En mi sueño, siempre espero que vengan a maltratarme de una vez y luego despertarme. Sin embargo, hoy fue diferente.

Al que estaba maltratando Satán no era yo, sino, a mi ángel. Yo de verdad me enfurecí mucho porque no me gustaba para nada la manera en que lo trataban diariamente, si conmigo es un dolor, con mi ángel es una agonía. Cogí una roca que estaba tirada en el suelo del infierno, la arrojé a Satán sin miedo alguno, total, cualquier castigo lo podría tolerar.

Me miró lleno de odio, yo no me moví para intentar hacerme el rudo, como siempre, eso nunca me resulta.

Una fuerza sobrenatural logró golpearme y hacerme caer al suelo, estrellando mi rostro directo contra la roca volcánica. De a poco fui saboreando la sangre que comenzaba a brotar de mi boca y nariz. Mi ángel voló hacia mi, ambos nos abrazamos de una forma muy tierna... me alarmé cuando escuché sus sollozos, lo miré a los ojos y limpié sus lágrimas.

— Amo, lo siento mucho —Trataba de disculparse a su vez que lloraba sin control—, he hecho de todo por ti pero ya no nos podremos ver más... —Me sorprendí con aquellas palabras- El jefe... ordenó que no iba a permitir más que me escape del infierno y que iba a quedarme lejos de ti para siempre.

— ¿Y por qué? —Contemplé a Satán con asco, este imbécil me iba  a separar del ser que más amo.

— Porque dice que yo retraso mucho el hecho de que firmes el contrato...

— No sé cuántas veces tendré que decirlo: NO voy a firmar nada —Continué abrazándolo, acariciando con delicadeza su espalda, sin apartar la vista de este desgraciado.

— No hay forma en que cambies el futuro, Amo, yo debo irme por siempre...

— No quiero que eso pase, no pasará, te quedarás conmigo, por siempre —Sabía que intentar detener al diablo era de las peores cosas que podía hacer, no tenía otra.

— Déjame tocarte una última canción, ¿sí? —Se separó de mi, asentí ya sintiéndome apenado, de la nada apareció la misma guitarra acústica con la que me había quedado la otra vez— Te advierto desde ya, que en unos diez años más, el verdadero Lars no va a parar de cantar esta canción; sí, hice otro viaje en el tiempo, ahora me robé una canción de un grupo que se llamará Oasis, ésta va a ser la canción más famosa de ese grupo y la favorita de Lars, espero que te guste —detrás de toda su tristeza forzó una sonrisa, la cual no pude evitar devolvérsela.

"...I don't believe that anybody feels the 

way I do about you now 

and all the roads we have to walk are winding 

and all the lights that lead us 
there are blinding 

there are many things that I would 
like to say to you but 
I don't know how 

I said maybe you're gonna be 
the one that saves me? 

and after all you're my wonderwall ..."

Siento como si cada una de las palabras que pronuncia me harían morir de a poco, cada vez sonaba más y más apagada su voz, bajando considerablemente el volumen... al acabar la canción, la ira se apoderaba de mi ser cuando Satán dijo:

— ¿Ya terminaron sus mariconadas? No me gusta desperdiciar el tiempo y tengo un montón de gente a la que tengo que hacer firmar también, deja de creerte un caso especial, Hammett.

— Déjame al menos despedirme de mi ángel, idiota, ¿por qué siempre lo arruinas todo? -solté de una vez, él se rió, rodé los ojos y me acerqué a mi ángel, le di un último abrazo lleno de calor- Gracias por todo, nunca he conocido a alguien que se haya preocupado tanto de mi como tú -no pude evitar soltar algunas lágrimas también.

— De nada, Amo, hice lo que pude... —Me devolvió el gesto, a los pocos segundos, no me resistí más y fui obligado a robarle un beso, el cual recibió con mucho gusto.

Necesitaba sentir por una última vez el preciado libido que ocultaban sus angelicales labios.Fue una completa lástima que momentos como éstos llenos de pasión no duren para siempre, y es peor aún cuando son interrumpidos como ahora.

La rabia y las ganas por querer matar aumentaron... de la nada, mi amado ángel redentor cayó al suelo totalmente inconsciente, me arrodillé enfrente de él para intentar reanimarlo.

Di un salto de susto cuando noté que sus ojos comenzaban a sangrar, al igual que su boca... su piel estaba trizándose hasta el punto de estar totalmente desgarrada, la sangre no podía parar de brotar... no mostraba signos de dolor, no respiraba, nada...

Mordí mi labio inferior, sin poder controlar mi llanto, grité:

— ¡Detente! Por favor, ¡no le hagas daño!

Volví a dar un salto cuando las llamas del infierno se propagaron hasta el cuerpo de mi ángel, me corrí para atrás. No había forma de poder retener el incendio, sin embargo, intenté hacer escasos esfuerzos para lograr lo contrario.

Como si se tratara de papel sus alas se transformaron en cenizas en cosa de segundos, me dolía un mundo ver como una de las "personas" a las que más amo se estaban calcinando de esta forma sin mostrar forma de dolor alguno, y que ese dolor, lo siento yo. Siento como si me quemara por dentro y es por ello mismo que no puedo parar de llorar, gritar cosas sin sentido; maldiciendo a este imbécil por arruinar mi vida quitándome a mi ángel.

