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O8

—¡Auch!

Yoongi siseó.—L-lo siento, mami, ya casi termino— se disculpó y siguió entrelazando los cabellos de su hija con sus largos dedos temblando de hacer pequeños movimientos repetitivos y a una fuerza medida para que a la menor no le doliera el cuero cabello después por lo apretado del peinado pero tampoco dejándolo flojo.

Hoy era el día de la competencia de la que Sounha se había estado preparando tanto con sus compañeros y Jungkook. El pelinegro estaba nervioso, pues era la primera en la que su pequeña iba a participar, y sin duda todos los que la querían iban a estar ahí presentes, apoyándola.

En esos momentos, Yoon tenía la frente de su hija apoyada sobre sus rodillas, ambos sentados frente a frente, pues el peinado que se debía llevar era el de una trenza tejida de abajo hacia arriba en el área de la nuca, luego se termina en cebolla.

El pálido tomó una liguilla de plástico y ató la trenza cuando la terminó.—Ya vamos a acabar— le habló al tocarle el hombro para indicarle que se enderezara, luego le dio un corto y suave masaje en el cuello. Habían tomado pequeños descansos para no lastimar a la niña, pero eso no evitaba la incomodidad.—Pásame el cepillo que está a tu lado, por favor.

Ha obedeció y pronto su padre comenzó a cepillar sus cabellos castaños hacia arriba, los acomodó y ató en una coleta muy alta para después enrollarlos con atención para hacer la forma de una cebolla. Luego, colocó gel y spray fijador, dando los últimos toques a los cabellitos que se salían con ayuda del peine.

—Listo, ahora solo falta...— balbuceaba Gi en tanto buscaba con la mirada el arreglo brillante que debía adornar el peinado de su hija, pero no lo encontró.—¡Jiminnie! ¡¿No está la banda en mi habitación?!— le habló en voz alta para ser escuchado hasta en el closet de la otra pieza.

—¡Voy!— contestó el niñero y poco después apareció en la puerta del cuarto de la Min menor con el adorno en mano y sus rubios cabellos húmedos a causa de su reciente ducha, extendiéndoselo.

—Gracias— lo tomó y lo acomodó alrededor de la cebolla de la niña, manteniéndolo firme con ayuda de unos cuantos pasadores.—Ya está, mírate en el espejo— le dijo a Soun.

La castañita se acercó a su tocador y con una gran sonrisa se tanteó el peinado con sus deditos, soltando pequeñas risitas cuando enterró su dedito en el centro de la cebolla.

—Parece que eres un experto en el tema, hyung— murmuró Jimin.

—Esa es mi intención— contestó y luego llamó a la menor de vuelta para ayudarla a cambiarse de ropa sin topar con su cabello, retirándole la playera simple y ayudándole a pasar el cuello de la que formaba parte de su vestuario especial, una playerita celeste de mangas hasta sus dedos corazones y adornada con lentejuelas moradas.

Observando la escena, Jimin sintió su corazón latir fuerte con ternura, pues estaba consciente de que Yoongi se desvelaba para practicar peinados más elaborados que una simple coleta, y que se había dormido un poco más tarde de lo usual por coser unos ajustes en el vestuario de su niña, pues originalmente le quedaba flojo del cuello, considerando que tenía una cinta que se ajustaba con botones en la parte trasera.

—Listo— habló Gi después de acomodar correctamente las mangas de la blusa de la castañita, asegurándose de que los elásticos que sostenían los extremos puntiagudos de las bocamangas no ajustaran demasiado sus deditos.—Ve por tu falda, allá abajo te maquillaré un poco, comeremos algo y entonces nos podremos ir.

—Síp— contestó la menor y se fue, no sin antes recibir una caricia en su cabeza por parte del rubio.

Park admiró la dulce mirada con la que Yoongi siguió los movimientos de Ha y se acercó. El mayor aún estaba sentado, con sus manos acunó las rellenas y pálidas mejillas contrarias, incluso apachurrando un poco hasta causar una pequeña trompita en los delgados labios, y se inclinó hasta juntar sus belfos con suavidad, sintiendo un vuelco en su pecho cuando el arquitecto soltó un pequeño suspiro de gozo ante el gesto, simplemente dejándose hacer y recibir el beso que le daba.

