CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 12
Sasha:
Sonrió observando la espalda de Sarah mientras se aleja perdiéndose entre los árboles. Es tan jodidamente impredecible esa pequeña embustera. Ella cree que solo es un peligro cuando sufre una de esas "crisis," como ella las llama; pero de lo que no se da cuenta es de que, al menos para mi, es igual de peligrosa en su estado natural, como lo es en su estado psicótico. He aquí la prueba.
Me confíe, baje la guardia y me engaño. Nadie a logrado hacer eso antes, y no lo han logrado, por el simple hecho de que jamás me permito subestimar a nadie, pero admito que en lugar de molestarme, el hecho de que se vuelva asi de salvaje e insolente, solo ha logrado despertar mi instinto depredador, haciendo que me ponga duro como una maldita roca ante la idea de cazarla. Y estoy completamente seguro de que eso no tiene nada que ver con que no he probado un jodido coño, desde el día en que mis ojos se posaron en los de la mujer que acaba de mandarme al diablo, antes de sumirse en la oscuridad de los arboles.
Suspiro mientras comienzo a caminar lento tras ella; Y silbando, con una mano dentro de mi bolsillo, me sumerjo en la penumbra del bosque, tecleando en el celular que saco de la chaqueta, el código que activa el dispositivo de rastreo del collar que muy amablemente me facilito el padre de Sarah y que he hackeado solo para mi beneficio. Te lo dije pequeña Sarah, puedes correr todo lo que quieras, pero siempre iré por ti.
El punto rojo que marca la pantalla me dice que la pequeña escurridiza esta a tan solo cien metros de distancia, es rápida debo admitir, así que apresuró el paso para alcanzarla antes de que pueda hacerse daño. La montaña es peligrosa, sobre todo en la noche. La única razón por la que la traje aquí, fue porque quería enseñarle la cascada, ese lugar es especial para mí y quería que lo conociera, sobre todo quería enseñarle lo que hay detrás de ella. Pero aunque este sitio es hermoso, también puede ser peligroso, especialmente en las noches cuando los animales salvajes merodean los alrededores. Este es un sitio donde no se permite la caza, por lo cual hay todo tipo de especies salvajes vagando libres por todos lados, por lo mismo no me detengo a prestar atención ni a acojonarme por el aullido de los lobos en la lejanía, porque por muy plagado de depredadores que este esta montaña boscosa, yo sigo siendo el depredador más peligroso de todos.
Mis pies se clavan en el suelo cuando el fuerte sonido de un disparo hace eco en algún lugar del bosque, mi ceño se junta y cuando vuelven a disparar, enfoco la mirada al frente. Los disparos provienen de la misma zona en la que se supone está Sarah. Vuelvo la mirada al aparato en mi mano corroborando que efectivamente estoy en lo correcto y apresuro el paso.
Si encontró personas probablemente les ha pedido ayuda para salir de la montaña; lo cual es malo para ellos, porque quien se atreva a intentar alejarla de mi morirá.
Sigo abriéndome paso entre los árboles, acercándome hacia donde me indica el dispositivo, el sonido de voces me hacen detenerme tras un árbol, pegando la espalda en el tronco, antes de echar una ojeada al improvisado campamento frente a mí. Dos hombres están sentados alrededor de una fogata bebiendo del pico de una botella, mientras se ríen. A deducir por sus atuendos, los rifles de caza en el suelo a cada lado de ellos, y los dos lobos albinos con un balazo en la cabeza tirados junto a la fogata, asumo que son cazadores. «Clandestinos claro. » Esta es un área protegida y la caza esta prohibida.
« ¡Malditos hijos de perra! »
Sigo desplazando la mirada por el campamento y me detengo en una gran carpa al otro extremo, estrecho los ojos y luego miró el punto en el celular. Sarah está aquí. Si antes pensaba matarlos por lo de los lobos, ahora lamentarán el día que sus madres se abrieron de piernas para traer al mundo semejantes mierdas.
—Mne nuzhno v tualet, ne pey moyu vodku. «Necesito orinar, no te bebas mi Vodka.»
Enfoco toda mi atencion en el hombre que se pone de pie y tras dejar la botella en el suelo, camina en dirección contraria metiéndose entre los arboles.
