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CAPÍTULO 21

CAPÍTULO 21.


Sasha:

—Sasha... ¿Por qué estoy viendo un bello ángel de cabello dorado con la palabra peligro estampada en la frente en tu casa?—Pregunta mamá, que no aparta los ojos de la chica que se mantienen paralizada un paso detrás de mí.

—Madre...

—No. No, no, no.—Se lleva ambas manos a la cabeza dando vueltas en su sitio—Esto tiene que ser una broma, tu no has hecho esta locura.

—¿Vas a delatarme?—La corto y se detiene abruptamente, mirándome como si me hubiese vuelto loco.

Sostengo su mirada, detallando la decepción en ella, cuando me mira. Suspira y cierra los ojos un instante, inclinando el rostro al cielo, como si buscará consejo divino antes de dejar salir un bufido y una risa sin gracia mientras niega con la cabeza.

—Has perdido la cabeza. ¿Es eso?¿Te has vuelto loco?¿Sabes acaso lo que provocaste con esto? Tu padre esta en Nueva York justo ahora, acabo de hablar con el. ¿y sabes que fue lo que me dijo?—Alza ambas cejas con molestia-¡Que el padre de esta niña, esta desesperado buscándola, su familia y un rastreador vienen para acá Sasha! ¡Un jodido rastreador!

Mi ceño se junta y enderezó la espalda repasando en mi mente lo que acaba de decir. No he dejado rastro, no he dejado pistas o testigos. ¿Entonces porque demonios vienen aquí? Y peor aún si Caín Rinaldi viene con ellos, tendré que tomar medidas más severas, el maldito es uno de los mejores rastreadores, casi igual de bueno que yo. Tengo entendido que cuando Rinaldi quiere encontrar a alguien para ajustar cuentas y no quiere perder tiempo, es a el a quien envía, al igual que en la Bratva el Pakhan me envía a mi. Lo que quiere decir que si ese imbécil sospecha de mi, incluso con todas las medidas que he tomado para evitar ser rastreado, las posibilidades de que la mala copia de Rinaldi, logre dar con el paradero de Sarah, aumentan de cero a un cuarenta porciento.

Desplazo la mirada a Sarah que se mantiene en silencio, y apretando la mandíbula, vuelvo a mirar a la mujer frente a mí.

«No, no voy a dejar que se la lleven. Ella es mía, me pertenece a mi.»

—Eso no me importa. No van a encontrarla. —Farfullo con dientes apretados y endereza la espalda, mirándome con sorpresa, como si no creyera lo que acabo de decir.

—¡Dios santo! Esto es un desastre y ahora me has hecho cómplice de esta locura...

—No tienes que serlo, anda ve y delátame madre—Señalo la puerta—no voy a juzgarte, ni a molestarme contigo, lo entiendo, pero nada hará que cambie de opinión.

Ella desplaza la mirada de hito en hito entre Sarah y yo, y sigo el recorrido de sus ojos, en el cual por un instante, también junto el ceño al notar la mirada curiosa de Sarah puesta sobre mi, pero vuelvo la atención a la mujer que acaba de descubrirme, mientras la veo tomarse el puente de la nariz y suspirar.

—¿Recuerdas que una vez te dije, que pasara lo que pasara, siempre podrías contar conmigo?

Asiento y el recuerdo de un Sasha de nueve años sentado en la cama junto a las maletas de mamá, me invade de pronto, pero parpadeo alejando las imágenes del pasado, enfocando los ojos en la mirada abatida en el rostro de mi madre.

—Mantengo mi palabra.—Asiente—Sabes que nunca podría hacerte eso, jamás podría traicionarte, y tampoco voy a dejar que mueras por esto. Asi no se hacen las cosas, no está bien y lo sabes.

—¿Qué se supone que quiere decir eso?—Junto el ceño y por la expresión en su rostro presiento que no me gustará lo que viene a continuación.

—Te daré una hora para que la niña empaque, yo misma me encargaré de que llegue sana y salva a su casa.

—¡No!—Gruño apretando los dientes, intentando no verla a los ojos, apartando la mirada hacia otro lado—Ella no se ira a ningún lado.

—Sasha...

—¡No! ¡No voy a dejarla ir!—Bramo y esta vez mis ojos encuentran los suyos.

—¡Y yo no voy a permitir que te asesinen por esto!—Responde con seguridad fijando sus ojos ahora mas oscuros en los míos, haciendo que me paralice un instante, cuando me recuerda el porque la acepte en un principio como mi madre.

Su deseo por protegerme siempre ha sobre pasado sus propios límites, y aunque la amo y la respeto, en ocasiones se olvida que ya no necesito que me protejan.

—Si tengo que morir para que sea mía, y tenerla a mi lado, moriré. ¡Pero no voy a dejarla ir nunca! Y si el precio ha pagar es la muerte, entonces estoy dispuesto a pagarlo.

La mirada fulminante de mamá no se aparta de la mía, hasta que suspira y se pasa las palmas de sus manos por el cabello, mientras empieza a caminar de aquí para allá, no me responde pero maldice y la escucho murmurar una tonelada de obscenidades en su lengua.

—Si mueres no tendrás nada Sasha—.Refuta con frustración.

—Aun asi habrá valido la pena.

—Cariño... Entra en razón por favor, imagina que fuese Kat a quien se hubiesen llevado, por dios hijo, su familia está sufriendo y estoy segura de que ella tampoco desea estar aquí lejos de sus seres queridos. Deja que se marche.

—¿Y quien dice que ella quiere marcharse?

—Sasha, escucha a tu madre—. La voz trémula de Sarah se pronunciada tras mi espalda, mandando a la mierda mi argumento.

Mamá y yo nos volteamos al mismo tiempo, observando a la chica que se abraza a sí misma, pero que me mira directamente a los ojos.

—¡Ve a tu habitación Sarah!—Ordeno y junta el ceño, pero no se mueve ni un solo paso—¡Que te vayas a la jodida habitación ahora!—Mi voz truena en la habitación haciendo que se estremezca.

Los ojos se le llenan de lagrimas, y de pronto me siento la peor porquería del mundo, mientras me maldigo internamente por haberle gritado. Pero como es ella, y no deja de sorprenderme, eleva el mentón orgullosa atravesándome con esa mirada salvaje que sale a la superficie cuando se enoja. Porque cuando Sarah Rinaldi se molesta, los Ángeles tiemblan y los demonios se arrodillan.

—¡Vete a la mierda Ivanov! Haz lo que quieras, pero ella tiene razón, si Caín y Papá vienen por mi, no tardaran en encontrarme y créeme que nada de esto habrá valido la pena.—Gruñe antes de pasar a toda prisa a mi lado hecha una fiera con dirección a las escaleras, dejándome a solas con la mujer que no me quita la mirada de encima.

—Entonces... ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estas aquí madre?

—¿Eso es todo? ¿Fingiremos que no la vi? ¿Qué nada de esto, está pasando?

—Por mi esta bien—.Me encojo de hombros y ella se acerca quitándome de la bica el cigarrillo que me llevó a los labios y lanzándolo al otro lado de la habitación antes de romperlo en dos.

—Sabes que odio que hagas eso. Y referente a este... asunto. Te daré una semana Sasha... una semana para que seas tu el que arregle esto, o me veré en la obligación de hablarlo con Mikhael, sabes que en nuestra familia nunca han habido secretos.

No respondo porque mi respuesta se que no le va a gustar, así que simplemente, y consiente de que no va a delatarme, al menos por ahora, me limito dejarme caer en el sofá frente a ella.

—¿Y bien madre? Mencionaste algo de Kat. ¿Qué pasa con mi hermana? ¿Ella está bien?

La mención de mi hermanita pequeña paraliza a mamá, que se pone pálida de pronto logrando que de inmediato me ponga de pie y me acerque cuando siento que va a desmayarse.

—¿¡Madre!?

—Estoy bien—.Responde y apoya su mano sobre  la mía, que le sujeta el brazo por el codo.

—¿Qué pasa?

—Fuimos de compras al centro comercial, Dimitri nos llevó, junto con dos escoltas—Hace una pausa blanqueando los ojos—Sabes como es tu padre con la seguridad, y normalmente me quejaría, pero basándome en lo que paso agradezco que sea tan insistente.

—¿De que demonios estás hablando madre?

—Alguien amenazo a Kat cuando entro a uno de los baños de mujeres, estábamos en una tienda, la perdí de vista un momento y cuando al fin la encontré en el baño de chicas estaba pálida, y temblando. No la hirieron pero si se asusto.

Mi ceño se junta, mientras la sangre comienza a hervirme como un maldito volcán a punto de hacer erupción.

—¿Ella esta bien? ¿Y tu?

