—Oye, mierda, pásame el shampoo.

—Espera, me cayó algo de jabón en el ojo.

—Te echo una meada, veamos si con eso se te quita.

—¡Kacchan!

—Ora, Deku, no seas aguafiestas.

Katsuki termina lanzándole la esponja con la cual se ha tallado el cuerpo a la cara. Izuku termina limpiándose con algo de agua que cae de la regadera.

—¿Te gusto? —susurra el pecoso sintiéndose nervioso. No es para variar, está a nada de declararse.

Claro, no es muy normal declararte en la ducha después de coger, pero Izuku acaba de amarrarse los huevos -metafóricamente- para por fin dejar escapar todos sus sentimientos en una fácil y pequeña oración.

—¿Crees que me acostaría con cualquier idiota? —carrasparrea Katsuki—. Sí, mierda, me gustas más de lo que quisiera decir.

Ver a Katsuki enjabonarse la pancita es algo que atrae muchísimo a Izuku y, sin dudarlo más, decide estampar sus labios contra los ajenos.

—También me gustas —susurra, el rubio enrojece levemente mientras ambos luchan por quién tomará el control.

Esta vez Izuku la toma.

Se siente extraño, estar arriba es extraño.

¡Claro que es muy activo!

Pero nunca lo había hecho con un pedazo de verga encajado en el culo mientras batalla para no resbalarse en el mosaico y partirse la jeta.

Al menos puede admirar desde arriba como Katsuki se derrite entre cada embestida y su linda pancita es lo que le llama más la atención.

Cómo adora a Katsuki.

***
¿Quieres ganar un capítulo único? Entra al libro de ¡Sorteo! para saber cómo obtenerlo.

Para saber más sobre futuras actualizaciones, te invito a seguir mi canal de Whatsapp.