El sol de la mañana se colaba por las rendijas de las persianas, iluminando la habitación de Carl. Se levantó de la cama con un bostezo y se dirigió al baño para lavarse la cara. Un pensamiento cruzó por su mente: Wolf.

Desde que se habían conocido en la azotea del colegio, Carl y Wolf se habían vuelto inseparables. Compartían sus miedos, sus sueños y sus secretos. La soledad que antes los atormentaba ahora era solo un recuerdo lejano.

Sin embargo, la felicidad de Carl se vio empañada por la preocupación. Wolf era víctima de un grupo de bullies que lo atormentaban sin descanso. Se burlaban de su ropa, de su música, de su forma de ser. Lo apodaban "el emo" y lo excluían de cualquier actividad social.

Carl no podía soportar ver a su amigo sufrir. Tenía que hacer algo para ayudarlo.

Esa misma tarde, después de clases, Carl se reunió con Giovanni en la biblioteca del colegio.

Tenemos que hacer algo por Wolf - dijo Carl con voz seria.

Estoy de acuerdo - respondió Giovanni con un gesto de preocupación -. No puedo seguir viendo cómo lo atormentan.

He estado pensando - dijo Carl -. Se me ha ocurrido un plan.

Carl le explicó su plan a Giovanni, quien lo escuchó con atención. Al final, ambos coincidieron en que era una buena idea.

Al día siguiente, la Pandilla Peluda puso en marcha su plan. Carl y Giovanni se colocaron en un lugar estratégico del patio del colegio, observando a Wolf de cerca. No tardaron en llegar los bullies, liderados por un chico corpulento llamado Hugo.

Hugo y sus secuaces comenzaron a molestar a Wolf, burlándose de su ropa y de su música. Carl y Giovanni se miraron, asintiendo con la cabeza. Era hora de actuar.

Carl se acercó al grupo con paso firme, seguido por Giovanni.

Déjenlo en paz - dijo Carl con voz firme.

Los bullies se miraron entre sí, sorprendidos por la inesperada intervención.

¿Y tú quién eres? - preguntó Hugo con una sonrisa burlona.

Soy Carl, y este es Giovanni - respondió Carl -. Y no vamos a permitir que sigan molestando a nuestro amigo.

Los bullies se echaron a reír.

¿Qué van a hacer ustedes dos? - preguntó Hugo con sarcasmo.

No necesitamos hacer nada - respondió Carl -. Solo con nuestra presencia ya les estamos dando una lección.

Los bullies se miraron de nuevo, esta vez con un poco de incertidumbre. La actitud firme de Carl y la mirada desafiante de Giovanni los habían intimidado.

Vámonos - gruñó Hugo finalmente.

Los bullies se alejaron con el rabo entre las piernas. Wolf, que había presenciado todo desde el principio, se acercó a Carl y Giovanni con una sonrisa en el rostro.

Gracias, amigos - dijo Wolf con voz emocionada -. No sé qué habría hecho sin ustedes.

No hay de qué - respondió Carl con un abrazo -. Para eso estamos los amigos.

La Pandilla Peluda había logrado su primera victoria. No solo habían protegido a Wolf de los bullies, sino que también habían demostrado que la amistad era la fuerza más poderosa.

--Fin del Capítulo 3--

--Palabras: 498--

--Escritor: Clint999--