Capítulo 2: Mi ángel redentor se llama... ¿Lars?
Las horas pasaron, escuché un sonido mega monstruoso proveniente desde abajo, debe ser del sótano. No conozco la casa muy bien todavía, fue pura imaginación el llegar a tal respuesta. Así que me eché una vueltecita no más, hasta que encontré la puerta que me llevaría al lugar de dónde provenía el sonido, sí, era del sótano.
Al entrar, me encontré con Cliff realizando unos solos de bajo realmente magníficos, con una distorsión tan brutal que quedé peinado para atrás.
Cuando notó mi presencia, dejó de tocar.
— Oh, lo siento —dije—, no quería distraerte.
— No es nada, Kirk —sonrió—. Ya me estaba aburriendo de tocar siempre lo mismo... —me miró de pies a cabeza— ¿Qué haces aquí?
— Ah, no, es que... Andaba explorando la casa no más.
— ¿Lars no te hizo uno de sus famosos "tours"?
— Sí, pero... sólo por el segundo piso, aparte quería saber de dónde provenía ese maravilloso sonido que hacías con tu bajo.
— Ah, gracias —sonrió, dejó su bajo de lado y se acercó un par de pasos hacia mí—. Seguiría tocando para alegrarte el día no obstante... Me anduvieron contando cositas por ahí. Cositas sobre ti.
Joder... ¿Ese enano no puede cerrar su puta boca?
— Oh... ¿qué te dijeron?
— No es tanto lo que hiciste Kirk, y sé muy bien que tu sabes de lo que hablo.
— Oh...
Enorme discurso en 3, 2, 1...
— ¿Sabes, Kirk? No me interesa el hecho de que te hayas cortado la venas.
Quedé sacado de onda con eso, no era lo que yo esperaba escuchar.
— Porque hay dos razones: una puede ser que quieras llamar la atención de forma idiota, y la otra, que tengas problemas psiquiátricos para llegar a ese punto de la flagelación y quieras suicidarte.
— Oh —murmuré, porque tal vez ahora sí se viene el discurso.
— Y sea cual sea las dos razones por la cual lo hayas hecho, sólo tengo una cosa que decir... Eres un imbécil.
— ¿Qué? —ahora me sentí ofendido, aunque yo no me haya proporcionado los cortes, me estaban ofendiendo.
— Si creías que iba a darte un sermón con que la vida es hermosa, no lo pienses, no vas a conseguir nada machacándote las muñecas, es más, sin darte cuenta los chicos te van a hacer bullying psicológicamente por hacer eso, idiota, si quieres llamar la atención, que sepas que nosotros no estamos para ese tipo de cosas y ah, claro, siempre te daremos la atención que tú merezcas sin sobrevalorarte, claro está.
— Ah. claro, ningún problema...
— Espérate, y si fuera el caso del suicidio y/o trastorno psiquiátrico, tampoco ganas nada con cortarte, sólo te jodes la cabeza aún más y si quieres matarte, hazlo de una vez. Y punto, lamento si sueno antipático, pero creo que soy la persona más apropiada para hacerte notar el ridículo que estás haciendo. Es por tu propio bien, Kirk. Y si estás en medio de un grito ahogado por ayuda, no dudes en pedirnos ayuda. Jamás seremos unos esclavos que le lamerán las patas alguien que fue malcriado, en todo caso, sí seremos tu familia, tu muro de apoyo en cualquier problema que tengas... Sólo replantéate lo que haces, las palabras duras resuenan más que la amabilidad y por ello me obligaré a ser hostil hasta que ambos sepamos qué es lo que transcurre por tu psique.
— Claro, ningún problema, Cliff, me haz hecho reflexionar —Emulé una mueca nerviosa, mientras me iba de allí.
En definitiva, no me esperaba que él me dijera algo como eso, de todas formas, le encontré razón, a cada una de sus palabras. Esa es una cualidad increíble que tiene Cliff, siempre tan sabio y lleva la razón en casi todo.
Pasaron algunos instantes en los que me desaburrí leyendo cómics. Después, James nos llamó a todos para que fuéramos a la sala de ensayos. Él y Cliff se encontraban afinando sus respectivos instrumentos, mientras que Lars estaba apoyado en el marco de la puerta observándolos...
Todavía le guardo rencor por abrir la boca sobre los cortes, yo tengo una reputación que me está cagando por culpa de él y del diablo.
Ya ya había entrado a la habitación y me detuve cerca de la pared del marco de la puerta ya que fui interrumpido por una pequeña "discusión" de Cliff y James.
— Chicos, la naturaleza me llama, ya vuelvo —Advirtió Burton mientras dejaba su bajo y Hetfield le agarraba del brazo para decir.
— No, mierda, que me dieron ganas de cagar, ¡yo voy primero!
— James, dije que yo iría primero, aguántate —Él salió de la habitación y el otro le siguió.
— ¡Noooo!
No sé que fue más idiota, la razón por la cuál discutían o que yo me haya quedado justo parado en aquella posición, porque cuando James salió persiguiendo a Cliff, al estar Lars apoyado en el marco de la puerta, lo empujó haciendo que cayera encima mío, dejándome arrinconado contra la pared.
Ok, ésto no sería TAN terrible si no fuera porque somos de casi la misma estatura, él cayó sobre mi, nuestros labios están a una misma altura...
Ya se habrán imaginado qué pasó, ¿no es así? Ambos reaccionamos de la misma manera: abrimos los ojos como platos y de la impresión, nos quedamos quietos como idiotas, sin hacer nada.
Hasta que pude reaccionar de una forma adecuada y lo empujé lejos, con una fuerza sobrenatural que lo hizo caer al piso. Me limpié la boca con la manga de mi camiseta y escupí hacia un lado.
Lo miré un tanto incomodado, sin embargo, el parecía seguir shockeado. No hizo ni una expresión de gusto ni de disgusto. Era algo neutro. Tanto que me perturbaba.
— Hey, lo siento... —Hablé casi en un susurro, ofrecí mi mano para que se levantara— No era mi intención botarte...
Me miró extrañado, como si no me conociera. Tomó mi mano y apenas agarró impulso para pararse, me soltó de inmediato.
— No importa —contestó con voz seca.
Mierda... ¿la habré cagado empujándolo tan fuerte? No sé, o sea, tenía que apartarlo. ¡No me iba a quedar besándolo! ¡No! Se dirigió a su batería y comenzó a tocar algo simple, sin ganas. Cogí mi guitarra y traté de afinarla, de inmediato, él se detuvo. El ambiente se ponía más y más incómodo. No me atrevía para nada a mirarlo, la vergüenza me superaba.
¿Qué carajos habrán comido esos dos para demorarse tanto en el baño? O peor aún, ¿qué mierda hacen que se demoran tanto LOS DOS? Si se supone que iban a cagar y hay un puro retrete, ¿no debería regresar uno y luego el otro?
Luego de media hora regresaron este par de giles, ya me estaba desesperando estar tanto rato con este enano, me da miedo. ¡AHHHHHHHHH! Quería gritar y matarme en ese mismo instante.
Continuamos haciendo algunos jammings, después nos pusimos a tocar canciones de la banda. En medio de todo, eché un vistazo disimulado hacia Lars... estaba de manera constante humedeciéndose los labios... no sé, me pareció extraño, digo, cuando rozamos labios, los tenía bien humectados... No, ¿en qué mierda estoy pensando? Ughh, ¡no!
Volví a mirar, tratando de que nadie más se dé cuenta... de nuevo humedeció sus labios, ¿cómo lograba concentrarse después de lo que pasó? Esperen... ¿lo que hicimos cuenta como un beso? Rozamos los morros y por poco nos quebrábamos las narices, ni hablar del golpe en la frente, esa mierda dolió. Más encima yo lo empujé a la mierda y se pegó contra el cemento, normal que no quisiera expresar algo. ¿Fue un bes...? Espero que no, porque no me gustó, ¿le habrá gustado a él? ¿Por qué se relame tanto? ¡AHHH! Me entraron ganas de gritar nuevamente. ¿Estará pensando en algo que le guste? ¿O viéndolo? ¿O...? Tengo que parar con todas estas preguntas estúpidas.
Me di cuenta que durante TODO este puto rato me estaba mirando exclusivamente A MÍ.
Aparté la vista, tratando de concentrarme.
Estaba demasiado nervioso, me di cuenta de que mi... ¿cómo lo digo? Mi manera de tocar guitarra mejoraba, ya no estaba haciendo el ridículo cuando hacía los solos de Mustaine, con un pseudo-pánico y me sentía un Dios por el resultado que emulé mediante sonidos, ¿qué onda?
¿Así de rápido ya perdí mi alma y me cumplieron el deseo? ¡Qué genial!
Después de eso, James me felicitó.
El resto del día consistió en ir escuchando buena música, bebiendo, para colmo volví a drogarme. Ver elefantes rosados por todas partes... No se volvió a tomar el tema de lo que ocurrió. O sea, yo estaba cagado por la patas pensando en que Lars se lo contaría a todos como lo de mis cortes, pero no, prácticamente no habló hoy, ni borracho ni sobrio.
Ya me había ido a la mierda, no sé en dónde me habré quedado dormido hoy. Sé que en mi habitación no fue.
De nuevo desperté en la superficie rocosa, ¿era este el infierno? Como me había quedado muy picado con Satán, me levanté haciéndome el rudo, esperando a que llegara... eso me duró poco porque apenas lo vi comencé a temblar como marica.
— Maldita sea, Kirk, te he tratado como rey y sigues temiéndome.
— Eres todo musculoso y feo, malvado, ¿cómo no temerte?
— Así quieres verme tú, porque tu subconsciente me imagina así.
— Ohh... —¿Ahora va a meter psicología en esta verga? Fua, no jodan.
— Al igual que a otro de mis servidores, como tú lo imagines, así lo verás. Nosotros estamos en tu cabeza, somos intangibles, abstractos... La espiritualidad no se ve, se vive, esta es la forma en que tu psique la interpreta.
Me quedé en silencio, miré a todas partes.
— ¿Y quién es tu otro servidor?
— Idiota, tengo miles de servidores, no te creas único —Apareció su cetro mágico de magia negra negrosa, lo chocó contra el suelo—, y por idiota, te quedas castigado.
De la nada, una enorme jaula me aprisionó, varias esposas retuvieron mis extremidades y sentí como se me obstruía la circulación sanguínea. Traté de hacerme el macho y retuve lo que más pude el dolor.
— Y por hacerte el macho cuando no te corresponde -continuó-, te dejo aquí tirado.
— ¿Cuándo podré despertar? —Gruñí.
— Cuando regrese, te voy a dejar con tu "ángel redentor"... sólo recuerda ésto: Todas las personas que aparezcan aquí, se verán como TÚ los imagines.
— Sí, sí, a la chingada —dije creyéndome lo máximo, de todas formas iba a levantarme como otro día y no me importaba tanto lo que pasara acá—, tráeme a mi ángel y ándate.
— Está bien.
Desapareció y me quedé solo, observando como la lava formaba burbujas y éstas se reventaban.
Pasaron varios minutos, esperando a que llegara alguien. Me estaba muriendo de aburrimiento, mis extremidades dolían porque estaban siendo tiradas. No obstante, quise seguir haciéndome el fuerte, tratando de no demostrar dolor, hasta que...
— Kirk, ¿podrías sacar esa cara de culo? Al jefe no le va a gustar eso —Ese acento extraño se me hacía demasiado familiar, ambos dirigimos miradas y casi me cago encima.
— ¡AHHHHHHHHHHHHH! —grité muerto de miedo— ¡LARS! ¡Salte de aquí! Estoy esperando a...
— ¿Lars? ¿Quién es Lars? —Frunció el ceño, vestía una túnica blanca y poseía unas largas alas de ángel, se sentó en el suelo lo más cercano a mí en lo posible, estando separados por las barras metálicas de la jaula— No sé de quién me hablas —prosiguió, encogiendo los hombros—. Yo soy tu ángel redentor, y servidor de Satán.
— ¿Estoy alucinando? —Traté de ocultar mi rostro por la vergüenza.
— No, me ves así porque tú quieres verme de esta forma. No sé quién es Lars, pero tú me ves como él porque tu quieres. Puedo aceptar esa nomenclatura.
Puedo hasta sentir el calor irradiando de mis mejillas y eso que el infierno arde de peor formaz, ¡ésto es lo último de vergonzoso! ¿Porqué carajo yo quisiera que Lars fuera mi ángel?
— Y... ¿de qué me sirve que seas mi ángel redentor? —Opté por poner un tema de conversación para que no se pusiera tan incómodo el ambiente.
