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Capítulo cuarenta "Lo más valioso en mi vida"

Luego de una agradable cena, los cuatro subieron a su respectivas habitaciones, Teddy fue arropado por ambos de sus padres en la habitación de huéspedes.

-buenas noches, pequeño -murmuró Scott despeinandole el cabello y provocandole una pequeña sonrisa a su hijo.

-sueña con los lobitos -Alice dejó un beso en su frente.

La castaña se levantó de la cama y se acercó a su chico quién la esperaba junto a la puerta, el jóven rodeó sus hombros y la atrajó a él antes de voltear para salir.

-los amo, mami y papi -dijo Teddy para luego cerrar sus ojitos.

-también te amamos, mi amor.

Scott apagó la luz y tras salir cerró la puerta despacio.

Ambos jóvenes entraron en la habitación de Scott, que es donde se quedarían. Alice observó todo con cuidado, algunas cosas aún permanecían allí como algunas fotos, trofeos y medallas.

-los recuerdos que deben de haber aquí, atrapados -opinó ella mirando a su alrededor antes de toparse con su chico.

-demasiados -la guió hacia la cama. -¿Quieres agregar algunos más? -unió sus labios en un tierno beso.

-ahora no, solo quiero dormir -soltó un pequeño bostezo.

-será otro día -comenzó a quitarse la ropa desinteresadamente pero, sabiendo que Alice lo estaba observando. -¿Se te perdió algo? -la miró burlón.

-no... -murmuró completamente embelesada por la belleza del alfa.

-ahora ya no quieres dormir ¿eh? -se acostó.

-está jugando sucio, McCall -achicó los ojos -bueno, dos pueden jugar el mismo juego -se quitó la ropa y comenzó a ponerse el pijama, en todo ese momento sintió a Scott mirándola fijamente. -buenas noches, lobito -se acostó en la cama.

-tú no vas a dormir ahora, señorita -se subió sobre ella cuidando de no aplastarla. -ya que provocas, dame lo.que quiero.

-tú empezaste -le recordó antes de unir sus labios en un beso, una de sus manos subió al cuello del chico profundizando el beso.

-tienes suerte de que tenemos compañía -dijo antes de acomodarse junto a ella. -buenas noches, cariño.

-buenas noches, mi amor -respondió abrazándolo por el pecho.

De repente en la profunda oscuridad se cirnió el interior de una iglesia, había caras familiares en los asientos. Alice se preguntó que demonios estaba pasando allí, lo cual fue respondido cuando Allison y Scott entraron tomados de la mano, ambos vestidos como los novios en una boda.

-¿Scott? -inquirió confundida, su pecho se hundió al verlos tan acaramelados.

-¿Acaso creíste que lo nuestro fue real? -se burló con una sonrisa cínica, sus ojos centelleando con malicia mientras observaba a Alice.

La cazadora sintió cómo el aliento se le cortaba en la garganta, la incredulidad pintada en su rostro. -¿Qué estás diciendo, Lobito? -preguntó con voz entrecortada, buscando desesperadamente una explicación que no encontraba.

Allison se unió a la farsa con una risa hiriente. -Oh, pobre y credula Alice, pensó que era la elegida -murmuró con desprecio, sus labios curvándose en una sonrisa burlona mientras disfrutaba del sufrimiento ajeno.

El corazón de la joven latía con fuerza en su pecho, cada palabra de Scott y Allison perforándola como agujas. -No... no puede ser verdad -susurró, las lágrimas asomando en sus ojos mientras luchaba por aceptar la realidad que se desplegaba ante ella. -no es real -negó dando un paso atrás aturdida, alzó la mirada encontrándose con el alfa -Me dijiste que me amabas, que era tu ángel... ¿Recuerdas?

Scott la miró con fastidio, sus palabras cortantes como dagas que se clavaban en su corazón herido. -Eso...no significó nada para ti? -preguntó ella con desdén, como si sus sentimientos fueran insignificantes.

Pero el castaño no mostraba señales de arrepentimiento, su mirada fría y distante. -A quien amo realmente es a Allison, ella es mi verdadero ángel. -la miró con amor, antes de voltear hacia Alice -Tú solo fuiste un pasatiempo - declaró con desdén, como si las palabras no fueran más que un juego para él.

Alice sintió una presencia familiar a su lado. Cuando volvió la cabeza, vio a Teddy, su hijo pequeño, de pie junto a Scott y Allison, sus ojos brillando con una malicia que no le correspondía.-¿Acaso creíste que Scott y tú serían una familia real? -se burló con una voz que no parecía propia de un niño, sus palabras resonando en la iglesia como un eco siniestro.

La joven sintió cómo el corazón se le encogía de dolor y confusión. -Teddy, ¿qué estás diciendo? -preguntó con voz temblorosa, su mente luchando por comprender lo que veía.

-Ahora Allison es mi nueva mami -la abrazó.

-Teddy mí amor, tú no-negó destrozada -estas hiriendo a mami.

-tú no eres mi mami -gruñó.

-ya Alice, ¿por qué no regresas a Lebanon con el monstruo de tu padre y el idiota de Dean? Nadie te quiere aquí -los tres le dieron la espalda.

La garganta se le cerró de la angustia y apenas podía tragar, las lágrimas no paraban de bajar por sus mejillas y como sino fuera poco, todos los invitados comenzaron a reírse burlonamente mientras la observaban hecha pedazos, al son de -¡no te ama! ¡no te ama!

Un grito desgarrador salió de su garganta al tiempo que se despertaba sobresaltada.
El eco de la pesadilla aún resonaba en su mente, envolviéndola en una bruma de confusión y miedo. Con el corazón palpitando desbocado en su pecho, se encontró con Scott a su lado, su rostro iluminado por la preocupación.

-tranquila Ángel -trató de tomarla entre sus brazos pero ella se apartó.

-no me toques -susurró con voz temblorosa, las lágrimas ya comenzando a deslizarse por sus mejillas ,tembló ligeramente mientras se ponía en pie y corría hacia la puerta.

El jóven se levantó con cuidado, acercándose a ella con gestos suaves. -Está bien, fue solo una pesadilla -trató de calmarla, extendiendo una mano hacia ella en un gesto de consuelo.

Pero Alice negó con la cabeza con desesperación, sintiendo cómo la realidad se desmoronaba a su alrededor. -Ya no más, deja de jugar conmigo - pronunció entre sollozos, el dolor atrapándola en un abrazo implacable. -vete con Allison, sé que no me amas.

El ceño de Scott se frunció con determinación. -No, cariño -respondió con firmeza. -A quien amo es a ti.

Intentó tomarla por los hombros para acercarla a él, pero antes de que pudiera hacerlo, ella agarró sus manos con urgencia, sus dedos temblorosos explorando en busca de algo, alzó sus palmas y luego las bajó.

Confundido, el alfa la miró con atención. -¿Qué estás haciendo? -preguntó, desconcertado por su comportamiento.

Ella susurró con voz entrecortada -No hay anillo.

Comprendiendo de repente lo que ella estaba sugiriendo, sonrió suavemente. -Oh -murmuró -Todavía no. Pero si eso es lo que deseas...

Pero Alice negó con la cabeza con vehemencia, rechazando la idea con determinación. -No entiendes - murmuró.

-puedes decírmelo, así te entenderé.

Con el corazón aún acelerado y las lágrimas bordeando sus ojos, se sumergió en la difícil tarea de compartir con Scott los detalles de su pesadilla. Inhaló profundamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresar el torbellino de emociones que la había abrumado.

-estábamos en una iglesia -comenzó, su voz apenas un susurro cargado de dolor. -Tú y Allison... estaban juntos, a punto de casarse.

Él frunció el ceño, sorprendido por el giro de los acontecimientos en su sueño. -Ángel, eso no tiene sentido. Tú y yo...

Pero Alice lo interrumpió con un gesto tembloroso. -¿No lo tiene? Hasta donde sé, tú realmente la amaste, fue tu primer amor.