—Estamos bien cariño, aunque Kat esta bastante asustada. No ha salido de la habitación desde que llegamos a la mansión, tu padre aun no ha llegado, pero esta al tanto de la situación al igual que Lev, que esta con el, Mikhael creyó prudente que hable contigo para que estés alerta por si acaso.—Explica y me extiende una nota.

—Eso es lo que le entregaron a Kat.

Separo el papel que desenvuelvo y leo la nota escrita con computadora en letras rojas.

"Ojo por ojo Ivanov, esto recién empieza."

Por un momento la idea de que esto esté relacionado con los Rinaldi cruza mi mente, pero esparto la posibilidad de inmediato. No tendría sentido el hecho que estén con mi padre justo ahora y al mismo tiempo nos ataquen. Además Rinaldi no es de ese tipo, debo reconocerle eso al jodido loco, no involucra a las familias cuando tiene un problema, por lo cual si se tratara de que me han descubierto no buscaría dañar a una niña inocente como Kat o a mamá, vendría directamente por mi.

—Me hare cargo madre. No te preocupes, y en cuanto de con el responsable de atentar contra ustedes voy a arrancarle las tripas con la mano. Lo juro. —Asiento y medio me sonríe mientras acric8a mi rostro con ternura.

Eso es algo que me ha sorprendido siempre de mamá, pese a conocer lo oscuro que puedo llega r a ser jamás me ha temido o me ha visto como un monstruo. Para ella siempre he sido su niño travieso, su pequeño demonio como ella me llama.


***


Azoto la puerta de la habitación cuando doy un paso dentro encontrando a Sarah de espaldas a mi, observando por la ventana la nieve que se amontona en el jardín. No voltea un me mira, ni siquiera cuando avanzo a grandes zancadas hacia ella.

—¡Lárgate que no quiero verte!

Su voz es furia pura, pero aun asi no voltea, así que tomo su brazo y pese a que intenta zafarse y empujarme la volteo de golpe, empujando su espalda contra la pared y acorralo su cuerpo con el mio.

—¡Quítate demente maniático!—Me empuja y mis dedos se enroscar en su garganta, haciéndola gemir cuando presiono su cuello y separa los labios, calentando los míos con su aliento.

—Ese fue un buen intento—Admito—manipular la situación para que mi madre te saque de aquí.

Fija sus ojos en los míos y he de admitir que la furia en sus ojos, solo logra endir3cerme al instante.

—El único manipulador aquí eres tu, estás arriesgando tu vida por alguien a quien no le provocas más que repudio. —Escupe mi rostro con rabia y debo admitir que la acción me desestabiliza un instante, ya que me toma por sorpresa, pero en lugar de molestarme o apartarme, limpio con mi mano libre su saliva y luego le enseño los dedos que me llevó a la boca saboreándola en ellos.

—Estas loco...—Susurra haciendo que sonría y asienta.

—Lo estoy, pero admite que esto te calienta pequeña Sarah...—Niega con la cabeza y pasa saliva cuando mi mano se desliza por su muslo, subiendo lento por el hasta meterme en medio de sus piernas y deslizar mis dedos entre su ropa interior. Se remueve un momento, pero en cuanto mis dedos acarician el borde de sus bragas empapadas, jadea y cierra los ojos afirmando sus uñas en mis hombros cuando se agarra con firmeza de ellos.

—Admítelo pequeña... te calienta el sentir como te domino, como puedo hacer contigo lo que me plazca, como justo ahora y que aun asi, teniendo todo ese control sobre ti, pueda controlarme pensé a que tu ya no logras hacerlo.

Deslizo suavemente dos dedos recorriendo sus pliegues, sus extinción es notoria, esta empapando mis dedos, sus muslos se aprietan, si respiración se agita y su pecho sube y baja con desespero.

—Te equivocas—Jadea con ojos cerrados y voz trémula —yo... no te deseo.

Su resistencia es increíblemente sorprendente, pero lo es aún más su desfachatez al negarme lo obvio frente a lo evidente cuando la siento apretarse entre mis dedos que rozan ahora la carne sensible de su clítoris, mientras con mis labios recorro su cuello, mordiendo el lóbulo d eso oreja en donde le Susurro.

—No intentes engañarte... ni engañarme.—Susurro y jalo la carne de su oreja mientras dibujo círculos en su clítoris palpitante haciendo que se estremezca—Solo ve como estas... estas chorreando por mi. Pero admiro tu determinación, porque aunque quieres que te abra de piernas y me sumerja en tu dulce y apretado coño, y aun cuando goteas sobre mis dedos, tienes el tupé de negarlo en mi cara.

