IV
Tina entró a la oficina. El comisario estaba sentado en su escritorio esperándola pacientemente. Frente a él estaba Sergio Tasmania.
Tina:¿Qué está pasando comisario? -Preguntó viéndolos a ambos-
Comisario:¿Creo que ya has conocido al señor Tasmania?
Tina: -Asiente- Sí.
Sergio: -Sonriendo feliz- Que bueno verte de nuevo, Tina.
Tina:Hola, Sergio. -Mira a su jefe- ¿Cómo puedo ayudarle, comisario? Dijo que era importante.
Comisario:Estaba pensando en algo, Tina. Como ya lo sabes, todos ustedes que trabajan aquí, tienen el mismo tratamiento y están bajo mi protección. La seguridad y el bienestar de mis empleados son de gran importancia para mí. Me he dado cuenta de que estás trabajando demasiado, semana tras semana, sin un día libre. Siempre estás a cargo de los casos más difíciles. Y todo eso lo haces completamente sola.
Tina:Exactamente. Entonces, ¿eso significa que coy a recibir un aumento?
Comisario:No. Algo mucho mejor. Tendrás un compañero. -Dijo con emoción en su voz-
Tina: -Se sorprende por lo que dijo- ¡¿Qué?!
Comisario:A partir de hoy vas a trabajar junto con el señor Tasmania. Y eso se refiere a todos tus casos. Él te cuidará las espaldas todo el tiempo.
Sergio: -Asiente sonriendo feliz- Siempre lo haré.
Comisario:Es nuevo y necesita tu ayuda. Eres la mejor para explicarle cómo funcionan las cosas por aquí. ¿Estás de acuerdo, Tina?
Tina notó que Sergio, su nuevo compañero de ahora en adelante, estaba tratando de ocultar su risita. Esto la irritó aún más. Estaba molesta de tener que trabajar con alguien más, pero no tenía de otra. Así que aceptó a regañadientes.
Comisario:Bueno, eso está arreglado. Ahora, vuelvan a trabajar. Quiero ver a los criminales tras las rejas.
Tina y Sergio asienten para irse de la oficina. Estaban en el pasillo en silencio, hasta que Tina decidió hablar.
Tina:Tú eres mi nuevo compañero. De todas las personas en el mundo, ¿por qué tú?
Sergio:Vamos a aclarar algo, tú eres mi compañera. Sergio Tasmania no es el compinche de nadie.
Tina: -Rueda los ojos molesta- ¿Vas a ser siempre así?
Sergio:¿Siempre pretenderás que eso no te gusta?
Tina: -Se cruza de brazos mirándolo seriamente- ¿Y qué podría gustarme? ¿Arrogancia?
Sergio:¿Una palabra latina para cool?
Tina:Agh. *Ok, cálmate, esto es solo algo inesperado. Ya estás acostumbrada a situaciones como esta y las manejas como una verdadera profesional.* Bueno, debería darte algunas instrucciones. La cafetería está allí. -Señala la cafetería- El baño está al final del pasillo, la sala de interrogatorios está en la planta baja, y el laboratorio también. Ya sabes dónde está la oficina del comisario, cualquier duda se lo preguntas a él, pero no te relajes demasiado, porque terminarás comprándole el desayuno. Él siempre lo olvida.
Sergio: -Divertido- No es necesario que me lo digas, el comisario ya me lo dijo. Y gracias por el aviso, Tina.
Tina:También, si necesitas algo, la secretaría está allí. -Señala la secretaría y luego cambia de tema- Ahora, a trabajar. Este es nuestro primer caso. -Le contó todo sobre el caso. También lo que le dijo Tomás sobre la víctima, y que gracias a la información que le dio, estaban siguiendo al propietario del club como también a los miembros de su familia- No hemos encontrado ni una sola prueba en contra de ellos. Yo me voy a hablar con la ex del difunto, tú te quedas aquí y ocúpate del trabajo administrativo.
Sergio:Pero ya escuchaste al comisario. Debemos trabajar juntos.
Tina:Pregiero ir sola, no queremos asustar al testigo, ¿no? Y un hombre así de grande como tú podría asustarla. Además, hay un montón de papeleo que se debe rellenar. Aquí están los informes, diviértete. Ya me voy. -Se va sin dejarle hablar-
Pasaron las horas. Llegó la tarde y Tina llegó al restaurante fino, El Ático. Le había pedido a los propietarios que busquen y manden a una de sus camareras, Vanesa Cruz. La estaría esperando en una mesa, mirando el menú.