-escúchame -pasó con delicadeza un mechón de cabello qué estorbaba a la vista, tras la oreja de la cazadora -yo no soy ese tipo de hombre, si te digo que te amo a ti es porque realmente lo hago -acarició su mejilla con su pulgar. -nunca jugaría con tus sentimientos.

-Pero en el sueño... me dijiste cosas horribles. Me dijiste que nunca fuimos reales, que solo fui un juego para ti... y que amas a Allison, que tu verdadero ángel era ella. -hipó -y lo peor vino luego, cuando Teddy apareció y dijo que Allison era su nueva mami.

El rostro de Scott se llenó de consternación, sus ojos buscando desesperadamente los de Alice en busca de consuelo. -Nada de eso es verdad, Alice -dijo con voz firme. -Tú eres lo más real y valioso en mi vida. Te amo más de lo que puedo expresar. Y te aseguro que eres la única mami de Teddy, él te ama y jamás te reemplazaría.

Las palabras del jóven fueron un bálsamo para el corazón herido de Alice, pero aún así, el recuerdo de la pesadilla seguía atormentándola. Se aferró a él con fuerza, buscando refugio en su abrazo reconfortante, mientras juntos enfrentaban los demonios de su mente.

-vamos a dormir -la guió de nuevo a la cama.

-no quiero -negó.

-Ángel, te prometo que todo estará bien. Ahora descansa.

A la mañana siguiente, los tres salieron a recorrer El pequeño pueblo que vio nacer y crecer a Scott.
Pasaron por la preparatoria y la antigua veterinaria donde él solía trabajar con Deaton.
Por último Scott los llevó a la reserva, era un lugar muy tranquilo, le recordó a aquel bosque al que fueron en su primera cita.

-aquí fue donde me mordieron -miró un punto entre el montón de hojas secas a los pies de aquellos majestuosos árboles. -aquí, mi vida cambió por completo. -suspiró -una noche de invierno hace quince años, vivimos aquí con Stiles.

-¿Qué hacían un par de adolescentes en medio del bosque y de noche?

-no tengo que explicártelo ¿o sí, amor? -la miró con picardía.

-sabes a lo que me refiero -rodó los ojos divertida.

-estábamos buscando...pues, medio cadáver.

-no me digas, fue idea de Stiles -adivinó.

-si -asintió -pero, el cadáver curiosamente era de una alfa, Laura Hale. -Alice lo miró con curiosidad, y Teddy se acercó más, ansioso por escuchar la historia. -La casa de Laura sufrió un incendió qué fue provocado por una cazadora psicótica, historia larga -le restó importancia -lo importante de eso, fue que solo cuatro personas sobrevivieron, Laura, sus hermanos Derek y Cora y su tío Peter, otro psicótico, con la única variante de que él es un hombre lobo -explicó -la cuestión aquí es que, esa noche algo me atacó y me mordió -alzó la remera señalando su costado, el cual naturalmente no tenía ni un rasguño -creí que había sido un león de montaña pero, resultó que fue un lobo, Peter Hale. Él había matado a su sobrina para convertirse en alfa.

Teddy apretó la mano de su madre, sintiendo la tensión en el aire. -¿Cómo te sentiste después de ser mordido, papi? -preguntó con curiosidad.

Scott bajó la mirada por un momento, recordando la confusión y el miedo que inundaron su mente en aquel entonces. -Fue aterrador. No entendía lo que me estaba pasando. Pero gracias a la ayuda de mis amigos, especialmente de Stiles, pude superarlo.

La cazadora asintió, admirando la fuerza y la determinación de Scott. -Debió de ser difícil.-

-Lo fue -admitió el jóven. -Pero también me hizo más fuerte. Aprendí a controlar mis instintos y a aceptar quién soy realmente.

Después de escuchar la intensa historia de cómo su padre fue mordido y transformado en un hombre lobo, el ambiente se cargó de una energía diferente. Teddy, con sus ojos brillantes y su espíritu aventurero, sintió un impulso irresistible de hacer algo divertido para aligerar el peso de la narrativa.

-¡Oye, papá, mamá! ¿Qué les parece si hacemos carreritas? -exclamó, con una sonrisa traviesa en el rostro.

Scott y Alice intercambiaron una mirada sorprendida, pero pronto se contagiaron del entusiasmo de Teddy. Después de todo, era difícil resistirse al encanto y la inocencia del niño.

-¡Claro, campeón! ¡Suena genial! - respondió Scott, con una sonrisa amplia.

La jóven asintió con entusiasmo. -¡Sí, vamos a correr! -Sin perder tiempo, Teddy tomó la delantera y se colocó en posición de salida, listo para la carrera.

Sus padres se colocaron a su lado, compartiendo una risa cómplice antes de prepararse para la competencia. -Listos... ¡y vamos! -exclamó, dando la señal de inicio.

Con un estallido de energía, los tres comenzaron a correr por el sendero, con Teddy liderando la carrera con su rapidez juvenil. Scott lo siguió de cerca, admirando la determinación de su hijo, mientras que Alice se esforzaba por mantener el ritmo, disfrutando del aire fresco y la adrenalina que fluía a través de su cuerpo.

Por un momento, todo parecía perfecto. La risa resonaba en el bosque mientras se abrían camino entre los árboles, cada paso acercándolos un poco más a la libertad y la alegría pura.

Sin embargo, la felicidad se vio interrumpida cuando Alice tropezó y cayó al suelo, sintiendo un dolor agudo en su pierna. La diversión se detuvo abruptamente mientras Scott y Teddy se apresuraban a ayudarla, preocupados por su bienestar.

-¿Estás bien? -preguntó su chico, corriendo de vuelta hacia ella.

La castaña intentó levantarse, pero su pierna le falló, haciéndola caer de nuevo. -Creo que lastimé mi tobillo - murmuró, sintiendo cómo el dolor se extendía por su extremidad.

-¿Cómo te lo hiciste?

-tropecé con algo, creo -explicó.

El chico examinó el lugar y fue cuando algo llamó su atención, se acercó a la zona donde Alice sufrió el accidente y se encontró con una flecha clavada en la tierra, la tomó y la revisó minuciosamente, incluso hasta capturó el olor que tenía. Al descifrar de quién se trataba, miró al alrededor entre los árboles buscando al culpable y dueño de la flecha.

-Teddy hijo, quédate aquí con mami -dijo él sin quiera voltear a verlos -regreso en un segundo.

-¿Te duele mucho, mami? -inquirió el niño afligido.

-sólo un poco -sonrió para no preocuparlo.

-papá me enseñó un truco para eso, ¿Te enseño? -se veía entusiasmado por compartirle su nueva hazaña a su madre.

-mm...¡está bien! -Teddy tomó la mano de su mamá y cerró sus ojos concentrándose, el bracito del niño que estaba en contacto con la joven comenzó a llenarse de venas negras y el dolor se disipó, al menos por el momento. -¡wow, mi amor! ¡Eso fue fantástico!

-si -sonrió -pero, papi me dijo que no po haga demasiado o podría hacerme mal.

Scott regresó luego de unos minutos, estaba algo extraño. Tomó a Alice en brazos y caminaron de regreso a la casa de Melissa.

-¿Estás bien? -preguntó Alice ante el cambio de semblante de su chico.

-por supuesto -asintió. -sólo, me preocupa tu pie.

-estoy bien, estoy segura de que no es nada grave.

De vuelta en la casa, Melissa los recibió con una mirada de preocupación al ver a Alice en brazos de Scott.

-¿Qué pasó? -preguntó ella, acercándose para examinar a su nuera.

-creo que se rompió el pie -explicó Scott.

-creo que exageras -la cazadora rodó los ojos -seguro me lo torcí.

-vamos a revisarte -dijo la jefa de enfermeras mientras el castaño dejaba a la chica en el sillón.

Después de un examen minucioso, Melissa confirmó el diagnóstico. -Solo es una torcedura -dijo, ofreciendo una sonrisa tranquilizadora. -Necesitará reposo y un poco de hielo, pero estará bien.

-te lo dije -comentó la cazadora observando a su chico con diversión.

-bueno, tenías razón -se encogió de hombros con una sonrisa.

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