Al final, cuando sus bocas se separaron y se miraron con ojos sonrientes, Jimin concluyó en que no acabaría de enamorarse de Yoongi, siempre caía un poco más por él.

Pronto, los tres estuvieron comiendo algo bastante ligero en la mesa, Sounha ya estaba lista con su vestuario y con el sencillo maquillaje brillante de tonos celestes y morados sobre sus párpados, también portando unas gemas de fantasía adheridas alrededor de sus pómulos y costados de sus ojos. Lista para brillar en el gran día. Si bien estaba nerviosa, también se encontraba muy emocionada, tanto así que no dejaba de mover sus piernas de un lado a otro.

—Bien, creo que no olvidamos nada, ¿cierto?— habló Min una vez se encontraban fuera de la casa antes de cerrar el portón, mirando a Jimin y a Sounha, quienes se miraron entre sí y coincidieron su respuesta con un asentimiento.—D-digo... las frituras las traigo yo, el maquillaje en caso de necesitar un retoque lo traigo yo, las botellas de agua las traigo yo, el cartel también, las toallitas desmaquillantes las tengo, y el papel de baño en caso de que no haya, y mi cartera está en mi bolsillo trasero junto con mi celular y las llaves... y...y t-también, también... ¡¿y si a Sounie le da frío?!— y cuando estuvo por adentrarse con apuro para ir a buscar una chaqueta para la menor, Jimin le tomó de los hombros y le detuvo, dejándole ver su sonrisa divertida y comprensiva.

—Papá, creo que estás más nervioso tú que yo— mencionó la castañita con una pequeña risita.

—¿Q-qué? ¿Yo? Eso no es...— se vio interrumpido por la risa suave de su novio.

—Yah, dejémoslo en que te creemos que no estás nervioso... y dame todo eso que estás cargando, porque te alteraste y no nos dejaste llevarlo y ahora pareces vendedor ambulante— hablaba Jimin en tanto le retiraba varias cosas al pálido, siendo imitado por la de labios corazón.

Varias cosas, si no es que todas, las acomodaron en el maletero y se subieron al auto cuando todo estuvo listo y en orden para irse a la competencia. Durante el camino, los tres iban entonando la canción que pasaban en la radio, era reciente y aún no se aprendían la letra por completo, perteneciente a algún grupo de idols femeninas, muy pegadiza y agradable.

Llegaron a una universidad que se notaba tenía un gran gimnasio, donde se llevaría a cabo la competencia.

Yoongi hizo aparcar el auto en uno de los espacios pintados en el asfalto del estacionamiento y retiró la llave para apagar el motor.—Los chicos y mis papás nos están esperando en la entrada al campus— habló, recordando el mensaje en el grupo donde acordaron aquello.

Rápidamente, los tres se bajaron del coche y comenzaron a sacar las cosas del maletero, esta vez de forma equitativa para que el pelinegro no fuese cargando con todo y sus nervios incluidos.

—¿Ya tenemos todo?

—Sí, no falta nada más, papá— entonces Gi colocó los seguros con el mando inalámbrico.

Con pasos apresurados pero no corriendo, se dirigieron hacia la entrada del campus, donde siguieron los carteles alusivos a la competencia hacia la entrada exterior del gimnasio, donde se reunieron con los demás.

—¡Waah, patita!~— canturreó Hoseok con una gran sonrisa, haciendo celebración al vestuario especial de Sounha. Cuando todos estuvieron frente a frente, el peligris tomó la manita de la niña y le hizo dar una vuelta mientras los presentes vitoreaban, haciéndola bajar la mirada con penita y un pequeño sonrojo en tanto armaban escándalo de lo bonita que se veía, como toda una bailarina profesional ganadora.

Todos se saludaron con sonrisas y pequeños abrazos, incluso Hyojin se dignó a dejar en paz a su pobre yernito y no tratar de intimidarlo, pero solo por esa ocasión especial de su nieta.

—¿Y Jungkookie?— preguntó Jimin una vez se adentraron al gimnasio, recordando la sensación pre-competencia al ver las tarimas puestas, la mesa de los jueces, las gradas llenas de espectadores, las lonas del evento, los trofeos de categoría junto a los jueces, bailarines agrupados con sus coaches y otros que ensayaban superficialmente.

Era como aire fresco para él. Lo extrañaba y hacía aparecer una enorme sonrisa en su rostro.

