IX
Mientras tanto...
La casa de vacaciones fuera de la ciudad, propiedad de la ex esposa de Raúl Molina. El propio Raúl Molina entró en la sala de estar, realmente furioso y empezó a llamar a su hija, quien llegó pocos minutos después, parecía nerviosa por lo que le iba a decir.
Raúl: -Serio mirándola- ¡Para ya con esto, Valeria!
Valeria: -Enojada- Deja de gritar. Sabes que no deberías estar aquí. Mamá se va a volver loca si te ve.
Raúl:Hay cosas más importantes ahora que la salud mental de tu madre. Que, por cierto, nunca fue su característica más fuerte.
Valeria:Deja de arrastrarme a una de sus peleas.
Raúl:¿Por qué no estás contestando a las llamadas en tu teléfono? Vengo justo de la comisaría. Te están llamando, ¿por qué no contestas?
Valeria: -Nerviosa tratando de pensar en una excusa perfecta- Y-yo perdí mi teléfono. Ya me conoces, soy una malcriada irresponsable. Siempre pierdo las cosas costosas que mi padre trabajó duro para comprar.
Raúl solo se enojó más por el comentario y sacó su teléfono del bolsillo para llamarla y así saber si le seguiría mintiendo en la cara o diría la verdad, mientras que Valeria estaba más nerviosa que antes. Marcó su número y, en cuestión se segundos, el teléfono comenzó a sonar en algún lugar de la casa.
Valeria: -Rueda los ojos molesta- Bien, vale, no lo perdí. No pude evitarlo. Eso es la genética.
Raúl: -Enojado mirándola- ¡Para con tus bromas ahora mismo y dime qué es lo que está pasando!
Valeria:Qué exagerado eres, no pasa nada.
Raúl:Entonces ve a la policía y diles eso. Tienen preguntas sobre algún chico llamado Manuel Bravo. Los tengo bajo vigilancia, la policía que está investigando el caso, quiero decir. Cómo no quieres decirme nada, así que lo averiguaré por mi cuenta.
Valeria: -Ya harta- ¡Lo hice por ti, ¡¿Ok?! Me hice cargo de las cosas, eso es lo que está pasando. Él sabía demasiado. Y eso fue mi culpa. Pero, está bien, no se van a enterar. Me encargue de eso también. Puedo encargarme de mis cosas. De tal palo tal astilla.
Raúl no se lo podía creer, su propia hija...En eso el teléfono del señor Molina comenzó a sonar y él contestó de inmediato.
Raúl:¿Sí?...¿Había un tiroteo en la Calle de las Naranjas? ¿Y qué pasó al final? ¿Arrestaron al tío? Ajá...ok ok. ¿Hospital dices? Síganlos. Esperen el momento adecuado. -Cuelga-
Valeria:¿Qué pasó?
Raúl:Obviamente, dejaste un rastro. Y en este trabajo, los errores de principiantes no están permitidos. Esto no es tu clase de artes marciales. Aquí, puedes hacerte daño. -Su hija intenta decir una excusa pero no la deja- ¡Silencio! ¡Esto es uno más de tus líos que yo tendré que arreglar!
Minutos antes de la conversación entre los Molina, Tina, Sergio, Tomás y Vanesa aparecieron frente a un departamento en la Calle de las Naranjas.
Tina:Bueno, este es el plan, Vanesa, tú vas a tocar la puerta. Por favor, no es momento para echarse atrás. Tú eres quien habló con él.
Vanesa:Pero, ¿cómo podría saber yo dónde se esconde él? No es lógico. Seguramente me va a preguntar cómo lo había encontrado. ¿Qué voy a decirle? ¿Qué la policía me lo dijo?
Tomás:Estoy de acuerdo con Vanesa. Ella ya ha pasado por mucho. Yo también lo conozco, puedo hablar con él.
Tina: -Lo piensa por un momento- Supongo que tienes razón. Ella podría arruinar todo.
Tomás:Bueno, yo le voy a decir que su compañero de banda me dijo dónde estaba, y que quería darle algo. Algo que dejó en el departamento. Uña de guitarra, por ejemplo.
Tina:Él es baterista.
Tomás:Entonces, ¿palillos?
