De regreso al Búnker, los hermanos y la pequeña Alice, decidieron parar en un pequeño pueblo, en donde Sam había encontrado por medio de internet un caso, sería rápido pues lo mas seguro era que se tratara de un espíritu.
Llevaron al hotel en el que se quedarían, que curiosamente era donde los episodios paranormales ocurrieron. Al entrar con sus bolsos, se acercaron al mostrador dónde un hombre de mediana estatura, tez oscura y traje verde con la insignia del hotel en el lado izquierdo de su pecho, los atendió con una sonrisa.

-¡Buenos días y bienvenido al hotel Tipton! -dijo amable -soy el señor Marion Moseby, ¿en qué puedo ayudarles?

-¿tiene una habitación con tres camas?-preguntó Dean yendo directo al grano, pues estaban exhaustos por el viaje.

-tienen suerte, piso veintitrés, suite dos mil trescientos treinta y dos.-nos dio una llave.

-¿acepta Mastercard?-Dean inició a sacar su billetera.

-por supuesto-el mayor le pasó la tarjeta de crédito-¿señor Ackles?

-sip, ese soy yo.

-mira Cody-la pequeña Alice, se giró al escuchar la voz de un niño de su edad, se encontró a dos que eran iguales, gemelos, rubios de tez clara y ojos azules, el que estaba a la izquierda tenía pecas en sus mejillas junto a un lunar sobre el labio y el de la derecha, era ligeramente mas delgado con lunares en sus mejillas.
Al verlos sintió mariposas en su estómago eran muy lindos, quiso acercarse a ellos pero sus piernas no le respondían, se sentía extraña, pues nunca había experimentado tales sentimientos.
El rubio de la izquierda, se acercó a ella con una sonrisa coqueta.

-soy Zack, nena-guiñó un ojo-¿y tú?

-Alice-respondió tímida.

-yo soy Cody-el gemelo restante se había puesto junto a su hermano en cuestión de segundos, la sonrisa de él era dulce a comparación de la de Zack.

-no eres de aquí, ¿cierto?-preguntó el susodicho.

-no, estoy de pasada, vine con mi padre y mi tío-señaló a sus espaldas.

Los ojos de los gemelos se agrandaron de la impresión al ver a Sam, era sumamente alto.

-¡wow tu padre es un gi... !-exclamó uno de los dos, justo en ese momento Cody le tapó la boca, para que no siguiera.

-¡lo sé!-la niña rió entendiendo a Zack.

-perdona a mi hermano Alice, es un poco tonto-dijo Cody con un tono de disculpa.

-no hay problema-le restó importancia.

-¡Ali!-ella se giró notando que su padre la llamaba para ir a la habitación.

-debo irme-dijo acomodando su pequeña mochila en sus hombros-¡nos vemos!-besó rápidamente la mejilla de los gemelos, con un sonrojo en sus mejillas corrió hasta los hermanos que la esperaban en el ascensor, cuando llegó Dean le echó una mirada severa.

-tú y yo hablaremos sobre los niños, luego-dicho eso apretó el botón con el piso al que querían subir y el que cerraba las puertas.

...

-Alice, tú no puedes, ¡no! te prohibo que te acerques a los niños-dijo Dean muy serio, sentado en su cama mientras limpiaba una de sus armas.

-Dean, no exageres-dijo Sam saliendo del baño mientras se secaba el pelo con una toalla, pues había aprovechado para darse un baño.

-¿por qué no puedo estar con los gemelos?-preguntó la pequeña inocentemente.

-porque son peligrosos-se apresuró a responder su tío.

-son niños, ¿qué daño pueden hacerme?

-pues...-soltó un quejido cargado de frustración, no se le ocurría nada-tu sólo no te les acerques.

-papá, ¿puedo jugar con los gemelos?-preguntó dirigiendose al más alto, el cual le tomó por sorpresa el apodo usado por Alice, por lo que se le quedó viendo anonadado unos segundos antes de responder.

-ah... yo no lo sé -dijo con torpeza.

Cuando los hermanos se durmieron y en vista de que aún era temprano, con mucho cuidado dejó la suite en busca de los niños que había conocido en la mañana. Para su suerte,vio a uno de ellos saliendo de una habitación que estaba enfrente de ella.

-¡Alice!-exclamó, el que ella supuso era Cody de forma risueña y con una sonrisa adornando su rostro.

-hola, ¿Cody?-no quería equivocarse, pues se sentiría muy apenada si era en realidad Zack.

-el mismo-se encogió de hombros, era muy tierno en opinión de la castaña.-¿te hospedas en esa habitación?-miró la puerta detrás de ella.

-si, y tu enfrente, ¿casualidad?

-no, bueno tal vez-rió nervioso-yo vivo aquí, mi madre es la cantante del hotel-explicó.

-genial, debe ser muy divertido.

-un poco, aún mas cuando le haces bromas al señor Moseby-no pudieron evitar reír.

-¿y Zack?-una de las características que definían a Alice era, el ser muy curiosa.

-no lo...-una explosión muy fuerte los interrumpió.-mamá lo va a matar-Cody se llevó una mano a la frente con preocupación.

-¿estas diciendo que la explosión la provocó el?

-probablemente-tomó su mano y tiró de ella hacia el ascensor-¡vamos!

Bajaron a la recepción encontrando al señor Moseby, bañado en tinta negra y una expresión furiosa en el rostro que daba miedo.

-¡Zachary Martin!-exclamó, en eso escucharon detrás de ellos una risa traviesa. Al girar Zack estaba de pie junto al puesto de dulces mirando al gerente del hotel.