—Ahorita está ensayando con los de su grupo, hay una categoría para coaches y se apuntó con otros maestros nuestros y de otras instituciones aliadas— explicó Hoseok mientras les guiaba hacia el lado de las gradas donde estaba la gente que iba por parte de Hope World, su academia.

—Hace rato estaba vuelto loco recibiendo a los nenes— habló Namjoon.—Un niño se puso a corretear y se le rasgó el vestuario, pero el señor Min viene preparado y lo resolvió— agregó y Yoonjae sonrió, orgulloso de ser paranoico y cargar con un mini kit de costura a pesar de que su esposa le había dicho que seguramente sería innecesario.

Sounha escuchó aquello con atención.—Quizá era Lee, él es muy inquieto...— dijo algo distraída, después formando parte de la charla hasta que escuchó un grito.

—¡SouSou!

—¡Yeonie!— y ambos amigos se reunieron con grandes sonrisas alegres, tanto así que simplemente se marcharon con los demás niños, hablando con mucho ánimo sobre la competencia y sin girarse a mirar a los adultos.

—Están muy emocionados— murmuró Seokjin con una suave sonrisa, recargándose en su novio.

—¿Verdad? Tan lindos, lo harán genial— aseguró Taehyung con dulzura, imitando la acción del de labios cereza y apegándose a Ho.

Jung y Kim dejaron un beso en las sienes de sus novios como si fuese algo coordinado, sabiendo que sus parejas tenían una debilidad por los nenes, y los demás presentes soltaron pequeñas risas.

Minutos después el evento al fin dio inicio, los jueces se presentaron y uno a uno fueron anunciando a los equipos con su procedencia y categoría correspondiente.

Los nenes de Hope World que iban de parte de Jeon se emocionaron muchísimo cuando vieron pasar a su profesor a la tarima del escenario, soltando los gritos de aliento más sinceros y lindos de todo el evento.

Cuando todos los grupos de la categoría coaches pasaron, se procedió a anunciar el ganador.

—Hemos visto presentaciones magníficas, todos los grupos se lucieron y mostraron lo mejor de sí... ¡es hora de anunciar los lugares!— habló el presentador con voz animada, sosteniendo muy de cerca su micrófono y de pie en medio del gimnasio.

Se anunció el tercer lugar y en el segundo se mencionó la agrupación en la que formaba parte Jeon, así que no tardaron en festejar.

Tras las categorías juveniles de cheer y poms, se procedió con la de jazz, en la cual destacó un grupo en división femenina que había arrasado con todo. Portaban un leotardo negro hasta el cuello de bocamangas a la muñeca, con medias de red, una especie de falda larga de gasa que brindó más elegancia, peinadas con una cebolla baja, maquillaje obscuro y un sombrero de copa.

Sounha había quedado tan maravillada con aquellas chicas, que le pidió a su padre que le acompañara a pedirles una foto, misma que ellas aceptaron con gusto y ternura.

Y la pequeña Min se prometió algún día llegar a ser tan buena bailarina como ellas.

Pronto, siguió la categoría infantil y antes de que se dieran cuenta ya comenzaría a presentarse la división de jazz-funk mixto, en la que estaban los niños de Kook.

—Bien, mis pequeños saltamontes, ya es la hora— justo en ese momento estaban detrás de las pancartas, preparándose para salir mientras otro grupo hacía su presentación, aparte de ese pasaría uno más y luego sería su turno.—Quiero que sepan que estoy muy orgulloso de todos ustedes y del esfuerzo que pusieron en cada práctica— decía Jungkook en tanto dejaba una pequeña caricia en la cabeza de cada uno de sus alumnos.—Cuando salgan no piensen en impresionar a los jueces, el simple hecho de que pisen escenario por primera vez ya los convierte en ganadores tanto para mí como para los familiares que hoy les acompañan. Solo... solo salgan y disfruten, ¿sí? Porque de eso se trata bailar— les animó con una dulce sonrisa.

El grupo terminó y pasó el siguiente.

—Yo estaré aquí esperándolos, ¿de acuerdo?— recibió asentimientos por parte de los menores.

Pasaron unos momentos más y finalmente les anunciaron.

—¡Y ahora, bajo la academia de artes Hope World del señor Jung Hoseok y con la guía del coach Jeon Jungkook, el grupo infantil mixto de Wiseong!

