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Capítulo cinco "Su juguete"

Klaus entró a la habitación donde tenía secuestrada a la joven cazadora, le dio una mirada burlona antes de acercarse con pasó despreocupado.

—nos volvemos a ver, amor —sonrió.

—¿Por qué estoy aquí?

—bueno...es una historia larga —se sentó junto a ella en la cama.

—dado que no puedo ir a ningún lado ya que tu me retienes...pues, tengo todo el tiempo del mundo para escucharte —dijo la castaña.

—bueno, tiene que ver con un trato que hizo tu abuelo pero, lo curioso es que no fue por eso. —explicó —no...en realidad fue porque existe una profecía que dice que su linaje tiene el potencial de desatar un poderoso evento sobrenatural que nos beneficiaría.

—te equivocaste de Winchester y...llegaste un poco tarde —hizo una mueca.

—no, no me equivoqué —la miró fijamente —estoy seguro de que eres tú.

—lamento pinchar tus esperanzas pero yo soy una simple humana —se encogió de hombros.

—¿Estás segura?

—si, me aseguré de ello —contestó con toda confianza.

—si esto...como te lo digo sin que te alteres —se llevó una mano a la mejilla fingiendo pensar —tu estúpido intento de tener la sangre limpia de escencia demoníaca te funcionó, ya que se encargaron de proporcionarte sangre de demonio cuando eras una bebé.

—eso no es posible —negó ella.

—Winchester tenías que ser —suspiró —tienes sueños ¿verdad? ¿Ves cosas? ¿O personas?

—solo a una —admitió.

—veo un brillo curioso en tus ojos.

—no es nada —desvió la mirada lejos del vampiro.

—es un muchacho...¿y...este joven es...?

—no te lo diré —respondió a la defensiva.

—muy lista —se paró.

—¿Qué vas a hacer conmigo?

—prefiero reservarmelo para mi mismo, sino te importa. —Rápidamente llegó hasta la puerta.

—¡Espera! —el rubio se volteó —no podrás hacer nada, porque mi padre vendrá por mí y te paseará el trasero.

—Sam Winchester no es un obstáculo para mí, precisamente —salió dejándola sola entre esas cuatro paredes.

Alice buscó la forma de poder escapar pero no encontró nada que la ayudase, lo único que le quedaba era esperar a que su familia la rescatara.

—ganzuas —murmuró buscando por todo el lugar dos alambres que le ayudarán a simular esa herramienta para poder abrir la puerta.

Encontró un clip y eso fue lo que utilizó para forzar la cerradura, cuando escuchó el click casi salta de la alegría pero recordó que aún no podía cantar victoria, no hasta que estuviera al menos a veinte kilómetros de allí.
Asomó la cabeza y al no ver ningún vampiro cerca salió con cuidado, corrió a través de los pasillos y subió algunas escaleras en busca de la salida, tenía que ser precavida ya que no tenía ningún arma con la cual defenderse.

—pero que tenemos aquí –saltó en su lugar al ver a un joven de aspecto simpático con un hermosa sonrisa. —¿Qué no eres el nuevo juguete de Klaus?

—¿Juguete? —la Winchester sintió mucho enojo —¡no soy un maldito juguete!

—pues no creo que quieras ser su comida ¿o sí?

—Klaus no me asusta —se cruzó de brazos.

—yo no subertimaría si fuera tú.

—eres su lacayo ¿por qué debería confiar en ti? —alzó una ceja.

—no soy su lacayo...se puede decir que soy algo así como su hijo. —admitió.

—como sea, no le tengo miedo —sonrió sin una poca de gracia —mi padre fue recipiente del mismísimo satanás, viví con su hijo, de hecho...y aquí estoy —se cruzó de brazos —¿Crees que un simple parásito chupasangre va a asustarme?

—entonces es cierto...¿Satán tuvo un hijo con una humana?

—Jack...él...—bajó la mirada apenada —él falleció.

—es una pena, las malas lenguas dicen que tiene potencial —se encogió de hombros.

—bueno, ¿Vas a llevarme a mi celda?

—sé que quieres escapar de aquí y francamente no te culpo pero, sino te devuelvo voy a ser castigado. —tomó su brazo.

—suspiró —ya qué —de un latigazo llegaron a la puerta de la habitación que era la prisión de la pequeña Alice y la encerró allí.

[...]

Luego de diez horas de viaje los Winchester llegaron a Nueva Orleans, como era habitual fueron a instalarse en un motel y a planear una estrategia para salvar a su pequeña de las garras de los Mikealson.

—Dean...¿Sabes algo? Esta no es la vida que quería para Alice —admitió el menor alejando la mirada de la pantalla de su laptop —a veces pienso, que no debió encontrarme nunca, de esa forma hubiera tenido una vida normal como se merecía.

—es una Winchester, tarde o temprano está vida la alcanzaría. —opinó Dean —pero te entiendo, yo tampoco quiero esto para ella, no es su guerra. Ella debería estar en una universidad, con amigos, bebiendo, de fiesta y todo eso que hacen los universitarios.

—si —musitó Sam de acuerdo. —en cuanto la salvemos, se irá a la universidad y hará una vida normal.

—ella no querrá.

—no, no querrá pero no estará a discusión. —regresó su atención a la pantalla de la laptop.

—¿Tienes algo? —inquirió luego de un rato.

—no...nada.

—vamos, tenemos que encontrarnos con Malcolm —Dean tomó su chaqueta y las llaves del Impala.

Ambos salieron derecho hacia el otro motel que es donde Malcolm y Alice se hospedaban.
En el camino Cas se apareció en al auto asustando a ambos hermanos y casi provocando un accidente.
Una vez los tres llegaron, el ángel inspeccionó toda la habitación.

—¡hijo de...! —Dean lo tomó del cuello de la camisa y lo empotró contra la pared —¡era tu deber cuidar de ella!

—Dean, eso intenté pero ella me alejó, no tuve oportunidad de...—el mayor lo soltó bruscamente. —Sam, lo siento —miró al menor que hasta el momento no había pronunciado palabra.

—ahorratelo —murmuró —ahora, dinos lo que sabes.

—ella me llamó y me dijo que la estaban siguiendo, le dije que iría para allá, pero los vampiros llegaron y...—dejó el relato inconcluso dado que no era necesario terminarlo.

—¿vampiros que trabajan para los Mikaelson?

—si, es una mafia lo que hay aquí —admitió —los Mikaelson fundaron esta cuidad y quedó al mando de su hijo adoptivo "Marcel" y ahora que regresaron...las cosas están un poco turbias —explicó —la policía incubre todos los asesinatos.

—esto será más difícil de lo que pensamos. —comentó Dean.

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