5. ¿Valentía o desprecio?
Hannah
Observo el cuchitril en el que me han metido y recuerdo que me han raptado. Me escuecen las muñecas y hago una mueca de dolor.
-La hija de Cutlass Turner -musitan a mis espaldas.
-¿Quién eres? ¿Por qué me habéis encerrado aquí? ¿Qué queréis? -realizo una batalla de preguntas. Algo absurdo, puesto que no van a darme respuestas sólidas y coherentes.
-¿Cómo te llamas preciosa? -dice acariciando mi barbilla.
-No te importa, asqueroso -le escupo.
-¡Capitán, tenemos una valiente a bordo! -grita.
Escucho un disparo y su rostro se torna para observar dónde causó el daño. Su costado comienza a sangrar y cae redondo contra el suelo de madera algo anticuada y agrietada.
-Algunos deberían de aprender a tener modales con las señoritas -articula un hombre bastante joven y atractivo.
-Gr...gracias, supongo -balbuceo nerviosa.
-Ninguno volverá a molestarte -asegura guardando el arma.
-¿Quién eres? -pregunto temerosa por la respuesta.
-Soy el capitán del barco preciosa.
Mis ojos son como platos. ¿En serio es el capitán y acaba de matar a uno de sus tripulantes? Debe de ser una broma.
-No te asustes preciosa, aquí no te faltará de nada.
-Quiero...quiero volver con mi padre -inquiero.
-Eso no va a ser posible señorita, la he salvado de caer en manos de un malhechor.
-¡Usted es uno de ellos! -grito y me observa asombrado.
-Eres muy valiente jovencita -se sienta en un sofá- pero conmigo más vale que te tranquilices, no creo que quieras caer en aguas de tiburones y ser devorada a sangre fría.
-Sangre fría es la que tiene usted por haber dado a la tripulación la orden de apresarme y hacerme su prisionera, miserable -espeto seria.
-Está bien, entonces la próxima vez que se acerque uno de mis hombres a usted y la toque, no dispararé.
Me está amenazando. Lo veo en sus ojos y su risa malévola refleja su diversión a cal y canto. ¡Genial!
-Mi capitán, hemos avistado un navío abandonado al norte, ¿preparamos los cañones para el sabotaje? -él asiente.
-Demostrémosle a esta jovencita de lo que está hecho nuestro barco y su tripulación. ¿No quería espectáculo? Pues lo va a tener.
Me sujeta su bucanero por las muñecas atadas con gruesas cuerdas y me llevan hasta la superficie del barco para que observe el ambiente y su consiguiente ataque.
-¿Aún cree que soy despreciable? -me mira fijamente. Sé que espera una respuesta por mi parte pero no pienso dar mi brazo a torcer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro