—¿Mejillas? —tras abrir la puerta, la castaña entra a la casa algo nerviosa, saludándolo con una mano. Katsuki arquea una ceja sin entender.

—Hola, Bakugō-kun, ¿en dónde está la señora Inko? —pregunta tras dejar su calzado en la entrada y proseguir a la sala. Casi de inmediato la señora aparece para abrazarla con fuerza.

—¡Ochaco-chan, qué bueno que llegas, justo a tiempo! —la señora la mima, le da palmaditas en la cabeza y tras ello la jala a la cocina.

—Bueno... no quería dejarla plantada —susurra esquivando la mirada de Katsuki.

—¿Qué sucede? —pregunta entonces él sin entender.

—¿Lo olvidaste? ¡Es el plan de unificar de nuevo a Ochaco-chan y a mi Izuku! —exclama contenta ella—. Y tú aceptaste.

***
PERDÓN, NO TUVE TIEMPO DE SUBIR AAAAA