-sospecho que Harry si tiene alfa- dijo James de repente una mañana.

Lily tuvo que toser por haberse atragantada con su café, con nerviosismo que su marido se entere de todo y lo arruine.

-¿ah sí? ¿Por qué?-

-no lo sé Lily, Remus me dijo que hay algo raro con Harry- se rasco la nuca.

-¿Qué tiene?- pregunto a inocencia.

Ella ya sabía que era eso de raro, Molly que compinchada con ella, le mando la carta que su hijo Ron le mando hace una semana, relatando como el colegio se hallaba confundido ante los nuevos acontecimientos que sucedían. Draco Malfoy le encantaba jugar jugarretas, y algo de pelea con otras casas, pero cuando se trataba de Gryffindor, y más específicamente de Harry James Potter, se ponía como perro asustado, tratado de huir de la escena como alma que se llama el diablo. No solo ello, el pequeño omega parecía ser que le encantaba jugar como el gato, atormentándolo al seguirle y encontrarle donde fuera, sospechaba que el mapa merodeador tenía algo que ver. En clase de adivinación se le veía asustado, una vez salto de su asiento sin razón alguna, palmeando el aire como loco, la profesora Trelanwey de una vez grito que al fin uno de sus alumnos se enfrasco en el poder de lo místico y futuro, de seguro era Harry con la capa de invisibilidad.

-no lo sé, tal vez debería hacerle una visita-

-¡no!-

-¿ah?- desconcertado ante el grito de su esposa.

-digo, no tiene que hacerlo, yo iré a verlo, de seguro tienes mucho trabajo- sugirió con los nervios comiéndole.

-pero no tengo...-

-yo iré a llevarle más ropa limpia supresores, ya sabes, chicos-encogió de hombros.

-está bien...te lo dejo a ti- cedió, algo confundido por el comportamiento de su esposa.