—Yo...

—¿Tu que Sarah..? —La provoco presionando su centro y mordiendo con suavidad su cuello.

—Dios...

—Cerca pequeña... pero el del infierno.

Mi mano sigue jugando con su coño, hasta que me atrevo a deslizar un dedo dentro de ella, la sensación cálida de sus paredes húmedas apretando mi dedo, envían descargas de adrenalina a todo mi cuerpo, especialmente a mi polla que se sacude ansiosa por follar el apretado y cálido coño de la chica que gime mientras la penetrante con mis dedos u a y otra vez sin dejar de masajearle su punto más sensible. Su espalda se arquea y separo más sus piernas con mi rodilla, libero su garganta y sin poder resistir me dejó caer de rodillas frente a ella, tomó su pierna y la coloco sobre mi hombro, sus ojos salvajes se clavan en los míos y casi Protesta cuando quito mis dedos y levanto la larga tela de su falda de hada, relato mis labios y sonrió al ver el brillo de extinción en sus iris, y con la necesidad latente de obtener más de ella, me sumerjo entre sus piernas, ella pega la cabeza contra la pared y sujeta mi cabello, su coño se apreta en mi boca y un gemido se le escapa cuando do mi lengua da el primer lametón, con el cual arrastro toda la excitación que chorreaba de ella.

Podría follármela ahora mismo, empujar mi polla dentro de ella y saciarme por completo, «al menos por hoy.» Pero aun no creo que este lista para lidiar con algo así, y después de todo, no quiero presionarla, eso no sería propio de un caballero; así que conformaré con chupar y saborear su coño y degustarme con cada gota del orgasmo cuando se corra en mi boca. Sigo latiendo y chupando, sus gemidos toman la habitación y mi nombre sale de sus labios incansables veces.

—No pares por favor—Pide y sonrió aumentando la velocidad de las embestidas de mi lengua en su clítoris hinchado.

El ego se me sube por las nubes al sentir como gime y jadea mientras la devoro como nunca nadie lo ha hecho. Y cundo sus piernas se aprietan, vuelvo a separarlas ajustando mi mano en su muslo, mientras aceleró los movimientos de mi lengua, su cuerpo tiembla su respiración esta descontrolada al igual que la mía y siento el momento exacto en el que se estremece y acaba por correr se en mi boca.

Lamo los restos de su excitación de mis labios, y beso la parte interna de su muslo, antes de apartarme y ponerme de pie. Acomodo la falda de su vestido, y sin borrar la sonrisa del rostro, y con la mirada aun fija en sus ojos salvajes, deslizo mi pulgar por la comisura de mis labios antes de llevárselos a la boca.

—Deliciosa mi dulce Freya...—Digo antes de jalarla de la cintura y estrellar mis labios en los suyos, haciendo que se prueba a su misma en ellos. Le devoro la boca como un demente y luego me aparto tomando distancia.

—Bien, si ya no me necesitas pequeña... tengo un cadaver andante que encontrar. Y enserio espero que reconsideres la idea de quedarte a mi lado cuando mamá vuelva a preguntar; porque, créeme que lo hará y sería de mucha utilidad que no le hagas ver tu... repudio hacia mi.—Acentuó la palabra, antes de dejar salir una risa arrogante. Y sin más, volteo y me obligo a salir de la habitación, llevándome conmigo el recuerdo de la mirada empañada con deseo de Sarah.

Su boca puede parlotear todo lo que quiera, pero su cuerpo y sus ojos, no mienten. Ella es más mía de lo que está dispuesta a aceptar, pero aun asi, eso no cambia el hecho de que me pertenece. Cada parte de ella lo hace.

Niñas bellas, pido disculpas si estoy algo atrasada con las actualizaciones. ESTOY EN LA ETAPA FINAL DEL SEMETRE EN LA UNIVERSIDAD Y ¡¡UFF!! NO HE PARADO.

De todas formas trate de hacerme.un tiempo para subirles un capítulo más, Sarah y sasha se van acercando... a Sarah le cuesta admitir que se siente atraída por Sasha pero ahora, ya no habrá forma de engarlo. Por otro lado sasha sigue firme en su postura de no liberar a Sarah...

✨️ Ay ¿Quién habrá atacado a Kat y Kiara?

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