Guardo el celular en mi bolsillo y saco la daga de mi pantalón, mientras me muevo con el sigilo de un gato, entre los árboles, siguiendo a mi presa. La penumbra es mi aliada a la hora de camuflarme y ni siquiera me escucha llegar, cuando me detengo justo detrás del infeliz que tiene las manos muy ocupadas sosteniéndose la polla, tira la cabeza para atrás y suelta un gruñido de alivio, mientras vacía su vejiga, completamente indiferente a la amenaza que se acerca tras su espalda. Con mi brazo le rodeo desde atrás el cuello, afirmándolo contra mi pecho y rápidamente entierro la hoja de mi cuchillo en su garganta una y otra vez hasta que la sangre me empapa la mano cuando le atravieso, justo la yugular. Empujo el cuerpo sin vida a un lado y suspiro mirando al cielo.
«Si... extrañaba esto. »
Volteo sobre mis talones y vuelvo al campamento, el otro tipo sigue de espaldas sentando frente al fuego y suspiro aburrido. «Esto no es ningún reto para mí.» En este caso opto por romperle el cuello rápido, cuando el grito de Sarah me sobresalta haciendo que clave los ojos en la carpa frente a mí. Empujo el otro cuerpo a un lado y a grandes zancadas me apresuró a la maldita choza, agachado me muevo hacia el interior aferrando mi mano al mango de mi cuchillo, Sarah está con la espalda contra la pared acurrucada abrazándose a si misma, pero no logro verle el rostro ya que un gigante esta frente a ella.
—Vstan' na koleni, shlyushka, ya khochu, chtoby ty u menya otsosala. «Ponte de rodillas puta, quiero que me la chupes.»
Las palabras que salen de la boca del hijo de puta me hacen apretar la mandíbula y aferrarme al mango de mi daga, el corazón me golpea el pecho y ya no se me hace tan divertido todo esto, en cambio mi deseo de derramar sangre solo acaba de aumentar.
Recorro con la mirada el lugar enfocándome solo en el bastardo que esta frente a Sarah, con pasos lentos me deslizo hacia el y lo tomo del cuello desde atrás cuando da un paso al frente, y le entierro la hoja del cuchillo a un lado del cuello, Sarah grita, y cuando mis ojos se encuentran con los de ella, lo que veo en ellos solo logra enfurecerme más.
«Esta llorando.» Lágrimas empapan su cara ahora salpicada por la sangre, mientras tiembla aterrada.
Jalando al bastardo hacia atrás, le vuelvo a enterrar mi cuchillo hasta la empuñadura, y me volteo jalándolo conmigo para que no la vea. No voy a darle el privilegio de morir mirando lo que es mio. Pero aun asi no dejo de apuñalarlo una y otra vez, hasta que su cuerpo se siente tan flácido como la gelatina, es solo en ese instante en que lo suelto dejándolo caer al suelo.
Sarah:
La sangre ahora me salpica el rostro y ya no hay rastro de la sonrisa burlona en la cara, del hombre que me arrancan de encima. Parpadeo y enfoco la mirada en Sasha que arrastra al enorme hombre, con extrema naturalidad, mientras le entierra el cuchillo en la garganta repetidas veces, con una violencia brutal que jamás he visto. El sonido del gorgoteo de la sangre me estremece haciendo que la bilis del estómago se me suba a la garganta, y cuando el Ruso al fin suelta el cuerpo del hombre, sus rodillas tocan el suelo violentamente hasta que se desploma a un lado donde ya no se mueve. Ni siquiera logró espabilar, en medio del baño de sangre a mi alrededor, cuando la voz de Sasha Ivanov me obliga a clavar la mirada aturdida en el.
—Te encontré pequeña escurridiza. —Habla con tono de voz neutro y calmado, el hombre que se mantiene de espaldas, sin mirarme, limpiando la sangre de su cuchillo en la tela de su brazo.
Todo mi cuerpo tiembla, y si pudiera retrocederá al ver la sangre que me rodea.
«Sangre... no me gusta la sangre...» Me paso las manos por el rostro intentnado quitar los restos de sangre de mi cara, y cuando Sasha voltea sus ojos y un ceño fruncido es lo que recibo mientras me mira confundido, sin dejar de escanear me de pies a cabeza.
Sonríe ladeando la cabeza y abre la boca para hablar pero la enorme sombra que aparece tras su espalda y lo golpea por detrás con una tabla lo hacen caer de rodillas, al tiempo que a mi me hacen soltar un grito. Sasha cae con el rostro sobre el suelo y ya no se mueve.
