*61*
POV Magnus
Sentir a Alec tan frágil no lo había imaginado, no pensé la forma en que el sufrió por mi accidente, no podía creer que alguien sintiera el mismo dolor que yo al haber pasado por eso pero aquí estaba mi Alexander demostrando que eso es posible, que cuando amas a una persona eso es posible, compartir alegrias, tristezas, dolor, asombro y más cosas de la otra persona y propios.
Aquí estaba Alexander demostrandome que el amor existe, que el amor se siente hasta en lo más profundo de la piel, que no es necesidad simplemente es un click o una forma de encajar.
Dicen que todos tenemos un alma gemela en alguna parte del mundo, que desgraciadamente no todos son capáz de encontrarla y ser 100% felices pero aquí estábamos los dos, desafiando las leyes del universo, nos encontramos y ahora estábamos juntos, juntos contra todo y contra todos.
-Esta todo listo -regreso mi Alec del comedor- solo dime y nos podemos ir
-Me encanta estar contigo -dije sin pensar.
-Y a mi-se acercó con una sonrisa en sus labios- perdóname ¿si?
-¿Perdonarte? ¿por qué? -lo veía curioso.
-Por ponerme así -suspiró- por ponerte así
-No tienes porqué pedir perdón -acaricie su mejilla- esto solo nos demuestra algo
-¿Ah si?
-Si
-¿Que?
-Que debemos disfrutar el ahora, no pensar en el mañana o en dentro de un par de horas -seguí con las caricias- hoy, ahora, te tengo aquí, a mi lado, hoy estamos juntos, ahora estoy aquí viéndote, hablandote, acariciandote, amándote -me paré un poco de puntitas para alcanzar sus labios y depositar un suave beso en sus labios- basándote -hablé al separarnos- y nadie puede cambiarlo
-Me encanta cada palabra que dices -sonrió- todo es verdad -soltó una pequeña carcajada- aún no creo que me escogieras a mi
-Siento que estabamos predestinados a estar juntos
-¿Lo crees? -su rostro se iluminó.
-¿Por que otra razón estaríamos aquí?
-Siento este amor tan grande -cerró sus ojos- tan grande como jamás imaginé
-Te amo Alexander Lightwood -besé nuevamente sus labios.
-Y yo te amo a ti Magnus Bane -habló sobre mis labios- en un mes y medio, quizás más, aprendí a amarte, aprendí que existen nuevas y mejores emociones, aprendí lo que es el amor, lo que es arriesgarse por la persona que te interesa, a luchar por alguien, a enfrentar tus peores miedos, a contar con alguién en todo momento, a sonreír nuevamente, a ocupar tus pensamientos en hacer feliz a otra persona y aceptarte tal cual eres -todo lo dijo sin dejar de verme- gracias por dejarme amarte
-Alexander... -no sabía que decir exactamente, me había robado las palabras así que lo besé, lo besé transmitiendole todo lo que sentía, un beso tierno lleno de amor.
Un sonido molesto nos hizo separarnos, bueno molesto por interrumpir tan mágico momento.
-Contesta -sonrió dulcemente.
-Pero... -no quería hacerlo.
-Que tal si es importante -depositó un suave beso en mi frente y se alejó.
-¿Siempre tienes que tener razón? -rode los ojos divertido.
-Algunas veces -agregó.
Ya no dijimos más y me acerqué a mi celular.
-Mi mamá -dije para que él escuchara pero no dijo nada así que contesté- Hola ma
-Hola mi niño -su voz era tranquila y hasta podía decir ¿feliz?- solo para decirte que ya estamos en la casa
-Ok ma entonces voy para allá -Sonreí sin rastro de humor y Alec lo notó articulando un ¿Que pasa? Pero solo negué.
-Con cuidado amor -era raro escuchar esa misma palabra de mi madre porque al que me encantaba escuchar diciendo eso era a mi novio.
-Si ma -sin decir más colgó.