— Pues... yo te acompaño durante todo el período en que vivas sin tu alma, te ayudo en todas las órdenes que te dé el diablo y juro nunca ser te infiel.
Por fin me digné a mirarlo, todavía con algo de vergüenza.
— ¿Sólo eso?
— Sí, estaré a tu lado para cuando me necesites. Y cumpliré con todos tus caprichos, claro, sólo si éstos son aceptados por ya sabes quién.
— Ohh... —hice una mueca, ésto no ayudaba en nada— Este, Lars, ¡No! digo... Cómo te llames, este... ¡AHHHHH! —Expulsé todo lo que tenía contenido en mí.
— Tranquilo, puedes llamarme "Lars", si así lo deseas.
— ¡No! No quiero llamarte así.
— Si, quieres, porque me llamaste así hace un momento. O puedes idear otro nombre que te acomode más —Sonrió con tanta dulzura que me apretó la garganta.
— ¡Olvídalo!
— Kirk, no te desanimes, porque cuando estés sin alma va a ser peor.
— ¿Qué? —Me sobresalté, haciendo que las cadenas y las esposas me apretaran más, solté un gemido de dolor tras eso— ¿Cómo eso? ¿Sigo teniendo alma?
— Te dieron el talento, sí, pero conservas tu alma, oh, eres tan novato en ésto —Tan encantador suena que comencé a sudar—. Primero debes superar la prueba de los siete pecados capitales para poder dar tu alma, si fallas, mueres y estarás sirviendo de manera eterna a Satán.
— ¿Y cómo es esa prueba?
— Todo depende de tu manera de pensar, de cómo te sientes, no me preguntes a mí, el jefazo lo sabe todo, y no estoy hablando de Dios, no, Satán sabe tus peores miedos y de ahí sacará provecho para arruinar... digo, él va a hacerte la prueba y vivirás sin alma si logras pasarla, y tu deseo seguirá cumpliéndose.
— ¿Y qué es vivir sin alma?
— No lo sé. Yo no estoy vivo.
— ¿Y por qué me salen cortes?
— Es para que estés marcado, es como si yo agarrara un marcador y escribiera que tú eres de mi propiedad. Similar a los cerdos en el matadero, con la salvedad de que me doy el tiempo de marcarte como mi propiedad exclusiva y no un número más en el engranaje de la jodida máquina.
La voz de Lars se hizo tan presente en aquella frase, era como si él fuera quién haya dicho "tú eres de mi propiedad". El intento fallido de beso volvió a mi mente y todo empeoró.
— Ah, veo que ya se llevan bien. ¿No es así? —Volví a temblar, ahora como un chihuahua cuando vi este hijo de perra— Ok, creo que ya lloraste mucho con las cadenas, ¿a que no es verdad? —negué— Mentiroso —Las cadenas tiraron con más fuerza, grité desde mis entrañas con el único deseo de despertar—. Ya, mucha tortura por hoy, te dejaré en tu mundo de nuevo.
Asentí derrotado.
Las cadenas comenzaban a jalarme de manera tal que mi mente se tornó borrosa. Al volver a ver con claridad, ya no estaba allí. Me desperté tirado sobre el marco de la ventana del baño. Ni puta idea de cómo habré llegado hasta allá arriba. Me llegaron los síntomas de resaca. Arrugué varias facciones de la cara y observé el clima. Aún no amanecía así que podía seguir durmiendo.
Al levantarme, sentí un dolor a nivel muscular de puta madre. Bueno, me quedé dormido todo doblado, quizás eso era, o que me habrán hecho más cortes o yo que sé. No le quise tomar importancia ahora. Salí del baño y dirigí rumbo a mi habitación, eché un vistazo a Lars... estaba durmiendo así súper pacífico, sin hacer los ronquidos de oso mutante que hacía anoche. Me sonreí a mi mismo, ya no lo vería de la misma forma. ¿Por qué mi mente quería que él fuera mi ángel?
Suspiré, era tanta la flojera que me acosté hasta con los zapatos.
Siete pecados capitales, ¿cuáles serían? Digo, los conozco, me refiero... ¿Cómo los aplicarán a mi prueba de 'fidelidad' con Satán? Ni puta idea, el sueño me mataba, preferí dormir.
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