Sergio:Oye, Tina, no puedo evitar estar de acuerdo con el pequeñín.
Tomás: -Molesto- ¿Podrías dejar de llamarme pequeñín?
Vanesa:Si, deberías dejarlo, ya no tiene gracia. -Apoyando a su amigo estando seria-
Tina: -Suspirando- Está bien, nuevo plan.
Vanesa: -La mira- ¿Dejarás que tu compañero ofenda a Tomi de esta manera?
Tina: -Seria- Estamos frente al escondite del sospechoso. Así que, dejen de discutir.
Pero en eso el teléfono de Vanesa comenzó a sonar, haciendo que los demás se alarmen ya que podría delatarlos. Quien llamaba no era otro que Roberto. Tina le ordena que conteste antes de que alguien los vea ahí si escucha el sonido de la llamada. Mientras Vanesa le contestaba, los demás podían escuchar la voz de Roberto desde el otro lado de la puerta y al teléfono, al mismo tiempo.
Roberto:Hola, Vanesa. Siento por lo de antes. Mira, sé que acabas de enterarte de lo de Manuel, pero...Oye, sé que va a sonar raro, pero justo hace unos minutos, escuché tu voz. Y estoy aquí solo, así que supongo que eso fue una señal que debería llamarte. Ya sabes lo que quiero decirte, ¿no? Lo que quiero decirte es que...siempre pensé que Manuel no se portaba bien contigo.
Vanesa: -Apenada- No digas esas cosas sobre él...
Roberto:No, Vanesa, quiero decir...planeo estar fuera de la ciudad hasta que todo esto termine...así que, ¿quieres venir conmigo?
Se podían oír pasos dentro del departamento, justo detrás de la puerta. Roberto estaba justo detrás, muy cerca de ellos, los iba a delatar si sabe que estaban ahí.
Roberto:Tengo esa sensación de nuevo, como si estuvieras detrás de la puerta.
Entonces Sergio pateó la puerta haciendo que la misma cayera al suelo. El escondite de Roberto parecía un campo de batalla. Cuando Sergio pateó la puerta, resultó que el ex baterista tenía una pistola. Él lo apuntó hacia ellos. Sergio y Tina se escondieron rápidamente detrás de un sofá, y Roberto se escapó a una de las habitaciones. Ahora, les estaba apuntando con el arma desde la distancia. Tomás y Vanesa todavía estaban a salvo fuera del departamento.
Sergio: -Desde el sofá apuntándole a Roberto- ¡Vanesa! ¡Tomás! ¡Pidan refuerzos, ahora! -Les ordenó sin mirarlos ya que el sospechoso podría dispararle si bajaba la guardia-
Tomás:¡Vanesa, vete! ¡Yo voy a tratar de razonar con él!
Vanesa se fue. Ahora solo eran tres contra uno. Tomás no podría defenderse al no tener arma, y era muy irritante, aún si tratara de ayudar, lo único que conseguiría era que le disparen.
Tina:Sergio, deja que lo intente. Ves que no confía en nosotros. -Se dirige a Tomás aún estando detrás del sofá- ¡Tomás, no entres, solo habla con él!
Aunque ya era demasiado tarde. Tomás ya había entrado al departamento, ahora estando justo entre Roberto y ambos policías.
Roberto: -Lo ve estando ahora más enojado que antes- ¡El irritante compañero de piso! ¡Sabía que tú tenías algo que ver con esto!
Sergio ya tenía suficiente experiencia como para evaluar la situación. Él saltó desde detrás del sofá, empujando a Tina al suelo, impidiéndole saltar. Luego empujó a Tomás hacia al lado y la bala le dio a él. Sergio cayó al suelo, mientras que Roberto estaba en estado de shock y Tina aprovechó el momento, corrió hacia él y lo golpeó dejándolo aturdido para después esposarlo.
Tina: -Muy enojada sosteniéndolo- Tiene derecho a permanecer en silencio. Todo lo que diga puede y será utilizado en su contra en el tribunal. También tiene derecho a un abogado. -Mira a Tomás- Llama a una ambulancia, rápido.
Tomás asintió aún asustado y llamó a la ambulancia esperando que lleguen lo más pronto posible para que ayuden a Sergio...
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