xviii
Últimamente las cosas no son como las habría planeado antes de Katsuki. Es que todo se resume en eso; antes hubiera sido tan diferente. Está bien, quizás no sea taaaan gay como presume ser porque sí le ha gustado besar a chicas, tocarlas y tener sexo con ellas, pero cuando tienes una verga en el culo es algo que simplemente marca un antes y un después.
Y ahora está delante de la puerta del salón del rubio, cruzado de brazos. Odia admitirlo -mentira-, pero sus brazos cómo lucen cuando hace eso.
Dan la una, Katsuki sale con la mochila al hombro y el celular en el oído.
—Sí, sí, nos vemos en tu casa.
Cuelga.
Entonces se da cuenta que alguien lo está esperando.
El rubio enrojece debido a la pose de badboy que Izuku está poniendo -una que había practicado días antes, por cierto-. Se acerca, guarda su celular en su mochila y pasandose el cabello detrás de la oreja mirando a ambos lados. Quedándose a dos pasos, aprieta la oreja de la mochila y desvía la mirada.
—¿Qué haces aquí?
—Estoy esperando a alguien.
—Pues ya salí.
—No hablaba de ti.
Katsuki lo mira fijamente. Bien, ahora él debe de sentirse celoso, debe de sentirse con incertidumbre. Izuku remueve vuelve a acomodar su cabello.
Sí, seguramente se debe de estar comiéndose la cabe...
—Ah, vale, nos vemos —da media vuelta.
Espera, ¿ya? ¿tan rápido?
—¿A dónde vas? —pregunta rápido. Katsuki se medio gira sobre su pie para mirarlo con desinterés.
—Con Shōto, ¿dónde más? —responde, mira el reloj de su muñeca -¿en qué momento se puso uno? El novio, sí, sí-.
—¿Te llevo?
—Tengo moto, no es necesario.
Ah, sí, qué pedazo de imbécil.
—¿Me llevas al estadio entonces?
Katsuki rueda los ojos—. Si buscas una excusa para hablarme, olvídala y háblame como la gente normal hace, no te hagas ni seas idiota.
Izuku enojece viéndose atrapado, deja su pose de fuckboy porque de nada le ha servido -sólo para tremenda humillación- y Katsuki le palmea la cabeza.
—Lo siento, quería hablarte.
—Lo estamos haciendo, ¿qué no ves?
Observarlo detenidamente fue algo que perjudicó su corazón haciéndolo latir con fuerza.
Y esa cara de aparente desinterés fue lo que le impulsó a besarlo.
***
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