-¿Que pasa amor? -escucharlo me hizo reír y es que si suena raro escucharlo de diferentes maneras y significados- ¿Magnus?
-Perdón amor -remarque la palabra volviendo a reír.
-No se si reirme o confundirme más -rascó su cabeza.
-Estoy loco -hablé restándole importancia.
-No me hagas confirmarlo -sonrió.
-Hey! -golpeé su hombro y frunci el ceño- eres mi novio no puedes decir eso
-¿Entonces si no lo fuera podría? -trató de sonar serio pero una sonrisa lo delató.
-Oh cállate Lightwood -me di la vuelta hasta que sentí sus brazos rodearme.
-Oh vamos Bane -imitó mi voz y comenzó a reír- te ves adorable cuando te enojas -besó mi mejilla.
-Ni creas que con esto te perdono -hablé firme.
-¿Debo ganarme tu perdón? -susurró a mi oído.
-Es lo mínimo que deberías -traté de ocultar mi sonrisa.
-Debo ingeniármelas para lograrlo -comenzó a besar mi mejilla- ¿como lo haré? -sus besos comenzaron a bajar por mi cuello- debo pensarlo bien -sus besos comenzaron a ser más placenteros- Mmm... ¿como? -su respiración golpeando en mi cuello y los besos se volvieron leves succiones.
-Alexander... -su nombre salió en un suspiro, mis ojos se cerraron y mi cabeza se ladeó.
-¿Me perdonas? -susurró.
-Mmm... Debo pensarlo -quería que esto durara.
-¿Mucho? -siguió besando y succionado mi cuello hasta que encontró un punto sensible.
-No... -salió esa respuesta en un jadeo.
-¿Cuánto? -pasó su lengua por esa zona.
-Ahh... Yo... -disfrutaba de cada sensación que me provocaba.
-Tu... -sopló haciéndome estremecer.
-Tal vez -sus brazos estaban aún en mi cintura atrayendome más a él, mi espalda en su pecho.
-¿Tal vez? -mordió un poco haciendo que mi mano llegara a su cabello jalando un poco.
-Mhm... -como pude asentí.
-¿Puedes perdonarme mi amor? -sus besos húmedos y su respiración me volvían loco.
-Mm... Aja... -tragué grueso.
-¿Eso que significa? -sus besos comenzaron a subir a mi mejilla.
-Que si -su aliento en mi oído.
-Que si ¿que? -susurraba a mi oído.
-Te perdono -solté sin más.
-Gracias -habló alejándose un poco permitiéndome zafarme de su agarre y voltearme.
-No puedo estar enojado contigo y lo sabes -suspire.
-Lo se -sonrió y llevó una mano a mi mejilla.
-¿Entonces? -pregunté divertido.
-Me gusta hacerte sentir bien -dijo sencillamente.
-¿Ah si? -levanté una ceja.
-Bueno admito que me gustó -dijo inocente y comenzamos a reír.
-Me encantas así tal cual eres -tomé su mano que estaba en mi mejilla.
-Me gustas tu -me besó castamente- así me gustas
-Vamos mi familia me espera para la ejecución -brome.
-Oh no es para tanto -sonrió tomando mi mano y las llaves para salir hacía mi casa.
Yo solo esperaba que tuviera razón.
******
-Se que son grandes y se saben cuidar pero ¿acaso no tienen teléfonos? -por fin mi madre tomó aire- solo lo toman y mandan un pequeño mensaje con un estoy bien, estamos viendo una película, ¿puedo quedarme? -seguía caminando de un lado a otro, Alexander y yo estábamos sentados en la sala con las manos entrelazadas y con Raphael viéndonos entre divertido y enojado.
-Ma yo...
-Nada, ¿a caso no era fácil? -habló más para ella- solo era un mensaje -dijo exasperada- ¿no podían ponerle pausa a la película?
