Gen caminaba de haya para acá, viendo pasar a las parejas felices por el día de San Valentín, y él pues... Simplemente estaba solo.

-¡Gen!- grito aquella persona que desde que se conocieron había abierto un gran interés en Gen, uno que no dejaría escapar tan fácilmente.

-Senku-chan- dijo tranquilo viendo cómo aquella persona corría hacia él.

Y cuando llegó -Mira que encontré- extendió su brazo, para mostrarle un libro de tipo historia.

Al parecer era de una maldición hermosamente dolorosa, sip, Gen ya sabía hacia donde iba eso.

-¿Ya la leíste Senku-chan?-.

-Aun no, quería... Leerla contigo-.

-Aww, eres tan lindo~~.

-Callate-.

Ambos se encaminaron al único salón que se encontraba vacío a esa hora, casi nunca nadie iba a ahí cuando era un día tan "importante" como el del amor y la amistad.

El salón de ciencias.

Ambos se sentaron en unos asientos de madera, posicionando el libro entre los dos, con cada uno leyendo una pagina por turnos en voz alta.

Así se pasaron toda la tarde.

¿Quieren saber de que trata ese libro?

Les contaré un poco.

Es una historia, basada en unos cuantos hechos reales, por un escrito que perdió a alguien cercano debido a esa maldición.

La maldición de Hanahaki.

Está maldición está destinada para aquellos que sufren de amor por una persona, que no siente lo mismo que ellos.

Esta versión es interesante.

Si la persona no es amada, su cuerpo empieza a perder fuerzas, hay mareos constantes, vomitando pétalos con un poco de sangre en ellos, hasta llegar al terrible final de petrificarse, perdiendo totalmente la vida, sin manera de regresar a esa persona a lo que antes fue, siendo después para mucho, solo una estúpida escultura de piedra.

-Eso es interesante-.

-Suena muy bobo para mí-.

-Senku-chan siempre persigue la ciencia-.

-Claro, se basa en experimentos hechos con el tiempo hasta llegar a una conclusión explicable, no como esto ¿Quién lo escribió?-.

-Querido Senku, nunca juzgues a un libro basado en hechos reales-.

-Es obvio que es una farsa-.

-Que le vamos a hacer-.

Ambos se sonrieron, cerrando el libro ya terminado, cuando salieron de la escuela, notaron que ya estaba oscuro, con un montón de estrellas iluminando el cielo azulado.

-¿Quieres venir a mí casa?-.

-¿Eh?-.

-Vives lejos, y ya es de noche, no creo que tus padres lleguen ahorita si les llamas-.

-Bueno eso...-.

-Vamos futuro mentalista-.

Extendió su mano hacia Gen, para que esté la pudiera tomar sin problema, el pelinegro aceptó gustoso, en cierta parte Senku tenía razón, sus padres no llegarían por él si los llamaba, era mejor ir con Senku, y esperar ahí, después de todo su padre era muy amable.

Caminaron por los callejones, con Gen sosteniendo a Senku del brazo, ambos hablaron en el camino, para fortuna de ellos no llevan mochilas, devido que ese día no iban a hacer nada.

Llegaron al humilde hogar de Senku, un departamento pequeño pero espacioso para su padre y él.

-Llegamos viejo- anuncio, ambos se quitaron los zapatos en la puerta, Gen ayudando a Senku a sostenerse para no caerse.

-Bienvenido Sen... ¡Oh! ¡Gen! ¡Se bienvenido!-.

-Es un placer verlo, Byakuya-san-.

-Pasa, pasa, siéntate en casa, voy a preparar la cena- dijo, para luego dirigirse a la cocina.

-Vamos a mí habitación-.

-Me parece bien-.

Ambos chicos se dirigieron a la habitación de Senku, la cual estaba llena de cosas científicas obsequiadas por Byakuya.

Gen siempre que iba terminaba encontrando nuevos proyectos sin terminar, nuevos planos y el bote de basura siempre lleno de papeles.

-Senku-chan, tienes que limpiar un poco ¿No crees?-.

-No tengo tiempo para eso-.

-¿Ah no?-.

-No, tengo que terminar lo que inicie, y el tiempo no es el suficiente-.

-Entonces... ¿Tampoco tienes tiempo para mí?-.

-Gen, no empieces con tu drama-.

-Pero Seeenku-chaaan~.

-Sin peros-.

Últimamente tenían ese tipo de relación, ambos se llevaban muy bien a decir verdad, Gen siempre encontraba tiempo para empalagar mucho a Senku, mientras que este intentaba bromear con eso.

Senku se sentó en su silla, aún con el uniforme puesto, viendo los papeles del escritorio. Gen se hacerco lentamente, hasta que sus brazos llegaron rodeando los hombros de Senku.

-¿Que haces Senku-chan?-.

-Estoy viendo que material ocupo para el nuevo proyecto-.

-Es impresionante- se inclinó un poco más hasta poder estar su cabeza a lado de la de Senku, pegando sus mejillas. Ambos estaban convencidos de que eso no era amistad pero, que más da.

-¡Ha cenar!- se escuchó el grito alegre de Byakuya.

Gen se levantó de golpe por el susto, a lo cual Senku se carcajeó -Vamos, futuro mentalista-.

-Eh... ¡Si!-.

Ambos bajaron y cenaron, Byakuya y Gen hablando de cosas que ambos tenían en común, mientras Senku escuchaba, de vez en cuando se reía de las estupideces de su padre y amigo.

Cuando acabaron, el pelinegro ayudo a lavar los platos junto a Senku, hablando más tranquilamente de cosas de la escuela, hasta que una llamada, al parecer proviniente del celular de Gen, los interrumpió.

Contesto sin preocupación la llamada, para después de unos pocos minutos colgar.

-¿Era tu padre?-.

-Si-.

-¿Cual de los dos?-.

Gen rio -Stanley-.

-Ya me imagino lo que te dijo- aclaro su garganta para sonar más maduro y después decir -Gen ¿Donde estas? Otra vez con ese científico loco, ya te he dicho mil veces que no te juntaras con él por qué soy un celoso de mier-.

-¡Senku-chan!- grito antes de que terminara de hablar.

-Admitelo, él me odia y yo lo odio-.

-Odio mutuo-.

-Asi es-.

Unos pocos segundos después se escuchó el timbre del hogar, siendo Stanley quien estaba detrás de la puerta, saludo a Byakuya, pero ignoro por completo a Senku.

Después de un rato se fue junto con Gen.

🥀