Sin embargo, la pequeña lóbrega sabía que no tendría respuestas para las preguntas de Williams, al menos no aún. Sus pelos se ponían de puntas al saber que un momento tenso se estaba aproximando, la mirada de Williams posaba sobre ella con una sonrisa bastante tierna y eso la ponía más nerviosa.

—Tienes cara de pánico —comentó Williams en tono de broma.

—Estoy bastante relajada, la verdad.

—No soy como ese chico que te lastimó.

—Eso yo no lo sé —la pequeña lóbrega respondió tajante.

—Entonces déjame que te lo demuestre —pidió Williams.

—¿Que tantas preguntas tenías? —interrogó la pequeña lóbrega, sintiendo una punzada en su corazón.

—Todas esas preguntas se resumen en una sola—contestó honesto.

—¿Si? ¿Cuál? —inquirió curiosa.

—¿Me dejarás demostrar que soy diferente?.

La pequeña lóbrega sintió como su corazón se acelerara y un sentimiento demasiado extraño comenzaba a recorrerla, en lo profundo de su ser ella sabía en lo que su antigua pareja la había convertido, había echado raíces sobre esos y ahora eran demasiado fuertes como para dejar de ser lo que era; una lóbrega, aunque quisiera intentarlo.

Tiene continuas peleas entre el si o no, su corazon si quiere ser amado pero su pasado no la deja ceder. Él simplemente quiere demostrar que sus palabras carecen de sinceridad y quiere amarla como ella se lo merece, quiere darle todo el afecto que su primer amor no le pudo dar; su historia se asemeja a la de oseas y gomer.

—¿Me dejaras con la duda? —pregunta Williams frustrado.

La pequeña lóbrega le da un rotundo "no", a lo que el castaño le comenta:

—Déjate amar, si has olvidado como hacerlo tú.—sonrió—. Solo quiero convertir mis palabras en hechos, quizás tengas un pasado oscuro y honestamente tú no sabes si tengo uno. En ti vi algo que me devolvió la esperanza en el amor. Para ser un poco mas certero y dejar el rodeo, estoy famélico de amor sediento de ti, aunque creas que mis intenciones no son las cuales te profeso, créeme que quiero dejarte claro que si hay personas en este planeta dispuestos a mimarte, cuidarte, hacerte sentir bien y feliz; dispuesto a darlo todo por ti, pero tambien quiero que sepas que esa persona con las cualidades antes mencionadas y dispuesto a hacerlas soy yo, sólo déjame que te lo demuestre—culminó.

Al pasar de los días las palabras de Williams no salieron de la cabeza de la chica, debatía en si creer o no, tenía tanto miedo de volver a ser lastimada que se había prometido a sí misma no volver a confiar, menos de manera tan fácil; este chico llegaba y de pronto quería conquistarla, obsequiandole palabras de paz para su corazón, envolviendola en su dulce voz y haciendo que dudara y se olvidara de todo lo que se había prometido no hacer; no podía permitirlo.

Era demasiado arriesgado solo confiar en él, ya la habían humillado y hundido lo suficiente, no podía dejar que un chico fuese la causa de su perdición nuevamente, se negaba aceptarlo.

Williams era actractivo, si. Parecía honesto en cada una de sus palabras y realmente parecía estar esforzándose y no querer lastimar a alguien, ¿pero como tenía ella certeza de eso? Sólo estaba él, él y sus palabras... Él y lo que parecía ser. No iba a arriesgarse.