-¿qué has hecho?-preguntó Cody a su gemelo.

-una pequeña broma-miró a la castaña detrás de su hermano-¡Hola bebé!-sonrió coqueto.

-¿pequeña?, ¡mamá va a matarte!

-exagerado-rió.

-¡Zachary!-una mujer rubia de pelo corto y delgada, miró al rubio molesta Cody estaba por decir algo, cuando el recién nombrado tomó a ambos y los arrastró al ascensor para huir.

-¿por qué hiciste eso?-preguntó Alice desconcertada.

-¿por diversión?-se encogió de hombros.

-¡Eres un inútil!-exclamaron Cody y Alice al unísono.

-que miedo...-murmuró.

El ascensor se detuvo y los tres bajaron, adentrandose por uno de los pasillos del piso en el que estaban y escogiendo una habitación al azar se escondieron.

-¿alguien se fijo en que piso y suite, estamos?-preguntó Cody.

-ah.... no-dijo Zack curioseando por el lugar. En sí se notaba que la habitación no ha estado disponible en años, frente a la cama había un espejo roto con los vidrios aún en el piso y un cepillo de plata enfrente, también había un cuadro de una mujer, peinada y maquillada como en los años sesenta tal vez, daba miedo.

-ay, porque no traje mi mantita-chilló uno de los gemelos.

-¿cuantos años tienes?, ¿seis?-ese había sido Zack-¡comportate!

-hablando de eso, no nos conocemos, podríamos hacernos preguntas, para matar el tiempo-propuso Alice.

-bien, yo empiezo-dijo Zack-¿cuantos años tienes?

-diez ¿y ustedes?

-doce-respondió Cody, sentandose en la cama del otro lado de la castaña, quedando ella en medio.

-¿color favorito?

-azul-respondió Zack.

-Rojo ¿y el tuyo?

-lila-se encogió de hombros.

-¿de que color son tus ojos?-esa pregunta la sorprendió, bueno la verdad es que no lo sabía con exactitud.

-no lo sé, cambia todos los días.

Zack se acercó hasta a estar muy cerca de su rostro, eso la puso nerviosa, la miraba a los ojos con mucha atención, algo aburrida se puso a contar las pecas que bañaban sus mejillas, iba por la vigésima cuando él se alejó rápido.

-yo digo que es una combinación de todos los colores. Aunque ahora están verdes con betas castañas.-dijo sorprendiendola.

-¿quién es el mayor de los dos?

-yo, el mas lindo.-respondió Zack.

Un ruido de zapatos caminando de forma apresurada, junto con algunas voces algo ahogadas por las paredes se escucharon en el pasillo alarmando a los tres niños, se pararon de un salto para correr a esconderse, estaban por llegar detrás del sillón, Zack iba a adelante de ella, giró y la castaña tropezo cayendo encima de él. Un quejido salió de ambos, mas por parte del rubio que estaba debajo, Alice notó la cercanía entre sus rostros y se paró rápido para ayudarlo a levantar.
Las voces se hicieron mas claras y fuertes.

-¡vamos!-Alice tomó la mano del gemelo mayor y tiró de él hasta llegar detrás del sillón.

-deben estar aquí-esa era la voz de la madre de los gemelos.

-¡ni loco entro!-exclamó el señor Moseby.

-¿tiene miedo, acaso?-se burló la rubia.

-¿sabe que suite es esta?, la seiscientos trece.

-¿la que esta embrujada?-hubo un silencio en el que probablemente el señor Moseby asintió-¡maldición! ¿por qué no se escondieron en la imperial?-preguntó con temor.

-nosotros nos encargamos-era su padre y su tío seguro estaba con él.

-¡estoy muerta!-exclamó Alice por lo bajo al escucharlos.

-si te hace sentir mejor, nosotros igual.

-¿en dónde esta...?

-¡¡¡AH, FANTASMA!!!-salió Cody corriendo del baño hacia la puerta principal.

-no, ¡espera!-dijo Zack intentando detener a su hermano en vano, pues el ya había salido de la habitación.

-¡Zack!-chilló Alice, quién se encontraba mirando hacia donde el menor de los gemelos se había escondido, había una mujer la del retrato, observándolos con cautela.

-¿quiénes son ustedes?-les preguntó-¿y que hacen en mi suite?

-ah pues...-en eso la puerta se abrió seguido de un disparo que impactó en la mujer haciendola desaparecer, con un poco de miedo, ambos niños voltearon encontrando a sus padres. Se pararon para ir con ellos, Alice bajó la mirada apenada, notando que tenía la mano agarrada por la de Zack, debió de pasar cuando apareció el fantasma, se sonrojó notablemente para luego soltarse despacio.

-ah, lo siento-dijo Zack avergonzado.

-no pasa nada-le sonrió.

-¡Alice!-saltó en su lugar por el susto-¿por qué te escapaste?-había sido su padre,quién estaba muy preocupado.

-lo siento, es que quería ver a mis amigos-giró a verlos, Cody se aferraba a su madre con miedo y Zack estaba justo al lado mirando sus pies.

-estas en muchos problemas-dijo Dean-el espíritu pudo lastimarlos.

-pero no paso, perdonenme-suplicó.

-tranquila Al-Sam se había agachado para estar a su altura-te perdono, pero la próxima vez que quieras estar con los gemelos, me pides permiso.-la niña asintió para luego abrazarlo, él le correspondió parándose y alzandola en el proceso.

-¡wow!, me siento un rascacielos-chilló alegre mirando por un momento a los rubios, que se iban con su madre al ascensor.