El castaño dio la señal a sus alumnos y en dos filas salieron hacia la tarima, completamente nerviosos como para prestar atención al vitoreo que les brindaban sus familiares y los aliados a la academia.

Se acomodaron en sus formaciones y tomaron posición. Ahí, a instantes de comenzar, Sounha no podía recordar nada de la coreografía, ni los ensayos, ni la ayuda y consejos que Jimin le había dado. Su mente estaba en blanco, ni siquiera pudo girarse a mirar a su mejor amigo justo a lado de ella o a su familia.

Y cuando la canción sonó, ella simplemente se fue a otro lugar, mientras era su cuerpo el que se encargaba de bailar y darlo todo.

En las gradas, toda la familia que venía en apoyo para la pequeña de Min tenía sus celulares alzados y grabando el memorable momento. Park apartó la mirada de la presentación y la dirigió con rapidez hacia su novio, topándose con la forma en la que los finos ojos del mayor brillaban al ver bailar a su niña, lleno de adoración y orgullo.

Jimin sintió su corazón latir un poco más fuerte por Yoongi, y le dio un beso fugaz en su pálida mejilla para después regresar su vista al escenario.

Con toda la adrenalina del momento encima, la canción les pareció corta en extremo a los pequeños. En cuanto esta terminó, culminaron con la formación y pose de remate, permaneciendo unos cinco segundos así antes de romper la formación para volver a hacer dos filas e irse de la tarima, como su profesor les había indicado.

Una vez se bajaron de esta, varios chiquillos no pudieron con la emoción y entre lágrimas corrieron hacia Jungkook, quien terminó por dejarse caer de rodillas para recibirles en un gran abrazo lleno de sentimientos puros.

—¡Mis pequeños saltamontes, lo hicieron súper duper bien!— con una gran sonrisa rompió el abrazo y comenzó a limpiar las lágrimas en las mejillas de los nenes, cinco seguían muy sensibles así que los volvió a abrazar, entre ellos estaban Sounha y Minyeon.—Vamos, limpiemos esas lágrimitas, hay que tomarnos una selfie— dijo, sacó su celular y colocó la cámara mientras los infantes se agrupaban detrás de él, poniéndose de puntitas para salir en la foto y sonriendo en grande.

Después del click, se quedaron ahí mismo y Jeon les ofreció botellitas de agua. Ya que habían sido el último grupo en hacer su presentación, se quedarían detrás de pancartas en espera a que los jueces contaran los puntos y dieran su respuesta final para las premiaciones.

Varios minutos transcurrieron para que el presentador del evento volviera a colocarse al centro del gimnasio con una tarjeta en su mano.

—¡Bien, bien! Las presentaciones han sido un deleite visual para todos y es bueno ver la pasión por el arte de la danza en nuestros pequeños, todos lo hicieron excelente...— comenzó a hablar el hombre con una sonrisa.—sin más, es hora de anunciar a los ganadores, ¡pero antes brindemos un fuerte aplauso!

—Odio cuando la hacen de emoción— se quejó Jimin con su mejilla aplastada contra el hombro diestro de Yoongi, mientras proseguía a aplaudir como toda la demás gente.

—¿Verdad? Solo nos ponen de nervios— agregó Hyojin con un puchero involuntario, y los demás asintieron de acuerdo con sus palabras y las del rubio.

—¡Y el tercer lugar es para...!

Los niños de Jeon, sentados en el suelo junto a su profesor, mantenían sus ojitos cerrados en tanto juntaban sus manos o hacían changuitos con sus dedos, esperando impacientes a que aquel señor del micrófono dejara de hacer tanto drama.

—¡El tercer lugar es para el grupo Myeong de la academia Dance and Shine, felicidades!

Jungkook y los pequeños suspiraron decepcionados de no escuchar el nombre de su agrupación, pues siendo su primera competencia, creían que lo lógico era obtener ese lugar.

—¡Segundo lugar al grupo Twink de la academia Yeolgu!

Esa había sido la esperanza más remota. Kook torció los labios y acarició las cabezas de sus niños.—Lo hicieron bien, trabajaron duro, pequeños saltamontes— consoló a las miradas desilusionadas.

—¡Y el primer lugar es para el grupo Wiseong de la academia Hope World!

Tuvieron que transcurrir unos cuantos segundos para que tanto Jungkook como los pequeños reaccionaran a que habían mencionado su nombre, el joven profesor abrió en grande sus redondos ojitos y miró impresionado a sus alumnos, quienes abrían sus boquitas con sorpresa.

