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¡Los problemas solucionados! ¡Soy imperfecta, pero así estoy perfecta!

¿Qué puedo decir? Hibari tuvo una cita. La noticia explotó la escuela como un barril de pólvora. No se hablaba de otra cosa. 

Lo que sí: los alumnos promedio no sabían si después de esa hubo otras. Pero lo que importaba, era que había habido una primera cita de Hibari. Una cita formalmente hablando. Con llevarla a la casa al final y todo. 

Cuando el lunes, Tsuna y famiglia, prácticamente se desayunaron esa noticia revolucionaria, más de uno no creyó lo que escuchaba. Y la curiosidad de todos, fue que Tsuna atara cabos sorprendentes, y llegara  a una conclusión imposible: El nuevo amor de Haru era Hibari. De sólo pensarlo, se reía sólo. 


Hasta que un mes después, Reborn y él los vieron. Ella salía de la universidad a la que quería asistir, y mostraba, muy triunfante, el papel del exámen de media.  Cien de cien. Hibari no tenía el uniforme escolar, por lo que estaba prácticamente irreconocible. De no haber sido por Hibird, se hubiese acercado a hablarle de lo más normal. Al verlo de nuevo, notó que no era lo más extraño lo del uniforme: le sonreía. Le sonreía.... sin ánimos asesinos. No era su media sonrisa de "te derrotaré", era una sonrisa sincera,  una que se reflejaba en su mirada enternecida también.

Haru le presumía lo mucho que los profesores habían elogiado su prueba. Y que tras eso, había habido un exámen oral sorpresa, ¡¡Y que había estado tan nerviosa que casi se iba!! 

-Pero.... ¿sabes? Yo.... me acordé de tí, y...- sonríe,a algo roja de las mejillas- Y me decidí a esforzarme. Me diste valor para salir adelante, Nami-chuu-san.....

"¿¡Qué clase de apodo es ese!?", pensó Tsuna, mientras los espiaba. 
Reborn miró a Tsuna, y dudó si sacarlo antes que el "horario infantil" terminase. Si Hibari Kyoya se enteraba que habían visto eso, Tsuna sería puré de carne.... aunque por el otro lado, un jefe debía conocer a sus subordinados. Y un romance serio no debía menospreciarse. Menos en esa edad. Así que Tsuna debía imponer la confianza para que sus subordinados pudiesen hablar de esos temas con él. O el episodio de Haru de un mes atrás se repetiría. 

Él sólo rió por lo bajo.

-¿Así que también lo aprobaste?

-¡Cien de cien! - dijo ella, haciendo la V de la victoria- ¡Me lo sabía todo, y contigo apoyándome me explayé en lo que quise! 

Tsuna la veía con su sonrisa de oreja a oreja, y sabía que no había duda alguna. Hibari era su nuevo amor. Se dio media vuelta, y caminó tranquilo por las calles de Namimori, hasta que de repente recordó algo, y se fue a hacer bolita en el primer rincón que encontró. ¡Había prometido golpearlo si hacía llorar a Haru! ¡¡A Hibari-san!! ºAº||||| Pero luego recordó otra cosa. Recordó la cara de Haru acurrucada así como él, abrazando una prenda de ropa, para esconder sus lágrimas, aquella vez que habían luchado contra el Byakuran del futuro. Si eso llegaba a ocurrir de nuevo...

-¿Dame Tsuna?

La voz de Reborn lo sobresaltó. Se levantó de un salto y  se empezó a reír.

-¡Lo siento! ¿Estoy...?


Reborn lo golpeó porque pensó que Tsuna había huído (Sólo les había dado espacio), y que no quería asumir lo que veía. El pobre Tsuna fue golpeado violentamente sin motivo. 





Por su parte, Haru y Hibari se habían quedado quietos, y en silencio, porque lo habían notado cuando repentinamente se había girado y vuelto por donde había venido. Los dos estaban rojos, (Si, Hibari también, aunque sólo un poquito debajo de los ojos), porque los habían reconocido. Y de alguna manera... se sentían descubiertos. Como si estuviesen haciendo algo señalable. A pesar de que sólo eran dos amigos apoyándose mutuamente para entrar en la universidad....

Bueno, no era un misterio el motivo. Ambos sabían perfectamente cuán perdidamente estaban enamorados del otro. Y lo poco que lo veían como amigo/amiga respectivamente. 


Pero porque lo vio irse quizás, Hibari tomó valor. El herbívoro era un herbívoro, pero él sabía que lo enfrentaría de ser necesario si se volvía una amenaza. Así que, (convenientemente a su favor), tomaría esa retirada como que les daba espacio, permiso. Si alguien tan miedoso como el herbívoro no lo consideraba una amenaza, entonces....

-Haru....- Ella sintió un escalofrío cuando se giró a verla. Esa.... posiblemente, era la primera vez que le decía por su nombre. Casi siempre le decía por su apodo, o sólo Spring. Y cuando debía parar de hacer algo que lo molestaba, era un cortante "herbívora"; fuera de eso, era sólo "tú"- Hace mucho que no me hablas sobre tus sentimientos hacia el herbívoro...

Ella se ruborizó hasta las orejas, mientras notaba su penetrante mirada  que intentaba encontrar la suya, clavada en el suelo. Esa reacción le habló a Hibari mucho más que los balbuceos que ella intentaba articular. Sonrió torcido, y se paró frente a ella. Sólo unos pocos milímetros los separaban, pero a él le parecían kilómetros: distancia que debía acortarse. Al fin y al cabo...

-¿Entonces serás mía?- le preguntó, tomando su barbilla con cuidado, y haciéndola mirarlo. Ella sólo se quedó ahí, tensada en toda su extensión, temblando como un conejito asustado- ¿O no?

Haru apenas podía moverse. No podía apartar la vista, por ejemplo: la mirada de Hibari era demasiado envolvente, demasiado penetrante e hipnótica. Tampoco podía huir corriendo: tenía las manos de Hibari en su cintura, y no parecían dispuestas a ceder. No sabía desde cuando estaban ahí, pero quería que no cediesen ni un centímetro si ella intentaba huír. Sabía que sólo tençia una opción. 

Movió lentamente la cabeza, mientras sentía cómo ante cada subida y bajada la sangre se le juntaba más y más haciéndola parecer un tomate que asentía.

Hibari sólo sonrió, la acercó aún más a él, y la besó con suavidad.

-A partir de ahora no puedes mirar a nadie más. Porque eres mía. Pero a cambio.... - besó su mano y su pelo con suavidad. Si haru hubiese podido, se hubiese ruborizado incluso más- Yo no miraré a nadie más, y seré sólo tuyo. 

-K-K-Kyoya.... yo...- juntó aire y lo miró a los ojos, temblando de pies a cabeza- Yo.... te amo...

Él sonrió y volvió a besarla. 

-Lo sé. Así como tú sabes que yo a tí, Miura Haru. Mi propia Yamato Nadeshiko.





Haru se abrazó a él, riendo de felicidad por escucharlo decir eso. Yamato Nadeshiko. El ideal de mujer japonesa perfecta. Sólo Kyoya la podría querer tanto para compararla con ella... y sólo Kyoya importaba.


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Y ahora si un final owo/ 
Gracias por leer esta historia!! QwQ

See you aga~~~in desu <3 

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