Tina: *Estoy agotada. Necesito algo fuerte, algo que me despertara. Vamos a ver qué hay por aquí.* -Viendo el menú de cafés que había-
Tina estaba disfrutando de su bebida cuando oyó el clic de tacones altos acercarse detrás de ella, de inmediato supo que se trataba de aquella camarera.
Vanesa:Buenas tardes, inspectora. -Habló tranquila y suave-
Tina:Buenas tardes, señorita Cruz. Siéntese, por favor.
Vanesa: -Se sienta frente a ella- ¿Qué pasa? ¿Cómo puedo ayudarle?
Tina:Se trata de su ex novio, Manuel Bravo.
Vanesa:¿Qué hizo ahora?
Tina:Bueno, esto no será fácil. Él fue asesinado, encontramos su cadáver en su apartamento.
Vanesa: -Se asusta poniéndose triste- ¿Q-qué? No, no...¿Por qué? Y-yo...yo no puedo...eso es demasiado para mí... -Tina le entrega un pañuelo y lo toma secándose las lágrimas con él-
Tina:Tómese su tiempo, señorita Cruz. Sé que puede ser duro para usted.
Vanesa:Gracias...usted es tan amable.
Tina:Dígame cuando esté lista. Yo no me voy a ir a ningún lado.
Vanesa: -Asiente- Gracias...creo que ya puedo hablar ahora. -Dijo ya más calmada pero triste por la muerte de su ex novio-
Tina: -Asiente leve- ¿Cuál era la naturaleza de la relación entre usted y el señor Bravo?
Vanesa:Emociona, o al menos eso es lo que yo pensaba.
Tina:¿Cuándo se conocieron?
Vanesa:Hace diez meses. En ese momento yo estaba trabajando en un bar de rockeros y él estaba tocando la guitarra ahí. No puedo creer que esté...muerto.
Tina:¿Qué pasó entre ustedes? ¿Cómo terminaron?
Vanesa:Se enamoró de otra chica. Nunca lo admitió, pero yo sabía que me estaba engañando.
Tina:¿Pelearon mucho en ese periodo? ¿Sobre qué pelearon?
Vanesa:Si. Eso fue insoportable. Yo estaba celosa y lo echaba de menos. Y...me da vergüenza decir esto...él me debía dinero. En realidad, eso no me importaba, pero eso fue...de esa manera tenía una excusa para verlo.
Tina:¿Manuel le devolvió el dinero?
Vanesa: -Asiente- Si, si lo hizo... -Empezó a llorar de nuevo- Estúpido dinero. Soy una mala persona.
Tina:Tranquilícese. Usted no pudo predecir que algo así sucediera.
Vanesa:Pero sí que pude. Yo sabía que él tenía algunos asuntos pendientes con algunas personas peligrosas del Barco Pirata.
Tina:¿Sabe sus nombres?
Vanesa:No. Nunca le pregunté. Yo jamás estaba ahí y él no habló mucho de ese lugar.
Tina:Ya veo. Entonces, ¿cuándo fue la última vez que lo vio?
Vanesa:Cuando fui a su casa a recoger la última parte de la deuda.
Tina:¿Y él? ¿Actuaba extraño, de cualquier manera?
Vanesa:Parecía más nervioso que de costumbre. Pero yo pensé que eso era por mi culpa.
Tina:¿Y dónde estaba usted entre las 3 y las 4 am, este lunes?
Vanesa:Un turno de noche en el club nocturno, El Palacio. Mi otro trabajo.
Tina:Está bien. Gracias, señorita Cruz.
Vanesa:No es nada. Espero haber servido de ayuda.
Tina:Una pregunta más. Me gustaría saber si usted conoció a Tomás Ramos, el compañero de piso del señor Bravo.
Vanesa:¿Tomy? Si, lo conozco.
Tina:Entonces, ¿cómo fue la relación entre ellos?
Vanesa:No se caían bien, y peleaban como niños, de vez en cuando. Pero nada alarmante. Siempre peleaban sobre cosas cotidianas, eran completamente diferentes, pero, buenas personas, almas románticas.
Tina:Muchas gracias, señorita Cruz.
Después de esto Tina finalizó con el interrogatorio, pagó su café y se marchó de ahí. Aquella información le serviría de mucha ayuda....
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