—¡Felicidades, vengan por su premio!— escucharon la voz del presentador y dejaron el estupor, saliendo detrás de las pancartas con pasos titubeantes y sonrisas incrédulas, escuchando el vitoreo que armaban sus familias.

El castaño recibió el trofeo de primer lugar, miró a los alrededores, encontrándose con la imagen de sus hyungs gritando a todo pulmón por el logro.

Finalmente se acuclilló entre los niños e hizo que todos cargaran el trofeo en conjunto, comenzando a dar saltitos cortos de celebración junto a ellos y soltando fuertes carcajadas cantarinas de pura emoción y felicidad.

Después de aquello, el grupo Wiseong se acercó al lado de las gradas en el que estaban sus familias, los niños se separaron y corrieron hacia sus padres. Sounha iba tan rápido, que cuando su carita chocó contra el abdomen de su padre, casi se cae sobre sus pompis de no ser porque este le sostuvo entre sus brazos, cargándola.

—¡Lo hiciste genial, mami!— le festejaba Yoongi, apretujándola y sacudiéndola mientras escuchaba sus dulces risas.

La pequeña se separó un poco del abrazo y le miró.—¿De verdad, papá?— preguntó con ojitos brillosos.

—De verdad— asintió.—Estoy muy orgulloso de ti, Sounie— y le reventó varios besitos en sus mejillas.

Uno a uno fueron turnándose en abrazar a la nena bailarina para felicitarla y llenarla de lindas palabras sinceras. Primero fueron los abuelos Min, después Jimin, luego Hoseok y Taehyung, y al final la pareja Kim.

Cuando cada niño tuvo su debido momento con su familia, los adultos sacaron sus celulares de nuevo y comenzaron a tomar mil y un fotos. Grupales, individuales, con los más cercanos, con el trofeo, con Jungkook, etc.

—Qué lindos se ven— chilló la señora Choi en tanto enfocaba la cámara de su celular hacia su hijo y su mejor amiga.

—Sonrían~— pidió Yoongi a los pequeños y después dio al botón de la cámara para capturar la imagen.

En la fotografía, Minyeon y Sounha aparecían abrazados por los hombros con grandes sonrisas, ambas mostrando ventanitas en sus dentaduras pero una siendo más reciente que la otra, frente a ellos en el suelo, se encontraba el trofeo. Luego tomaron otras más que eran casi iguales pero con Jeon y Hoseok acuclillados detrás de ellos, todos haciendo la señal de paz.

Después de que el momento de las fotos culminara, esperaron a que el más joven del grupo pudiera dar fin a sus obligaciones como el profesor de baile que era, hablando un poco con sus pequeños alumnos, con los familiares, y despidiéndose tanto de ellos como de los compañeros con los que participó en la competencia en su respectiva categoría. El ajetreo había durado casi una hora.

Se habían quedado a ver otras dos de las últimas presentaciones del evento y entonces se levantaron de sus asientos para dirigirse a la salida del gran gimnasio.

—¿Y bien? ¿A dónde iremos a comer?— preguntó Yoongi en voz alta mientras iban caminando a través del campus de la universidad, ya estaban por llegar a la salida al estacionamiento.

—Tengo un amigo que abrió un restaurante de brochetas de cordero— sugirió Jungkook.

—Y nosotros uno que tiene de comida mexicana— habló Seokjin, yendo de la mano con Namjoon.

—¿Y si vamos a McDonal's?— propuso Jimin, caminando a lado de su pareja y de sus suegros.

—¿Tú qué piensas, patita?— preguntó Hobi a la menor, teniéndola sobre sus hombros. Él y Taehyung iban por delante de todos.

—Mmh...— la niña apoyó su mentón sobre la cabeza de su tío, sintiendo de cerca su olor a vainilla, y puchereó en tanto pensaba.—Me gustaría ir al karaoke con Jinsan unnie— contestó.

—Pues al karaoke será entonces— afirmó el arquitecto con una pequeña sonrisa.

—Oh, yo creo que el McDonal's era muy buena opción.

La familia frenó el paso al oír entrometerse a un externo y en cuanto Yoongi topó mirada con aquel, soltó la mano de Jimin y se colocó frente a todos, yendo directo hacia el otro para encararlo.