Mi corazón salta cuando veo al hombre que vuelve a levantar la madera para golpearlo otra vez y ni siquiera se lo que hago, mis sentidos se encienden de un momento a otro, en lo que mis ojos se fijan en el arma en el cinturón del sujeto que Sasha asesino frente a mí, la tomo entre mis dedos, apunto y jalo del gatillo; el hombre se tambalea y gruñe algo parecido a una maldicion en su idioma, fijando sus ojos en mi, y la rabia que desprende mientras se sujeta el brazo donde acabo de dispararle me hace pasar saliva, pero cuando da un paso adelante intentando acercarse hacia mi, cae de rodillas al piso, bajo la mirada a su pierna donde Sasha le acaba de enterrar la daga que le atraviesa el muslo. Luego se pone como si nada se pone de pie y le patea la cara, haciéndolo caer hacia atrás.
Sacude la cabeza negando repetidas veces mientras se acerca acechando al hombre que se queja arrastrándose apoyado en sus codos y levantando las manos.
—Chto zh, drug, ty pobedil. «Bueno amigo, tú ganas. Me rindo.»
—Ty vybral ne tu dobychu, drug moy. «Elegiste la presa equivocada amigo.» —Le responde Sasha antes de agacharse y rodearle el cuello con ambas manos.
No entiendo nada de lo que hablan, pero todo mi cuerpo se transforma en una masa temblorosa, mientras mis ojos se niegan a despegarse de las manos manchadas de rojo carmesí, que presionan con saña la garganta del sujeto que se remueve intentando soltarse.
Sasha parece fuera de si, jamás había visto tan violento y si antes me asustaba, ahora me aterra. Pero como siempre, con el, todo es diferente, porque a pesar de estar aterrada por lo que estoy presenciando, no puedo dejar de sentir la euforia que siento al saber que lo está haciendo por mi.
El cuerpo del sujeto que me arrastro aquí deja de moverse y cuando pienso que Sasha lo dejara en paz, en cambio saca nuevamente la daga de la pierna y de la entierra en uno de sus ojos, antes de arrancársela otra vez de un tirón, y limpiarla en su pantalón.
—Bien... esto no es lo que tenía en mente para nuestra primera cita, Freya. —Dice volteando hacia mi con el rostro casi inexpresivo, como si no acabase de asesinar de forma despiadada a dos hombres. Entonces es cuando bajo la mirada a lo que sostengo entre mis manos. ¡Dios!
—Le dispare a un hombre. Yo... le dispare.—Susurro sacudiendo la cabeza antes de dejar caer el arma como sintiendo que me arden las manos.
—Sarah... solo te defendiste. —Dice Sasha que se acerca observándome con cautela.
Mi respiración se agita, las manos me tiemblan y cuando levanto la mirada para verlo, todo simplemente empeora, cuando me enfoco en la inmensa cantidad de sangre que le cubre las manos, el pecho y parte del rostro.
—Freya... esta bien. No hiciste nada malo. —Repite cuando se acuclilla frente a mi.
«Espera, ¿Cuándo llegue al suelo?» No puedo parar de temblar y luego esa voz...
—Para Sarah ... baja eso cariño, es mamá. Mírame.
Sacudo la cabeza, intentando apartar los recuerdos. Y cuando me levantan el mentón sus ojos azules me atrapan un momento volviéndome a la realidad.
—Distráeme. Por favor, no me dejes pensar en la sangre. —Le suplico aferrándome con ambas manos a su camisa.
Sus ojos se mantienen fijos en mi, mientras me analiza observándome, sus pupilas se dilatan, y su ceño se junta, mientras siento como me pierdo poco a poco.
—No me gusta la sangre... no me... sangre... sangre... —Repito con dificultad cuando se me corta la respiración, otra vez en medio de temblores.
«Odio esto. Odio ser débil, odio no poder controla mi propio cuerpo. »
—Freya... mírame pequeña.
—No me dejes pensar...
Las palabras salen en un susurro hasta que siento sus manos sujetando mi cuello, levanta mi barbilla y buscando mis ojos. El impacto es brutal y me sacude por dentro, dejándome en el limbo, entre la conciencia y la seminconsciencia.
—Tu lo has pedido Sarah, recuérdalo. —Dice y antes de que si quiera logre reaccionar su boca atrapa la mia, cuando sus labios me devoran sin ningún tipo de delicadeza, haciendo que la niebla oscura que se abra paso en mi mente desaparezca de inmediato cuando acabo rodeando sus hombros con mis brazos.
💫Ahhh ¿quien más ama al Sasha Salvaje?
💫¿Cómo estamos con ese Beso? Las leo 👀
💫Denle mucho mucho amor a este capítulo así subimos el 13 rápido 👀
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