En la gran ciudad de Nueva York caminaban una pareja por las oscuridad de la noche que solo era iluminada por los faroles y algunos anuncios que describían el propósito de sus respectivos negocios.
La joven pareja caminaba en silencio, pero aún sonriendo. La muchacha se sostenía del brazo de su acompañante, mientras él la miraba con curiosidad.

- y... dígame, su hogar se encuentra muy lejos. -  quiso romper el silencio, mirando de reojo a la joven señorita que lo acompañaba.

- en realidad no, está a unas cuantas calles más allá. Es un pequeño apartamento que conseguí cuando llegué. -  le contestó mirándolo y mostrando su encantadora sonrisa.

- lo imaginaba. -  espetó en un susurro para sí mismo. Que ella no llegó a escuchar.

- de hecho, ¿ quisiera hacerle una pregunta? - soltó la pregunta la actriz, con algo de duda en sus palabras.

- adelante, estaría encantado de aclararle cualquier duda.- dijo con total calma, sin despegar su mirada de el camino que llevaban.

- Sr. Drew, hoy me enteré sobre... la canción... - pronunció dudando en sus palabras.

- quisiera saber... ¿ porqué lo hizo?-   preguntó desviando la mirada al lado opuesto de donde se encontraba su jefe.

Él al escuchar su pregunta, soltó una pequeña risita, para luego mirar a su ángel, que tenía la mirada desviada al lado opuesto de donde se encontraba él.

- sabes, si no lo hubieras hecho. Estaría incumpliendo con mi trabajo. - respondió con total calma el joven soñador, lo que hizo que ella volteó su vista, sorprendida, desviando la mirada a donde se encontraba Joey.

- la ilusión de vivir y realizar un sueño. - concluyó su respuesta resumiéndolo en una simple frase.

- ¿ su trabajo se consta en cumplir ilusiones de inocentes jovencitas?- preguntó alegremente la jovencita levantando una ceja en señal de duda.

- sueños querida, soy Joey Drew... ¿ Recuerda?- inquirió ampliando la sonrisa que siempre solía llevar.

- si, lo se, los sueños se hacen realidad. Pero aún así, ¿porqué lo hizo?- preguntó una vez más.

Joey soltó un pequeño suspiro, para luego detenerse en seco dejando de caminar, ocasionando que su acompañante también lo haga. Dio unos pasos, para momentos soltándose de el agarre de la mujer que llevaba sobre su brazo y posicionarse delante de la señorita.

Colocó delicadamente una mano en su barbilla levantándolo con toda la delicadeza, para poder observar mejor su hermoso rostro. Ella al subir la mirada y observar su encantadora sonrisa, mostrando esas perlas blancas que eran sus dientes y esos ojos que no paraban de juzgarla. Se quedó estoica en su postura, sintiendo un escalofrío que recorría por su espalda.

- recuerdas cuando especule sobre tu posible pasado como actriz... y como te dije que varias pretendientes a interpretes vinieron a mí. - le recordó aún levantando la mirada de la señorita para que tenga total atención en sus palabras.

- si...- afirmó en un pequeño susurro.

- te escogí a ti de entre todas ellas, porque tu eres diferente en varios aspectos, eres perfecta. Lo vi en tu mirar eres más que una simple actriz. Eres un ángel, el ángel que necesito.- cada palabra que soltó le hizo estremecer a la joven chica. Remarcando en sus labios una hermosa sonrisa, dirigida al hombre que estaba frente a ella.

- lo dice enserio Sr. Drew. - dijo absteniéndose de saltar al hombre.

- así es... eres el ángel de mi estudio, por lo tanto debo de darle de los mejores tratos. Incluyendo la canción que tanto anhelaba. - afirmó sonriente, quitando la mano de su mentón, para poder ofrecerla frente a ella, y sea capaz de tomarla para continuar con su caminata.

- que le parece si continuamos. -  dijo aún extendiendo su mano.

Ella no dijo nada, aceptando el ofrecimiento de su jefe, colocándose al lado de él. Profundizando el agarre sobre su brazo, aún más de lo que llevaba hace instantes. Continuando su caminata, con dirección a la casa de la señorita.

Que al llegar a su destino, la dejo en la puerta de su hogar. Él se despidió formalmente mostrándole su particular sonrisa para luego alejarse y dejar sola a su ángel. Que se quedo en su casa, para luego poder recostándose sobre su cama. Pensando en las palabras que le dedicó su jefe, al describirla como un ángel. Para luego quedarse dormida con una sonrisa, aún quedando entre sus pensamientos sus palabras, para poder comenzar un nuevo día lleno de sueños que se vuelven realidad.