—¿Qué demonios haces aquí?— casi le gruñó entre dientes, con el entrecejo muy fruncido, como si fuera incrédulo de verle ahí.

—¿Yo? Solo vine a ver la competencia de mi...

—Cállate, Junghee— masculló Min, interrumpiéndole y sintiendo un tirón de coraje en su pecho. Le señaló con su dedo índice, advirtiendo.—Abres la boca para decir una tontería y te juro que esta vez sí te cortaré el miembro.

—Vaya, ¿pues qué tontería iba a decir, eh?— le retó, alzando el mentón.

El pálido apretó la mandíbula en conjunto de sus puños y sin despegar la mirada del otro, habló:—Hoseok, por favor.

Jung no necesitó más, asintió aún si su amigo no le veía y se dirigió a los mayores.—Señores Min, será mejor que nos vayamos, ¿sí?

Los contrarios aceptaron sin rechistar, no queriendo ser un estorbo en lo que estaba sucediendo. Taehyung se colocó detrás de ellos, como si quisiera cuidarles desde su posición.

Sounha, sintiendo el ambiente tenso, no entendía por qué su padre se veía tan molesto, por qué su niñero parecía tan consternado y preocupado, por qué los oppas Nam y Jin apretaban el agarre en sus manos, o por qué el tío Kookie parecía querer bloquear el camino que aquel extraño pudiese tomar para seguirles. Comenzó a sentir una horrible sensación en su pecho, preguntándose por qué el tío Hobi la quitaba de sus hombros y la mantenía entre sus brazos como si quisiese evitar que alguien se la arrancara, viendo a sus abuelos con gestos nerviosos y molestos al mismo tiempo mientras que el tío Tae no dejaba de mirar hacia atrás para después apurarles el paso.

No entendía nada.

Añorando tener en sus manos su peluchito blanco de foca marina, se aferró con fuerza a la camiseta del peligris en busca de sentirse segura, tratando de asomarse por encima de su hombro, temerosa de perder de vista a su padre.—¿T-tío Hobi? No entiendo qué está pasando, ¿por qué mi papá no viene con nosotros? ¿Y Jiminnie oppa? ¿Y e-el tío Kookie?— miró a sus abuelos y al de piel canela, desesperada por una respuesta.—¿Por qué se quedan allá los oppas Nam y Jin? ¿a d-dónde vamos, tío Hobi?

El de recto perfil le besó la coronilla y le dio una falsa sonrisa, queriendo tranquilizarla.—No pasa nada, patita. Iremos a la cafetería de la uni, ¿también te gustaría ir a ver el jardín? Los demás nos alcanzarán luego. No te preocupes.

Jimin dio una última mirada hacia donde sus amigos, sus suegros y Sounha se iban, confiando en que estarían bien al irse de ahí. Volteó hacia el frente y dudó en sí debía o no acercarse al pelinegro, no sabía qué hacer.

—Te lo pregunto de nuevo, ¿a qué has venido?— insistió Yoongi.

—Pues a ver a la niña, ¿a qué más?

El pálido cerró los ojos con fuerza y se evitó maldecir.—Ah, ahora sí quieres verla, ¿no?— dijo irónico.—Después de que Daerin te dio la oportunidad de hacerlo muchas veces... ¿y tú qué decías? Que dejara de molestarte, ¿verdad? pues bueno, ahora quiero que tú dejes de molestar, porque bastante lo has hecho al estarlos siguiéndonos, ¿o crees que no me había dado cuenta?

—Yo aquí no estoy molestando a nadie, soy el padre de esa niña y estoy en todo mi derecho de estar aquí.

—¿Su padre?— repitió incrédulo y rio sin un ápice de gracia, dio unos cuantos pasos sin rumbo y volvió a acercarse, chocando su dedo índice contra el centro de su pecho, sintiendo el coraje arder en sus venas.—Tú no eres ni un puta mierda de ella... dejaste a Daerin con toda la responsabilidad— dijo.—Te negaste a reconocerla— recalcó.—Cuando Dae murió simplemente lamentaste su partida y no volviste a contestar mis llamadas ni mis mensajes, mucho menos te dignaste en preguntar por la niña— le reclamó lleno de cólera, inconsciente de las manos de Namjoon que le habían tomado por los hombros para hacerle retroceder unos pasos, por su bien.

