Lujuria
No cabia duda de que esa mujer era el demonio en persona, tenía que ser una broma, en sus 27 años de vida jamas había deseado tanto a una mujer, ni siquiera había deseado a alguna, ahora solo podía sentir lujuria por ella, era tan hermosa, sexi y sobre todo exquisita, Sasuke se golpeo mentalmente había pensado "exquisita" era un termino que él odiaba que los hombres dijeran sobre las mujeres, ya que ellas no eran comida, pero ahora no estaba tan seguro de coincidir consigo mismo, pues dado que Sakura era una platillo muy apetitoso, quería zacearse con ella, perderse en ella.
-Bien Sasuke, acompañare a Sakura con Kakashi, tiene terapia todos los jueves - comento el cardenal, Sasuke asintió aunque relamente no había escuchado toda la platica, pues se había perdido en los orbes verdes que tanto amaba, ahora sin dud ese era su nuevo color favorito, volvió a sacudir su cabeza y golpearse mentalmente, porque eso estaba mal, desear así de esa forma a una mujer no era sano y menos hacerlo mientras estaba frente al santísimo, después de tanto estaba experimentando todos los placeres bajos con solo imaginarse tener su cuerpo contra el de aquella hermosa mujer.
Sakura lo observaba atenta como esperando a que él dijera algo, se mordió el labio y el no pudo evitar quitar su mirada, lo estaba torturando, quería, necesitaba con urgencia posar sus labios sobre los de ella, pero no, eso no estaba bien, de ninguna manera, él ya había tomado una decisión desde hace mucho tiempo atrás, sería sacerdote y ninguna mujer ni siquiera ella tenía derecho a tentarlo, así que solo asintió al cardenal ignorando por completo a la joven, volteo a ver al santísimo y se retiro para volver a incarse y volver a orar, ahora no solo por sus progimos si no por su alma, para que no se perdiera en los placeres mundanos, era una mujer hermosa había que aceptarlo, pero su fe, su devoción y su anhelo lo eran aún más, tendría que alejarse de ella y lo haría, por el bien de ambos.
Sakura quedó desilusionada, jamas ningún hombre la había ignorado así, y él lo había hecho y de que manera, pareció incluso incomodo con su presencia, bueno, no quedaba de otra más que tratar de ignorarle, era un hombre que por lo visto no estaba dispuesto a renunciar a sus votos por ella, era una lastima, estaba desilucionada, quizá molesta pero estaba segura de que eso no haría que ella perdiera el interés en él.
-Vamonos Sakura, Kakashi debe de estar esperándonos - comentó su tio y Sakura asintió retirandoe así con él.
Sasuke se encontraba hincado orando pero no pudo evitar voltear a ver a la chica, se meneaba con tanta gracia que no pudo evitar quedar anonadado, dios, eso estaba mal, lo sabía, sacó el crucifijo que tenía debajo de su camisa y lo beso, no quería sentirse así pero era inevitable, siempre había sido sus sueños consagrarse a la vida sacerdotal pero... ahora ya no estaba tan seguro de ello.
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