Al principio creí que mi vida había sido arruinada porque mi ángel se pareciera a Lars, creí que se había arruinado cuando me enamoré del verdadero Lars y de mi ángel. Pero en realidad, se arruinó cuando Lars me rechazó y perdí a mi ángel.

Su cuerpo acabó calcinado y esfumado en su totalidad; sólo habían cenizas tiradas por el suelo volcánico.

Las llamas habían cesado, me acerqué de nuevo a lo que quedaba de mi ángel... apreté mis labios entre sí en impotencia, tratando de controlarme, cubrí mi rostro con mis manos para poder llorar tranquilo.

— ¡¿POR QUÉ?! —me quejé— ¡¡ÉL LO ERA TODO PARA MI!!

— Ya deja de llorar, puto, y firma —Frente a mis ojos apareció un contrato escrito en un idioma incomprensible y en mis manos apareció un bolígrafo.

— No lo haré, nunca de nunca. ¡Sólo quiero ir con mi ángel! ¡Llévame con él!

— No te llevaré con él, ya se esfumó, su alma ya no existe. Ahora, tú, firma.

Volví a negar.

Sentí cómo mi cuerpo se paralizaba. Perdí la capacidad visual por cuestión de segundos.

Me encontraba crucificado igual que Jesús, sí, tenía los clavos atravesando mi piel, con un dolor interminable.

— ¿Era necesario recurrir a ésto? —Asentí, en modo de desafío, sonreí sobre todo el dolor.

— Sólo los más valientes le sonríen a la muerte.

— Métete eso por el culo, idiota, y firma el contrato, obtendrás todo lo que quieras... el amor de Lars eterno, por ejemplo.

— Quiero mi alma de vuelta —Insistí mi deseo original.

— Incluyendo todas las riquezas que más haz deseado.

— Mi alma.

— Todo el alcohol que quieras, las drogas que siempre quisiste consumir... el amor de Lars, eterno, y que te ame a ti y solamente a ti. Que él obedezca a todas tus órdenes, que nunca discutan, nunca sea algo monótono, sean la pareja eterna y perfecta.

— Quiero mi alma.

Mi sonrisa fue borrada cuando el fuego se expandió hasta mí, encendiándome. Las quemaduras no se hicieron esperar, sentía como mi piel se cocinaba viva con el calor... mis gritos en agonía me ensordecerían.

No podía movilizarme; con suerte podía retorcerme y gritar.

De la nada, todo el infierno comenzó a sacudirme, como en un terremoto... varias cosas comenzaban a derrumbarse, la lava comenzaba a invadir el suelo rocoso con brutalidad. Varias rocas se trizaban hasta desaparecer hundidas en el magma.

Estaba demasiado confundido, ¿qué mierda estaba sucediendo? El incendio a mi alrededor fue apagado de la nada. No obstante, éste volvió a nacer y no para quemarme a mí.

Las abrazadoras llamas estaban envolviendo a Satán, haciéndolo chillar en agonía extrema... La lava estaba fundiendo sus patas animalísticas... él se estaba ahogando en su propio infierno...

Quedé demasiado perturbado cuando terminó hundiéndose en la lava.

Mi cuerpo seguía paralizado, no sabía qué hacer ni qué decir. Digo, estoy soñando, ¿qué puedo hacer? Mi subconsciente es quién se encargará ahora de todo.

Perdí el conocimiento por quién sabe cuánto tiempo.

Sólo sé que al despertar, me encontraba en un lugar desconocido. Tenía un paisaje de invierno, nevando y toda la cosa.

No había nadie, sólo yo y la nieve.

Todas mis quemaduras desaparecieron. Los cortes también iban desapareciendo de a poco, uno a uno.

Me levanté del muy frío suelo cubierto de nieve. Caminé descalzo sin encontrarme a nadie, sólo pude divisar una silueta muy a lo lejos que me hacía señas. No tenía nada que perder, sea o no una amenaza, da igual. A la muerte ya le he perdido por completo el miedo.

Ese alguien que me llamada, no era nadie más ni nadie menos que Lars. Apenas lo vi, mi corazón comenzó a latir de forma acelerada. Tenía el puro sentimiento que era el verdadero y no un ser de mi imaginación.

Ya cuando estuviéramos lo suficientemente cerca, me le tiré encima para abrazarlo. No sabía qué era lo que pasaba y necesitaba el apoyo de alguien, de él específicamente.

— Tranquilo Kirk, ya estás a salvo.

Comencé a desesperarme cuando noté que algo filoso había atravesado mi torso por detrás.

Lars... me había apuñalado.

— Lars... ¿por...? —El sufrimiento me hizo silenciar, él volvió a apuñalarme.

— Abre los ojos, Kirk, estás a salvo. Ya eres libre de nuevo —Con eso otra apuñalada, haciéndome volver al llanto.

Me desplomé contra el suelo a su vez que me desangraba y mi sangre ensuciaba la muy blanca nieve.

Sonrió con esa sonrisa llena de belleza que solo el verdadero Lars puede hacer, dirigió su cuchilla hasta un costado de su cráneo.

Lo último que recuerdo ver antes de perecer aquí, fue a él atravesar su cabeza con la cuchilla para morir también.

Ambos tirados, muertos y... juntos.

No sé qué es lo que ocurrirá ahora, ¿iré al infierno?¿Mi pesadilla habrá acabado al fin?

Sea lo que sea que ocurra... lo aceptaré.