Kim no temía que Yoongi fuese a lanzar el primer golpe, sabía que él era mejor que eso. Quería evitar que lo tuviese que contestar.

—Pues soy el progenitor de esa niña, te guste o no— dijo Junghee, apretando los dientes hasta casi hacerlos rechinar.—Porque a diferencia de ti, son mis genes los que ella lleva, y no puedes hacer nada para cambiar eso. Sounha es mi sangre, de mi esperma, y es m...

—¡Ella no es tu hija, es mía, y no tienes ningún derecho sobre ella!

Tras Yoongi bramó aquello, el sitio se inundó de puro silencio, hasta que el contrario esbozó una sonrisa cínica y volvió a hablar:

—Eso lo veremos con mi demanda.

🍂

Dejó un beso en la suave mejilla contraria, despejó su frente y se aseguró de que el pequeño cuerpo durmiente estuviese bien cobijado.

Se sentó en la orilla del colchón y observó con una leve sonrisa los piecitos cubiertos en calcetines con caritas de gatitos, recordando aquella vez en que descubrió que Sounha tenía la manía de sacar sus pies del cobertor a la hora de dormir, por lo que siempre buscaba comprarle unas medias que le abrigaran bien para que no corriera el riesgo de enfermarse.

Acarició las manitas de la niña, aquellas que aún se ponían tan suavecitas como las de un bebé cuando dormía, y finalmente se levantó de la cama para salir de la pieza, cerrando la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido.

Cuando llegó a su habitación, encontró a Jimin sentado de espaldas en la cama. Se subió a esta con lentitud y suspiró. Ambos ya traían puesta la pijama.

—¿Por qué no me lo habías contado?— preguntó el rubio tras unos instantes de silencio.

Yoongi se mordió los labios, sintiendo que se ahogaba.

El de labios pomposos se acomodó sobre el colchón y colocó sus manos sobre las más grandes que temblaban, apartando solamente la derecha para ascenderla hacia la mejilla pálida del mayor.

—No soy quién para exigirte, no te estoy reclamando, ¿sí?— le aclaró con voz aterciopelada y una sonrisa suave.—Pero me inquieta mucho el hecho de que has estado cargando con el estrés tú solo, Yoonie.

El pelinegro bajó la mirada, avergonzado. No había querido preocupar a su menor, pero la verdad es que mucha pesadez le había causado el quedarse callado, y se arrepentía.

—No... no estaba seguro de que fuese así pero... comencé a sospechar que Junghee nos estaba siguiendo desde el día que fuimos al panteón y te conté todo...

Jimin le vio fruncir el ceño hacia arriba y los labios temblar. Poco después, el pálido cerró los ojos con fuerza y con ello dio pase a que una lágrima traicionera se desbordara.

—Jimin, n-no quiero... no quiero que me q-quiten a Sounie— dijo con la voz quebrada, sintiendo que el nudo en su garganta le asfixiaba.

Desde la mención de una demanda su cerebro había comenzado a torturarle con preocupaciones junto a muchísimos escenarios que apuñalaron a su pobre corazón.

—L-lo primero que e-ellos, ellos van a mencionar es mi sexualidad... no quiero— negó, apretando las manos sobre sus muslos, casi rasguñándose inconsciente.—, n-no quiero que me la quiten, p-por favor...

Yoongi necesitaba a Sounha, quizá más de lo que la niña le necesitaba a él.

El rubio limpió el rastro de agua salada en la piel ajena con suavidad y juntó sus frentes, acariciando las manos del mayor y su mejilla con ayuda de sus deditos pulgares.

—Eso no va a pasar. Encontraremos la solución, ¿sí?— y le abrazó con fuerza.—Te quiero, Yoonie... mucho.

—Y yo a ti— contestó el pálido con el rostro escondido en el pecho contrario.

Hoolass ¿cómo están? Espero que bien uwu

Kzksklsmzs ya entramos al arco final de la historia wuu xd

Tengo una duda, ¿les parece que los capítulos son muy largos? Sé que ya es algo tarde para preguntar a estas alturas, pero es algo que no me sale de la cabeza. Este capítulo es considerablemente más corto que los demás, pues normalmente tienen 6 mil palabras en adelante y este tiene 4 mil. ¿Qué opinan? Uwu

En fin, espero les haya gustado, y no duden en decirme si ven algún error 💕

¡Cuídense muchoo!

Adem🍂

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