Al instante Alec apretó mi mano y me vió disimuladamente pero pude notar un leve sonrojo en sus mejillas haciéndome recordar la película que vimos y me hizo sonrojar también.
-Fue mi culpa señora -habló Alec después de un rato.
-¿Ah si? -mi madre lo vió intrigada- ¿por que?
-Ah.. Yo... Pues... -no sabía si reír o darle apoyo cuando empezó a balbucear.
-Si Alec, cuentanos -intercedió Raphael y le lancé una mirada asesina pero él lo disfrutaba.
-Pues... Al llegar le pedí que dejaramos los celulares en un mueble en silencio para que nadie interrumpiera -dijo lo último y cerró los ojos levemente.
-¿Interrumpir que? -volvió a preguntar Raphael.
-Nuestra tarde juntos -intercedí- y nos olvidamos de ellos, ya en la mañana cuando despertamos me acordé -volteé a ver a mi madre- lo lamento no se a que hora nos quedamos dormidos
-En diferentes lugares espero -volvió a hablar Raphael pero ahora sin ningún rastro de humor.
-Si -hablé antes de que Alexander hablara de más y era en parte cierto, yo dormí del lado derecho y del izquierdo, son diferentes lados.
-Que no se vuelva a repetir -habló finalmente mi madre- no les cuesta nada avisar
-Lo sentimos -hablamos al mismo tiempo haciéndonos reír, a mi mamá negar divertida y a Rapha bufar.
-Está bien -habló más tranquila- y no es por correrte Alec pero ya está oscuro afuera
Volteamos y era verdad, ví el reloj y ya eran las 8:00 pm ¿tanto duró el interrogatorio?
-Si señora no se preocupe -se levantó, yo lo seguí- que pasen buena noche -mi Alec siempre tan caballeroso, eso solo me hizo suspirar y tomarlo del brazo.
-Te acompaño -agregué mientras caminábamos.
Cuando llegamos a la puerta el salió pero dió la vuelta quedando frente a mi.
-Bueno... -suspiró- estuvo algo...
-¿Intenso? -brome- ¿cansado? -seguí jugando- bienvenido a la familia Bane -comencé a reír pero él se acercó derrepente besándome, un beso inesperado, sus brazos en mi cintura y las mías las alcancé a subir a su cuello, un besó que me robó el aliento.
-Me encanta -habló con la respiración agitada.
-¿Que? -mi respiración era irregular.
-Como suena eso -sonreía pero yo no entendía él lo notó y agregó- ser parte de la familia Bane, de TÚ familia
-Eso eres, eres una parte de mi ahora -acaricie su cuello- y yo espero ser parte de ti
-Sabes bien que así es -sus manos sujetaron más mi cintura- oye no sonaría mal
-¿De que hablas? -lo veía confundido pero divertido.
-Tu y yo -su sonrisa tierna y ojos brillosos hacían a mi corazón volcarse- una familia -esas dos palabras me hicieron abrir los ojos muy grande.
-¿U... una familia? -estaba como en shock.
-Si -dijo simplemente- ¿Que te parece... -desvío su mirada pero a los pocos segundos volvió a la mía con una sonrisa más brillante- la familia Lightwood Bane
-Familia Lightwood Bane -repetí procesando eso y descubrí que era lo que más quería- me encanta
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Hola buenas noches
Si bueno aquí es donde me apedrean 😅 lamento no actualizar, juro que escribir miel sin nada de drama es complicado para mi 😅 y más con todo lo que tengo en mi cabeza.
Merezco las piedras lo acepto así me internan de una vez por todas 😜
No ya en verdad debo hacerme análisis, ¿el dolor de cabeza y de estómago constante y fuerte es normal?
Ah y justo por eso *típico en mi* como sentí ese dolor horrible mientras escribía se lo pasé a Magnus pero hay que admitir que eso hizo que el Malec se uniera ¿apoco no? 😉
Bueno espero les haya gustado este capítulo, nos leemos pronto. 😘
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