándole que se calme. «Si se mueve demasiado podría perder el agarre sobre la roca congelada de la que se sostiene y se hundiría por completo.»

—Cálmate amor voy por ti ¿está bien?—asiento mientras avanzo lento sobre el hielo que cruje bajo mis pies con cada paso que doy—Solo no te muevas. Lo estás haciendo bien Freya.—Le aseguro tanteando el hielo bajo mis pies.

Asiente una vez observándome con los ojos brillosos y vuelve a aferrar sus manos en la roca que se desquebraja haciendo que por un instante se suelte antes de volver a sujetarse.

¡Maldición!

Apresuró mi andar mientras me desplazo con cuidado buscando llegar a ella, el trayecto no es tan extenso pero la adrenalina y el miedo a que ya no resista y se suelte hacen que parezcan kilómetros de distancia los que nos separan, y todo empeora  cuando el hielo empieza a romperse haciendo que visualice las manos de la mujer que se aferra al la superficie pese a que sus manos tiemblan.

—Tengo miedo.—Solloza con los labios temblorosos y morados por el frio.

Ella nunca ha venido a esta parte de la propiedad, y asumo que en medio de la oscuridad no noto hasta donde podía avanzar antes de que el hielo del lago se desquebrajara. Está empapada y varios mechones del cabello mojado le cubren el rostro.

Rinaldi grita su nombre y volteo sobre el hombro viendo como el Pakhan y Caín, sostiene al padre de Sarah para que no se meta al hielo. Ya que si lo hace, está mierda no soportará el peso, y podría romperse lo que acabaría con los tres cayendo al agua. Su hermano también la llama, pero ella no parece verlos u oírlos, en cambio sus ojos están fijos en mi que contengo el aliento con cada paso que doy temiendo que el hielo ceda y se hunda en medio del agua helada.

—Estoy aquí Freya…estoy aquí, solo un poco más, no te sueltes, quiero tus ojos en mi. No vayas a soltarte pequeña.—Digo a medida que me deslizó sobre el hielo más cerca de ella que asiente sin dejar de verme a mi en todo momento y luego el hielo que cruje bajo mi cuerpo.

Estoy a pocos pasos de alcanzarla entonces extiendo mi mano para sujetarla, pero no logro llegar a ella ya que el hielo vuelve a crujir cuando intento estirar el brazo para tomarla y el sonido es tan fuerte que bajo la mirada al lugar observando como una larga línea se marca sobre la superficie que se empieza a romper, Sarah llora y vuelvo a mirarla un instante antes de que el hielo ceda y se rompa, logrando que mi cuerpo acabe en el agua congelada.

—¡No!

El grito horrorizado de Sarah cuando soy sumergido en el agua me obliga a empujar mi cuerpo hacia arriba otra vez. El agua congelada se filtra por mi nariz y boca, trato de llegar a la superficie pero pierdo el maldito hueco por el cual he caído, la oscuridad no ayuda cuando logro llegar una enorme pared de hielo me separa de la superficie, trato de sacar la navaja de mi tobillo para romper el hielo, pero es demasiado grueso, así que empiezo a moverme tocando la superficie en busca de la salida. Con ambas manos y conteniendo la respiracion sigo tocando la capa sobre mi cabeza hasta que al fin logro sacar la cabeza a la superficie. El oxigeno vuelve a adentrarse a mis pulmones cuando tomo una gran bocanada de aire mientras veo los restos de hielo destrozado a mi alrededor.

—¡Sasha!

—Esta bien. Estoy bien, estoy bien.—Le aseguro a la mujer que suelta un fuerte sollozo cuando me ve.

Fijo mis ojos en los suyos y nado a toda velocidad ignorando el ardor en mi pecho producto del frío que se cuela hasta mis huesos. Y el que tenga dos disparos sin sanar no ayuda pero no me detengo a pensar en eso. No cuando mi mujer se congela desde quien sabe cuando en este maldito lago.

En cambio nado con todo lo que tengo hasta que logro sujetar a Sarah de la tela de su pijama hasta alcanzar su muñeca, pero aún así en medio del schock no se suelta, del trozo de hielo que debe estar quemándole las manos.

—Te tengo Freya. Confía en mí, no voy a dejarte.

Asiente y la jalo hacia mi de un tirón, deja salir un jadeo y luego se aferra a mi con ambos brazos cuando paso sus manos por encima de mi nuca. Sus ojos se fijan en mi mirándome como si me hubiese vuelto loco, cuando la arrastró conmigo a la parte más firme, donde la empujó desde la cintura hacia arriba de la plancha de hielo. Intento subir con ella pero resbalo y es ella quien sujeta mi mano intentando jalarme. Lo cual es ridículo basándome en la gravedad y en mi peso claramente mayor al suyo, pero aún así con la poca fuerza que me queda, logro tomar impulso y me arrastró sobre la superficie fría hasta que logro subir a la placa congelada que nos separa del agua. Ambos jadeamos con la respiración acelerada y ella deja salir un suspiro cargado sin quitarme los ojos de encima.  Trago saliva y aún jadeando la jaló hacia mi para arrastrarla contra mi pecho.

—Te tengo pequeña.

—Dios estaba tan aterrada cuando no te vi.

Solloza y hunde el rostro en mi pecho logrando que mi mano acaricie su cabello intentando contener el llanto que la desborda.

—Solo quería probar el agua, pero la próxima vez nademos de día Freya—Intento bromear pero no lo consigo ya que sigue llorando aferrando sus brazos alrededor de mis hombros. Suspiro y beso su cabeza mientras visualizo todo a nuestro alrededor buscando la forma de sacarnos a ambos de aquí antes de que el hielo vuelva a desquebrajarse.

—¡Oye imbécil!

Miro por encima de Sarah al hombre que se arrastra en el hielo apoyado sobre sus codos y que lanza una gruesa cuerda hacia nosotros, la cual no dudo en tomar y amarrar alrededor de mi cintura antes de abrazar a su hermana.

—Sostente—Le susurro pero no responde lo cual me hace levantar su barbilla para ver sus ojos oscuros y perdidos.

—Sarah…

No responde en cambio su cabeza cae y su frente se pega a mi pecho. Rinaldi y el Pakhan jalan de la cuerda y apartó la mirada de la mujer en mis brazos, impulsándome hacia los hombres que jalan la gruesa cuerda para sacarnos a ambos de aquí.

✨ Ay ¿será que ya quedó todo por la paz?

✨ Sebas y Cain quieren matar a Sasha pero el fue el primero en lanzarse tras Sarah sin dudar un segundo.🥹

✨ Mi niña se asustó cuando no veía a Sasha salir a la superficie. 😭

No sé olviden de seguirme en mi Instagram: themorganking  para spoilers del próximo capitulo. Estamos llegando al final de esta historia. Les pido perdón por la tardanza pero son los últimos capitulos y quiero que el final sea el que los personajes y ustedes se merecen después de acompañarme hasta aquí. 🥰

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