I
En un mundo donde las dimensiones se cruzaban, Viserys Targaryen, el exiliado príncipe de la casa Targaryen, se encontró cara a cara con Draco Malfoy, el orgulloso y ambicioso estudiante de Hogwarts.
Viserys, desesperado por recuperar el trono de Westeros, había estado buscando una forma de aumentar su poder y influencia. Draco, por su parte, estaba intrigado por la idea de explorar la magia de sangre de los Targaryen.
Ambos se encontraron en un oscuro y abandonado castillo, rodeados de antiguos libros de hechizos y artefactos mágicos. Viserys, con su característica arrogancia, se burló de Draco por su juventud y falta de experiencia en la magia de fuego. Draco, sin embargo, no se intimidó y desafió a Viserys a un duelo mágico.
— Tu sangre es tan fría como tu corazón, Malfoy. Pero pronto sentirás el fuego de los Targaryen.
- El fuego que tanto alardeas no es nada comparado con la venenosa sangre de los Malfoy. Te quemaré hasta reducirte a cenizas.
— Eres un cobarde, Malfoy. Te escondes detrás de tu familia y tu dinero. Pero hoy, te enfrentarás a la verdadera nobleza.
-Nobleza? ¡Ja! Los Targaryen son solo una reliquia del pasado. Y tú, Viserys, eres un fantoche patético que se cree rey.
—Te mostraré lo que significa ser un rey. Te mostraré el verdadero poder del fuego y la sangre.
-Adelante, Targaryen. Te estoy esperando. Pero no te prometo que saldrás vivo de este duelo.
El duelo comenzó, con Viserys invocando llamas y Draco respondiendo con hechizos de hielo y sombra. La batalla fue intensa, con ambos luchadores intercambiando golpes y mostrando su habilidad y astucia.
Viserys, con su varita de dragón, lanza un hechizo de fuego: "Drakonis Ignis!" Un chorro de llamas sale disparado hacia Draco, quien se protege con un escudo mágico: "Protego!" Las llamas rebotan en el escudo, pero Viserys no se detiene.
Draco contraataca con un hechizo de hielo: "Gelatio!" Un rayo de hielo azulado sale disparado hacia Viserys, quien lo esquiva con agilidad y responde con un hechizo de relámpago: "Fulmen!" Un rayo de energía eléctrica sale disparado hacia Draco, quien se protege con otro escudo mágico.
A pesar de la intensidad del duelo, Viserys y Draco no podían negar la atracción que sentían el uno por el otro. Era una atracción peligrosa, nacida de la pasión y la rivalidad que los unía. Sin embargo, su odio y deseo de vencerse mutuamente eran más fuertes.
Viserys veía a Draco como un símbolo de todo lo que odiaba en el mundo: la arrogancia, la prepotencia y la falta de honor. Quería derrotarlo para probar su superioridad y demostrar que la sangre Targaryen era más noble que la de los Malfoy.
Draco, por su parte, veía a Viserys como un obstáculo para su ambición y poder. Lo consideraba un rival peligroso que debía ser eliminado para asegurar su posición en el mundo mágico.
A medida que el tiempo pasaba su atracción mutua crecía, pero también lo hacía su determinación para derrotarse. El duelo era un juego de poder y control.
En un momento, sus varitas se cruzaron, y por un instante, sus ojos se encontraron. Viserys vio la furia y el deseo de victoria en los ojos de Draco, y supo que no podía permitirse mostrar debilidad. Draco, por su parte, vio la pasión y la determinación en los ojos de Viserys, y se sintió aún más decidido a derrotarlo.
El duelo continuó, con hechizos y contraataques, cada uno más fuerte que el anterior. La atracción entre ellos era palpable, pero su odio y deseo de victoria eran más fuertes. Solo uno podía salir victorioso y ambos estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para asegurarse de que fueran ellos.
Sin embargo, a medida que el duelo avanzaba, Viserys comenzó a perder el control, consumido por su propia ambición y sed de poder. Draco, por otro lado, mantuvo la calma y aprovechó la debilidad de Viserys para lanzar un hechizo definitivo.
Viserys cayó derrotado, y Draco se acercó a él con una sonrisa despectiva. "La verdadera magia no se trata de poder o fuerza", le dijo. "Se trata de control y astucia".
Viserys, humillado y derrotado, se dio cuenta de que había subestimado a su oponente. Draco, por su parte, había demostrado que su habilidad y astucia eran superiores a la simple fuerza bruta.
A partir de ese día, Viserys y Draco se convirtieron en rivales y enemigos, cada uno buscando superar al otro en el arte de la magia y el poder.
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