Capítulo veintiocho "Monstruo"
En la mañana siguiente Sam y Dean fueron a ver como estaba Teddy, dado que se lo habían llevado a sala de maternidad con los demás bebés recién nacidos.
—¡te felicito Sammy! ¡ya eres abuelo! —Dean golpeó amistosamente el hombro de su hermanito.
—es increíble ¿no te parece? —ambos observaron al pequeño bebé que descansaba en la cuna del medio.
—lo es —asintió.
Un enfermero entró y se acercó con determinación hacia el bebé Teddy, ambos hermanos miraron con atención las acciones del chico. De repente, saca discretamente una jeringa con un líquido amarillo —Dean —murmuró Sam llamando la atención de su hermano, mientras señalaba con el mentón al enfermero.
Ambos cazadores no dudaron en entrar y tomar al tipo alejandolo de recién nacido.
—hijo de perra —gruñó Dean al reconocer al chico.
—sorpresa —sonrió sinicamente.
—¿Qué demonios ibas a hacer con es jeringa? —preguntó Sam molesto.
—lo que ustedes no se animaron a hacer —admitió —matarlo.
—es wolfsbane —el cazador que lo sujetaba, se la quitó.
—mi nieto no es un monstruo, es un niñito inocente.
—es hombre lobo, eso lo convierte en un monstruo —contra atacó.
—¿En serio serías capaz de hacerle eso a Alice?
—lo hago por su bien, tarde o temprano ese engendro, la matará. —admitió.
—tú no lo haces por eso, sino porque no puedes tolerar que sea hijo de Scott y no tuyo.
—no me interesa eso, por cierto, pienso matarlo a él también —sonrió, Dean no lo soportó y le soltó un golpe en el rostro.
—tocalos y no vivirás para contarlo —amenazó el más alto.
—lo voy a matar, ya que a ti te faltan los huevos para hacerlo. —lo miró con diversión —claro, ya entiendo, no matarías a uno de tu propia especie ¿verdad, Sammy? —rió —después de todo, tú también eres un monstruo.
—¡voy a matarte! —gruñó.
—no, no lo harás —acercó su rostro a él —¿Sabes por qué? Porque amas a Alex, no puedes lastimarme sin dañarla a ella.
—por mi puede hacerlo —los tres voltearon hacia la puerta Alex estaba allí junto a Alice.
—Alex, tú...no me harías daño ¿o sí? —ella no respondió pero su cara lo dijo todo —soy tu hermano.
—dejaste de ser mi hermano hace mucho, ahora, tú eres el verdadero monstruo aquí —dijo decepcionada —no puedo creer que...¿ibas a lastimar a Bebé Teddy?
Teddy se soltó a llorar, la cazadora no lo pensó dos veces a pesar de estar recién parida, entró valientemente pero antes de acercarse a su bebé, le propinó un buen golpe al rubio.
El chico escupió un poco de sangre antes de sonreír retorcidamente mostrando sus dientes teñidos de rojo, sin ningún tipo de remordimiento.
—toca a mi hijo otra vez y...conocerás la furia de una Winchester.
—me encantaría que lo intentaras —rió.—no eres capaz de lastimarme.
—justo en este momento, soy capaz de cualquier cosa por mi bebé. —Tomó a bebé Teddy y lo abrazó protectoramente contra su pecho—ya cariño, mamá te proteje —murmuró tratando de tranquilizarlo.
—vamos, Al —Alex la guió afuera.
Mientras Alice y Alex volvían a la habitación, los Winchester se encargaron de Malcolm.
—no puedo creer que casi lastima a mi hijo —la cazadora se soltó en llanto. —es un ser inocente, no ha dañado a nadie.
—mi hermano está dañado —dijo la chica apenada —realmente lo siento, no tenías que pasar por esto.
—quiero irme, ya no me siento segura aquí.
—en cuanto Sam y Dean vuelvan, pediremos el alta voluntaria —aceptó Alex.
—¿por qué lo hizo?
—creo que...no puede aceptar que este pequeño sea hijo de alguien más. —reflexionó la cazadora.
—dudo que alguien quiera tener un hijo con él —se sentó en la cama —agradezco que mi pequeño sea un McCall, su padre si es un ejemplo digno...a pesar de no tenerlo aquí por mis equivocaciones.
Alice dejó al bebé en la cama y comenzó a guardar las cosas de bebé Teddy y las suyas.
—¿puedo? —señaló al bebé
—¡oh! ¡Por supuesto!
Aprovechó ese momento para ir al baño y cambiarse. Tras salir Sam y Dean habían regresado.
—Alex nos dijo que quieres irte —comentó el mayor.
—no me siento segura aquí —admitió aceptando a Teddy de vuelta.
—él ya no te hará daño ni a Teddy, ya nos encargamos —habló Sam.
—podría tener cómplices y mandar a otro cazador.
—está bien, cariño —aceptó su padre —regresemos al bunker.
Tras hacer los trámites correspondientes, Alice y Teddy lograron tener el alta. Conforme se alejaban del hospital, la cazadora comenzó a sentirse más tranquila.
La puerta del bunker se abrió con un chirrido, y Alice entró con Teddy en brazos, sorprendida por la explosión de alegría que la recibió. —¡Bienvenido! — gritaron todos al unísono, mientras la miraban con sonrisas radiantes.
Allí abajo estaban, Amelia, Jody, Claire, Patience, Alex, Ben, Tom, hasta Jack. Con una sonrisa enorme, bajó recibiendo a todos.
La castaña estaba abrumada por el afecto, pero su corazón se llenó aún más cuando vio a su madre, Amelia, extendiendo los brazos para tomar a Teddy. —Déjame ver a este hermoso bebé —dijo Amelia con una emoción palpable en su voz.
Alice entregó a Teddy a su madre, observando con cariño cómo lo sostenía con ternura. —¿No es increíble? —dijo la jóven con una sonrisa nerviosa. —No puedo creer que finalmente estemos aquí.
Amelia acarició la mejilla de Teddy con suavidad, antes de mirar a Alice con una expresión pensativa. —salió igual a Scott ¿no crees?
El comentario de su madre hizo que la cazadora contuviera el aliento por un momento. La ausencia de Scott, el padre de Teddy, pesaba sobre la atmósfera festiva. Una pelea pasada entre ellos había dejado heridas profundas, y aunque Alice había intentado mantener la paz, la presencia de Scott en este momento crucial había sido imposible.
—sí —respondió su hija con un tono cuidadoso. —Quizás un poco. Pero espero que herede lo mejor de ambos.
Tom, intervino con rapidez para cambiar el tema. —¿Qué tal si abrimos algunos regalos? —sugirió, ofreciendo una distracción bienvenida.
—eso me gustaría —sonrió Alice recibiendo el primer paquete por parte de Ben.
La pequeña fiesta estuvo emocionante y distrajo a Alice de todo lo vívido ese día.
—cariño, creo que Teddy necesita un cambio de pañal —comentó Sam, quién lo estaba sosteniendo hasta ese momento.
—sí...am...se lo cambiaré —tomó al bebé y subió hasta su habitación donde estaba la pañalera. —¿Cómo se supone que lo haga? —se preguntó mientras le sacaba el pequeño pantalón.
—¿Necesitas ayuda? —Dean estaba cómodamente apoyado en el marco de la puerta.
—¿Sabes cambiar pañales? —alzó una ceja.
—por supuesto —se acercó a ella. —primero, hay que quitarle el pañal sucio.
Con cuidado la cazadora se lo quitó —bien, ¿y ahora? —observó a su bebé quién hizo una mueca aparentando una sonrisa marcando un par de adorables hoyuelos en sus mejillas.
—asintió —Perfecto. Ahora, limpia con las toallitas y pon el pañal limpio.
Alice comenzó a limpiar a Teddy con concentración, pero justo cuando estaba a punto de colocar el pañal limpio, Teddy decidió intervenir.
—oh no —el mayor entendió lo que estaba por pasar —espera, ¡espera!
Entonces un chorro de orina salió disparado directamente al rostro de la joven, pero ella fue más rápida y lo esquivó provocando que Dean recibiera el impactó en la cara. La cazadora al ver la expresión de su tío rompió en carcajadas. —¡oh Dios mío!, lo siento —limpió una lágrima que se le escapó gracias a la risa. —¡Lo siento, Dean! ¡Pensé que lo esquivarías!
Se limpió el rostro con una toalla, entre risas —No te preocupes, princesa. ¡Eso es lo que se llama un tiro certero!
—¡Lo siento de nuevo! ¡Pero esa fue una jugada épica!
—Así es como se gana en el mundo del cambio de pañales, ¿eh? ¡Bien hecho, Alice! —sonrió. —ponle el pañal nuevo ¿Quieres? Y hazlo rápido, no necesito otra bendición. —bromeó.
La jóven, le puso el pañal nuevo junto con el pantaloncito y luego lo tomó en brazos para volver a la fiesta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro