30: Lo que muestra un periódico
Cristian es una gran persona; tiene las tres d: discreto, directo y dispuesto. Un confidente leal y sincero, nada excéntrico, preparado para lo que se ofrezca y para lo que ha sido contratado. Está conmigo en todo lugar y tiene la destreza de no parecer tu guardaespaldas sino un buen amigo con quien vas a reuniones, que te ve de lejos mientras hablas del plan de ataque de nuestros objetivos, que son varios; que come en tu misma mesa cuando la comida del hotel se siente insípida, sea el mejor hotel o no. Y con lo exquisita que me he vuelto en los hoteles él ha sido como ese hermano que te recuerda que si bien la comodidad es importante, más lo es la meta.
Hace unas horas salimos de mi última reunión. Pensamos que sería bueno hablar con profesionales, como cirujanos plásticos y maquilladores que nos den información verdadera. Nosotros no queremos que las mujeres dejen de arreglarse y recurrir a esas opciones, lo que buscamos es la alternativa y el que no te dañas tanto por fuera, dañas tu interior al no aceptarte. Explotar la belleza que ya posees.
Me invitaron a una fiesta por la noche pero decliné, necesito mi cama y buena parte, toda yo, necesita abrazar a Eliot. Francesca me dijo que le dieron el alta y que el que no le diga donde estoy lo tiene irritable, pero al no ser una sorpresa su estado, le da lo mismo.
Cristian salió a comprar un periódico y lo esperaba en el restaurante del hotel. Preparan la mejor tarta de calabaza y es el segundo trozo que como, enviando fotos a Serena de lo que se está perdiendo por rechazar mi invitación a venir. En un punto se cansó de los mensajes en WhatsApp y me llamó.
—Lo siento —me disculpo por los constantes mensajes de presunción—. Me siento un poco sola, ¡nadie les dijo que me acostumbraran a su presencia!
—También te extraño, Anidan.
—Noooooo —cubrí mi cara, sonriendo—. No me llames así, mis abuelos fueron malvados.
—Lo fueron —dice concienzuda, pero riéndose—. Al final el…
Aparto el celular y veo a Cristian correr hasta mí, llamando la atención de los pocos que desayunan. Espero por él y que explique el sudor en su frente y el desespero.
—Habla, Cris, por favor —le insto cuando se sentó conmigo.
—Tú has… —respira fuerte—, ¿has visto las noticias?
—No. —Mis ojos viajan por su mano sosteniendo el periódico—. ¿Dicen algo interesante? —Juego con mi tono, fingiendo estar despreocupada.
—Para nada —sonríe. Pero yo sé de sonrisas y ésta es de aquella que te tranquiliza e inquieta a la vez.
Soy paciente y le sonrío, comiendo una porción de mi tarta. Le doy de mi vaso de agua y él se entretiene bebiendo. Tomo mi oportunidad y accedí desde el celular a cualquier página de prensa que acabara de publicar contenido jugoso.
No tardé en descubrir porque Cris luce tan nervioso y me lanza miradas preocupadas.
Puse mi celular en mi oído y Serena gritaba que iba a colgarme si le seguía jugando una broma.
—Ve las noticias —le pido controlándome. Serena protesta y mi calma se fue por el primer agujero—. ¡Ve las noticias! —exigí.
Miro a Cristian y le niego a su intento por quitarme el derecho de conocer lo que tengo derecho a saber. ¿Es que él no entiende que ya no interesa? ¿Que todo se ha echado a perder de un instante al otro?
—… ¿Qué…? —escucho a Serena murmurar—. No…, no es verdad…
—¿No es? —pregunté cínica—. ¿Y entonces, qué sí lo es? Porque veo claramente y son, una, dos, ¡tres! El numero perfecto, ¿no lo crees?
—Dina, escucha. —Me habla, pero cuesta que le preste atención. Trago fuerte para contenerme. Lo que quiero es tirar lo que cubre la mesa—. Tomaré un avión —dice en última instancia, porque estoy muda—, no te muevas.
—No te preocupes por mí, Serena. Estoy perfectamente y solo puedo ir a mejor.
—Amiga, por favor…
Colgué y tiré el periódico en la mesa.
—Discúlpame, no quería… —Cristian se trata de explicar y es lo único que me saca de entre ceja y ceja lo que iré a hacer justo ahora.
—Gracias, pero la próxima vez, si hay una, sé sincero como siempre y no me ocultes nada.
Frunció el ceño y me dió una caída de ojos arrepentida.
—¿Estás enojada conmigo?
Sonreí sintiéndome irónica en todo aspecto.
—No contigo.
-*-*-*-*-*-
Liana
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro